miércoles, 24 de mayo de 2017

Despertar al gigante (I)

Una bala criminal no nos mata, nos fortalece.

Primero lo primero. Gracias jugadores, gracias Ronco, gracias Fernando Araújo, gracias todos los que estén trabajando por el club estén en el lugar que estén. Siga como siga este año inolvidable, gracias por la entrega, por la racha de partidos gloriosos que interrumpió el robo más grosero del campeonato, por este final de campeonato soñado.

Gracias a la familia Servetti, un ejemplo de lo que debe ser el fútbol uruguayo, dentro y fuera de la cancha, corrección, actitud. Un ejemplo ante el salvajismo de los malos perdedores que avergüenzan al Uruguay entero.

Fernando no te alejes, seguí mirando a los gurises, seguí pensando en como seguir mejorando como técnico. Es super valioso lo que estás haciendo, el trabajo se nota, los juveniles van surgiendo, todavía insuficientes pero mucho más que en los años anteriores.

Gracias Ronco, cuando el bote pincha tenerte ahí para llamar de nuevo a la mística del porque nunca te entregás. Como técnico, como gerente deportivo, como líder, como ejemplo de laburante y persona, ojalá te estabilices en Rampla y crezcamos juntos.

Gracias Isabel Peña, por tanto desde tiempos del fútbol femenino. Qué lindo ver a las mujeres a la par de los varones devolviendo paso a paso a Rampla del lugar que le pertenece. Se habla por ahí de inversiones llegando a las juveniles. Todos deberíamos estar a la orden para ayudar en un proyecto así.

Gracias a Roberto Lingeri y todos los que trabajan en el complejo. Gracias todos desde el presidente que se agrega responsabilidades y compromisos a los dolores de cabeza a los que ya la vida trae, a las secretarias, los utileros, los alcanzapelotas.

Ha sido un ejemplo el esfuerzo desplegado en todos los partidos, la arenga previa al clásico, la respuesta al ataque criminal. Hoy somos un ejemplo hacia todo el fútbol uruguayo.

La llegada a primera de Cándido, Rigoleto, los hermanos Servetti, Damián Cabrera, las victorias importantes que ha logrado la Tercera división y el esfuerzo de todos los juveniles, muestran que se va consolidando el inicio de la necesaria construcción del club, dar un salto en las categorías formativas, lograr la llegada de jugadores ramplenses en las selecciones juveniles y lograr las ventas que den oxígeno a la siempre ajustada economía del club.

Todos los integrantes del plantel muestran una adhesión, un profesionalismo y un respeto por Rampla que no siempre se ha visto en el club. El balazo infame no nos detendrá. Todo lo contrario. Tenemos la enorme oportunidad de consolidar algo hermoso que nació con hinchas rescatando al club en una carrera frenética de una semana para seguir jugando. Que siguió con el épico 5-4, que se perpetúa en la gran victoria clásica y en la impecable respuesta que se ha dado al balazo criminal

Es el momento de estar todos a la orden, de salir a asociar hinchas, de hacer reuniones en la sede, de usar internet para organizarnos siempre más y mejor, de hacer de la unidad recuperada y los pasos dados el comienzo de un camino. Volvamos al principio: gracias todos, a las órdenes debemos estar.

Por Cincoacuatro
Columnista invitado 

lunes, 15 de mayo de 2017

Se hizo justicia

Hace tiempo venimos comentando que poco a poco Rampla está recuperando su identidad. Esos valores de cuadro duro y corajudo, de jugar bien o mal pero siempre dejando la vida en cada pelota, de luchar hasta el último segundo por la victoria. Eso que fue pilar fundamental de nuestra historia, y que comenzó a recuperarse con el último retorno a primera, incluyendo aquel 5-4 sobre Cerro Largo que nadie olvidará jamás.

La identidad humilde y trabajadora, de tener siempre la frente en alto, y con la honestidad y el coraje como estandartes para levantar la mano votando por lo que es mejor para nuestro fútbol uruguayo, aunque eso fuera en contra de los intereses de los dueños de la pelota.

Sin sentir vergüenza por juntar moneda por moneda, colecta tras colecta, para conseguir los fondos que permitan cumplir con los salarios de nuestros jugadores, respetando ante todo sus derechos como trabajadores, y entendiendo la necesidad de llevarle el pan a sus familias.

