lunes, 26 de marzo de 2018

Fue más, pero no alcanzó

Por diferentes cuestiones, ninguno de los integrantes de EL BRAVO RAMPLA pudo asistir a este vital choque ante Liverpool. Por eso, contamos en esta ocasión con la crónica de los amigos de Mundo Rampla, audición radial que se emite todos los miércoles por grupomenteabierta.com además de ser el equipo periodístico que transmite por ese medio online todos los partidos del conjunto picapiedra, brindándole a nuestra parcialidad la oportunidad invalorable de poder seguir en vivo al equipo rojiverde. Desde ya les agradecemos por esta crónica y por todo lo que hacen por el club.

Rampla volvió a perder puntos en este Apertura 2018, esta vez ante Liverpool, uno de los rivales directos en la lucha por evitar el descenso.



 (foto: Mundo Rampla)

El picapiedra tuvo unos primeros 5 minutos fatales, donde pagó caro desatenciones defensivas.
En esos primeros minutos a Rampla se lo notaba dormido, como que todavía no había salido al campo de juego. Liverpool, en cambio, salió al terreno del Estadio Olímpico a comerse vivo al rival, y se encontró con dos goles de vestuario.

Al minuto de juego llega un pase largo hacia la banda izquierda del ataque negriazul, en un gran enriedo defensivo aparece Juan Ignacio Ramirez y aprovecha, sin marca, para rematar y anotar al minuto de juego nada más.

Al minuto a Rampla le cayó un baldazo de agua congelada, un gol de vestuario que siempre es duro recibir. Y dos minutos más tarde, por si no era suficiente, llega otro quede defensivo que aprovecha Federico Martinez al borde del área, un remate cruzado de derecha a izquierda, esquinado, vuela Rodrigo Odriozola pero no alcanza a sacar ese balón. A los tres minutos de juego Liverpool ponía el juego 2-0, con 87′ por delante a su favor, y Rampla con un panorama muy complicado.

Luego de esos primeros minutos donde no anduvo bien el equipo rojiverde, logró acomodarse en el partido y dominar las acciones, teniendo no menos de 4, 5 chances en ese primer tiempo.

A los 23′ llegaría el descuento, y a la postre único gol, del picapiedra, buena salida desde el fondo, muy buen pase de Ignacio Panzariello de derecha a izquierda, centro a la cabeza de el ‘Rata’ Diego Martiñonez, que cabecea de forma notable, cambiándole el balón de palo a Jorge Bava, inatajable para el arquero de la visita. Así Rampla lograba el descuento antes de la media hora de partido y soñaba con la remontada.

El partido continuó con dominio picapiedra, que no mostró el mismo buen fútbol que venía desplegando en partidos anteriores, pero que le alcanzó para ser superior a Liverpool en cancha.
El negriazul se defendió bien, no le dejó espacios a Rampla, que siempre tenía más de 8 rivales defendiendo, por lo que le era difícil llegar con facilidad al arco rival.

Jhony Galli de media distancia y Gabriel De León de volea en un córner, tuvieron las dos jugadas más claras en ese primer tiempo para Rampla, además de la jugada del gol, ya que ambas pasaron a milímetros de los palos del conjunto negriazul.

Rampla se fue injustamente abajo en el marcador, ante un Liverpool que jugó con el resultado, se defendió bien y con mucha gente, y aprovechó la velocidad en el contragolpe, un conjunto de Liverpool que tuvo varias chances claras en ese primer tiempo que terminaron convirtiendo a Rodrigo Odriozola en figura.

El segundo tiempo arrancó con dos variantes ofensivas por parte del ‘Ronco’ Lopez; Julian Lalinde e Igor Paim ingresaron al campo de juego, en lugar de Matías Cóccaro y Willinton Techera. Rampla con esos cambios pasó a jugar con línea de 3, Mauro Brasil al medio, De León en la derecha y Matías Soto sobre la banda izquierda, también pensando en la velocidad de los delanteros rivales.

Un segundo tiempo que arrancó trabado, cortado, algo que beneficiba al negriazul.
Rampla con más ganas que fútbol intentó e intentó llegar al empate, pero le costó llegar al arco negriazul, gran parte de eso fue gracias a la cantidad de gente que Liverpool tenía para defender, solamente quedaban dos e incluso uno solo en zona de ataque para un contragolpe, por lo que era muy difícil incluso probar se media distancia, ya que había mucha gente por delante del arco.

Liverpool mantuvo su juego defensivo, sostuvo el resultado y en el correr del segundo tiempo comenzó a sacar jugadores de ofensiva para seguir poblando la zona defensiva.

El último cambio del ‘Ronco’ fue la salida de Matías Soto para dar ingreso a Matías Rigoleto, dejando a dos defensores y al capitán Nicolás Rocha dando una mano en la defensa en lo que quedaba de partido.

Rampla fue con todo, pero lamentablemente no le alcanzó. Rescatar como siempre la actitud de los jugadores que buscaron en todo momento el gol y se recompusieron rápidamente de esos dos goles de vestuario, y también la mentalidad del Cuerpo Técnico de jugársela siempre al ataque para buscar el resultado.

Mención aparte para Gustavo Tejera y compañía, de muy mal arbitraje, otra vez, como contra Racing en la fecha 5, desestimó pitar penal a favor de Rampla, primero una clara mano en un centro de el ‘Mago’ Olivera, y en esa misma jugada hay una falta sobre Cristian que también desestima Tejera. Y más adelante no cobraría otro claro penal contra Mauro Brasil. Además de, obviamente, un montón de errores durante los 90′.

Estamos en un momento difícil, y ahora es cuando más hay que apoyarlos, a ellos, los que nos pusieron en una Copa Internacional, a ellos, que remontaron un 0-2 adverso en la Copa, a ellos, jugadores y Cuerpo Técnico, porque con ellos salimos adelante en 2017 y también saldremos de este mal momento en 2018. Como dice el dicho: “En las malas mucho más”.

