martes, 6 de noviembre de 2018

¡Gracias por la entrega!

El clásico no podía tener un peor comienzo. Recibimos un gol desde el vestuario y a los 15 minutos ya estábamos 0-2 abajo. Una síntesis de lo que ha sido la temporada picapiedra en este 2018: empezar perdiendo desde temprano y tener que remontar desde atrás.

Para complicarla aún más, una expulsión recién en media hora de juego. Otro problema que se repitió a lo largo del año, a punto tal que fuimos el equipo con más expulsiones en el recién culminado Campeonato Uruguayo.

Sin embargo, con el fantasma de padecer una goleada revoloteando el Olímpico, estos jugadores no se achicaron y otra vez sacaron a relucir esa rebeldía para anteponerse a la adversidad. Como remontaron un 0-2 en la Copa Sudamericana, o dieron vuelta un 1-3 frente a River, o el más reciente empate 2-2 y también con un hombre menos conseguido frente a Atenas.

Eso que les pedimos siempre a los que hombres que se ponen nuestra camiseta no podía faltar en la cita más importante. En este partido metieron y metieron como pocas veces vimos a un equipo de Rampla meter en un clásico, a tal punto que nunca se notó la inferioridad numérica, ni la supuesta superioridad futbolística del rival (que por algo terminó quinto en la tabla anual).

Es cierto, faltaron argumentos futbolísticos y no hubo mucho juego asociado, pero la entrega de estos muchachos fue conmovedora. No merecían irse derrotados y dos goles de cabeza pero empujados con el alma hicieron justicia.

Después aguantaron como gladiadores, y hasta metieron miedo con alguna incursión del colombiano Herrera o alguna incidencia de pelota quieta, ante un rival pálido y nervioso, avasallado en lo anímico por la actitud de los nuestros.

(foto: Francisco Flores - Ovación)

Nadie se guardó nada y sabemos que a veces puede resultar injusto destacar algunos nombres sobre otros, pero entendemos que hubo algunas actuaciones que especialmente quisiéramos resaltar.

En primer lugar al capitán Nicolás Rocha, uno de los pocos "sobrevivientes" de aquel equipo del 2015 que no se sabía si iba a poder competir, y que terminó logrando el ascenso de la mano de Gabriel Añón. Durante parte de este año le tocó quedar al margen, pero cuando Antúnez le dio la chance de volver y se puso a punto, nuevamente fue el corazón del equipo en la mitad de la cancha.

En el mismo tenor destacar al "patrón" Matías Soto. Otro que no era considerado con Fuentes y que con la llegada del nuevo cuerpo técnico fue un bastión del equipo, no solo marcando sino transformando cada saque de banda en un centro al área rival.

¡Y cómo no decir nada de sus compañeros de línea final! Desde el "popi" Servetti que le puso candado al lateral derecho, a esos dos tanques de la zaga como Edgar Martínez y Gonzalo Rizzo, que además, por si faltaba algo, metieron los dos goles en el clásico. El "Lalo" terminó jugando en una pierna, visiblemente lesionado, porque no teníamos más cambios.



(foto: Francisco Flores - Ovación)

Y un capítulo aparte para (a nuestro entender) la gran revelación de esta segunda parte del año: Rodrigo Gastón Díaz. Ese botija que llegó calladito, de la mano de Julio Fuentes, que tuvo la mala suerte de lesionarse en la revancha contra Independiente Santa Fe pero cuando volvió mostró cualidades difíciles de ver en un mismo jugador: buen trato de pelota, pegada precisa (casi mete un gol olímpico en el clásico), fortaleza en el juego aéreo y una potencia tremenda para marcar y recuperar balones. Fue la gran figura de Rampla en los últimos 3 o 4 partidos.

Para terminar, algo que quizás haya gente que comparta y gente que no. Trajimos al "Tola" Antúnez porque era el especialista en salvar equipos del descenso. Lo logró, y no solo eso, una fecha antes, cosa de jugar el clásico sin esa pesada mochila.

Se le exigía que el equipo "juegue mejor" (para mí jugar bien es sacar los resultados que se necesitan) cuando no eligió a los jugadores, no tuvo mucho tiempo para trabajar y además debió lidiar con varias lesiones y suspensiones.

Previo al clásico fue duramente criticado por sus declaraciones (que luego aclaró) y por no convocar a Adrián Leites y Cristian Olivera. Todos los queríamos a ambos en el plantel, es claro, y era muy fácil para Antúnez dejar contenta a la hinchada, pero como entrenador decidió que lo mejor para el equipo era que jugaran otros muchachos. Ese era su trabajo.

Después entendemos que hay virtudes en el planteo táctico, que a pesar de no ser vistoso fue efectivo: mantener la defensa ordenada para no seguir recibiendo goles y buscar a los delanteros con balones largos, generando faltas y tiros de esquina, para aplicar lo ensayado en jugadas de pelota quieta.
 
Y por último, nadie puede dudar de su rol como motivador. ¿O acaso fue casualidad que luego de la charla del entretiempo los jugadores nuestros salieran a comerse la cancha? Lo mismo pasó contra Peñarol.

No sabemos si va a seguir o no va a seguir al frente del club, pero al menos a título personal solo tengo palabras de agradecimiento. Es fútbol y todo es opinable, así que en cualquier momento me van a empezar a llegar los mensajes al celular.



(foto: Francisco Flores - Ovación)

Se viene un enorme desafío en 2019: volver a las copas internacionales (porque medio que va a ser la única forma de mantener la categoría). Consolidar el trabajo de Gastón de los Santos como entrenador (¿en Primera quizás?) y proyectar a algunos de los futbolistas que mostraron gran nivel en Tercera División. Y ni que hablar del tema económico que siempre es un martirio.

Lo más importante, es que en el acuerdo o en las diferencias, estemos siempre en el mismo barco, tirando para el mismo lado, pensando en hacer lo mejor para el club que tanto queremos, cada cual desde su lugar. ¡Arriba Rampla!

lunes, 29 de octubre de 2018

Dormimos tranquilos

En la calurosa tarde de San José, el árbitro Christian Ferreyra acaba de dar por finalizado el encuentro entre Torque y Rampla Juniors, con empate 0 a 0. La tribuna picapiedra se divide entre quienes dicen “ya está, Atenas no le puede ganar a Nacional” y los más cautos que sostienen “es fútbol, todo puede pasar, todavía no estamos salvados”.

Es que el del fin de semana fue un partido de 180 minutos. En los 90 primeros, Rampla hizo lo suyo. Obtuvo lo que fue a buscar a San José. No podía perder con Torque y se aferró a eso, lo cual no quitaba que se pudiera presentar alguna chance para ganarlo. Y esa oportunidad estuvo, primero en el notable cabezazo de Servetti tras centro de Cándido, y luego en el rebote cuando Delis Vargas define desviado, solo de cara al arco.

Esta vez el resumen televisivo es bastante certero. No pasó mucho más que lo que se puede ver acá.



Este empate con Torque no solo dejaba abierta la posibilidad de quedar salvados una fecha antes, sino que en caso de ocurrir un triunfo de Atenas sobre Nacional bastaba con igualar el clásico para mantener la categoría. Claro que ningún hincha de Rampla quería llegar a esa instancia. Como se dieron los hechos, los vecinos no podrán ni siquiera especular con la posibilidad de mandarnos al descenso. Atenas no pudo ganarle a Nacional y el picapiedra llega salvado a la última fecha.

A eso vino Julio César Antúnez. Para eso se lo contrató. Y gustará o no su forma de jugar, alguna de sus declaraciones no caerá simpática, pero el hombre planificó, trabajó y alcanzó el objetivo una fecha antes. ¿Qué más queremos?

Si, eso queremos, ganar el clásico. Y que la hinchada de Rampla se quede tranquila, el “Tola” sabe perfectamente la importancia que tiene este partido. Lo que declare para las cámaras es otra cosa. No caigamos en esa. Lo que se necesita esta semana es apoyo y más apoyo. Hacerles sentir que estamos todos juntos y que este partido es la final del mundo.