Comprendiendo que todos somos importantes: jugadores, entrenadores, dirigentes, hinchas, familiares. Que juntos somos más fuertes, y que solo unidos podemos aspirar a conseguir los logros que tanto anhelamos. Muestra de eso es, por ejemplo, que hinchas de otros Rampla del país vinieran especialmente a Montevideo para aportar su aliento al equipo en este clásico.



(foto: Emilia Lampariello)

Esto de tirar todos para el mismo lado tenía que dar sus frutos. Y el primer premio que se avizoraba en el horizonte era ganar el clásico del barrio. No pudo ser en el Uruguayo Especial, donde estuvo la actitud aunque no alcanzó para lograr el triunfo, pero se dieron muestras que jugando con la entrega de aquella tarde, viviendo así estos partidos tan especiales, la victoria clásica no iba a tardar en llegar. Llegó, y se hizo justicia, porque todos lo merecíamos.

No era fácil. El rival tiene buenos jugadores e hizo una excelente campaña, pero a un Rampla unido y luchador esas cosas no lo iban a amedrentar. Como tampoco nos iba a achicar que ellos concentraran en un pomposo hotel en Punta Carretas, o que tuvieran a la cadena internacional propiedad de la empresa dueña del fútbol uruguayo estampada en su camiseta. AL CONTRARIO, esas cosas nos agrandan, porque nos motivan a redoblar el esfuerzo.

En esta ocasión no esperen un análisis gran futbolístico en esta crónica. El partido seguramente lo vieron todos, por televisión o en la cancha. Vieron como en el primer tiempo Rampla neutralizó a su rival, que solo llegó con peligro por un error nuestro en el intento por salir jugando con pelota. Notaron como los rojiverdes iban con alma y vida a cada pelota dividida, marcando la cancha de entrada.



(foto: Florencia Franco - Ramplajrs.com)

Y también observaron como el ingreso de Alex Silva por Santiago González (que debió salir lesionado) le dio otro peso ofensivo al equipo, que antes solo había llegado tímidamente con un remate de media distancia de Adrián Leites y un buen pase en profundidad para González que ante la salida del arquero la tocó al medio, quedándole la pelota a un defensa rival cuando Mati Rigoleto esperaba atrás con el arco libre.

Enseguida la presencia de Silva fue relevante, ganando por arriba y luchando cuerpo a cuerpo, cubriendo balones y descargando con sus compañeros. Así le permitió a Rigoleto hacerse un espacio y sacar un remate desde la medialuna que fue controlado por el arquero. Y en la última jugada del primer tiempo Matías entró al área tras pase de cabeza de Alex y no pudo rematar bien, yéndose la pelota desviada.

El segundo tiempo ellos lo empezaron mejor, justo es decirlo, pero el bravo Rampla aguantó. Con una soberbia tarea de su pareja central Emiliano García y Matías Soto. Emiliano, el capitán, se hizo sentir en todo el campo, todo el partido. Fue un CAPITÁN con todas las letras. Lo de Soto fue colosal, exuberante. Pegó cuando tuvo que pegar, quitó y se impuso cuando se podía, y sacó al equipo adelante varias veces.

Por su parte Mauricio Felipe y Camilo Cándido raspaban como se debe en las bandas, y no se achicaron pese a terminar ambos amonestados. Y aunque el rival se viniera ellos nunca dejaron de proyectarse al ataque. En el mediocampo Rocha se llevaba a todos por delante, y Prieto los corría a hasta abajo de la cama.

Por afuera Ignacio Panzariello y Adrián Leites jugaban y hacían jugar, siempre con buen criterio, escondiendo la guinda hasta que se presentara la posibilidad para meter un pase o generar una infracción. Y arriba lo que ya mencionamos: Alex bajando un sinfin de pelotas y Matías corriéndolas, esperando su chance.

Así llegamos a la recta final, no sin antes señalar la perfecta actuación de Rodrigo Odriozola bajo los tres palos, tapándole un mano a mano al goleador rival, descolgando centros y ordenando a sus compañeros. Y algo fundamental: transmitiendo seguridad en todo momento.

Cuando iban 23’ minutos el “Ronco” mandó a Cristian Olivera a la cancha, saliendo Leites. CAMBIO FUNDAMENTAL. Rampla pasa a jugar con un 4-3-1-2, con Panzariello volcándose a la izquierda y el “mago” como enganche. Esa distribución de futbolistas permitiría concebir la jugada del primer gol.