Comentario: Sebastián Rey / Mundo Rampla / @Seba17Rey

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

domingo, 18 de marzo de 2018

Pegó en el palo

Nos acercamos al minuto 45 del segundo tiempo. Rampla empata 1-1 con Wanderers y los dos equipos quieren ganarlo. El picapiedra va con mucha gente al ataque. La guinda viene por arriba, Martiñones la baja y la pelea a unos metros de la medialuna. Matías Rigoleto se mete en la jugada y saca una volea impresionante, como aquella en el clásico de la Villa, solo que esta vez la pelota pega en el palo. Así de cerca estuvo Rampla de conseguir su primera victoria en el Apertura 2018.

Los picapiedras nunca especularon que el empate, que en otra circunstancia hubiera sido valioso en una cancha difícil contra un rival siempre competitivo. Por varios momentos el equipo mostró destellos de aquella noche inolvidable contra UTC. El buen piso ayudaba y los rojiverdes se sentían cómodos con el 1-0 que los puso en ventaja desde el minuto 12. Lo que quizás les faltó fue más ambición para convertir otro gol y poner el resultado a salvo antes de que llegara la igualdad.

Los dirigidos por Luis “Ronco” López tuvieron a Rodrigo Odriozola en el arco; Gabriel De León, Willington Techera, Matías Soto y Mauro Brasil en defensa; Ignacio Panzariello, Nicolás Rocha, Jhony Galli y Cristian Olivera en el mediocampo; Diego Martiñones y Julián Lalinde en ofensiva. Galli por Igor Paim y Techera por Rizzo, las variantes respecto a la fecha anterior.





(foto: AUF OFICIAL)

En los primeros minutos se vio un gran trabajo de Jhony Galli, recuperando pelotas y mostrándose siempre para darle salida clara al balón. Desdoblándose por la banda izquierda generó la falta que luego propiciaría el 1-0. Al minuto 12’ Olivera buscó el arco (cuando muchos esperaban el centro), la guinda se desvió en la cabeza de un futbolista bohemio y se hizo imposible para el arquero local.

De ahí en más Rampla intentó defenderse con la pelota y lo logró. El tema es que nunca terminaba bien las jugadas. Los avances se perdían con un último pase mal efectuado. Solo a los 37’ los picapiedras pudieron darle un cierre a una buena jugada colectiva, con un buen remate de Lalinde que contuvo el arquero.

La defensa aguantaba bien, destacándose una gran tarea de Techera. El problema es que Wanderers atacaba con 4 y Rampla defendía con 4, por lo que un mínimo error podía terminar en gol bohemio. Solo llegaron con peligro al minuto 46, cuando desbordaron por el sector izquierdo y metieron un pase al primer palo que Bellini desvió, perdiéndose la guinda apenas afuera por el segundo poste.

En el segundo tiempo Rampla pareció salir con más decisión de buscar un segundo gol. En varias ocasiones se hilvanaron interesantes jugadas por la banda derecha, con toques cortos y paredes. A los 6’ De León llegó al fondo y metió un centro pasado que Martiñones cabeceó ganándole a su marcador y la pelota se fue cerca.

Pero el rival también juega y como mencionamos previamente, atacaba con muchos hombres buscando la igualdad. La lograría al minuto 14. Luego de varios toques dentro del área que no pudimos cortar, la pasaron al medio y Rivero fue más rápido que todos para desviar la guinda hacia la red.

Enseguida se vino el brasileño Igor Paim a la cancha por Olivera y luego Matías Rigoleto por Lalinde, buscando seguramente más movilidad y velocidad. Wanderers quería seguir de largo pero Rampla se plantó y nuevamente se apoderó de la posesión del balón, aunque sin poder vulnerar la última línea bohemia.

A medida que nos acercamos al final el triunfo estaba para cualquiera. Los picapiedras lo tuvieron al minuto 44’ con un contragolpe que se inició con un pase largo de Soto, sacando rápido una infracción. De León la bajó en forma notable al medio y Martiñones comandó el ataque, pero ya en las puertas del área en vez de dársela a Panzariello (que entraba solo por la izquierda) decidió patear al arco y la pelota rebotó en un defensa local. Era para pasarla y un jugador experiente como el “Rata” lo debe saber mejor que nadie.

Y un minuto después se produce la jugada con la que iniciábamos esta crónica: el tiro en el palo de Rigoleto y el destino que no quiso que Rampla lograra su primer triunfo. Los partidos pasan y seguimos en el fondo de la tabla, por lo cual la ansiedad es entendible, pero es necesario que la gente sepa que el equipo está haciendo todo lo posible por salir de esta racha y está muy cerca de lograrlo. Ojalá sea el próximo miércoles contra Liverpool en el Olímpico. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Marcelo Baruffaldi.
Faltaron con aviso: Emilio Fernández y Adrián Barreto.

lunes, 12 de marzo de 2018

Todo no se puede

Luego de la magnífica victoria 4-0 por la Copa Sudamericana, Rampla Juniors volvió al torneo local y cayó 1-2 contra River Plate en el Estadio Olímpico. Pese a la derrota el equipo se fue muy aplaudido, porque luchó hasta el final y estuvo muy cerca de lograr al menos un empate. De los partidos perdidos en este Apertura 2018 fue en el que mejor imagen dejó.

El cuerpo técnico tuvo la idea de poner el mismo equipo que vapuleó a UTC de Cajamarca y logró la histórica clasificación a segunda fase de Copa Sudamericana, seguramente esperando un rendimiento similar. La única diferencia fue el ingreso de Diego Martiñones como titular, en lugar de Matías Cóccaro, quien padece una lesión en el hombro (que incluso lo sacó del partido con los peruanos en el primer tiempo).

Pero en la tarde del Estadio Olímpico la historia sería bastante distinta, fundamentalmente por lo propuesto por el rival. Mientras los peruanos se refugiaron atrás y fueron a defender una diferencia, los darseneros presentaron un planteo más agresivo, apostando al contragolpe con varios futbolistas veloces de mitad de cancha hacia arriba.