(foto: AUF OFICIAL)

Lo primero era mantener la categoría y se logró. Ahora todas las baterías puestas en darle una gran alegría a nuestra parcialidad. Jugar a ganar sin la presión de la tabla, sin tener la oreja en lo que pasa en las otras canchas.

Antes de terminar este artículo, van dos reconocimientos que son menester. A toda la gente que trabaja cada día por el club: dirigentes, funcionarios, allegados, etc. A los que están ahora y a los que estuvieron hasta mitad de año. A los que trabajan en juveniles, a los que venden rifas, a los que organizan actividades culturales en la sede, a todos. Para que Rampla se consolide como institución se necesita el esfuerzo de toda la familia ramplense UNIDA. Sigamos por ese camino.

Y finalmente, un reconocimiento al plantel de futbolistas. Estos verdaderos leones que se han levantado cada vez que les tocó caer. Que lograron sobreponerse a adversidades de todo tipo. Que con aciertos o errores siempre dejaron hasta la última gota de sudor por la camiseta. Y que a pesar que deportivamente no fue un buen año nos han regalado grandes alegrías como el 4-0 de la Copa Sudamericana o el triunfo ante Peñarol. GRACIAS MUCHACHOS.

Les queda un esfuerzo más para darnos la alegría más esperada por todos. Solo les pedimos un plus más. Más fuerza en cada tranque. Más impulso en cada salto. Más concentración en cada pelota quieta (¡en los córners rivales por favor!). Más precisión a la hora de definir frente al arco. Un poquito más de todo lo mucho que ya han dado. Sabemos que pueden y ahí estaremos para apoyarlos. ¡Arriba Rampla!

lunes, 22 de octubre de 2018

Con la planilla EXCEL en la mano


Primero lo primero.

Ya no es con la calculadora, directamente hay que hacer una planilla EXCEL para entender las posibilidades de cada equipo en la lucha por la permanencia. Nos hemos tomado el trabajo de ver con qué coeficiente terminará cada club según la cantidad de puntos que sume de aquí al final, y hemos llegado a las conclusiones que detallamos a continuación.

La próxima fecha juegan (en principio):
Torque – Rampla (sábado 16:30 en San José)
Danubio – Fénix (sábado 16:30 en Jardines)
Atenas – Nacional (domingo 16:30 en Maldonado)

1 – Si Rampla le gana a Torque se queda en Primera División y jugará la última fecha ya salvado, sin importar los resultados de los otros partidos.

2 – Si Rampla empata con Torque y Atenas no le gana a Nacional, el picapiedra asegura su permanencia en primera, sin importar el resultado entre Danubio y Fénix. Los de Capurro y Torque definirán el otro descenso, ya que se enfrentan en la última fecha.

3 – Si Rampla pierde con Torque, necesita que Atenas no le gane a Nacional y que Fénix pierda con Danubio para llegar salvado al clásico. Si carolinos o albivioletas suman de a tres, nos obligarán a ganar en la última fecha para no depender de otros resultados. Si Fénix empata con Danubio, en el peor de los casos jugaríamos un desempate si en la última fecha ellos ganan y nosotros perdemos (con un empate en el clásico nos salvamos).

Dicho esto y si alguien desea seguir leyendo, vamos con una breve crónica del 0-0 entre Rampla y Danubio.

Nadie puede criticarle al “Tola” Antúnez que no puso un equipo ofensivo para enfrentar a los de Maroñas. Delante de la línea de 4 (Felipe, Martínez, Soto y Camilo) y los 2 volantes centrales (Rocha y Díaz) puso un enganche (Leites) y 3 delanteros (Vargas, Lalinde y Rigoleto).



(foto AUF OFICIAL)

En el primer tiempo los picapiedras fueron superiores, quizás más que nada porque los danubianos tuvieron muchos problemas para adaptarse a las dificultades que plantea nuestro campo de juego. Rampla avanzaba con más criterio sobre el campo, aunque le costaba crear peligro en los últimos metros.

De todos modos, el solo hecho de tener mucha gente arriba y presionando a la defensa rival permitía pensar que en algún momento las chances iban a llegar. Y llegaron.

A los 28’ Delis Vargas apuró al arquero Cristóforo, y el despeje del guardameta rebotó y le quedó a nuestro delantero, quien luego quiso eludirlo tocando la pelota por arriba, sin éxito. Era mejor idea intentarlo por abajo, ya que el golero estaba muy encima de nuestro jugador.

En el minuto 30 se produce la más clara. Centro de Camilo, Lalinde que la baja perfecta para Rigoleto, y Matías que controla y define mal, al medio del arco, facilitando la atajada del arquero. Una jugada casi idéntica a la que desaprovechamos en San Carlos. Esta vez, mejor posicionado y con más tiempo, Rigoleto tampoco pudo convertir.

A los 35’ otra vez Lalinde pivotea bien, aguanta la guinda y descarga para Delis Vargas, que se va en velocidad y es derribado por el zaguero Bueno. Jonathan Fuentes le muestra la roja directa (indiscutible) y la franja queda con diez.

Sobre los 39’ nuevamente Rigoleto tuvo el tanto. Saque de costado de Soto hacia el área, Vargas la peina y por atrás Matías remata, muriendo la guinda en las manos del arquero. Así nos fuimos al descanso.

En el complemento uno podía esperar que el hombre de más nos permitiera atacar con más posibilidades pero no fue así. Danubio se replegó completamente, dejando solo a sus dos delanteros en ataque. Todo el resto del equipo parado al borde de su área.

Rampla careció de ideas. No tuvimos desborde (salvo alguna incursión puntual de Cándido), los centros fueron más al bulto que otra cosa, y tampoco encontramos espacios para rematar de media distancia.

(foto AUF OFICIAL)

A los 16’ entró Diego Martiñones (que no estaba físicamente para 90 minutos) y salió Vargas. Sobre los 24’ se produce la incidencia donde termina de desdibujarse todo. Lalinde desborda, Camargo le pone la mano en la cara y el juez (a instancias del línea) cobra la falta. Ahí se genera un tumulto, que claramente no nos convenía a nosotros.

Menos cuando una vez terminado el asunto Fuentes expulsa a Lalinde y a un jugador de la franja. Desde la tribuna, más que algún leve empujón, no se vio nada. Pasamos a jugar 10 contra 9 (manteníamos el hombre de más) pero perdimos al delantero más claro que teníamos en la tarde. Y 5 minutos más tarde, Mauricio Felipe va fuerte contra Federico Rodríguez, viendo la segunda tarjeta amarilla. Estaba visto que ante la mínima posibilidad el juez iba a emparejar la cosa.

Quedaban 15 minutos más los descuentos por jugar y lo cierto es que el partido estaba más para Danubio que para nosotros. Es por eso que Antúnez decidió cerrarlo. Puso a Claudio Servetti (para rearmar la defensa) por Leites y al colombiano Herrera (para tener piernas frescas en el mediocampo) por Rigoleto.

De ahí al final pasó poco y nada. Fue empate 0-0 pero con la sensación de que de haber aprovechado esas chances que tuvimos en la primera mitad perfectamente podría haber sido triunfo. Hay que seguir luchando, no queda otra. Ojalá encontremos la salvación la semana que viene en San José. ¡Arriba Rampla!

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

lunes, 15 de octubre de 2018

Con el corazón *


Así se juegan estos partidos y así lo jugaron los futbolistas de Rampla: dejando todo en cada pelota, con aciertos y errores pero siempre con total y absoluta entrega. Eso es lo primero que hay que decir de este 2-2 del picapiedra en San Carlos.

Después, el análisis de la importancia del resultado es hasta obvio: decir que se empató después de estar 0-2 abajo y con un hombre menos durante medio partido alcanza. Pasando raya por los resultados de la fecha (algunos sirvieron y otros no), Rampla sigue bien posicionado para poder mantener la categoría.

