Después de la épica remontada que fuera de la cancha permitió saldar una abultada deuda en un par de días y mantener viva la participación de Rampla Juniors en el fútbol profesional, nuestros futbolistas también pudieron sobreponerse a la adversidad, y luchando cada pelota como si fuera la última pero también con pasajes de buen fútbol lograron remontar un 0-2 y terminar igualando en su debut frente a Villa Española.
Con muchas caras nuevas, los picapiedras salieron al campo de juego dispuestos a demostrar su compromiso con la causa ramplense. Su carta de presentación fue una pancarta donde expresaban su reconocimiento al esfuerzo realizado por hinchas, directivos y allegados para que Rampla pudiera competir.
El cuerpo técnico encabezado por Gabriel Añón presentó una formación titular con Danilo Saen en el arco; Guillermo Dutra, Nicolás Pírez, Willington Techera y Maximiliano Montero en defensa; Mauricio Felipe, Marcel Román, Ángelo Paleso y Gonzalo Sena en el mediocampo; Adrián Leites y Matías Rigoletto en ofensiva. Un clásico esquema 4-4-2.
El primer tiempo fue parejo y entreverado. Había mucho viento y se complicaba también para jugar por abajo porque el piso no está en el mejor estado. Igual cabe señalar el gran trabajo realizado por los parciales picapiedras que en tan solo 2 días limpiaron todos los alrededores de la cancha y la dejaron muy bien presentada.
Rampla intentaba manejar el balón con la dupla Román-Paleso, y proyectar a los volantes exteriores o buscar la velocidad de Rigoletto, el más peligroso de la ofensiva rojiverde. A los 16’ Matías recibió cerca del área, giró y sacó un buen remate de zurda que obligó a una buena atajada del arquero rival.
Luego de 35 minutos en los que los arqueros prácticamente no fueron exigidos, Villa Española se encontró con un penal que le permitiría ponerse en ventaja. El zaguero picapiedra Nicolás Pírez no pudo controlar bien un balón aéreo, dio un paso en falso y un delantero rival lo anticipó justo, “pellizcándole” la pelota. Pírez llegó un instante tarde al cruce y cometió penal. Santiago “Bigote” López lo transformó en gol.
Y un minuto después, cuando nuestros futbolistas no terminaban de acomodarse llegó otro tanto para los visitantes. Una jugada entreverada por la derecha de nuestra defensa derivó al segundo palo donde apareció Ronald Ramírez totalmente solo para fusilar a Saen. Increíblemente, en un abrir y cerrar de ojos, Rampla pasaba a estar 2 goles abajo.
Sin embargo, los rojiverdes no se cayeron anímicamente. Al contrario, reaccionaron y empujaron a los visitantes contra su arco, sin claridad pero con mucha garra y actitud. A los 44’ lograrían al descuento. Maxi Montero hizo un soberbio desborde con amague incluido y puso un centro perfecto que Gonzalo Sena conectó con una media tijera para vencer al arquero rival. Golazo de Rampla y partido abierto para el complemento.
En la segunda mitad los dirigidos por Añón le sumaron buen juego a la entrega que ya habían mostrado en los 45 minutos iniciales. Ya al minuto Leites casi marca el empate, pero llegó un segundo tarde que el arquero contrario. A los 9’ Guillermo Dutra se mandó al ataque, eludió un par de hombres y sacó un fuerte remate que interceptó Leites, quien lamentablemente no se pudo acomodar bien y fue atorado por el portero rival.
A los 11 minutos llegó la justicia en el marcador. Gonzalo Sena presionó la salida del lateral derecho visitante, robó la pelota y obligó a la falta. Leites mandó un centro perfecto y Nicolás Pírez lo desvió levemente de cabeza para poner la guinda sobre el segundo palo para anotar el 2-2.
Era el mejor momento de Rampla en el partido y daba la sensación que bien podíamos seguir de largo. Por desgracia, tres minutos después quedamos con 10 jugadores. Pírez fue a luchar un balón aéreo y cuando la pelota bajó le entró muy duro a un futbolista de Villa Española. El juez Diego Riveiro le mostró la tarjeta roja. Quizás un castigo demasiado excesivo para un jugador que no tenía tarjeta amarilla.
A partir de esa incidencia pudimos ver otro aspecto alentador de este equipo picapiedra: no se achicó con la expulsión, al contrario, siguió yendo al frente. Añón reaccionó rápido para mover algunas piezas. Pasó a Maxi Montero a la zaga y puso a Camilo Cándido por Gonzalo Sena. El juvenil de la cantera de Rampla se paró como lateral izquierdo pero con muchísima proyección ofensiva.
Pocos minutos después ingresaron Mathías Choca por Adrián Leites y Nicolás Rocha por Ángelo Paleso. Choca se asoció con Cándido y lograron muy buenas combinaciones por la banda izquierda. Además Mathías fue el dueño de las jugadas a balón parado de Rampla.
En la derecha creció la figura de Mauricio Felipe, que tuvo un gran despliegue y mostró habilidad e inteligencia para manejar la pelota. Así fue que, incluso con un hombre menos, Rampla asumió el protagonismo del partido, pese a que le faltó claridad para terminar las jugadas.
Cuando iban 35 minutos Marcel Román, otro que jugó en gran nivel, se mandó al ataque y recibió la falta de un futbolista visitante que ya tenía tarjeta amarilla. El rival vio la tarjeta roja y los últimos 10 minutos fueron en igualdad de condiciones.
En la recta final los picapiedras sintieron el desgaste del alto ritmo impuesto incluso jugando en inferioridad numérica y Villa Española se fue al frente. Ahí apareció la figura de Danilo Saen, sacándole el gol a Mario Leguizamón, quien había recibido un pase de cabeza luego de un centro frontal. Antes Danilo se había mandado la atajada de la tarde, evitando el gol luego de que un compañero suyo despejara defectuosamente hacia atrás.
Llegó el pitazo final del árbitro Diego Riveiro y los futbolistas de Rampla se fueron muy aplaudidos por la parcialidad picapiedra, que llegó en muy buen número al Estadio Olímpico. La sensación que nos llevamos todos fue buena.
Se vio un equipo metedor, bien preparado físicamente y que intenta desplegar un buen fútbol. Y lo más importante: un equipo con ACTITUD, que no se dejó vencer por las adversidades. Esa es la esencia de Rampla, nuestra identidad, y el pilar fundamental de cualquier logro. Es claro que es el primer partido y hay muchas cosas por corregir, pero el camino parece ser el correcto. ¡Arriba Rampla!
