lunes, 18 de septiembre de 2017

Tranquilos nosotros

Rampla Juniors derrotó 2-0 a Plaza Colonia y consiguió algo que hasta ahora no había podido lograr en esta nueva etapa de Luis “Ronco” López como entrenador: ganar un partido por más de un tanto de diferencia. El ansiado “gol de la tranquilidad” no pudo llegar en un mejor momento, una semana después de un match que no pudimos ganar justamente por no haber ampliado la diferencia cuando tuvimos las chances para hacerlo.

Un soberbio gol de Alex Silva a los 13 minutos del segundo tiempo, luego de un taco exquisito de Mati Rigoleto, abrió un partido que hasta ese momento se había presentado complicado y con pocas acciones de riesgo sobre los arcos, pese a que los picapiedras habían sido un poco superiores a sus rivales.

Luego el equipo manejó con solidez y claridad el trámite hasta que a los 33´ Adrián Leites definió con sutileza un brillante pase de Gabriel De León para anotar el 2-0 definitivo. Y la tranquilidad fue mayor después de la correcta expulsión de un futbolista de Plaza por un violento patadón a Camilo Cándido, quien jugó un partido descollante y para nosotros fue el mejor futbolista de la cancha.

Sin Ignacio Panzariello (suspendido por ver la tarjeta roja ante Danubio), el cuerpo técnico colocó a Cristian Olivera en la oncena titular, ubicándose Gabriel De León en la banda derecha. Los titulares de Rampla, que casi se recitan de memoria, fueron Odriozola, Felipe, Techera, Soto, Cándido, De León, Prieto, Rocha, Olivera, Silva y Rigoleto.

(foto: AUF OFICIAL)

El primer tiempo fue bastante pobre, con mucha marca en el medio del campo. Es claro que los otros equipos ya van estudiando cómo juega este Rampla y tratan de cortarle los circuitos de fútbol. Saben que mucho se genera en el tándem Prieto – Rocha, y que los laterales suben en forma permanente. Tanto Plaza como Juventud presionaron bastante en la zona central, lo cual les motivó un despliegue físico que es muy difícil de sostener durante 90 minutos.

Quizás por eso luego de la primera media hora de juego el panorama comenzó a aclararse para los rojiverdes. Además, este conjunto picapiedra ha demostrado tener variantes, y cuando la guinda no puede salir en corto, se buscan balones largos explotando la velocidad de Rigoleto y el juego aéreo de Alex Silva. O sea, por más que los rivales crean saber cómo jugarle a este Rampla, nuestro equipo siempre demuestra tener alternativas para imponer su juego.

La primera llegada clara de gol para Rampla fue a los 33 minutos y se inició en un buen cambio de frente para Gabriel De León (ahora ubicado sobre la banda izquierda, dando nuevamente muestras de su versatilidad). Le cometieron falta y la pelota quieta la ejecutó Cándido. Vino el centro al segundo palo, nadie la tocó, y allí apareció el “mago” Olivera para sacar un remate bajo, rasante, que se fue apenas desviado por el segundo palo.

Sobre los 37´ se produce la chance de gol más clara de esa primera mitad. Prieto la inició por el centro, la abrió a la derecha para Olivera y se fue para el área. El centro del “mago” fue rechazado, y él mismo fue a buscar el rebote. Desbordó, parecieron cometerle penal (el juez Jonathan Fuentes desestimó), pero logró meter la guinda al medio. Rigoleto no llegó, al arquero se le escapó y ahí, en una baldosa, Prieto se lo sacó de encima y sacó un remate que se fue por arriba del horizontal.

Para la segunda parte Rampla salió sin cambios pero con la intención de jugar más metido en el campo contrario. Los volantes por afuera ya eran casi punteros y tanto Felipe como Cándido se animaban a avanzar más con el balón dominado. A los 11´ De León metió un buen centro al primer palo que Alex Silva cabeceó, terminando la guinda en manos del arquero.

