lunes, 30 de marzo de 2015

No todo es blanco o negro

Rampla Juniors cayó 1-3 frente a Montevideo Wanderers y no pudo estirar su racha victoriosa, que había comenzado apenas 3 días atrás con un resonante triunfo ante Atenas de San Carlos. En esta ocasión, en su casa (casi desierta por la sanción que implicó cerrar sus puertas), los rojiverdes jugaron mal y fueron justamente superados por un rival que sin ser gran cosa, aprovechó sus chances y supo manejar el trámite del partido.

El rendimiento de Rampla no está ajeno a un Torneo Clausura que se caracteriza por la irregularidad de todos los equipos. Los rojiverdes no son unos fenómenos por haber goleado de visitante a un potencial puntero, ni son un desastre por haber perdido de locales con el último. No todo es blanco o negro. El tema es que para mantener la categoría necesitamos más actuaciones como las del jueves y menos como las del domingo.

Chifle Barrios se aferró a aquel dicho de “equipo que gana no se toca” para colocar a los mismos titulares que habían iniciado el juego ante Atenas. De antemano, no pareció la mejor decisión, por varias razones.

Futbolísticamente, porque Paul Dzeruvs y Marcel Román eran habituales titulares y solo se perdieron el choque anterior por sanción. En el caso de Paul además venía siendo de lo mejor en Rampla, y lo mostrado por su sustituto Fagúndez en el Campus tampoco fue gran cosa. Físicamente tampoco era lo más inteligente, ya que con apenas 2 días de recuperación, quizás era necesario poner en el equipo futbolistas que llegaran mejor descansados.

De todos modos, el cuerpo técnico manda, y este fue el equipo que puso en cancha:


El comienzo del partido mostró a Wanderers teniendo la pelota y a Rampla corriendo detrás de ella. Así fue que a los 5 minutos ya se pusieron en ventaja. Surge de una aparente falta de un futbolista bohemio no sancionada por el juez Andrés Cunha. El jugador albinegro se tiró con los dos pies hacia delante, y aunque no hubiera tocado a Maxi Montero (no se ve claramente desde nuestra lejana ubicación) debió sancionarse “jugada peligrosa”. La incidencia siguió, y nuestra defensa quedó mano a mano con 2 rivales. Uno asistió y el otro definió cruzado, venciendo a Long y a Alejandro Rodríguez, que no llegó al cierre.

Rampla “despertó” después del gol y comenzó por lo menos a intentar acercarse al arco contrario. Tuvimos una buena jugada a los 10 minutos que terminó con un remate de Gonzalo Vega desde el borde del área que el arquero sacó al córner. Vega fue de lo mejorcito en el equipo picapiedra. Vila no repitió lo mostrado en el Campus y Fagúndez estuvo bastante entreverado con la guinda.

El partido luego cayó en un pozo, producto de la incapacidad picapiedra para inquietar a su rival, hasta que sobre los 39´ llegó el segundo tanto bohemio, en su segunda llegada clara. Entraron tocando por el medio del área y fusilaron a Long. Una clara muestra de los problemas defensivos de nuestro equipo, que de todos modos no son responsabilidad exclusiva de la línea final, sino también de los volantes, que muchas veces no logran recuperar el balón ni incomodar a los rivales, que llegan con pelota dominada hasta el borde del área. Eso evidentemente no facilita la tarea de nuestra zaga.

El 0-2 fue un masazo para nuestros futbolistas y lo mejor que nos podía pasar era que terminara el Primer Tiempo. Para la segunda parte, Chifle Barrios dispuso el ingreso de Paul Dzeruvs y Richard Núñez, por Leonardo Fagúndez y Diego Galo. Así Rampla pasó a jugar con 3 puntas (Paul, Richard y Orlando) pero perdió marca en el medio sector y Wanderers lo aprovechó.

A los 6´ casi nos convierten, pero Montero llegó justo al cierre cuando un rival se relamía para definir ante el arco libre. Un minuto después anotaron, pero la incidencia fue correctamente sancionada por posición adelantada. Y la tercera fue la vencida. A los 11 minutos, con Rampla totalmente volcado en ataque, Maxi Montero perdió la guinda y quedamos regalados. Ellos administraron bien la contra y definieron por encima de la salida desesperada de Long. El 0-3 parecía liquidar las acciones.

Sobre los 16´ ingresó Marcel Román por Mauro Vila. Los rojiverdes, golpeados en lo anímico, igual intentaron descontar rápidamente para ponerse a tiro. Pudieron hacerlo a los 23´, cuando Pablo Pereira quedó solito frente al arquero, tras el rebote en un tiro de Richard Núñez. Pablo la paró y definió mordido, facilitando la respuesta del arquero. Haber marrado una chance tan clara también fue desmoralizante.