La iniciaron Cándido y Panzariello por izquierda, Camilo la trajo al medio y se la dio a Alex, que de primera “la pinchó” entre los zagueros, donde Olivera se filtró para quedar solo contra el arquero y definir con calidad, suave, a un costado. UN GOLAZO, que cierto zaguero ex picapiedra que se encargó de agraviar a nuestro club en la semana previa vio en primera fila.



(foto: Florencia Franco - RamplaJrs.com)

Ganaba Rampla 1 a 0 pero todavía faltaban 15 minutos más los descuentos. Sin embargo, nuestros futbolistas mostraron temple e inteligencia, haciendo tiempo cada vez que se presentó la oportunidad, COMO DEBE SER. El rival pasó algunos minutos de confusión, evidenciando el impacto del gol, pero luego de un par de cambios logró inclinar la cancha hacia nuestro arco.

El cuerpo técnico mandó a Santiago Correa a la cancha como volante por izquierda, en lugar de un extenuado Panzariello, pero nada de colgarse del palo a defender: se mantuvo el mismo esquema táctico. Sufrimos con algún balón aéreo más que nada, donde debemos destacar un despeje de cabeza de Alex Silva sobre el segundo palo que evitó el tanto de un rival que entraba por atrás.

Y cuando iban 40 minutos llega esa obra de arte de Matías Rigoleto que todos vieron (o verán en el resumen que publicamos al final de la crónica). En una jugada sin riesgo aparente, tras una peinada de Alex contra el costado derecho, al Mati le gustó para pegarle al arco y sorprender al arquero, y a aquel flaco zaguero que otra vez fue espectador de la escena. La idea de Matías fue buena, pero la ejecución fue perfecta. La palabra GOLAZO le queda chica.

Ahí cada grito de gol tuvo, además de la emoción con la que se celebró el primero, un componente de certeza de que era el gol del triunfo, de que esta vez no se nos iba a escapar. Pero claro, esto es Rampla, y siempre hay lugar para un poco de sufrimiento.

Otra vez se cantó el funestamente mufa “un minuto de silencio” y al instante nos convirtieron el 1-2. Por favor, aprendamos de una vez a no festejar antes de tiempo. Dicho esto, corresponde reconocer la gran fiesta que fue la tribuna picapiedra, alentando todo el partido con paraguas, globos y banderas, más un par de remeras con letras que generaron un poco de revuelo (guiño, guiño).



(foto: Emilia Lampariello)

El partido estaba 1-2 y muchos vieron los fantasmas de aquel clásico que ganábamos 2-0 y terminó igualado en el Estadio Centenario. Otros teníamos la tranquilidad de que esta vez eso no iba a pasar, porque estos jugadores no iban a permitir que eso pasara. Y jugaron los 5 minutos adicionales con inteligencia, garra y mucho temple.

Camilo se corrió toda la cancha en un contragolpe y cuando llegó a definir su remate terminó atajado por el arquero. Pudo ser el 3-1, pero no sería necesario. Se llevó la pelota contra el banderín, se generaron faltas, etc. En definitiva, se hizo todo bien, y en cierto modo lo padecido ante Nacional y Peñarol sirvió para aprender (como reclamamos en estas crónicas).

Tan es así, que la última jugada es un tiro libre de Emiliano García que saca el arquero rival. El partido termina con Rampla atacando, buscando un gol más, y el rival completamente impotente, sin tener ni siquiera la oportunidad de igualar. Pitó el juez Héctor Martínez y se terminó el maleficio: el clásico de la Villa volvió a ser de Rampla.

Ya habrá tiempo de hablar del Campeonato Intermedio que se viene, pero ahora es el momento de festejar, y como estamos en series diferentes, tenemos al menos hasta la última fecha del clausura para disfrutar esta alegría. Ahí llegará el momento de volver a sacar a relucir la estirpe, y de darnos el gustazo de volver a ganarles. Ya demostramos que podemos. ¡ARRIBA RAMPLA!