Y sobre el minuto 13 se produce la obra de arte de la tarde (para nosotros el mejor gol de la fecha, y seguramente entre los mejores del campeonato). Lo habrán visto en las imágenes, sobran las palabras. Pase perfecto de Camilo, taco delicioso de Matías y cañonazo impresionante de Alex. Porque este Rampla no solo deleita con su juego, también convierte goles que son para encuadrar.

A partir de ahí todo fue más fácil. Plaza Colonia sintió el impacto y salvo un remate desde el borde del área que Odriozola saca por arriba del palo, no inquietaron a la línea final ramplense. Ingresaron Adrián Leites por Olivera, Julián Gottesman por Rocha (que estaba amonestado) y Santiago González por Rigoleto (que había quedado un poco sentido).

A los 25´ Camilo se mandó una corrida espectacular, trepando desde el sector izquierdo de la defensa para atravesar toda la cancha llegar hasta el área con pelota dominada, algo que viene haciendo hace varias veces en los últimos partidos, demostrando gran técnica y despliegue físico. La tocó para González y éste la hizo correr para Gottesman que llegaba de frente. El remate del volante fue atajado por el arquero.

En el minuto 27 apareció otra vez Julián pisando el área con peligro. Se filtró por la derecha, recibió un pase perfecto, llegó hasta el fondo y la puso al medio para Santiago, que no pudo definir contra el arco libre porque un defensa llegó justo antes para sacar la pelota al córner. El segundo gol de Rampla estaba al caer.

Y llegó finalmente al minuto 33, con un notable cambio de frente de Gabriel De León para Adrián Leites, que se metió por atrás de la defensa para tocar suave ante la salida del arquero. El guardameta la desvió y la guinda, con suspenso, le dio un beso al palo y se metió.

Luego vino la expulsión del futbolista de Plaza, pegándole de atrás a Camilo por la impotencia de no poder pararlo. Nadie pudo esa tarde. Los minutos finales mostraron a Rampla moviendo la pelota con tranquilidad, administrando el balón y dejando correr el tiempo.

Llegó el pitazo final y así los picapiedras se anotaron otros tres puntos valiosísimos para la carrera por la clasificación a las copas internacionales. Hoy Rampla está cuarto en la tabla anual, compartiendo ubicación con Wanderers. Y quedó tercero en el Clausura, junto a River Plate, su próximo rival.

Será un partidazo frente a los darseneros en el Saroldi. Ambos equipos llegan invictos y quien resulte ganador hasta podrá animarse a pelearle el torneo a Peñarol y Defensor. Rampla llega tranquilo, sabiendo que va por buen camino, sin creerse mejor que nadie, trabajando con humildad como hasta ahora. Cada vez falta menos, y el sueño está realmente muy cerca. Mientras tanto, los hinchas seguimos disfrutando el camino. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Operador político: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
Es el estudiante, estudiante de verdad: Adrián Barreto (@adribarreto90)

RESUMEN DEL PARTIDO

lunes, 11 de septiembre de 2017

Rampla no renuncia

En lo previo, sacar un empate en la visita a Jardines no parecía un mal resultado para Rampla. Danubio ha sido uno de los equipos que mejor se reforzó para el Clausura, y lo arrancó muy bien, con dos triunfos y un empate. Además su escenario históricamente ha sido muy difícil para los picapiedras. En este mismo campeonato, ni siquiera el poderoso Nacional pudo ganar allí.

Si a esto le sumamos que la igualdad le permitiría a los rojiverdes mantener la diferencia sobre los franjeados en la tabla anual (4 puntos), casi que lo único que faltaba era una lapicera para firmar el empate. Sin embargo, otra vez este Rampla volvió a demostrar que está para grandes cosas. Que no se conforma con menos que los tres puntos. Que no renuncia nunca a la intención de ganar.

Es cierto que el cuerpo técnico encabezado por Luis “Ronco” López tomó sus recaudos. Ubicó a Gabriel De León como volante por izquierda en lugar de Adrián Leites, seguramente buscando más marca en esa banda. Pero el planteo no resintió la vocación ofensiva del equipo. Desde el inicio del partido vimos a un Rampla firme, concentrado, y planteando el partido de igual a igual.