El descuento finalmente llegaría a los 39´. Richard Núñez, el que más empeño puso por convertir, justo es decirlo, remató y la guinda dio en la mano de un rival. Cunha señaló el punto penal y el propio Núñez definió cruzado y marcó el 1-3. Quedaban 5 minutos más los descuentos para hacer dos goles, o al menos uno para ponerle emoción al final.

En el último de los 3 minutos de adición indicados por el árbitro pudimos marcar el segundo gol, que solo serviría para “maquillar” el resultado. Richard mandó el centro desde la derecha, Muriel Orlando ganó de cabeza y la pelota pegó en la mano de su marcador. Otro penal bien cobrado por Cunha y otra vez Núñez frente a la pena máxima. Esta vez, Richard le pegó muy de abajo y la guinda se fue por arriba del palo. Acto seguido, Cunha pitó el final del partido.

En definitiva, una justa derrota de Rampla, que fue superado por un rival que jugó mejor y aprovechó las ventajas que les dimos. De todos modos, queda esa sensación de que podríamos haber presentado un equipo más competitivo. Ahora enfrentaremos a Racing, que no viene bien pero que siempre es duro en su Osvaldo Roberto. Hay que mejorar mucho, porque no podemos depender de la puntería del rival para ganar un partido.

Aquí les dejamos el resumen televisivo de Rampla - Wanderers.



Comentario: Mr. Baru (@crearoreventar)
Consiguió un palco para ver el partido: Emilio Fernández (@durosconceptos)
Sufrió desde más lejos que nosotros: Adrián Barreto (@adribarreto90)

viernes, 27 de marzo de 2015

Efectivo al toque

Rampla Juniors obtuvo un gran triunfo 4-1 de visitante contra Atenas de San Carlos, cimentado en la efectividad para concretar las chances en la red contraria, que quedó de manifiesta ni bien comenzado el partido. Los dirigidos por Chifle Barrios sorprendieron a muchos, vapuleando a una de las revelaciones del Torneo Clausura. Ahora el panorama de los picapiedras de cara al futuro es bastante más esperanzador.

Siguen habiendo muchas cosas para corregir, especialmente de mitad de cancha hacia atrás, pero la contundencia ofensiva y los buenos rendimientos individuales de algunos futbolistas que hasta ahora no habían jugado (o habían jugado poco) demuestran que el plantel puede crecer y rendir más, lo que nos permite a los hinchas ilusionarnos con lograr el objetivo de seguir en Primera División.

Tras varios días de espera, idas y vueltas, y hasta con una sanción en el medio, parecía que el partido contra Atenas no llegaba más. Llegó el jueves a la noche y se vio que Rampla estaba muy preparado para jugarlo. Chifle Barrios metió mano en el equipo y realizó variantes, algunas de ellas obligadas y otras no.

Fueron titulares por primera vez en el certamen Pablo Pereira, Gonzalo Vega, Mauro Vila, Leonardo Fagúndez y Muriel Orlando. Richard Núñez estuvo en el banco de suplentes y Carlos Santucho no participó de la convocatoria. Recordemos que Paul Dzeruvs, Marcel Román, Emanuel Cuello y Diego Barboza estaban suspendidos.

Así comenzó jugando Rampla Juniors ante Atenas:


Los rojiverdes, vestidos de blanco para la ocasión, sorprendieron a su rival de entrada. Iban 3 minutos cuando Diego Galo trepó por izquierda, metió y centro pasado para Mauro Vila, y el futbolista surgido en Defensor la tomó de aire y le pegó en forma notable, poniendo la pelota abajo contra el palo y dejando sin asunto al arquero carolino.

El equipo local inmediatamente reaccionó y nos complicó con su buen juego asociado en velocidad. Siempre buscaban el desborde y el centro, y así casi nos empatan en un par de ocasiones, ganando de cabeza en nuestra área. A los 5´ Long salvó el tanto en forma notable y a los 12´ hizo vista y la pelota se fue apenas afuera.

Rampla de todos modos intentaba tener más la pelota que en partidos anteriores, en base al buen juego de Vila y Vega, y los aportes de Fagúndez, que de todos modos estuvo menos claro con la pelota que Gonzalo y Mauro. Y así fue que en un intento por avanzar sobre campo rival, perdimos la pelota y nos convirtieron de contragolpe.

Se llevaron la pelota contra la línea, del lado de la tribuna donde estábamos los hinchas de Rampla, Ale Rodríguez no pudo cortar a un rival que estaba de espaldas a la cancha, y este pudo meter un pase a la punta. Allí picó otro futbolista carolino en una carrera endemoniada y ni Pablo Pereira, ni Coto Vargas, ni Long pudieron detenerlo. En el segundo palo entró un compañero suyo y le robó el gol, definiendo con el arco libre.