No tuvo muchas alternativas el “Tola” Antúnez a la hora de conformar el equipo. Fueron bajas Mauro Brasil, Mauricio Felipe, Jhony Galli, Cristian Olivera, Matías Cóccaro y Diego Martiñones, todos por cuestiones sanitarias.

La opción lógica era mantener la base que derrotó 1-0 a Peñarol (sin Galli y Cóccaro). Se metió Gastón Díaz en la oncena titular (que más allá de la ausencia de Galli ya merecía tener un lugar por méritos propios) y Julián Lalinde ocupó la vacante dejada por el autor del gol ante los aurinegros.


(El merecido homenaje a Nicolás Sánchez, que se nos fue trágicamente en la anterior visita de Rampla Juniors a San Carlos)

Lalinde fue muy importante bajando balones y generando faltas. A los 4 minutos recibió un centro de Cándido y la descargó perfecta para Rigoleto, cuyo remate fue bien controlado por el arquero. Pocos minutos después Atenas pisó nuestra área con peligro, tras un fallido despeje de Soto y un resbalón de Rizzo. El remate del delantero carolino fue débil y a las manos de Odriozola.

El resto del primer tiempo se caracterizó por la cantidad de faltas y la pierna fuerte. Al picapiedra le costó mucho llegar porque Matías tuvo una buena tarde (no supo aprovechar muchos de los balones que le descargó Lalinde) y Dorrego tampoco se encontró con la precisión que lo caracteriza. Camilo por su lado tampoco pudo pasar mucho al ataque.

El primer tiempo se iba con un 0-0 inamovible, pero sobre el final se produce la expulsión de Rizzo, que terminaría inclinando las acciones a favor del local en el segundo tiempo. La jugada se inicia con un pase fallido de Servetti, y en dos toques los carolinos logran poner a Barboza en carrera hacia el arco. Rizzo se tira para quitarle la bola pero llega tarde y comete la falta, siendo correctamente expulsado por Ostojich.

Pocos minutos después se produce otra incidencia polémica. Carlos Keosseian, el buen volante central de Atenas, intenta convertir con la mano tras un centro al área picapiedra. Como tenía amarilla debería haber recibido la segunda e irse a las duchas pero Ostojich no se la mostró, provocando la protesta de todos nuestros jugadores. Como era previsible, el que terminó amonestado fue Odriozola, por los gestos que hizo en el reclamo.

Para la segunda parte Antúnez mantiene a Soto en la zaga y Cándido en el lateral zurdo. Rocha, Díaz y Dorrego se reparten el mediocampo, y Rigoleto baja a dar una mano. Ya a los 4 minutos nos convierten el 1-0 y parece que se viene la noche.

Algo que ya nos pasó un par de veces contra Peñarol es que nos saquen corto un córner y nos hagan el 2-1. Bueno, esta vez fue un 2-0: nadie nuestro se avivó en ir a marcar. Tiraron el centro, Lalinde despejó a medias y la bola le quedó a un volante carolino que remató de frente y venció a Odriozola. Un error que nos costó caro.

En la tribuna picapiedra ya había gente pidiéndole a Antúnez que hiciera un cambio. El técnico decidió hacer los tres de una. Aparte de asegurarse que no le comieran la oreja todo el resto del partido, era importante provocar un cimbronazo en el equipo, además de poner toda gente fresca para intentar disimular la inferioridad numérica. Así se renovó todo el frente de ataque. Entraron Delis Vargas, Fabio Burbano y Adrián Leites por Rigoleto, Lalinde y Dorrego. Iban 11 minutos.

A los 14’ cae el segundo gol de Atenas, y si con el primero se venía la noche con el segundo ya parecía que había que bajar la persiana. Córner al primer palo, nadie la saca y entra el colombiano Mosquera para convertir con toque corto.

Rampla queda 0-2 abajo y con un jugador menos, y ahí es cuando nuevamente (como tantas veces este año) nuestros jugadores, que parece que ya están dejando todo, sacan un plus. En el esfuerzo general, merece un capítulo aparte Gastón Díaz. Quitó, distribuyó, corrió por toda la cancha y ganó incesantemente por arriba (cuando salió Lalinde, los saques de arco nuestros iban todos hacia él).

Es Díaz quien a los 32’ inicia la jugada que termina con el primer penal. La abre para Cándido y se manda al área como centrodelantero. Camilo tira una pared con Burbano, mete el centro y por detrás de Delis Vargas un defensa de Atenas mete la mano. Penal evidente y ¿quien se pone la guinda bajo el brazo? Sí, Gastón Díaz. Nadie se lo podía sacar.

Díaz le pegó abajo, cruzado, el arquero la tocó pero seguro que la convicción de Gastón hizo que la guinda terminara entrando. Rampla se ponía 1-2 y quedaban 10 minutos más descuentos. En esa decena de minutios se jugó poco. Atenas hizo tiempo a morir y claro, al tener un hombre más se le facilitaba el mover la pelota de un lado a otro, pero cuando la guinda la tenían los nuestros renacía la esperanza.

Al minuto 43’ se empieza a concretar la remontada. Un gran pase largo de Servetti (decirle “pelotazo” sería una injusticia), Vargas gana la posición entre los zagueros y cuando toca la pelota de cabeza el arquero se lo lleva puesto. Penalazo y segunda amarilla para el guardameta carolino, cuya primera amonestación había sido por hacer tiempo.

Luego de un par de minutos entre que el golero local se levantó y entró su suplente, Adrián Leites con su clase característica se hizo cargo del penal y ya a los 45’ marcó el 2-2. En los descuentos no llegó a pasar nada. Los picapiedras se aferraron a una igualdad casi milagrosa.

Tras el pitazo final, la parcialidad (que se acercó en buen número pese a la distancia y los 350 PESOS DE ENTRADA) reconoció con aplausos el enorme esfuerzo de nuestros futbolistas.



Ahora nos enfrentaremos a Danubio el próximo domingo en el Estadio Olímpico. Un rival difícil pero al que siempre le ha costado sacar puntos en nuestro reducto. Un triunfo nos dejaría casi con la permanencia asegurada, aunque no hay combinación de resultados que nos permita estar salvados matemáticamente ya en la próxima fecha.

Esperemos que se recuperen varios de los futbolistas que están en sanidad (el que parece más lejano en su retorno es Cristian Olivera) y que con el trabajo de la semana se puedan seguir corrigiendo algunas cuestiones. La actitud está y eso ya es una tranquilidad. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Marcelo Baruffaldi
Fotos: AUF OFICIAL

* Las referencias al tango de Rampla ya las usamos muchas veces, pero seguramente cualquier estrofa que usted elija servirá para ilustrar esta crónica. 

Resumen televisivo del partido


lunes, 8 de octubre de 2018

La fiesta del Parque Batlle

“El otro día en la práctica le dije a varios de los jugadores: confío a muerte en ustedes. Vamos a arruinarles la fiesta. La plata ya la aseguramos. Ahora vayamos por la gloria”. Eran las palabras del presidente picapiedra Ignacio Durán hacia el plantel cuando se fijó el Estadio Centenario para el partido entre Rampla y Peñarol.

No fue una decisión fácil de tomar y recibió muchas críticas. Algunas desde nuestra parcialidad, pero la mayoría de parte de los hinchas de Nacional. Obviamente no nos importa, acá se busca lo mejor para Rampla económica y deportivamente, pero molesta.

Al final el negocio fue redondo: se obtuvo una suma de dinero importante para afrontar el presupuesto del club, se ganaron 3 puntos de oro para la lucha por la permanencia y además, por si faltaba algo, se ganó también en el preliminar de Tercera División. Pero más allá de todo, se le dio una lección a los irrespetuosos, a los “llorones”, a los cracks de las redes que creen que se la saben toda, a los que dudan de la honestidad y el honor de los futbolistas uruguayos.


Realmente fue emocionante la garra y la entrega de los jugadores de Rampla. Y el temple para aguantar, con serenidad e inteligencia, el paso de los minutos. Nadie se guardó nada, todos rindieron al máximo de sus capacidades. En el segundo tiempo si pasaba la pelota no pasaba el jugador. No importaba si había que tirarse de cabeza. Esa es la actitud que queremos ver siempre.