Foto: Fotografías Fútbol Uruguayo (en Facebook / Twitter / Instagram)

A los 7 minutos ya llegó con peligro el picapiedra, tras una subida de Matías Soto, buen giro y pase de Mati Rigoleto y un remate cruzado bajo de Gabriel De León que se fue apenas afuera. Costaba un poco hacer pie, por lo resbaladizo del campo de juego, pero eso no quitaba que Prieto manejara los hilos del equipo, que Felipe y Cándido treparan por las bandas, que Alex y Matías se mostraran como opciones de pase, en fin, todo lo bueno que sabemos tiene este equipo.

Sobre los 27’ Camilo llegó al fondo de la cancha, metió el centro, Panzariello ganó la posición y cuando intentó girar hacia el arco fue tocado por su marcador, cayó en el área, y la jueza Claudia Umpiérrez sancionó penal. Parece haber un leve empujón arriba, ya que abajo no se aprecia ningún contacto. Alex Silva lo pateó notable y puso el 1-0 para Rampla.

Foto: Fotografías Fútbol Uruguayo (en Facebook / Twitter / Instagram)

Apenas 3 minutos después se produce la expulsión del panameño Arroyo en Danubio, tras unas escaramuzas donde Rodrigo Odriozola es amonestado. Por TV se vio que en medio del tumulto el futbolista caribeño le puso una mano en el rostro a Gabriel De León. La incidencia se generó por una dura entrada sobre Mauricio Felipe que quizás merecía algo más que una simple amonestación.

Rampla se sintió más confiado con el resultado a su favor y la superioridad numérica, y pudo lograr el 2-0 a los 41’ tras una buena jugada en la que Cándido dejó a De León mano a mano con el arquero, pero la definición de Gabriel tocó en el arquero y se fue rozando el segundo poste al córner, pese a que Umpiérrez sancionó saque de arco.

Así llegamos al final del primer tiempo con un panorama alentador para los rojiverdes. Lástima que el hombre de más duró poco, ya que a los 6 minutos Panzariello cometió una imprudencia que le costó la expulsión. Se tiró con los dos pies a la pelota, levantando levemente uno de ellos. Se regaló el "Panza", más con la ley de la compensación a la vuelta de la esquina.

Obviamente quedar 10 contra 10 impulsó al local, que llevó a Rampla contra su arco. Allí se hizo inmensa la figura de Rodrigo Odriozola. Atajó varios envíos dificilísimos, y se jugó la ropa a los 18’ tirándose de cabeza para tapar un remate casi dentro del área chica que tenía claro destino de gol.

Foto: Fotografías Fútbol Uruguayo (en Facebook / Twitter / Instagram)

En la incidencia sufrió un durísimo golpe que lo tuvo varios minutos en el suelo, siendo atendido. No quedó bien para seguir jugando, ya que el impacto fue sobre la cabeza y le torció el cuello, pero nunca se planteó salir. Así son estos leones que hoy defienden nuestros colores.
Sobre los 26 minutos el “Ronco” agotó las variantes, dando ingreso a Jhony Galli por Nico Rocha y al brasileño Leo Bahía por Alex Silva.

Antes, a los 15 minutos, había entrado el “mago” Cristian Olivera por Matías Rigoleto, pasando Rampla a jugar con un 4-3-1-1, para intentar frenar a un rival que se venía con todo pero teniendo dos hombres frescos en ofensiva para buscar liquidarlo de contragolpe.

El plan funcionó casi a la perfección. La defensa aguantó estoicamente, y las pocas veces que fue superada apareció Odriozola sacando pelotas imposibles, como un cabezazo al primer palo en el minuto 35. Los instantes finales mostrarían a Danubio dejando enormes espacios en su línea final, jugándose el todo por el todo al empate. Y ahí fue donde el plan no pudo ser perfecto.