Equipo de El Bravo Rampla:
Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Emilio Fernández (@DurosConceptos)
Adrián Barreto (@adribarreto90)

domingo, 7 de mayo de 2017

El ansia de luchar

Rampla Juniors le ganó 2-1 a Fénix en el Estadio Olímpico y retomó la senda victoriosa que había iniciado cuando doblegó 4-3 a Wanderers, el día que retornó como director técnico Luis “Ronco” López, y que se había visto interrumpida por la derrota sufrida en los instantes finales frente a Nacional.

Adrián Leites de tiro libre y Santiago González tras una notable jugada colectiva marcaron los tantos picapiedras, que en su momento estando 2-0 arriba y con un hombre más parecían tener sentenciado el pleito, pero esto es Rampla y parecería que no queremos triunfos fáciles, que elegimos luchar.

Los de Capurro descontaron faltando 15 minutos y aún en inferioridad numérica pusieron a los nuestros contra las cuerdas. Por fortuna esta vez no hubo consecuencias y Rampla abrochó un triunfo tan trabajoso como importante, en lo anímico y en lo deportivo.

El equipo fue preparado en la semana por Omar Pérez pero dirigido en el partido por el “Ronco” (que durante la semana debió guardar reposo por estar afectado por una neumonía), y debió afrontar la ausencia de Emiliano García, quien padecía una molesta y fue esperado hasta último momento. Seguramente se optó por reservarlo para no arriesgarlo y que pueda llegar en condiciones al clásico.

El lugar del “gallego” fue ocupado por Maximiliano Montero. También volvieron a la oncena titular Nicolás Prieto (ausente ante Nacional por una cláusula en su contrato) y Alex Silva, quien había sido relegado al banco de suplentes en el choque ante los bolsos y el partido anterior no había jugado por estar suspendido.

Así las cosas Rampla saltó al campo con Rodrigo Odriozola en el arco; Mauricio Felipe, Matías Soto, Maxi Montero y Camilo Cándido en defensa; Ignacio Panzariello, Nicolás Rocha, Nicolás Prieto y Adrián Leites en el mediocampo; Santiago González y Alex Silva en ofensiva. Cabe recordar que Gabriel De León se encuentra en sanidad.



(foto: AUF)

El primer tiempo fue parejo, con casi nulas acciones de peligro sobre los arcos. Fénix buscando por arriba, tratando de aprovechar la estatura de sus delanteros y también intentando de pelota quieta con la subida de sus zagueros. Rampla por su parte priorizando el juego por bajo y por las bandas. Lo más claro del picapiedra lo aportaron el manejo de Leites y las subidas de Cándido.

A medida que pasaron los minutos, fue la visita la que adelantó sus líneas, y los picapiedras comenzaban a encontrar espacios para el contragolpe. Así se genera la jugada que deriva en el primer gol del partido. Al minuto 26’ Santiago González pica por izquierda, con Alex Silva entrando por el medio y Panzariello apareciendo solo por la derecha. Santi se la dio al “Panza”, quien fue derribado desde atrás cuando estaba por pisar la medialuna.

Terminaría siendo la jugada clave del partido por dos motivos. 1 - Adrián Leites ejecutó de manera formidable el tiro libre, colgándola del ángulo y dejando sin asunto al arquero para poner el 1-0. 2 - El futbolista de Fénix que hizo la falta (Claudio Torrejón) recibió la tarjeta amarilla y esto derivaría en que antes del final de la primera mitad se fuera expulsado.

A los 30’ Rampla tuvo el segundo. Linda jugada que se inicia por derecha, donde Leites lo pone en carrera a Cándido, que subía por la banda izquierda. Camilo puso el centro al segundo palo, Adrián la bajó, enganchó dos veces y la pelota se le fue apenas larga cuando tenía todo para definir ante el arquero.

Ya iban 41 minutos cuando Fénix se queda con 10. Este muchacho Torrejón, estando amonestado, fue con la pierna en alto cuando Nico Rocha buscaba patear. Como se dice popularmente “se regaló”. El árbitro Federico Lovesio hizo lo que correspondía: segunda amarilla y expulsión. Los futbolistas albivioletas protestaron, pero la verdad no sabemos cuál fue su motivo.

Así llegamos al final del primer tiempo con un panorama muy favorable para Rampla: 1-0 ganando y con superioridad numérica. El complemento empezó bien, con los rojiverdes moviendo la pelota con inteligencia, buscando los espacios que lógicamente se iban a generar, aunque sin profundizar lo suficiente como para convertir otro tanto. Santiago González intentó varias veces de media distancia, sin tener suerte, pero cuando le dieron la chance dentro del área no perdonó.