En el primer tiempo, si bien la pelota la tuvo Rampla y la manejó bien, las chances más claras fueron para River. Primero contaron con dos llegadas claras que se fueron apenas afuera, luego un tiro de media distancia que pegó en el palo tras un sensacional manotazo de Odriozola, y después el gol del 1-0, al minuto 36, producto de un soberbio remate desde la medialuna. Quedó la sensación de que nos faltó más gente de marca en el mediocampo.

Del otro lado, los avances picapiedras se diluían en las puertas del área darsenera. Por más que los movimientos de Lalinde y Martiñones eran interesantes, que De León subía por la banda y se asociaba bien con Panzariello, y que Olivera mostraba su movilidad y clase habitual, nada de eso se plasmaba en ocasiones concretas de peligro sobre el arco visitante, más allá de algún remate desde fuera del área.

En la mayor parte de la primera mitad nos faltó llegada por la banda izquierda. El brasileño Igor Paim entró poco en juego, Mauro Brasil no pudo subir mucho, y por ende Rampla no tuvo margen para abrir la cancha, transformándose en una ofensiva bastante previsible: era todo por derecha o por el medio.

Recién al minuto 46´ contamos con una incidencia clara de peligro que se generó, curiosamente, por la zurda. Paim se asoció con Martiñones, el “Rata” metió un buen centro y Panzariello cabeceó de pique al suelo, pegando la guinda en el horizontal. por más que parecía que el arquero la tenía controlada.

Para el segundo tiempo ingresó Mauricio Felipe por Gonzalo Rizzo (que estaba amonestado por cortar un avance peligroso). Brasil pasó como central derecho y Felipe fue al lateral zurdo. La presencia del “Foncho” le dio velocidad y salida con pelota a la banda izquierda.

A los 13´ un pase suyo dejó bien posicionado en el área a Martiñones, que remató con zurda al primer poste, obligando a una buena respuesta del arquero Nicola Pérez. Luego vino el tiro de esquina, la guinda quedó a la deriva en el área y De León sacó un fuerte remate que se perdió apenas desviado. Muchos gritamos gol porque la pelota pegó en el muro y tocó la red pero del lado de afuera.

A todo esto River ya se había perdido el 2-0 en un remate violento de Jones que había pegado en el horizontal. Y el mismo jugador se lo volvería a devorar a los 15´ gracias a que Odriozola salió rápido y le tapó el mano a mano.

Sobre el minuto 20´ otra vez Martiñones protagonista, colocando un pase profundo a Panzariello, quien la mete al medio y Rigoleto por muy poco no llega a tocarla hacia el arco libre. Matías había ingresado unos minutos antes por Lalinde.

También estaba Diego Benítez, que había suplantado al brasileño Paim. Benítez combinó con Felipe, Mauricio la puso por bajo al medio y Martiñones anticipó por el primer palo, rematando desviado. El “Rata” a esa altura ya era por escándalo el jugador más peligroso de Rampla.

Parecía que el empate picapiedra estaba al caer, pero también que en cualquier momento River podía duplicar las diferencias. El tema era cuál de esas cosas pasaba primero, y por desgracia fue el 2-0. A los 24´ y tras un pelotazo largo, un delantero darsenero le gana en velocidad a Brasil y define en forma notable por arriba de Odriozola.

Lejos de bajar los brazos, los muchachos siguieron yendo al frente. Con enorme pundonor disimularon el desgaste físico y mental acumulado desde el jueves. Y a los 41 minutos llegó el descuento. Soto se mandó una patriada, Olivera una finta magistral y Martiñones en una baldosa se sacó de encima a la marca y definió notable ante la salida del arquero. Golazo.

Los instantes finales fueron infartantes. Odriozola fue a cabecear en un tiro de esquina y en la contra River tuvo todo para liquidar el pleito, pero Mauricio Felipe corrió más que nadie y aún estando solo contra dos rivales completó la heroica sacando la pelota en la raya. Había una vida más.

Vino el centro desde la izquierda y por centímetros Martiñones no la pudo tocar hacia el arco. Se la desvió justo el nº2 de River, pero insólitamente el juez Ferreyra no cobró el córner. Con el saque de meta de Nicola Pérez se terminó el partido.

Así se consumó una nueva derrota de Rampla Juniors en el Apertura 2018. Si sumamos el final de la temporada pasada acumulamos 10 partidos sin victorias, pero es una estadística que miramos con una sonrisa cómplice, porque el partido que más había que ganar los muchachos lo ganaron.

Todo no se puede. Es innegable que el gran objetivo de este comienzo de temporada era pasar de fase en la Copa Sudamericana y se logró. Ahora a redoblar esfuerzos para remontar en el Campeonato Uruguayo, porque ya entramos en la pelea por mantener la categoría.

Ojalá este mal arranque en lo local sea solo parte de la anécdota. Condimentos de una hazaña que ya tiene su lugar en la mejor historia de Rampla. La recuperación va a llegar, porque hay buenos jugadores, hay entrega y porque ya han demostrado de lo que son capaces. Hay que tener paciencia y seguir confiando, no hace falta decir que los muchachos se han ganado nuestro apoyo incondicional. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)

Nuestro Julio Alonso ramplense:
Emilio Fernández (@DurosConceptos)

Dejó el chaleco de Conmebol y volvió con los humildes a la tribuna:
Adrián Barreto (@adribarreto90)

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

domingo, 11 de marzo de 2018

Llenos de vida, llenos de magia

Una vez más, Rampla mostró lo que es pelear por su vida y ganar. Ganarle a la adversidad, al mal momento, a ver de cerca la muerte ante la incertidumbre de no saber qué va a pasar el próximo año. Una vez más, Rampla está vivo y, como reza una de nuestras más populares banderas, vive y lucha.