Leo Bahía en dos oportunidades y Camilo Cándido en una malograron ocasiones clarísimas para liquidar el pleito. Primero fue el brasilero a los 43’, tras un notable quite de Galli que lo puso en carrera hacia el arco danubiano. Definió con un toque suave ante la salida del arquero, pero demasiado débil, permitiendo que el futbolista franjeado que lo perseguía pudiera llevarse la pelota justo antes de que traspasara la línea de gol.

Foto: Fotografías Fútbol Uruguayo (en Facebook / Twitter / Instagram)

Luego lo tuvo Cándido, aunque con menos posibilidades. Hizo una buena pared con el norteño, corrió por la derecha y llegando al área remató cruzado, con su pierna menos hábil, perdiéndose la guinda apenas afuera. Gran esfuerzo de Camilo que jugó un partidazo, marcando y yendo al frente. Terminó jugando de volante por derecha, quedando De León de lateral izquierdo.

Y ya en tiempo de descuento Leo Bahía se perdería la chance más propicia para marcar el 2-0. Otra vez corrió desde media cancha solo hacia el arco, y esta vez, además, el arquero Cristóforo se resbaló cuando salía a achicar el ángulo. Bahía no lo aprovechó, no pateó al arco, y optó por tratar de eludirlo, perdiendo el duelo con el guardameta.

Estas ocasiones falladas evocaron al histórico “goles errados son goles en contra” y de tiro libre Danubio lograría el empate, cuando ya se jugaban 48 minutos del segundo tiempo. Aquel reparto de puntos que antes del partido sería visto con buenos ojos se convertía en una igualdad que nos hacía irnos de Jardines masticando bronca.

Una vez más quedó en evidencia un gran debe que tenemos en Rampla. No es la primera vez que malogramos oportunidades clarísimas para cerrar un partido, solo que en algunas ocasiones lo pagamos caro y en otras salimos ilesos. Esta vez fue el brasileño Leo Bahía, contra Peñarol en el Campeón del Siglo fueron otros. Incluso en aquel inolvidable 5-4 erramos un par de goles casi hechos para sentenciar el pleito y en la última jugada del partido el travesaño nos salvó.

Ese ganar siempre con lo justo es parte de nuestra idiosincracia. Algunas veces alcanza, otras no, pero que el árbol no nos tape el bosque. Este grupo de jugadores deja el alma en cada partido, se planta de igual a igual contra cualquiera, y además lo hace sin renunciar al buen fútbol. El sueño sigue intacto y está cada vez más cerca. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Estudios centrales: Adrián Barreto (@adribarreto90) y Emilio Fernández (@DurosConceptos)

RESUMEN DEL PARTIDO

lunes, 4 de septiembre de 2017

Adiós juventud

Era una fría tarde en el Estadio Olímpico. De esas otoñales que si te agarra mal parado te lleva directo a la gripe. El partido estaba 0 a 0 hasta que Gastón de los Santos tranca fuerte y saca la guinda rápido hacia adelante. Nicolás Mezquida la puntea para que un juvenil de apenas 17 años que recién había ingresado, explotara su velocidad.

El botija enganchó al medio y dejó tirado en el piso a su marcador (el clásico “traé cigarros”). Quedó de frente al arquero y le dio a la pelota con un toque suave, al segundo palo. La guinda besó el poste izquierdo y se metió en el arco del astillero. Era su primer gol en el fútbol mayor y en el festejo se emocionó hasta las lágrimas. Ese botija era Matías Rigoleto.

Aquel Rampla dirigido por el “Ronco” no llegaría muy lejos en el torneo de la Segunda División. Al año siguiente se obtuvo en ascenso, y goleadores como Andrés “Pájaro” Márquez y Sebastián Gularte eclipsaron la figura de aquella joven promesa ramplense. En Primera División nuevamente fue relegado, esta vez por futbolistas que no hicieron mucho mérito por quedarse con su puesto.

Con el picapiedra otra vez en la vieja divisional B, recibiría la confianza del cuerpo técnico encabezado por Añón, y asistido por notables figuras como Gonzalo Sena, Marcel Román, Maxi Freitas y el propio Adrián Leites, se convertiría en el goleador de aquel Rampla campéon.