Sobre los 17 minutos la pelota salió bien jugada ya desde la defensa, como siempre reclama el “Ronco”. La manejaron Rocha y Prieto en el medio, la abrieron para Leites, que esperó a Cándido y le puso la guinda delante. Camilo la cedió perfecta, por bajo, al corazón del área, donde Santi González la desvió hacia el segundo palo, dejando sin asunto al arquero. Un deleite. Gran gol picapiedra.



(foto: AUF)

Luego vinieron los cambios. Primero ingresaron Jhony Galli por Rocha y Mati Rigoleto por González. Enseguida casi entró Santiago Correa por Panzariello. Iban 23 minutos y Rampla ya había quemado todas las variantes. Quizás fue demasiado rápido, salvo que las modificaciones hayan sido obligadas por cuestiones físicas. La diferencia era importante, pero todavía quedaba mucho por jugar.

Siendo sinceros, el rival parecía entregado. Otra muy buena jugada de Leites y Cándido dejó a Rigoleto en la medialuna, de cara al arco, pero el remate de Matías lo pudo atajar el arquero. En el rebote casi Correa queda de cara para definir pero perdió la posición con un defensa. Fénix estaba para el knock out.

Pero esto es Rampla y siempre hay lugar para el sufrimiento. Vino un fuerte remate de Mathías Acuña que Odriozola como pudo rechazó hacia el medio, donde entraba un delantero albivioleta luchando la posición con Matías Soto. Aparentemente la guinda termina pegando en nuestro defensor antes de meterse en el arco. El partido estaba 2-1 faltando 14 minutos más los descuentos.

Fénix entonado por ponerse a tiro en el resultado disimuló muy bien el hombre de menos y Rampla era un manojo de nervios. Los centros no paraban de caer dentro de nuestra área y la sacábamos como podíamos. En la visita terminó jugando el zaguero Ignacio Pallas como delantero y Alex Silva como defensa en Rampla, para marcarlo hombre a hombre. Así estaba el panorama.

En una incidencia Odriozola salió lejos a rechazar con los puños, pero como la guinda se frenó con el viento terminó pegándole fuera del área. El juez sancionó la mano pero no lo amonestó. Una amarilla lo hubiera dejado fuera del clásico, ya que acumula 4 tarjetas amarillas. Ese también fue un momento de nerviosismo para todos.

Tuvimos una sola chance de ampliar la diferencia y fue con tiempo cumplido, un remate casi desde media cancha de Rigoleto que pegó en la parte exterior de la red. Mati aprovechó que el arquero estaba lejos de su arco y casi marca un golazo . La gran diferencia respecto a partidos anteriores fue que los minutos de descuento se jugaron como se debe: moviendo la pelota y llevándola contra el banderín del córner rival. En eso se lucieron dos de los mejores exponentes picapiedras en la tarde: Adrián Leites y Camilo Cándido.

Llegó el anhelado pitazo final del árbitro y la parcialidad picapiedra explotó de júbilo (y de alivio). Un triunfo muy necesario tras la derrota ante Nacional y para preparar el partido más importante del año con la moral bien alta. Ojalá puedan estar todos los muchachos a las órdenes. Sabemos las ganas que tienen de jugar este partido, que todos queremos ganar como sea. ¡ARRIBA RAMPLA!

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Dio indicaciones a Odriozola para que no fuera amonestado: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
El mejor proyecto de la cantera de El Bravo Rampla: Adrián Barreto (@adribarreto90)

martes, 2 de mayo de 2017

Más vivos que nunca

Pita el árbitro Ostojich y termina el partido: Nacional 1 – Rampla Juniors 0. Aunque el encuentro estaba virtualmente culminado un par de minutos antes, cuando los tricolores convirtieron el tanto que les daría la victoria. El gran candidato, el que lidera el campeonato local y su zona en la Copa Libertadores, el que tiene el mejor plantel del medio, tuvo que esforzarse 91 minutos para poder doblegar el humilde picapiedra.

“Morimos de pie” dijo el “Ronco” después del partido. Y si bien entendemos el concepto, nos vamos a permitir marcar una diferencia: Rampla no murió, está más vivo que nunca. Jugando así, con esa entrega inclaudicable, plantándose con valentía contra los poderosos, este equipo picapiedra nos va a seguir dando motivos de orgullo.