El mismo plantel que no arrancó para nada bien el campeonato, logrando un punto de quince disputados, tuvo la noche más mágica en la historia del club (porque el 5-4 fue de tarde) y logró mucho más que su primera victoria en un torneo internacional. Confianza en el plantel y aliento no faltaban, por suerte nunca faltan, pero todos pensábamos que era muy difícil, ya que el presente futbolístico estaba lejos de lo esperado.


Pero si hay algo que está Rampla, es lleno de vida. Tanto así que durante todo el partido aplastó a su rival como si fuera una costumbre de todos los fines de semana. Fueron los mejores 90 minutos que yo le vi jugar a Rampla (y seguro que a muchas personas más les pasó lo mismo), donde se conjugaron el mejor juego del equipo y dominio sobre el rival en mucho tiempo, con la cuota heróica de partidos como la remontada ante Cerro Largo en 2015. Todos firmes, todos concentrados, todos rindiendo en su máximo nivel los 90' y dejando la vida en cada pelota.

Odriozola no dio ni un rebote, De León casi que fue el Pupi Zanetti, Rizzo apretó a todo rival que se le acercaba, Soto y Brasil no dejaron pasar una, Rocha hizo notar por qué es el capitán en el medio, Lalinde y Cóccaro presionando y mostrando su calidad de jugadores experimentados, además de construir el primer gol que inició otra remontada histórica para el club, y los que vinieron del banco, Martiñones, Galli y Rigoletto, acoplándose perfecto a la orquesta y coronando un rendimiento colectivo perfecto.

Nota aparte merece el tridente Paim-Panzariello-Olivera, que no deben de jugar separados nunca más. El despliegue de Igor y del Panza para jugar a la pelota, asistir por las bandas y correrlas, sumado a la calidad del conductor Olivera en su máximo esplendor (atacando e incluso defendiendo), para ganarse la ovación de la noche, la más ruidosa en años, y que toda América vea por que le dicen Mago.



Ni los más optimistas hinchas picapiedras (debo decir que yo no estaba entre ellos) pensaron en algo así. Una victoria de esas que te traen no solo la alegría propia, sino la ajena. Encontrarte con amigos de otros equipos que te felicitan genuinamente (algunos incluso fueron al partido), ver el resúmen en todos los canales de TV abierta y cable, y ver a la gente que no es de Rampla ni le importa mucho el fútbol ponerse contenta por la gesta de tu club, al punto de encontrar "post its" de felicitación en el escritorio de tu trabajo al día siguiente.


Ahora sigue el campeonato uruguayo, donde hay que mostrar una cara más parecida a la del jueves, y esperar al sorteo del 2 de Junio para ver cómo se sigue escribiendo esta historia en la Sudamericana. Pero todos estamos tranquilos, y no es por haber salvado el año desde lo económico. Es porque si hay algo que sabemos, es que este plantel deja todo aún cuando no le sale nada. Porque nos mostraron que ellos y nosotros, juntos, estamos llenos de vida. Y si nos lo proponemos, llenos de vida y llenos de magia.

¡¡¡Gracias muchachos!!! ¡¡¡Arriba Rampla!!!

viernes, 9 de marzo de 2018

No lo soñé

Suena la alarma. El celular no tengo idea donde está. Lo encuentro, desactivo la alarma, y en esos segundos en que uno recién despierta y no sabe ni cómo se llama siento una alegría, una plenitud, una satisfacción maravillosa. Ahí están, en mi celular, los mensajes de un montón de amigos y una enorme cantidad de notificaciones del Twitter de El bravo Rampla, las pruebas irrefutables y tranquilizadoras que mi resaqueado y engripado cerebro necesitaba: lo de la noche anterior no lo soñé, fue de verdad.

Y con la misma emoción que me provoca (y seguro a ustedes también) ver a la madre de Nico Sánchez pedirle a los jugadores que ganen “por el flaco que está en el cielo”, es que hoy más que nunca era menester usar esta frase emblemática de sus redonditos de ricota para titular la crónica que encabeza las líneas más lindas que me ha tocado escribir hasta ahora. Les dejo el video que hicimos con la invalorable colaboración de varias hinchas de Rampla, previo a esta revancha con los peruanos.



El 4-0 de Rampla sobre UTC fue eso: un sueño hecho realidad. Perfecto de principio a fin. Desde la confianza y la buena onda que se respiraba en el hotel, la impresionante cobertura de los amigos de “Mundo Rampla” que estuvieron allí desde temprano en la tarde, la llegada de la gente al Franzini y la salida de los jugadores a la cancha, hasta el pitazo final y esa especie de vuelta olímpica que los muchachos hicieron para fundirse en un abrazo con cada hincha picapiedra.

Los 90 y pico de minutos fueron un verdadero deleite. Los picapiedras salieron de entrada a llevarse por delante al rival, pero no solo con garra, orden y concentración sino también con sobrados argumentos futbolísticos. Antes del minuto 5 ya habían generado 2 o 3 llegadas de peligro y los peruanos ya le pegaban para cualquier lado. La gente enseguida vio que nuestro once estaba totalmente enchufado, y empujó con su aliento cada pase, cada quite y cada metro avanzado.

Cuando todavía había hinchas de Rampla ingresando al Franzini vino el gol de Julián Lalinde, tras gran pase a la punta de Olivera y centro preciso (en el momento y en el lugar justo) de Cóccaro. La hinchada explotó de alegría y desahogo, porque la bronca de aquella injusta derrota 0-2 en Lima comenzaba a esfumarse.

En los minutos siguientes, cuando el conjunto peruano intentó avanzar (recordamos una corrida por la punta izquierda que terminó con un toque al medio que Mauro Brasil despejó) ya se vio que la defensa de Rampla “no se comía ninguna” (disculpen la terminología). Solidez, concentración y temple para imponerse en cada pelota dividida.