A partir de ahí se sucedieron los peores minutos de Rampla. No encontrábamos el juego asociado de los minutos anteriores y ellos nos complicaban muchísimo por las bandas. Casi a veces llegaban fácilmente hasta debajo de nuestro arco. Afortunadamente tuvieron mala puntería. Tuvieron una donde quedaron mano a mano con Long, que debió salir lejos de su área para cortar (sin éxito) y por fortuna le pegaron para afuera, pese a tener el arco libre.

También nos salvamos a los 41´, cuando de pelota quieta los locales tuvieron un cabezazo que pegó en el poste izquierdo del arco defendido por Bernardo. Y un minuto después, haciendo honor al dicho más viejo del fútbol “goles errados son goles en contra”, llegó el 2-1 a favor de Rampla.

Maxi Montero trepó por la zurda y no se desesperó por tirar el centro. Esperó, levantó la cabeza y lo vió a Gonzalo Vega entrando por el segundo palo. Le dio la guinda “pinchada”, por encima de toda la defensa carolina, y el juvenil cedido por Nacional la tomó de aire y fusiló al arquero. Otro golazo de Rampla, muy parecido al que había hecho Vila. Se nota que explotar las espaldas de la defensa de Atenas era algo que estaba estudiado.

Así llegamos al final del primer tiempo. Rampla ganaba producto de su contundencia, pese a que su rival tuvo más la pelota y contó con más chances claras. No se puede hablar de que ellos jugaron mejor porque jugar bien no es solo crear las oportunidades sino concretarlas, y el rojiverde lo hizo.

El segundo tiempo la cosa cambió un poco. Si bien Atenas tuvo en envión inicial donde nos llevaron contra nuestro arco, la defensa se vio mejor parada (especialmente la pareja central), las chances que tuvieron no fueron tan claras. Más bien se trataron de centros, rebotes y remates en su mayoría desviados, aunque Bernardo también tuvo un par de tapadas importantes.

La jugada más complicada fue un avance individual de un rival, que se filtró y fue tomado del brazo por Vargas cuando se iba de cara al mano a mano con Long. Fedorkzuc cobró la falta y le sacó amarilla al “Coto”. Si era roja, no había mucho lugar para la protesta. Los jugadores obviamente se quejaron de que el futbolista nuestro no terminara en las duchas.

A los 14´ Chifle Barrios puso a Francis D´Albenas por Leonardo Fagúndez y el equipo mejoró del medio hacia arriba, logrando retener más la pelota y alejando un poco el peligro de nuestro arco. Francis entró muy bien en el juego y logró buenas combinaciones con Vila y con Muriel Orlando, quien realizó un gran despliegue aguantando la pelota de espaldas al arco y cuando pudo encarar, mostró buenas condiciones para el dribbling.

A los 25´ se mandó una notable apilada que de milagro no fue el 3-1 para Rampla. Eludió a un par de rivales y en las puertas del área lo dejó a Francis mano a mano. El tiro del rubio iba bien dirigido pero el arquero se estiró y la sacó. El rebote le quedó a Orlando, que remató presionado por un rival y la guinda increíblemente pegó en el travesaño y salió. Fue un aviso de lo que serían los minutos finales.

A los 28´ Mauro Vila, figura fundamental jugando con inteligencia y distribuyendo balones, pero además haciendo valer su experiencia, metiendo la pausa y tranquilizando a sus compañeros en los momentos más difíciles, tiró en forma notable un córner y Alejandro Rodríguez metió un impecable cabezazo que se coló sobre el segundo palo. Fue el 3-1, la tranquilidad para los rojiverdes y un verdadero mazazo para los jugadores de Atenas.

Justo antes del tiro de esquina había ingresado Mathías Choca por Jim Varela, que salió sentido. Y poco después, a los 36´, hizo su debut con la camiseta de Rampla el coloniense Ezequiel Casaña, suplantando a un extenuado Mauro Vila, que incluso en una de sus últimas intervenciones retrocedió media cancha para cubrir a un futbolista rival que estaba solo.

En los minutos finales el resultado parecía casi sentenciado, y lo estaría definitivamente a los 42´ cuando llegaría el gol que redondearía la goleada. Tremendo quite de Fabián Vargas, que se jugó la ropa pese a tener tarjeta amarilla. Robó la guinda yendo abajo, se paró y le puso un pase espectacular, de 40 metros, a Muriel Orlando. El argentino la bajó de pecho y definió con clase ante la salida del arquero.

Y así, sin pedir la hora como tantas veces, Rampla Juniors se llevó un triunfazo del Campus. La clave fue la efectividad, lo cual también tiene un gran mérito. Ojalá el domingo contra Wanderers podamos seguir con la pólvora seca, creciendo y ganando.