Por supuesto que siempre hay cosas para corregir, como errores que se repiten en los minutos finales de los partidos, pero como también dijo nuestro entrenador “lo único innegociable es la entrega”. Estos futbolistas lo entienden, lo viven así, y eso es algo que los hinchas de Rampla siempre vamos a valorar, aunque los resultados a veces no acompañen.

Para enfrentar a Nacional, el cuerpo técnico picapiedra tenía las ausencias de Gabriel De León (lesionado) y Nicolás Prieto (que por una cláusula en su contrato no podía jugar contra el equipo que lo cedió a Rampla). Los reemplazantes elegidos fueron Mauricio Felipe y Jhony Galli. El resto de la oncena fue la misma que habia comenzado jugando en la agónica victoria 4-3 ante Wanderers.



(Foto: D.Battiste - www.referi.uy)

El primer tiempo fue intenso para quienes estábamos en el Centenario, pero seguramente letárgico para quienes lo observaron por televisión, fundamentalmente si no eran hinchas de ninguno de los dos equipos. Claro, para Rampla ese trámite era negocio. Los picapiedras fueron implacables en defensa, y Nacional apenas pudo llevar riesgo al arco de Odriozola mediante remates de falta directa. Una sola fue al arco y Rodrigo la resolvió bien.

El gran trabajo defensivo del equipo comenzaba con la presión que ejercían nuestros volantes en la mitad de la cancha, forzando a los rivales a tomar malas decisiones o evitando que llegaran con facilidad a la última línea picapiedra, donde nuestros defensores también realizaban una buena tarea.

El debe sin dudas estuvo en la faceta ofensiva. Rampla no generó ni una sola incidencia de peligro sobre el arco tricolor. Polenta y Rafa García no le dieron respiro a Rigoleto y González, los puntas rojiverdes. Lo mejor estuvo por la banda izquierda, cuando se juntaron Cándido (el más claro con la pelota en los pies) y Adrián Leites. En un par de ocasiones llegamos con pelota dominada a las inmediaciones del área pero no tuvimos claridad para culminar las jugadas.

Una de ellas fue temprano en el partido, a los 6 minutos, cuando Galli robó un balón en el medio de la cancha y comandó el contragolpe, pero dudó entre dársela a Matías o a Santiago, o incluso patear al arco, y al final terminó siendo trabado por un futbolista tricolor. Un débil remate de Nico Rocha de media distancia, a las manos de Conde, fue la única vez que un futbolista de Rampla pateó al arco.

En el segundo tiempo todo cambió, aunque los picapiedras salieron sin variantes a disputarlo. Los primeros 15 minutos fueron todos de Rampla, ante un Nacional que se vio sorprendido por la avanzada picapiedra. Ya al minuto pisamos el área con pretensiones. Galli quitó y salió jugando rápido para González. Santiago corrió, se perfiló, entró al área y su remate rebotó en Rafa García. Al inicio de la jugada eran 2 contra 1, porque Rigoleto entraba solo del otro lado, pero González optó por la maniobra individual.

Pocos minutos después se juntarían los dos puntas. Entrando por el medio, Santiago se la dio a Matías, este se la devolvió y otra vez el disparo de González, ya dentro del área, rebotó en un futbolista rival (en este caso, Otálvaro). Y a los 12’ se produciría la más clara de todas, luego de una buena salida de Galli (que fue de menos a más y terminó siendo de los mejores en Rampla). Jhony la abrió a la derecha para Panzariello, y este le puso el balón al vacío a Santiago González, que picó perfectamente habilitado. Lamentablemente, solo, mano a mano con Conde, Santiago le pegó muy mal y la guinda se fue por arriba del palo. Esa fue LA CHANCE, y no la metimos.



(Foto: D.Battiste - www.referi.uy)

A partir de ahí Nacional reacciona, sale del asedio de Rampla, y comienza a inquietar seriamente a Odriozola, que antes solo había tenido que atajar un par de débiles cabezazos. La primera clara la tienen a los 25’ minutos, cuando a partir de un ataque nuestro salen rápido de contragolpe y dejan mano a mano a Silveira con nuestro arquero. Cándido lo corrió, hizo lo posible por desestabilizarlo (no podía tocarlo porque era penal y roja, ya que aparte Camilo tenía amarilla), y el remate del ariete tricolor impactó contra la humanidad de Odriozola, que salió muy bien a achicar el ángulo de tiro.