Estos partidos se ganan así. Imposible imponerse jugando de igual a igual contra un rival más poderoso en todo sentido. Estos partidos se ganan siendo realistas, defendiendo con mucha gente, con un arquero que ataje hasta el viento, esperando que el rival carezca de puntería y metiendo el gol cuando la chance se presenta.

“¿Qué es ser un técnico bicho? Yo soy astuto. Estoy en los detalles”, decía Julio “Tola” Antúnez en una nota radial. No dejó que regaran la cancha ni cortaran el césped, porque los locales éramos nosotros. Antes de poner a Burbano se acercó a Cóccaro a darle alguna indicación. El “canario” se fue para la otra punta de la cancha y unos instantes después cayó desplomado. El árbitro se acercó, llamó al carrito y recién ahí se lo llevaron. El cambio era por él y la indicación quedó evidente. Detalles.

Dirán que tuvimos suerte. Dirán que jugando así se gana 1 partido en 100. Dirán lo que quieran, pero los tres puntos están en casa. Si este mismo partido lo gana Peñarol de visitante en Brasil o en La Bombonera o en el Monumental de Nuñez hablan 2 meses de mística copera.

Solo queda felicitar al cuerpo técnico y al plantel por el enorme esfuerzo que hicieron, por agrandarse ante la adversidad. Y también el reconocimiento para los botijas de la Tercera División, dirigidos por Gastón De Los Santos, que ganaron 3-1 y están peleando el Torneo Clausura de su categoría.

(foto: Guzmán Chiappara)

La fiesta fue completa y el Estadio Centenario fue testigo de una nueva hazaña del viejo Rampla Juniors, un patrimonio del fútbol uruguayo.

Aquí el resumen televisivo del partido:

lunes, 24 de septiembre de 2018

Hizo lo que pudo

No era fácil la primera misión para Julio César Antúnez como DT de Rampla Juniors. Debía enfrentar un partido importante por la permanencia con menos de 2 semanas de trabajo y sin 6 jugadores habitualmente titulares: Rodrigo Odriozola, Edgar Martínez, Mauricio Felipe, Mauro Brasil, Jhony Galli y Matías Cóccaro. Los dos primeros por sanción (expulsados ante Liverpool, ambos volverán para enfrentar a Peñarol) y los otros cuatro por diferentes cuestiones sanitarias.

De todos modos logró presentar un equipo que realizó un partido correcto, con mucha entrega y orden táctico, ante un rival que, si bien viene en caída, nadie puede dudar de sus buenos jugadores y del trabajo sostenido en el tiempo con el mismo entrenador.

Rampla salió a la cancha con Federico Silvera en el arco; Alejandro Furia, Gonzalo Rizzo, Matías Soto y Camilo Cándido en defensa; Hugo Dorrego, Nicolás Rocha y Gastón Díaz en el mediocampo; Cristian Olivera suelto como enganche y Matías Rigoleto junto a Diego Martiñones en ofensiva.

Hay que destacar el muy buen nivel de Matías Soto, que parecía nunca haber salido del equipo titular, y de Nicolás Rocha, que volvió a ser un león en la mitad de la cancha. También la sobria y correcta labor de Silvera en el arco.

El primer tiempo fue muy parejo y trabado. Al picapiedra le faltó juego por las bandas para sorprender y sus ataques se hicieron muy anunciados. Solo tuvimos una buena chance alrededor de la media hora de juego con un remate de Olivera desde la medialuna que el arquero sacó en forma notable yendo abajo contra el palo.

En defensa casi ni pasamos zozobra en esa primera mitad, salvo por algún cabezazo de Coelho que terminó afuera y cayendo mansamente en las manos de Silvera. El propio botija cedido por Nacional ingresó peligrosamente al área en otra incidencia pero nuestro guardameta le cerró bien el ángulo, evitando que pateara.

(foto: Tenfield)

En la segunda mitad Boston River poco a poco fue adueñándose de las acciones. Rampla tuvo un remate lejano de Díaz que pasó muy cerca y poca cosa más, mientras que los locatarios nos complicaron con sus ataques por las bandas, generando varios córners.

En dos de ellos estuvieron muy cerca de convertir. Fueron a los 23 y 24 minutos. En el primero Rizzo fue arriba con un rival, la pelota quedó muerta en el medio de ellos, el futbolista contrario reaccionó más rápido y pateó al arco, donde Diego Martiñones estaba justo sobre la línea de gol para salvar el tanto.

En el segundo también la guinda quedó boyando en nuestra área, un rival logró hacerse el espacio para patear pero por suerte su disparo se fue por arriba del travesaño. Luego vinieron los cambios, que enfriaron un poco el aluvión locatario.

Primero entró el colombiano Burbano por Martiñones (que salió acalambrado) faltando 15 minutos. Las otras dos variantes ya se realizaron en el minuto 39. Entraron Julián Lalinde por Rigoleto y Adrián Leites por Olivera.

Julián pudo bajar alguna pelota por arriba, algo que habíamos perdido con la salida del “Rata”. Adrián manejó la guinda con su pasta característica y sacó de la galera una falta cerca del área ya en el minuto 48. Se puso la pelota bajo el brazo y se decidió a ejecutar el tiro libre. Era LA chance. Lamentablemente se fue por arriba del palo y acto seguido Claudia Umpiérrez pitó el final.

Todos nos quedamos con las ganas de que el equipo intentara arriesgar un poco más por el triunfo, pero hay que tener paciencia y confianza en el cuerpo técnico, que recién ha comenzado a trabajar con el plantel. Los futbolistas sabemos que van a dejar todo en la cancha.

La próxima fecha enfrentamos a Peñarol en el Estadio Centenario. Es difícil pero no imposible. Y podremos contar con Odriozola y Edgar Martínez, y quizás alguno de los muchachos que están en sanidad. Ni que hablar que cualquier punto sirve, pero a no enloquecerse, que la fecha siguiente tendremos una verdadera final contra Atenas en San Carlos y ahí si, ganar es fundamental. ¡ARRIBA RAMPLA!

sábado, 22 de septiembre de 2018

Durán: “El acuerdo con Peñarol está firmado”

Finalmente Rampla Juniors fijó el Estadio Centenario para recibir a Peñarol por la fecha 11 del Torneo Clausura, lo cual generó cierta polémica, principalmente por la molestia de los hinchas de Nacional y de algunos parciales de Rampla que esperaban recibir a los aurinegros en nuestra casa.
 
Primero que nada, los integrantes de este espacio creemos que la Comisión Directiva del club tiene que tomar la decisión que le parezca más conveniente en cada momento, sin ataduras ni presiones externas, y sin sentirse condicionada por lo decidido en ocasiones anteriores. 
 
La discusión entre Nacional y Peñarol no es tema nuestro. Y aquí no se trata de complacer a nadie: hay que buscar lo mejor para Rampla como institución. Si bien encontrar el equilibrio entre lo económico y lo deportivo siempre es complejo, ambas cuestiones van de la mano. 
 
Por poner un caso extremo: si no está el dinero para pagar las deudas antes de empezar un torneo lo deportivo directamente desaparece, porque el club queda fuera de competencia.
 
Jugar en el Estadio Olímpico contra un “grande” implica un déficit de alrededor de 5.000 dólares. Esto ya lo padeció la anterior Comisión Directiva, que incluso por motivos económicos decidió fijar un partido contra Nacional en el Parque Viera este mismo año.
 
El alto déficit se debe a los elevadísimos costos del operativo de seguridad, cámaras de identificación facial, entre otros, frente a la poca cantidad de entradas que se pueden vender. En general, ya suele ser deficitario ser local contra cualquier equipo (unos $130.000 por partido), pero en este caso es peor debido a la mayor cantidad de gastos.
 
