lunes, 24 de septiembre de 2018

Hizo lo que pudo

No era fácil la primera misión para Julio César Antúnez como DT de Rampla Juniors. Debía enfrentar un partido importante por la permanencia con menos de 2 semanas de trabajo y sin 6 jugadores habitualmente titulares: Rodrigo Odriozola, Edgar Martínez, Mauricio Felipe, Mauro Brasil, Jhony Galli y Matías Cóccaro. Los dos primeros por sanción (expulsados ante Liverpool, ambos volverán para enfrentar a Peñarol) y los otros cuatro por diferentes cuestiones sanitarias.

De todos modos logró presentar un equipo que realizó un partido correcto, con mucha entrega y orden táctico, ante un rival que, si bien viene en caída, nadie puede dudar de sus buenos jugadores y del trabajo sostenido en el tiempo con el mismo entrenador.

Rampla salió a la cancha con Federico Silvera en el arco; Alejandro Furia, Gonzalo Rizzo, Matías Soto y Camilo Cándido en defensa; Hugo Dorrego, Nicolás Rocha y Gastón Díaz en el mediocampo; Cristian Olivera suelto como enganche y Matías Rigoleto junto a Diego Martiñones en ofensiva.

Hay que destacar el muy buen nivel de Matías Soto, que parecía nunca haber salido del equipo titular, y de Nicolás Rocha, que volvió a ser un león en la mitad de la cancha. También la sobria y correcta labor de Silvera en el arco.

El primer tiempo fue muy parejo y trabado. Al picapiedra le faltó juego por las bandas para sorprender y sus ataques se hicieron muy anunciados. Solo tuvimos una buena chance alrededor de la media hora de juego con un remate de Olivera desde la medialuna que el arquero sacó en forma notable yendo abajo contra el palo.

En defensa casi ni pasamos zozobra en esa primera mitad, salvo por algún cabezazo de Coelho que terminó afuera y cayendo mansamente en las manos de Silvera. El propio botija cedido por Nacional ingresó peligrosamente al área en otra incidencia pero nuestro guardameta le cerró bien el ángulo, evitando que pateara.

(foto: Tenfield)

En la segunda mitad Boston River poco a poco fue adueñándose de las acciones. Rampla tuvo un remate lejano de Díaz que pasó muy cerca y poca cosa más, mientras que los locatarios nos complicaron con sus ataques por las bandas, generando varios córners.

En dos de ellos estuvieron muy cerca de convertir. Fueron a los 23 y 24 minutos. En el primero Rizzo fue arriba con un rival, la pelota quedó muerta en el medio de ellos, el futbolista contrario reaccionó más rápido y pateó al arco, donde Diego Martiñones estaba justo sobre la línea de gol para salvar el tanto.

En el segundo también la guinda quedó boyando en nuestra área, un rival logró hacerse el espacio para patear pero por suerte su disparo se fue por arriba del travesaño. Luego vinieron los cambios, que enfriaron un poco el aluvión locatario.

Primero entró el colombiano Burbano por Martiñones (que salió acalambrado) faltando 15 minutos. Las otras dos variantes ya se realizaron en el minuto 39. Entraron Julián Lalinde por Rigoleto y Adrián Leites por Olivera.

Julián pudo bajar alguna pelota por arriba, algo que habíamos perdido con la salida del “Rata”. Adrián manejó la guinda con su pasta característica y sacó de la galera una falta cerca del área ya en el minuto 48. Se puso la pelota bajo el brazo y se decidió a ejecutar el tiro libre. Era LA chance. Lamentablemente se fue por arriba del palo y acto seguido Claudia Umpiérrez pitó el final.

Todos nos quedamos con las ganas de que el equipo intentara arriesgar un poco más por el triunfo, pero hay que tener paciencia y confianza en el cuerpo técnico, que recién ha comenzado a trabajar con el plantel. Los futbolistas sabemos que van a dejar todo en la cancha.

La próxima fecha enfrentamos a Peñarol en el Estadio Centenario. Es difícil pero no imposible. Y podremos contar con Odriozola y Edgar Martínez, y quizás alguno de los muchachos que están en sanidad. Ni que hablar que cualquier punto sirve, pero a no enloquecerse, que la fecha siguiente tendremos una verdadera final contra Atenas en San Carlos y ahí si, ganar es fundamental. ¡ARRIBA RAMPLA!

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