Al ratito llegó la notable conducción de Panzariello, el toque al medio y esa maravilla de Cristian Olivera, que si la hubiera hecho Messi en ESPN la pasarían las 24 horas, para poner el 2-0. Control de balón para sacarse de encima al zaguero y toque sutil para que la guinda (que parecía no entrar más) besara la red. Explotó la tribuna en un grito desaforado, pero ya no tanto de desahogo sino de alegría, porque creo que todos en ese momento sentimos que la clasificación estaba muy cerca.

Sabedores de que la llave estaba igualada pero que un gol de UTC nos volvía a poner cuesta arriba la serie, Rampla bajó un poco la intensidad. Quedaba mucho partido por delante y solo había que hacer un gol para evitar los penales. Este equipo, además de meter y jugar bien, fue inteligente: supo administrar sus energías y manejar los tiempos del partido.

Así nos fuimos al descanso: con el deber cumplido. Ya sin Matías Cóccaro (que salió sentido por un golpe en el hombro) y con Diego Martiñones en cancha, era tal la concentración y la unión del grupo que cualquiera podía entrar por cualquiera y habría plena confianza que iba a estar a la altura de las circunstancias (de hecho, esto se confirmó más adelante).

En el segundo tiempo Rampla volvió a su faceta arrolladora. Con laterales que ya eran casi delanteros y la magnífica conducción de Olivera, Panzariello y el brasileño Igor Paim (gran acierto del cuerpo técnico el hecho de ponerlos a los tres juntos). Lo tuvo Lalinde, mano a mano con el arquero, tras perfecto pase de Gabriel De León, pero la guinda se fue desviada.

Luego otra vez Julián casi marca el 3-0, punteando la guinda hacia el arco tras un tiro de esquina, pero un defensa de UTC la sacó en la línea. Estaba al caer el gol de la clasificación y así fue. Sacamos rápido una falta en el medio del campo, Panzariello metió un centro divino y el brasileño Paim, con su corta estatura, cabeceó en forma notable entre los zagueros peruanos para cruzar la guinda y vencer al arquero Carvallo. LOCURA TOTAL.

Faltaba media hora y el objetivo ya estaba cumplido, pero claro, esto es Rampla y seguro todos nos vimos sufriendo y pidiendo la hora hasta el final. Pero no, en la noche soñada todo iba a ser perfecto. El equipo manejó con gran categoría el trámite del partido. Hizo tiempo cuando hubo que hacerlo, pizarreó (en el buen sentido) cuando la jugada lo ameritaba, y jamás se desordenó.

En el fondo, Soto y Rizzo sacaron todo, y Nico Rocha fue un león, recuperando balones y ganando todas las divididas. Bajo los tres palos un segurísimo Odriozola ni siquiera dio rebote en los pocos tiros complicados que llegaron a su arco. En las bandas De León y Brasil no dejaban pasar a nadie.

Si bien el partido estaba controlado, no había que correr riesgos innecesarios y el cuerpo técnico acertó con los cambios: entró Galli por Olivera y Rigoleto por Lalinde, el primero para ganar marca en el mediocampo (donde Panzariello ya estaba parado como doble cinco junto a Rocha) y el segundo para darle velocidad al ataque, esperando algún contragolpe.

El conjunto peruano, fiel a su idiosincracia, no hizo lo que hubiera hecho cualquier equipo uruguayo: mandar a los grandotes al área rival y jugarse al “ollazo” del milagro. Ellos solo conciben avanzar tocando corto y era lo peor que podían hacer contra unos rojiverdes que eran como perros de caza insaciables. Galli entró notable, recuperando balones a rolete y desplegándose al ataque.

Faltando 10 minutos, la clase de Igor Paim obligó al volante central cajamarquino a cometerle una dura falta y ganarse la segunda amarilla y por ende la tarjeta roja.

La expulsión terminó de desmoronar al conjunto peruano y fue lo que le dio a los picapiedras el empujoncito de confianza necesario para ir decididamente a buscar el gol de la tranquilidad.

Y para que el sueño fuera perfecto lo tenía que hacer el niño mimado. Ese botija que se hizo bien de abajo, que las pasó todas, y que parece que está destinado a inscribir su nombre en los partidos más importantes: Matías Rigoleto.

Esperó solito en el segundo palo, vio como Brasil la bajó de cabeza y con un toque corto marcó el 4-0 que sentenció la llave y aseguró la clasificación de Rampla Juniors a la siguiente fase de Copa Sudamericana.

En este sueño (hecho realidad) ni siquiera íbamos a tener que pedir la hora. Y todavía Martiñones casi mete el 5-0, tras una gran apilada de Galli.

Terminó el partido y se concretó la hazaña: RAMPLA JUNIORS 4 - UNIV. TÉCNICA DE CAJAMARCA 0. La emoción a flor de piel y el pecho inflado de orgullo, los abrazos con la gente que está siempre y con los amigos y familiares que acompañaron en esta instancia especial, el recuerdo de quienes viven en nuestros corazones, y un sinfín de sensaciones que solo siendo hincha de Rampla se pueden sentir.

Solo resta decir GRACIAS. SIMPLEMENTE GRACIAS JUGADORES Y CUERPO TÉCNICO.

Esto es el fruto del trabajo de mucha gente, pero todo hubiera sido en vano si los protagonistas no lograban la hazaña. Quienes siguen estas crónicas saben que siempre confiamos y apoyamos, porque es nuestra esencia y sumar es el fin de este espacio, y tenemos la inmensa fortuna de que estos muchachos nunca defraudan.

Nos regalaron la enorme satisfacción de ver al picapiedra en una copa internacional y luego esta épica clasificación, que puso el nombre de Rampla en los medios deportivos de toda América. Y lo más lindo de todo es que EL SUEÑO SIGUE, y con estos titanes defendiendo nuestros colores todo es posible.