Por otra parte, se pierde la posibilidad de realizar una buena recaudación, teniendo en cuenta que en esta ocasión la coyuntura de Peñarol es propicia en todo sentido: va primero y llega en gran momento, la fecha se disputa en el marco de un nuevo aniversario de los aurinegros, estrena camiseta, etc.
 
El tema era que el clima jugara una mala pasada, por ejemplo, y la expectativa de una buena recaudación no se cumpliera.  Para evitar eso, la dirigencia picapiedra realizó negociaciones con su par carbonera y logró llegar a un acuerdo: Peñarol asegura una determinada recaudación. Así se estipula en un contrato que ya fue firmado y presentado ante la AUF.
 
Lo explica fácilmente el presidente de Rampla, el Dr. Ignacio Durán: "Si se venden menos entradas que equivalen a ese dinero pactado, los aurinegros completan el faltante. Si se vende la misma cantidad o más, ellos no pagan nada y la mayor ganancia es también para Rampla. Es decir, la gestión le permite a Rampla asegurarse una muy buena suma de dinero para afrontar obligaciones asumidas, que son muchas".
 
Durán fue muy transparente en su postura: "Yo debo pensar no solo en la pelota, sino en el bolsillo del club, y ser racional, abstraerme de la crítica y la pasión del hincha. Sería muy irresponsable privar al club de un ingreso de este tipo y luego de eso, ¿cómo le explico a mis empleados que no tengo dinero para pagar sus salarios?".
 
Esto mismo se intentó el año pasado, pero aquí hay una gran diferencia: el acuerdo está firmado y registrado en contaduría de la AUF. Así lo aseguró nuestro presidente: “No es una promesa como dicen, se firmó un contrato que lo respalda”. Y agregó: "Primero nos juntamos con los empresarios riverenses. La oferta fue muy buena, sin dudas, pero Peñarol la superó ampliamente".
 
Justamente en el mencionado contrato con los mirasoles las partes se comprometen a no revelar la cifra, pero según Durán “es un dinero muy importante para Rampla, que nunca antes se consiguió por concepto de recaudación. Ese dinero no se genera jugando en ningún otro lado”.
 
Los últimos 4 partidos entre Rampla y Peñarol disputados en el Centenario arrojaron 2 triunfos para cada uno. Este equipo picapiedra ganó 1-0 por el Especial 2016 con gol de Kevin Gissi.
 
Respecto a la opinión del plantel y cuerpo técnico sobre no jugar en el Olímpico, Durán no anduvo con rodeos: “por cómo está el Olímpico, los jugadores nos piden hasta ENTRENAR en otra cancha, ni te digo jugar. Y de hecho ya existió un pedido de jugar varios partidos en otra cancha, que la directiva desestimó. Esto no viene de ahora, sino desde las primeras fechas. Pero acá Peñarol no tiene nada que ver. Los consultamos sí, nos interesaba su punto de vista deportivo, pero la decisión la toma EXCLUSIVAMENTE la Directiva, quién votó por mayoría jugar en el Estadio Centenario".
 
“No me agrada nada que nuestra casa esté en estas condiciones, y esto a partir de noviembre va a cambiar" sentenció el presidente.

En la cancha son 90 minutos y ningún resultado está asegurado. De hecho en el Olímpico hemos perdido más de lo que hemos ganado este año y Rampla ha tenido mejores partidos de visita que de local. Ojalá podamos lograr un triunfo y la movida salga redonda. 
 
Para finalizar el Presidente dijo: “el otro día en la práctica le dije a varios de los jugadores: confío a muerte en ustedes. Vamos a arruinarles la fiesta. La plata ya la aseguramos. Ahora vayamos por la gloria y dejemos a Rampla en primera, el lugar en donde se merece estar.”
 
Sin duda es el deseo de todos. ¡Arriba Rampla!

jueves, 13 de septiembre de 2018

Antúnez: "7 partidos es una fortuna"

Cuando se te rompe la computadora podés tratar de arreglarla vos, o pedirle a algún amigo que más o menos sabe, o contratar a un especialista *. Lo mismo pasa en el fútbol. Y cuando un equipo está peleando por la permanencia en primera, el experto es Julio César Antúnez, más conocido como “el Tola”.

Rampla inició la temporada con la expectativa de volver a clasificar a una copa internacional, y de mirar la tabla de descenso bien de lejos. Lamentablemente un pésimo Torneo Apertura nos puso de lleno en esa lucha, en parte, también, por no tomar la decisión de pegar un golpe de timón a tiempo, cuando ya se veía que la situación era ilevantable.

Esta nueva Comisión Directiva no quiso esperar y cesó a Julio Fuentes, cuyos números la verdad no eran buenos. Entre medio local y Sudamericana dirigió 17 partidos: ganó 5, empató 2 y perdió 10. Tuvo el mérito de ganarle a los rivales directos (Fénix y Racing) dos veces, pero la realidad es que tomó a Rampla en la posición 12 de la tabla del descenso (o sea en zona de permanencia) y lo dejó en el puesto 13 igualado con Racing, con quien debería jugar un desempate para no bajar.

En ese panorama asume “el Tola”, con 7 fechas por delante. “7 partidos es una fortuna, son 21 puntos, no se puede vaticinar nada” reconoce Antúnez, en la entrevista que le realizamos luego de culminado su primer entrenamiento con el plantel de Rampla.


(foto: tenfield.com)

El primer diagnóstico es de una situación bastante complicada. “A este plantel lo han destrozado. Hay algunos jugadores que están destruidos. Jugadores como Soto, como Rocha, que en su momento yo los veía jugar en Rampla y eran importantes para el equipo, no entiendo por qué últimamente no se los tuvo en cuenta”.

De todos modos, encontró un plantel con ganas de salir adelante. “La actitud fue muy buena" dice. Para su primer partido, que será dentro de 10 días ante Boston River, no podrá contar con Rodrigo Odriozola y Edgar Martínez (suspendidos), y tampoco con Jhony Galli y Mauro Brasil (lesionados). En ese panorama entiende que recuperar a Nico Rocha y Matías Soto es fundamental.

“Mi obligación es llevarlos a su mejor nivel moralmente y deportivamente, no solo a ellos sino a todo el plantel, y sacarles el máximo provecho” señaló el nuevo entrenador. “Hay que hacer un trabajo muy fino en poco tiempo, para ponerlos en forma pero cuidarlos que no se rompan”.

En cuanto al poco tiempo de trabajo y lo que se viene, está tranquilo. “No hay que enloquecerse, nos quedan 6 partidos por jugar y no importa cuántos puntos sumemos, lo que importa es que terminemos arriba de Fénix y de Racing, o de Atenas y Torque”.

Consultado por su idea futbolística, no anduvo con rodeos: “Si yo quisiera plasmar mi forma de jugar tendría que haber sido yo el que armara el plantel. Me tengo que adaptar a lo que hay, y de lo que hay tengo que tratar de sacar el mejor provecho”.

Ojalá así sea, porque de su éxito depende la suerte de Rampla en esta temporada. Sabemos que hay buenos jugadores en el plantel y si el nuevo entrenador logra que algunas piezas claves recuperen su nivel, no dudamos que el picapiedra estará en Primera División en el año 2019. ¡ARRIBA RAMPLA!

* Si usted necesita un especialista en computadoras y cuestiones de informática le recomendamos a Marcelo Fuentes, nuestro técnico de confianza. Un gran amigo ramplense al que podés contactar llamando al 095 726 752 (095 RAMPLA).

lunes, 10 de septiembre de 2018

De nuevo en el pozo

Rampla Juniors volvió a perder, esta vez 2-0 ante Liverpool en Belvedere, y nuevamente nuestro equipo cayó en zona de descenso (hoy por hoy jugaríamos un desempate frente a Racing). La derrota nos lastima más porque nos hace perder al arquero titular y al capitán en las próximas fechas. Aunque descontarán un partido de sanción el fin de semana próximo, cuando Rampla gane los puntos ante El Tanque, pueden recibir más de un juego de suspensión, y en el caso de Edgar Martínez es seguro que será así.