Arrancó el Uruguayo Especial, ya con el argentino Corengia al mando, y otra vez le tocó esperar su oportunidad. Lo mismo cuando Fernando Araújo tomó las riendas del equipo. Muchas veces fuera de puesto, o entrando en partidos que estaban bravísimos, Matías no pudo mostrar su mejor versión.

Hasta que el mismo entrenador que lo había hecho debutar en aquel lejano 2013 volvió a ponerse la campera de DT. En su primer partido, el “Ronco” lo colocó de titular y Matías respondió con 2 goles, en el triunfo 4-3 ante Wanderers. Y de ahí en adelante no salió más, apoyado también por el resto del cuerpo técnico (en especial por Omar Pérez), y obviamente por sus compañeros.

Es claro que tiene mucho por mejorar y seguro él lo sabe mejor que nadie. Y que a veces la desconcentración le juega una mala pasada (¡Los offside Mati! ¡Mirá siempre la línea de la defensa!), pero que tiene tremendo potencial nadie lo puede dudar.

Y el pasado sábado, irónicamente contra Juventud, Matías Rigoleto se recibió de adulto (de ahí el titular de esta crónica, no piense que nos estamos burlando del rival de turno), pese a que Matías ya había tocado el cielo con las manos con el inolvidable golazo en el clásico del barrio.

Dejó de ser aquel juvenil, aquella promesa, para convertirse en una figura con todas las letras. Sería injusto decir que ganó el partido él solo, porque hubo un equipo que metió como siempre, que jugó como pudo (el rival nos complicó bastante la tarea) y que cuidó el resultado con uñas y dientes, desde Odriozola y sus grandes atajadas hasta Alex Silva que aguantó la guinda y generó varias faltas que nos permitieron tomar aire.

Pero uno ve los goles y no puede dejar de pensar que este triunfo fue obra y gracia de Matías Rigoleto. Solo, contra dos rivales, con sus compañeros lejos, se mandó dos golazos que terminaron por noquear a un rival durísimo. Y además de la gran factura técnica de los goles, fueron en momentos claves del partido, cuando nuestro equipo peor la pasaba.

Las principales incidencias del match pueden observarse en el resumen televisivo que dejamos al final de esta crónica, que esta vez, justo es decirlo, es bastante fiel a lo que se vio en la cancha. Incluso mostrando la grosera falta del nº3 de Juventud que debió costarle la segunda tarjeta amarilla y que el árbitro Daniel Rodríguez ni siquiera sancionó. Falta que era sobre, cuándo no, Matías Rigoleto.

Este triunfo no podía llegar en un momento más oportuno. Primero para tomar una diferencia de 17 puntos sobre el rival de turno, que prácticamente le permite a Rampla decirle adiós a la lucha por la permanencia (Plaza y Sud América, que también perdieron esta fecha, quedaron todavía más lejos).

Y segundo para ganar posiciones en la tabla anual, alcanzando a Boston River en el quinto puesto, superando a nuestro clásico rival y manteniendo la diferencia sobre Danubio, nuestro más inmediato perseguidor, a quien enfrentaremos el próximo sábado allá en Jardines del Hipódromo.

Pero además, llega en un momento oportuno para el propio Rigoleto, que ya comenzaba a tener cierta resistencia en parte de la parcialidad, también teniendo en cuenta el buen nivel que han mostrado los otros delanteros con los que cuenta el cuerpo técnico. Por ejemplo, lo importante que ha sido Alex Silva, aprovechando la oportunidad que se generó por la lesión de Santiago González.

Ojalá sea el despegue definitivo de Matías, y que se vengan muchas tardes como la del sábado pasado, porque si él mantiene ese nivel, más el equipazo que tiene detrás, Rampla está para grandes cosas.

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Fotos del partido y corresponsal en boliches: Juan Andrés Areosa.
A la orden para cuando vuelva el campeonato de truco: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
Maneja el VAR desde la casa: Adrián Barreto (@adribarreto90)


RESUMEN DEL PARTIDO