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)

Se dio el gusto de coronar la clasificación con la expulsión del 5 de UTC que allá se aburrió de pegar:
Emilio Fernández (@DurosConceptos)

Tuvo su noche soñada sacando fotos y hasta abrazándose con algún jugador en los festejos:
Adrián Barreto (@adribarreto90)

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

miércoles, 7 de marzo de 2018

Embajadores rojiverdes

La radio sintonizada en una emisora con poca potencia conspiraba para seguir el partido; los que no estábamos en la cancha -por diversas razones- estamos pendientes como nunca de lo que pasaba en el Parque Maracaná. Es que Rampla iba ganando y estaba cerca de clasificar a una copa internacional. Los entonces dirigidos por Eduardo del Capellán, que ganaban 1 a 0, tenían que aguantar 10 minutos más y habrían dado un paso más que importante para volver a planos continentales. Pero sucedió lo inesperado; luego de un pelotazo al área rojiverde y con el juez central bien lejos de la incidencia el línea de turno cobró un penal inexistente. Marcelo Costa, ese nombre quedará tatuado en los hinchas de Rampla, vio una falta donde no la hubo. Él, como todos sus colegas, tiene todo derecho a equivocarse, claro está. Pero ese error generó un gol que nos sacó de la tan ansiada clasificación.

Algunos años más tarde, cuando todo parecía perdido y con un técnico de emergencia para la ocasión volvíamos a quedarnos en la puerta. El Estadio Centenario estaba con mucha gente para presenciar la última fecha de la Liguilla y ver al grande de turno hacer los deberes. Los rojiverdes que estábamos en la tribuna América veíamos como nuestros jugadores echaban el resto y metían Peñarol dentro del arco buscando la victoria. El partido estaba 2 a 2 y el tiempo se iba, en los descuentos Marcelo Palau mandaba el centro al área y la pelota le quedaba a Enrique “Quique” Ferraro que, sorprendentemente, quedaba solo frente a nuestro gratamente conocido Nicolás Biglianti. El pelilargo ariete no podía definir y nosotros volvíamos a quedarnos en la puerta de una nueva clasificación a una Copa internacional.

Tuvieron que pasar algunos años, descensos y hasta amenazas de no participación para que ese sueño que nos fue esquivo dos veces en el pasado reciente finalmente se consiguiera. Un grupo de jugadores con una tremenda adhesión a la causa, con el ya conocido “Ronco” López a la cabeza no falló. Luego de un tremendo Apertura donde hasta ganaron un clásico de visita, se mandaron flor de Intermedio y coronaron en el Clausura la tan ansiada clasificación.


De ahí en más todo fue nuevo, hasta el sorteo de la Copa se disfrutó como un evento que para los
Picapiedras era ajeno. Ver el nombre de nuestro equipo en las pantallas de Fox Sports fue algo que -secretamente y no tanto- todos deseábamos hace un buen tiempo. Esa foto quedará en nuestras retinas para siempre, sin importar los resultados.


El azar quiso que nos tocara enfrentar a Universidad Técnica de Cajamarca (UTC) en Perú. El destino, tan hermoso como lejano, no fue obstáculo para que muchos rojiverdes acompañen al equipo de sus amores a tan importante cita. Sin temor a equivocarme, aquellos que tuvimos la suerte de ir deseamos que el destino fuera más cercano o quizás en otra fecha para que más rojiverde hubieran podido acudir a la cita. De todas formas, aquellos que estaban allí vivimos el viaje como verdaderos embajadores de todos aquellos rojiverdes que no pudieron concurrir. Desde el popular “Paco” hasta un ex Ministro, pasando por Nico, el Prof. Modesto Turrén y los queridos Cacho y Rubén (que siempre están vendiendo rifas para las juveniles) y tantos otros.
Nosotros -que estábamos allá- representamos de alguna forma a todos los que lo estaban viviendo desde acá; las crónicas de Marcelo, las fotos de Adrián, los viajes al interior de Fuentes, los enojos de Mauri, las preguntas de Mihran, las gritos de la Chola y una larguísima lista de etcéteras estaban con nosotros.

Desde el momento de llegar al aeropuerto, los hinchas sabíamos que estábamos cumpliendo un sueño. La clásica foto en la puerta de embarque con la camiseta rojiverde se imponía y comenzaba la travesía. Algunos con más turismo que otros, algunos llegando sobre el día del partido y otros tomándose unos días para conocer un país maravilloso, pero todos hermanados por un sueño; ¡ver a nuestros amados colores fuera de fronteras!

Los cambios de sede hasta último momento complicaron a los nuestros, hubo gente que tuvo que ir en avión hasta Trujillo para luego ir y volver a Lima en ómnibus (16 horas en total) a ver el partido y luego volver a Montevideo. Otros perdimos alojamiento ya reservado y algunos pasajes. No fue obstáculo, la sensación de ver la primera camiseta de Rampla en Perú caminando por la calle fue algo único.

Miraflores, el barrio de Lima donde se encontraba el grueso de la delegación rojiverde fue el punto de encuentro para los nuestros. Las camisetas se dejaban ver por la calle y con ella los saludos y abrazos entre viejos conocidos de la cancha. Es que somos p̶o̶c̶o̶s̶ muchos y nos conocemos. Los que aprovechamos para hacer turismo en Lima en los días previos no pudimos evitar entrar en modo partido la noche anterior. Bastó con una cena junto a un grupo de Picapiedras para que el bar se vea revolucionado cuando en una TV apareció un informe del rojiverde. No paraban de repetir los goles en el último clásico jugado en el barrio La Paloma y los ahí presentes no parábamos de cantar. La gente no entendía nada.


La jornada del partido fue diferente. El turismo ya fue dejado de lado, solo aprovechamos la mañana para darnos un bañito en el Pacífico -camiseta de Rampla mediante, claro está- y luego acomodar toda la logística para concurrir al estadio Miguel Grau en El Callao. Todo debía ser planificado de manera acorde, los desplazamientos eran largos y nadie quería perderse ni un minuto de lo que se venía.

Lima es una ciudad enorme; con casi 10 millones de habitantes y un tráfico muy complicado. Ellos ni se enteraron, pero nosotros estábamos ahí para ser testigos del partido más importante en muchos años de nuestro club. Todos los locales nos decían que la zona del estadio era complicada, etc., etc., pero si hay algo que sabemos es recorrer canchas y visitar todo tipo de zonas.