En Belvedere no merecimos perder, es cierto, pero hicimos todo para perder. Esa es la realidad. Lo provocamos con errores propios: goles malogrados, una falla defensiva en el primer gol rival y luego innecesarias expulsiones.

El picapiedra salió al campo con Rodrigo Odriozola en el arco; la defensa conformada por Mauricio Felipe, Edgar Martínez, Gonzalo Rizzo y Camilo Cándido; la mitad de la cancha con Hugo Dorrego y Jhony Galli por el centro, Fabio Burbano por derecha y Cristian Olivera por izquierda; Diego Martiñones y Matías Cóccaro en ofensiva.

Más allá de los nombres, una formación con más variantes ofensivas, quizás la que debió jugar en el partido anterior frente a Wanderers. La estrategia inicial fue acertada: el cuerpo técnico estudió al rival y sabía que los dirigidos por Pezzolano salían jugando del fondo con balón al pie. Por eso Rampla aplicó una presión alta en la cancha, y eso le permitió generar dos chances clarísimas de gol en el primer cuarto de hora.

La primera fue a los 15 minutos. Dorrego fue el que robó la guinda, Martiñones rápidamente puso en carrera a Cóccaro que definió por el costado de Bava, quien logró tapar el tiro con el pie. Parece que al “canario” lo hubieran mufado con tantas entrevistas después del 4-3 ante River.

Apenas 2 minutos más tarde fue Galli el que sorprendió con un quite. La pelota la llevó Olivera, se sacó de encima a su marcador y la puso al medio para Martiñones, que solo tenía que empujarla ante el arco libre. Lamentablemente el “rata” le dio muy de abajo y la guinda se fue por arriba del palo. Increíble.

Al toque ocurrirían dos incidencias que serían claves para el resto del partido. Primero la lesión de Galli, que se estaba comiendo la cancha. Entró Nicolás Rocha, notoriamente falto de fútbol. Y luego el gol de Liverpool, en la primera y única llegada de los negriazules en todo el primer tiempo. Fue en un córner donde ni Edgar ni Rizzo pudieron rechazar, y el remate de Sención venció a Odriozola.

(Foto: La Diaria)

A partir de ahí el partido fue otro. Los locales, cómodos con el resultado, dejaban venir a los rojiverdes y esperaban pegar el zarpazo de contragolpe. La presión alta de los nuestros ya no fue sorpresa, y nos costó mucho generar ocasiones de peligro sobre el arco de Bava, más allá de alguna pelota quieta.

Así se fue el primer tiempo, con un 1-0 a favor de Liverpool que hasta el más fanático de la línea Puritas entendería como injusto. Lo mostrado por Rampla tanto frente a River como ante Defensor nos daba esperanzas de poder revertir la historia, pero todo se empezó a desmoronar a los 8 minutos.

Tiro libre para Liverpool, entra solito un zaguero y cabecea desviado. Previo a ejecutar el saque de arco, Odriozola se enfrasca en una discusión con el juez de línea, hasta que el árbitro Modernell va y le saca la tarjeta amarilla. Ahí “chupete” pierde los estribos, y el árbitro de inmediato le muestra la segunda tarjeta amarilla, expulsándolo del campo. Imposible saber si hubo algún tipo de insulto, lo que sí se notó desde la tribuna es que a Rodrigo le saltó la térmica.

Quizás otro árbitro con más experiencia hubiera manejado mejor la situación. Lo cierto es que esta irresponsabilidad de Odriozola nos terminó de condenar. No nos podemos dar el lujo de regalar una expulsión. NOS ESTAMOS JUGANDO LA VIDA EN CADA PARTIDO. Esto además dejó a nuestros jugadores en un estado de nerviosismo total, pese a que detrás de la línea de cal Julio Fuentes insistía con pedir calma.

Entró Federico Silvera por el colombiano Burbano. Enseguida el botija se mandó dos tapadas tremendas para evitar el 2-0, y luego sacó un tiro libre que tenía destino de gol. Pero no pudo hacer nada ante el toque suave de Federico Martínez que a los 31’ duplicó diferencias, justo después del ingreso de Julián Lalinde por Felipe.

De ahí al final los locales sacaron la pizarra (como se dice en la jerga futbolística) y Edgar Martínez no se lo tomó muy bien. Pegó un patadón tremendo y se ganó la roja directa. Un exceso que tendrá graves consecuencia, ya que tiene antecedentes y no vamos a poder contar con él por varios partidos.

Esto así no puede seguir. La Comisión Directiva deberá actuar con firmeza, no solo con el cuerpo técnico (que en realidad esta vez no fue responsable la derrota) sino también con el plantel. No puede ser que los dos capitanes se hagan echar en un mismo partido. Hay que aprovechar estos 15 días para barajar y dar de nuevo. Buscar soluciones entre todos. Unidos.

Comentario: Marcelo Baruffaldi.

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

martes, 4 de septiembre de 2018

¡Por favor Julio!

Llegamos al Estadio Olímpico con la ilusión renovada. El tremendo triunfo 4-3 sobre River, la sólida victoria 2-0 frente a Racing y el empate 2-2 con Defensor mostraban un Rampla que venía en alza y que estaba en condiciones de comenzar a olvidarse definitivamente de la lucha por la permanencia.

Sin embargo, cuando vimos la formación inicial del picapiedra, el semblante ya cambió. No estaban ni Cristian Olivera, ni Adrián Leites, ni el colombiano Fabio Burbano, todos factores clave en esta levantada del nivel de juego del equipo. ¿Lesiones? No. ¿Suspensiones? Tampoco.

Es cierto que en la mayor parte del partido contra los darseneros no se jugó bien, pero en todo caso la referencia no debía ser esa, sino el choque ante Racing. No es lo mismo ir de visitante que jugar en nuestra casa, donde es hasta una OBLIGACIÓN HISTÓRICA salir a llevarse por delante al rival.



Y aquella tarde, vital para nuestro objetivo, vimos seguramente el mejor primer tiempo de Rampla en lo que va del año. ¿Por qué no repetirlo? Juego asociado. Llegadas con peligro por derecha y por izquierda. Todo en la misma cancha y hacia el mismo arco (y hasta diría con el mismo viento a favor).

No. El cuerpo técnico quiso cambiar todo. Puso un mediocampo sin creadores de juego. Con Mauricio Felipe (que rinde mucho como lateral pero lejos está de aquel volante del año que ascendimos), Díaz y Galli en el centro, y Dorrego por la zurda. Tres mediocampistas y medio de marca (solo por considerar las notables condiciones técnicas de Dorrego), de local. Inentendible.



Aún así, Rampla generó un par de jugadas de peligro sobre el arco de Wanderers, todas con remates de corta y media distancia, porque de pisar el área con peligro ni hablamos. Las pueden ver en el resumen televisivo. Y si, también es cierto que ligamos mal.

Todo lo generado fue por la banda izquierda, gracias a las subidas de Cándido y las asociaciones con Dorrego, Galli y Martiñones (que era el punta que bajaba a buscar la guinda). La banda derecha totalmente desaprovechada. Felipe solito (porque Servetti se las arregla como lateral pero claramente es zaguero y rara vez cruza la mitad de la cancha) junto a un impreciso Gastón Díaz que desde la lesión en Colombia no volvió en el mismo nivel.

Básicamente, todos nos quedamos con la sensación de que regalamos el primer tiempo. A ver si nos entendemos: en este momento ESPECULAR NO SIRVE. En este fútbol uruguayo la mayoría de los partidos los gana el equipo que empieza en ventaja (y esa estadística debe ser aún más alta en nuestra cancha). NECESITAMOS SUMAR PUNTOS.

Recién en el segundo tiempo al entrenador se le ocurrió colocar a Leites y a Olivera, ya con viento en contra y el tiempo yéndose como agua entre los dedos. Y en un trámite así, parejo, donde no supiste aprovechar cuando tenías todas las de ganar, resulta previsible que a la larga pierdas.