Apenas tres minutos después nos salvamos de milagro. Viudez recibió solo por la derecha, metió el centro atrás y Liguera (que ya estaba en cancha) metió un cabezazo cruzado que pegó en el palo y salió. Fue un anuncio de lo que se venía. Nacional abría la cancha y llegaba con mucha gente por el medio. Rampla no encontraba la pelota y el cansancio ya se había empezado a notar.

A los 28’ el “Ronco” puso a Cristian Olivera por Adrián Leites, seguramente con la intención de que el “mago” pudiera retener un poco la pelota y bajarle revoluciones al juego. El tema es que para aguantar la guinda primero había que agarrarla, y en ese momento nos estaba costando muchísimo, en gran medida por la diferencia de despliegue físico y atlético: los de Nacional corrían como si recién hubiera comenzado el juego.

Prueba de ello fue que Panzariello debió salir, exhausto y acalambrado, dejando su lugar a Santiago Correa, quien se ubicó como volante por derecha. Mientras tanto los tricolores seguían buscando el gol por todos lados, fundamentalmente mediante desbordes y centros. Faltando 9 minutos el “Ronco” puso a Damián Cabrera, para refrescar la ofensiva, saliendo Matías Rigoleto. Y un minuto después Lasarte hizo su último cambio y como dice el dicho “quemó las naves”: puso un delantero (Sebastián Fernández) y sacó al lateral derecho (Otálvaro).



(Foto: D.Battiste - www.referi.uy)

En los últimos 8 minutos más los descuentos, Nacional jugaría con 5 atacantes (Silveira, Lozano, Ramírez, Seba Fernández y Liguera, que si bien es volante estaba ubicado siempre al borde del área). Esto sin contar a los volantes que llegaban al área nuestra. Por su parte Rampla mantendría el 4-4-2 del inicio del partido. En cierto modo, el técnico picapiedra quiso dejar abierta la posibilidad de ganar el partido, aunque en ese momento lo más lógico era que si un equipo ganaba ese fuera el tricolor.

Y los bolsos tiraron tantos centros, tanta gente acumularon en nuestra área, que en los descuentos tuvieron su premio. Teníamos la guinda controlada, en un lateral, pero la jugamos mal y la perdimos. En la contra nos tomaron mal parados y García pudo apagar el incendio, sacando la pelota al córner. Un detalle: en esa incidencia hasta Polenta pisaba el área nuestra, muestra de que ellos tiraron todo el equipo arriba. En ese tiro de esquina ganó Arismendi, uno de los tantos futbolistas de gran estatura de los tricolores, y apoyándose en Nico Rocha puso un golpe de cabeza que venció a Odriozola.

Hay un offside muy fino en la jugada que origina el córner, donde Sebastián Fernández pica por detrás del “gallego” García, quien termina restando la pelota. Y luego, a nuestro entender, hay una falta de Arismendi sobre Rocha. Pero claro, es imposible que un grande le anulen un gol así, menos en los descuentos, menos si es el gol de la victoria, y mucho menos si puede ser el gol que defina el campeonato.

Tanto Peñarol y Nacional juegan con esa ventaja, son conscientes de ella y lo aprovechan. Es parte del injusto y tendencioso fútbol uruguayo que tenemos, donde si un árbitro se equivoca y perjudica a un grande no lo dirige más (perdiéndose al menos la mitad de los partidos importantes de la temporada), mientras que cuando los referí cometen un error contra un equipo menor a las pocas semanas están dirigiendo de nuevo, como pasó con el juez y los líneas de nuestro partido con Peñarol.

Ahora enfrentaremos a Fénix, un rival directo en la lucha por la permanencia, el sábado en el Estadio Olímpico. Y una semana después llegará el partido más esperado: el clásico de la Villa, contra el equipo bancado por la empresa dueña del fútbol uruguayo. Con nuestros muchachos jugando así, les tenemos mucha fe para ambas batallas. Como siempre, contra todo y contra todos, ¡ARRIBA RAMPLA!

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Sus gritos espantaron rivales y mosquitos: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
De noche no lo movés de su casa: Adrián Barreto (@adribarreto90)

RESUMEN DEL PARTIDO