Una hora antes del partido, la gran mayoría de Picapiedra ya estábamos ahí. Llegar a las afueras del estadio y verlo lleno de camisetas rojiverdes fue una de las primeras emociones de la tarde. Éramos locales, no había duda. Entrada barata -lo mínimo que podía hacer UTC luego del pésimo manejo ante la fijación de la sede- en mano y luego a esperar la entrada a la cancha. La policía, al igual que acá, no quiso ser menos y buscó protagonismo. No se podían ingresar banderas ni tampoco cinturones (nuestros hinchas debieron dejarlos en el portón de entrada para luego -para sorpresa de todos- hacerse de ellos a la salida).


Otra de las extrañas cosas que nos sucedió a la entrada fue que lo boleteros se quedaron con toda la entrada y nos devolvieron solo un pequeño talón; exactamente al revés de lo esperado. Es decir, se quedaban con el talón que tiene los escudos de los equipos (ideal para el recuerdo) y nos devolvían un talón con un número. Todos los Picapiedras quedamos bastante tristes por eso dado que queríamos conservar el recuerdo de ese histórico día.

Una vez ingresamos al estadio todo fue una fiesta, fotos, videos y cánticos. Las instalaciones del mismo eran similares al Charrúa pero con pista de atletismo.

Los jugadores ya calentaban y la hinchada rojiverde se empezaba a hacer sentir. Palabras de aliento, cánticos y rostros de alegría mezclados con tensión por el partido que se venía.

Párrafo aparte para describir el ingreso al campo de juego de nuestros jugadores; fue el momento más emotivo de todo el viaje para quien escribe. Las lágrimas, debo confesar, no faltaron a la cita. Un momento que muchos soñamos hace mucho tiempo cuando fuimos a todas las canchas de nuestro país. Sin importar clima, división, día laborable o distancia. Ver a los colores que tanto queremos entrando a la cancha en un torneo internacional no tiene precio. Para los que crecimos con Rampla en nuestra sangre no son ajenas las historias de las giras; América, Europa y hasta Asia vieron a los nuestros. Otros hasta tuvimos familiares, de esos que ya no están pero siguen estando y nos heredaron esta pasión, integrando delegaciones de Rampla en el exterior y por eso ese momento era tan importante. El saludo y reconocimiento de los jugadores a toda la gente que se acercó también quedará grabado.


¿Del partido qué decir que ya no se sepa? ya todo está contado de la mejor manera en la crónica del mismo. Sólo una anécdota que quizás no se vio por televisión. Éramos locales, que no quepa duda. Luego de la expulsión de Benítez, nos hicimos sentir de tal manera que en cada falta que cometía el número 5 local Benjamín Ubierna la gente de Rampla estallaba en protestas. El juez pudo haberlo expulsado dada la cantidad de faltas que cometió teniendo amarilla, tal es así que el Navarro optó por sacarlo para no complicar su chance en el encuentro.

En horas se jugará la vuelta, estamos abajo 2 a 0 y la parada es complicada. Pero vaya si Rampla sabe de dar vuelta situaciones adversas. ¡LE GANAMOS A LA MUERTE, PODEMOS GANAR ESTE PARTIDO!

A los hinchas rojiverdes invitarlos a que disfruten de esta instancia histórica, disfruten de ver a sus colores en un momento tan importante. Alienten, griten y apoyen. Ojalá nos saquemos las ganas de gritar un par de goles que nos pongan a tiro y nos acerquen a una clasificación que sería histórica. Es difícil pero se puede. Y si no se logra, quédense con el recuerdo que fueron testigos de un momento histórico para el club. No tengo dudas que todos vamos a estar ahí alentando y a la altura de las circunstancias.

¡FUERZA RAMPLA, CARAJO!

Crónica: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
Fotos: Rampla Juniors - Página Oficial.
Allegados a El bravo Rampla y termos eventuales: Emilia y Frank Lampariello.
Estudios centrales y producciones audiovisuales: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar) y Adrián Barreto (@adribarreto90)

lunes, 5 de marzo de 2018

Paños fríos

Resulta entendible que el calor sofocante en la tribuna (con un vaso de agua a $50 o $70 según la voluntad de las vendedoras), la impotencia de una nueva derrota y en el caso de los jugadores también el cansancio por el esfuerzo realizado (que nuevamente no alcanzó para obtener un buen resultado), sean factores que se hayan acumulado para que al final del partido los ánimos estuvieran caldeados tanto dentro como fuera de la cancha.

A nadie le gusta la situación que estamos viviendo. Ni a los hinchas, ni a los dirigentes, ni mucho menos a cuerpo técnico y jugadores. Estos últimos son los que más quieren revertir la situación, por ellos, por su familia, y por la gente de Rampla. Y contra Racing si algo no se les puede reprochar es la garra, la entrega, el dejar hasta la última gota de sudor en la cancha.

Por eso entendemos que es fundamental poner paños fríos a la situación y que todo el mundo se tranquilice. Se nos viene el partido más importante de la historia reciente del club y no nos puede encontrar malhumorados o nerviosos. Hay que apoyar más que nunca, alentar y CONFIAR. No transmitir nerviosismo. La tribuna debe jugar a favor.

Tampoco hay que olvidarse que vamos a disfrutar una fiesta, un momento histórico, y que si estamos ahí es gracias a este grupo de jugadores, a este cuerpo técnico. Ellos lo hicieron posible, y pase lo que pase en estos 90 minutos se merecen nuestro reconocimiento.



Antes de cambiar el chip y pensar únicamente en remontar la serie contra UTC de Perú, haremos un breve repaso de las incidencias del partido ante Racing, más que nada por la gente que no pudo ver el partido.