Wanderers hizo poco y nada por el triunfo. Simplemente aprovechó nuestro error (Camilo no sigue a Riolfo y luego en su intento por rechazar le comete penal). Perdemos un partido que perfectamente se podría haber ganado. Y no hace falta decir que no estamos en condiciones de andar regalando partidos.

No tiene sentido descargarse con el árbitro cuando la responsabilidad de la derrota está en nuestras filas. Ahora nos quedan solo 3 partidos (en principio) en nuestro escenario: Danubio, Peñarol y el clásico. Si sería importante ganarle a un equipo de media tabla como Wanderers.

El próximo domingo iremos a Belvedere para enfrentar a Liverpool. Otro cantar. Solo nos queda esperar que el cuerpo técnico sea lo suficientemente autocrítico para reconocer sus errores y que esta vez no invente cosas raras. Ojalá que los que pasan la pelota redondita y al pie tengan un lugarcito en el equipo, para volver a ilusionarnos con un Rampla victorioso.

Comentario: Marcelo Baruffaldi.
Fotos: Adrián Barreto.

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

lunes, 27 de agosto de 2018

La tarde de los recuerdos

En estos días donde la nostalgia está en todos lados y los recuerdos invaden al pueblo uruguayo, Rampla nos regaló una tarde que quedará por mucho tiempo en nuestra memoria. Tras ir perdiendo 3-1 en una cancha siempre difícil como el Saroldi, los picapiedras lograron dar vuelta el resultado y llevarse un resonante triunfo 4-3 que en cierto modo nos hizo rememorar el 5-4 a Cerro Largo.

Este grupo de futbolistas ya ha dado muestras de su entrega y compromiso con la causa. Fueron varios los partidos donde cayeron en desventaja pero lucharon hasta el final por revertir el resultado. La mayoría de las veces no se pudo, es cierto, pero lo bueno es que últimamente eso está cambiando. Primero fue el valioso 2-2 ante Defensor y ahora esta notable victoria sobre River.
El tema es que a esta entrega le hacía falta buen juego, y eso comenzó a aparecer en la medida que se le fue dando cabida a individualidades que pedían pista a gritos. El ejemplo más claro es el de Matías Cóccaro. Y también poniendo en cancha a muchachos curtidos con nuestra camiseta. No es casualidad que Felipe, Olivera, Leites y Cándido hayan estado en aquel 5-4.

La mejoría en el funcionamiento ya se empezó a notar en el triunfo contra Racing, la semana anterior. Segurmante por eso Rampla presentó una sola variante respecto a la oncena titular de aquella tarde: el ingreso del colombiano Jonathan Herrera por su compatriota Fabio Burbano, que se perdió el choque ante los darseneros por lesión.

Rodrigo Odriozola en el arco; Mauricio Felipe, Gonzalo Rizzo, Edgar Martínez y Camilo Cándido en la defensa: Gastón Díaz y Jhony Galli por el centro; más adelante Cristian Olivera, Adrián Leites y Jonathan Herrera; como única punta Matías Cóccaro.

 
En el primer tiempo los rojiverdes fueron prolijos en el trato de balón hasta tres cuartos de cancha. De ahí en adelante costaba mucho encontrar los huecos para entrar al área. La idea era que Leites y Díaz metieran pases en profundidad para Cóccaro o para las diagonales de Olivera y Herrera. Ambos llegaron a pisar el área con peligro pero sin posibilidades de definir.

El colombiano tuvo un remate de media distancia que pasó muy cerca del ángulo y, en una de esas diagonales, un cabezazo para sorprender por arriba al arquero Nicola (que había salido a achicar), pero sin fuerza ni dirección apropiada.

River por su parte parecía ser más dinámico en el mediocampo pero tampoco generaba nada. Tuvieron un tiro de esquina que desviaron en el primer palo y sacamos en la línea, y el tiro libre notablemente ejecutado por Jones que a los 38 minutos se convertiría en el 1-0 para los locales.

En la última jugada del primer tiempo, Edgar Martínez cabeceó notable tras un tiro de esquina pero la guinda pegó en el travesaño, en la espalda de un futbolista rival y salió. Increíble lo mal que ligamos.
 
Así nos fuimos al descanso con la sensación de que no era justo que Rampla estuviera perdiendo. De movida Fuentes puso a Martiñones y sacó a Díaz, pasando Leites como volante central junto a Galli. Olivera y Herrera ocuparon los extremos, y el “Rata” se fue de punta junto a Cóccaro.

No tuvimos tiempo ni de acomodarnos cuando cayó el 2-0 para River. A partir de un saque lateral, le ganaron la espalda a Cándido, la metieron al medio y Odriozola no llegó al cierre, rematando Urruti totalmente desmarcado.

Este gol parecía un masazo pero los rojiverdes reaccionaron rápidamente. A los 4' Camilo la puso al medio, Cóccaro habilitó de pecho a Martiñones y el goleador se sacó de encima al arquero y definió con tranquilidad, por entre las piernas del defensa que había quedado en la raya del arco. Partido 1-2 y todo el complemento por delante.

Ya sobre el minuto 6 pudo estar el empate pero otra vez el palo nos lo negó. Tras un tiro de esquina Cóccaro ganó de cabeza, la guinda salió mordida y pegó en el travesaño. En el rebote la sacaron justito de la raya. Increíble.

A esa altura ya estaba Hugo Dorrego para ingresar, y el colombiano Herrera era el hombre para salir. Sobre los 10 minutos, y en pleno dominio picapiedra, llegó el 3-1 para River. Leites la perdió en la salida y con un par de toques pudieron dejar a Ospitaleche (el que había iniciado la acción) con la chance de definir ante el arco libre. Parecía lapidario, pero Rampla es Rampla y estos jugadores saben que con esa camiseta puesta deben luchar hasta el último instante.

Un claro ejemplo fue lo que hizo Cóccaro a los 19', yendo a pelear una pelota perdida contra el ex picapierda Emiliano García. El “gallego” la tocó atrás para el arquero pero le quedó corta, el “canario” le ganó la posición y lo obligó a cometerle falta en el borde del área. Bien Andrés Cunha sancionando la infracción y mostrándole la tarjeta roja al defensor.
 
El tiro libre era quizás más peligroso que la jugada interrumpida, estando Dorrego para la ejecución. Hugo sacó un tremendo remate, fuerte y bien dirigido al palo del arquero que Nicola Pérez sacó con flor de atajada. Faltaba casi media hora y con un hombre más empatarlo no era una quimera.

Julio Fuentes no se cansaba de pedirle calma a los muchachos. Justo es decirlo, el equipo local parecía manejar con comodidad el trámite, pese a la inferioridad numérica. Incluso contaron con un par de contragolpes muy propicios para meter el 4-1. En un par de ocasiones apareció Odriozola salvando su arco, y también fue tremendo el despliegue de nuestros defensas.

Al minuto 27 se realizaría el último cambio en Rampla: Delis Vargas por Mauricio Felipe. Línea de 3 en la defensa y Vargas parándose casi como puntero derecho. Los darseneros ya no se soltaron con tanta libertad al ataque y el partido pasó a jugarse enteramente en campo de River.

Fueron fundamentales las subidas de Cándido por izquierda. Mostrándose siempre como opción y metiendo balones “venenosos al área”. Con esa receta llegó el 2-3 al minuto 34'. Centro de Camilo, la peina Leites en el primer palo y en el segundo Martiñones la desvía de forma acrobática para ponerla en el ángulo y dejar sin chances al arquero.
El olfato goleador del “Rata” es tremendo. Siempre se las ingenia para mandar la bola al arco, no importa si está marcado o libre, si es de cabeza o con la punta del zapato. Su oportunismo fue fundamental en ambos goles.

Ahora si, quedaban 10 minutos y el empate estaba a la mano. River hacía tiempo y sus jugadores la sacaban para donde podían. Sobre los 41 minutos llegaría el ansiado y merecido empate. Camilo la inició, Martiñones se la dejó a Leites y fue a buscar la devolución, Adrián la pinchó para el “Rata” pero en el medio estaba Cóccaro, que la mató de pecho y con una chilena espectacular la mandó a guardar.