Rampla salió con Rodrigo Odriozola en el arco; Gabriel De León, Willy Techera, Matías Soto y Mauro Brasil en defensa; Ignacio Panzariello, Nicolás Rocha, Diego Benítez y Cristian Olivera en el mediocampo; Julián Lalinde y Diego Martiñones en ofensiva. Matías Cóccaro, quien fuera buena figura ante Defensor, fue reservado ya que se recupera de un golpe en el hombro.

En el primer tiempo nos tocó la bajada en contra y como era de esperar, Racing nos metió contra nuestro arco, atacando mucho en velocidad por las puntas. De todos modos la defensa aguantó bastante bien, y no hubo casi situaciones de peligro a favor del local.

En el otro extremo de la cancha, a Rampla le costaba mucho avanzar con pelota dominada, aunque contó con una buena situación a los 23 minutos, tras un córner corto y centro pasado de Panzariello que encontró a Lalinde completamente desmarcado, pero la volea con pierna zurda del delantero se fue por arriba del palo.



Ya sobre el minuto 42’ los picapiedras pudieron avanzar en bloque y llegar a las puertas del área con mucha gente. Tras un par de toques por derecha, Nico Rocha cortó por el medio y le metió un pase profundo a De León, que cuando quedaba mano a mano con el arquero chocó con un defensa que se había barrido y cayó.

Era un claro penal, porque si bien el jugador de Racing se tira antes al piso logra interponerse en la trayectoria que el lateral picapiedra estaba haciendo para llegar al balón. Insólitamente el juez Tejera no lo cobró.



Y cuando el primer tiempo se iba con un 0-0 que nos venía bárbaro para tirarnos a ganarlo en el segundo tiempo, con bajada a favor, llegó el notable tiro libre de Nicolini que se clavó en el ángulo. Así los de Sayago se iban al descanso 1-0 arriba y con un ánimo totalmente distinto al vestuario.

Pero cuando la cosa viene torcida siempre se puede poner peor. Apenas arranca el segundo tiempo recibimos otro gol. El veloz puntero izquierdo de Racing avanza por la punta, Rocha no lo puede tocar porque estaba amonestado, nadie llega a la cobertura, viene el pase al medio y Techera en su intento por cerrar se hace el gol en contra.

De golpe pasamos a estar 0-2 abajo, pero Rampla no se quedó. Ya estaba en cancha el brasileño Igor Paim (debutando con la casaca rojiverde), que había sustituido a Lalinde. Se ubicó como segundo punta junto a Martiñones. El cuerpo técnico optó por sacrificar un delantero con juego aéreo para poner uno ágil y con dribbling para atacar por abajo.

A los 5’ el brasileño se perdió un gol increíble. Brasil la “pinchó” para Olivera, quien de espaldas al arco la cabeceó al medio y Paim, pegándole desde el borde del área chica, la tiró por arriba del palo. Todos nos agarramos la cabeza, pero enseguida tendríamos nuestro desahogo.

El “Mago” le dio un notable pase a Martiñones, quien parecía que se abría mucho pero sacó un notable remate al primer palo, fuerte y bien dirigido, que venció la resistencia del arquero. Rampla se ponía a tiro del empate y todavía faltaban 38 minutos más los descuentos.



Los rojiverdes fueron con todo por el empate y en los primeros minutos siguientes estuvieron cerca. Benítez (de buen partido, más que nada en el segundo tiempo) desbordó, se hizo el espacio y metió un buen centro que Brasil cabeceó de palomita, perdiéndose la guinda a centímetros del palo. Como notarán, Mauro Brasil estuvo siempre involucrado en la ofensiva, haciendo un enorme desgaste físico para ir y volver.

El tema es que poco a poco fuimos perdiendo el impulso. Racing pudo aumentar las cifras en varias ocasiones, especialmente en una donde Odriozola estaba vencido y De León logró sacarla en la raya. Los picapiedras fueron sintiendo el desgaste y perdieron claridad en los últimos metros. A los 17’ entró Santiago González por Rocha, ubicándose como puntero izquierdo. Quedó Martiñones por el centro y el brasileño Paim por derecha. Santiago no pudo hacer mucho, salvo ganar algún tiro de esquina.

Faltando 10 minutos para el final ingresó Hugo Dorrego, reemplazando a un extenuado Panzariello. Creemos que seguramente las salidas de Lalinde, Rocha y Panzariello tuvieron un poco que ver con reservarlos para el partido del jueves.

Dorrego contó con un remate de media distancia que se fue cerca, por arriba del palo, ya sobre el minuto 43. En los descuentos, Soto (que ya estaba como centrodelantero), rescató una guinda en el borbollón del área y le pegó como pudo, perdiéndose la pelota afuera.

A pesar de que la entrega fue total, otra vez faltó claridad y precisión para poder concretar la remontada (al igual que contra Progreso cuando nos pusimos 1-2). En determinado momento los muchachos se nublan, se frustran, y no pueden aplicar el juego que sabemos pueden plasmar.

Eso por eso que el jueves desde las 19:15 horas en el Estadio Luis Franzini hay que pregonar la calma, la paciencia. Con garra, por supuesto, dejando todo en cada pelota, pero sabiendo que quedan 90 minutos para hacer dos goles y que tenemos recursos técnicos y futbolísticos para vulnerar a la defensa rival.

Es cierto, hasta ahora no se ha visto ese juego, pero sabemos que los muchachos están capacitados para hacerlo. Y quizás este partido sea la gran oportunidad que necesitan para revertir este mal momento, porque pasar de fase en la copa es el mejor envión anímico que se puede tener.

A la parcialidad, lo mismo que siempre decimos: apoyar, alentar y alentar más. Vamos a llenar el Franzini y vamos a demostrar por qué somos el tercer grande. Vayamos a disfrutar y no a sufrir. Seamos conscientes de que tenemos una cita con la historia. Para alcanzar el objetivo tan deseado de clasificar y que el sueño siga latente están los leones que vamos a tener dentro de la cancha. Confiemos en ellos. ¡ARRIBA RAMPLA!