Impresionante gol del “Canario”, que ya había ensayado una parecida ante Danubio por el Torneo Apertura, aquella vez salvada por el arquero. Esta vez el guardameta solo pudo mirarla. Uno de los mejores tantos del campeonato sin dudas.
 
El empate ya era buen negocio para los picapiedras, pero nada de conformarse con eso. A los 47' Martiñones luchó una guinda contra la raya y se la pellizcó justo al defensor darsenero que estaba haciendo pared para que la pelota se fuera sola afuera. De inmediato puso un centro corto y Cóccaro anticipó a su marca para meter un impecable cabezazo que se metería contra el ángulo del segundo palo. LOCURA TOTAL en la tribuna ramplense.
 
Como esto es Rampla siempre hay un espacio para el sufrimiento. En los minutos finales llegaron un par de centros peligrosos al área pero nuestros muchachos desactivaron el peligro. Hasta que pasado el minuto 50 el juez Cunha señaló el final del match. Inolvidable triunfo picapiedra y muy merecido para estos muchachos que siempre dejan todo en la cancha.

El próximo sábado Rampla enfrentará a Wanderers en el Estadio Olímpico.

Comentario: Marcelo Baruffaldi
Fotos: Adrián Barreto
Defensor de las causas justas y de los futbolistas que no merecen ser agraviados: Emilio Fernández 

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

lunes, 20 de agosto de 2018

El equipo de todos

Terminó el partido contra Progreso, con derrota picapiedra 1-2. En la calle, saliendo del Estadio Olímpico, nos cruzamos con Matías Cóccaro. El botija oriundo de Lavalleja se había quedado con todas las ganas de tener minutos, otra vez. Con un grupo de amigos y allegados a esta página lo identificamos y tratamos de levantarle el ánimo. Le dijimos que le siguiera metiendo, que iba a llegar su oportunidad.

Muchos hinchas lo pedíamos hace rato. Siempre que entró tuvo buenos minutos, y si bien no se le había dado el gol, con su picardía y habilidad había provocado varios penales a favor. Tiene esa desfachatez, eso de jugadores con las medias bajas, que siempre genera la esperanza de ver algo distinto.

Para el partido contra Racing, la suspensión de Diego Martiñones le abrió la puerta al equipo titular y no la desaprovechó. No solo anotó el 1-0 en este vital encuentro, sino que además provocó la falta que le permitió a Hugo Dorrego, de tiro libre, convertir el 2-0 que sentenció el match.

Y más allá de estas participaciones claves, fue una verdadera pesadilla para los defensas visitantes, que varias veces debieron recurrir a faltas (alguna grosera, de expulsión, no sancionada por el árbitro Óscar Rojas) para poder frenarlo.

También es justo señalar que tuvo detrás un equipo bien conformado esta vez. Con la seguridad habitual de Rodrigo Odriozola, que protagonizó un accidente de tránsito 2 horas antes del partido y aún así pudo estar en cancha. Una defensa sin inventos: Felipe de lateral derecho, Edgar Martínez y Gonzalo Rizzo en la zaga, Cándido en el lateral zurdo. El doble cinco con los siempre metedores Jhony Galli y Gastón Díaz (que regresó luego de la lesión sufrida en Colombia) y tres generadores de fútbol: Fabio Burbano, Cristian Olivera y Adrián Leites.

Esta conformación de la oncena titular, con el “mago” y Adrián juntos, más la explosión del colombiano y con Cóccaro arriba, daba para ilusionarse con un Rampla diferente al de los partidos anteriores: más ofensivo y con mejor trato de balón. Esto se vio desde el pitazo inicial.

A los 2 minutos ya creamos una chance de gol. Leites la metió larga para Cóccaro, que llegó al fondo y la puso al medio para Burbano, que haciendo la diagonal llegó para definir sobre el primer poste, perdiéndose la guinda apenas afuera.

Con Leites por el centro del ataque clarificando las jugadas, Rampla tenía la chance de llegar por cualquiera de los dos costados del frente de ataque. Olivera en principio se ubicó en la derecha y Burbano en la izquierda, pero rotaban sus posiciones. Mientras Cándido era un atacante más, llegando desde atrás.

El picapiedra dominaba pelota y campo, llegaba por todos lados y con mucha gente, y los de Sayago se defendían como podían. A los 23' casi llega el 1-0 en un córner bien servido por Camilo, que se cerró, el arquero pasó de largo y Cóccaro cabeceó desviado. Pero no habría que esperar mucho más para disfrutar la primera alegría.

Sobre el minuto 25, Rizzo mandó un saque de costado al área, la defensa visitante rechazó como pudo y la guinda le quedó a Felipe. El “foncho” sacó un tiro notable, cruzado y bien dirigido. La pelota increíblemente pegó en los dos postes verticales y le quedó a Cóccaro, que no dudó y la puso arriba para marcar el 1-0.

 
El resultado a esa altura era absolutamente merecido. Luego del tanto Racing salió a proponer algo más, adelantándose en la cancha, pero sin inquietar a la retaguardia ramplense. A los 39' salió un pase largo para Burbano y el colombiano lamentablemente sintió un pinchazo en la corrida. Debió salir sentido y habrá que esperar para saber la gravedad de esta lesión muscular. En su lugar ingresó Delis Vargas.

Para el complemento, Rampla cambió la figura táctica: del 4-2-3-1 del primer tiempo al 4-4-2, con Vargas y Cóccaro como puntas. Esta distribución fue útil en el plano defensivo, al tratar de poblar más las bandas, por donde Racing intentaría atacar. El problema es que nos quitó juego ofensivo, principalmente por alejar a Olivera y Leites, ya que quedaron uno por la banda izquierda y el otro por la derecha.

Con un intenso viento en contra se hizo muy difícil salir del asedio de los visitantes. Rodrigo Odriozola fue importante, tapando varios remates complicados, incluso uno de ellos con el pie. Y aunque parezca insólito, la chance más clara para los de Sayago estuvo en los pies de Gonzalo Rizzo, en un despeje fallido desde el área chica que se fue apenas por arriba del travesaño.

Promediando la etapa complementaria ingresaron Hugo Dorrego por Gastón Díaz (que venía de tres semanas de inactividad oficial) y el juvenil Gastón Gorrostorazo por Cristian Olivera. En el tramo final del partido Racing se fue quedando sin fuerzas y sin argumentos ofensivos, y Rampla poco a poco comenzó a insinuar que el segundo gol podía llegar. A los 36' un córner de Leites fue cabeceado en el primer palo por Rizzo y Cóccaro entrando por el segundo desvió la guinda hacia al arco, pero el palo evitó el tanto.

Sobre los 41' tuvimos otra clarísima. Delis Vargas se mandó una larga corrida y se llevó la pelota hacia el banderín, pero sorprendemente escapó de su marcador y se metió al área por la línea final. Cuando le salió el arquero la tocó al medio pero Cóccaro se pasó en la carrera. El balón le quedó a Leites que intentó hacerse un espacio pero cuando remató el arco ya estaba lleno de gente, a tal punto que la guinda pegó en Cóccaro y se fue afuera.

Finalmente a los 46' llegaría el gol de la tranquilidad. Otra vez Cóccaro obligando a sus marcadores, provocando una falta, en esta ocasión bien cerca del área. Estaban Leites y Dorrego. Le pegó Hugo en forma notable, por arriba de la barrera, dejando sin asunto al arquero y marcando el 2-0 definitivo.

Se ganó un partido vital ante un rival directo en la lucha por la permanencia, pero además dejando la sensación de que se encontró el equipo, la integración que nos puede otorgar el mejor funcionamiento. Y si, es cierto, poniendo futbolistas que hace rato la hinchada venía reclamando. De alguna forma, este triunfo realmente es de todos.

Comentario: Marcelo Baruffaldi.
Fotos: Adrián Barreto.