El partido irá en principio en el Estadio Olímpico, y si no se llega a tiempo con los arreglos exigidos por la gremial arbitral será en el Parque Saroldi. En ambos casos, se jugará a puertas cerradas, lo cual no hace más que insólita las exigencias de los árbitros. Piden cámaras de seguridad, alambrado más alto y manga protectora para un partido que se juega sin gente. Una tomadura de pelo, pero bueno.

Por ahora, disfrutemos de esta gran victoria, como lo hicimos los que estuvimos en Maldonado y los que lo vivieron por radio en Uruguay y el mundo. Y si todo este comentario no te alcanzó, acá te dejo los goles del partido. ¡Arriba Rampla!



Comentario: Mr. Baru (@crearoreventar)
Sufrió desde la Facultad: Emilio Fernández (@durosconceptos)
Hizo estudios centrales dejando a Gard como un amateur: Adrián Barreto (@adribarreto90)

viernes, 20 de marzo de 2015

Lo que somos los hinchas de Rampla

En los últimos días se ha dicho mucho en el ambiente futbolístico y en la sociedad en general sobre “los hinchas de Rampla”, y quienes hacemos este espacio partidario entendimos que era momento de aclarar esta situación, porque una hinchada de miles de personas, a lo largo de todo el país y el mundo, no puede definirse por el accionar de un grupo minúsculo de individuos.

¿Quieren saber quiénes somos los hinchas de Rampla? Trataremos de explicarlo a través de algunos ejemplos que sí, en este caso sí, nos definen claramente.

Los hinchas de Rampla somos los que vamos a todas las canchas y en todas las circunstancias, con frío y con calor, con sol y con lluvia, de mañana y de noche. Los que fuimos cuando aquel inolvidable equipo del “Ronco” iba primero y nos ilusionaba a todos con salir campeones, y los que fuimos cuando el mismo “Ronco” nos agarró yendo últimos en la B.



Los hinchas de Rampla somos los que juntamos 3000 personas un martes a la medianoche para celebrar nuestro centenario, y subimos la fortaleza todos juntos, caminando.

Los hinchas de Rampla somos los que abrimos una cuenta en ABITAB para recaudar fondos que permitieran ayudar económicamente a la familia de un hincha nuestro que fuera cobardemente apuñalado por dos parciales del tradicional rival aquella noche en que festejábamos nuestros 100 años, hecho que, como tantos en este país, sigue impune.

Los hinchas de Rampla somos los que limpiamos y refaccionamos en tiempo récord nuestro Estadio Olímpico para que el clásico de la Villa pudiera llevarse a cabo en el barrio, como corresponde.

Los hinchas de Rampla somos los que juntamos peso por peso, sin apoyo de ninguna empresa, para comprar la tela y coser, con nuestras propias manos, durante toda la noche, una bandera para mostrar orgullosos en el máximo escenario deportivo de nuestro país, poniéndole color y clima festivo al fútbol uruguayo.



Y ejemplos como los anteriores hay montones. No se confundan. Los hinchas de Rampla no somos unos inadaptados que tiran piedras y se cuentan con los dedos de la mano. Ese minúsculo puñado de personas no nos define, ni nos representa.

Mucho se habla de los pobres árbitros, que el sábado pasado tuvieron que salir escoltados por la policía. Y de los pobres jugadores de Danubio, que corrieron la misma suerte. Pero nuestros intereses, los de la casi totalidad de los hinchas de Rampla, nadie los defendió.

La policía, esa que no nos deja entrar banderas que sean más grandes que un pañuelo, no hizo nada por evitar lo que pasó. Simplemente fue un espectador de lujo, mirando desde detrás de un alambrado. Nadie está pidiendo represión, por favor no malinterpretar, pero bastaba con pararse ahí, donde estaba ese minúsculo grupo de gente exacerbada, para que no pasara nada.

Por ejemplo, en el último clásico de la Villa, jugado en ese mismo Estadio Olímpico, un sector de la parcialidad del tradicional rival tiró fuegos de artificio (los popularmente conocidos como “12 tiros”) hacia la hinchada de Rampla durante varios minutos. Cualquiera de esas bombas podría haber lastimado seriamente a varias personas, cosa que de milagro no pasó. La policía fue, se ubicó en la tribuna visitante, y la situación se controló. No hubo heridos, ni escándalo, ni sanciones.

¿Por qué esta vez no se actuó de la misma manera? ¿Para qué sirve tanto despliegue policial, tantas medidas de seguridad, tanto “quedarse media hora más para permitir la evacuación de la parcialidad visitante”, si cuando realmente pasa algo y la actuación policial es requerida, no van a hacer nada?

Desde este espacio repudiamos el accionar de ese puñado de personas que el partido pasado tiraron algunas piedras (hablar de “lluvia de piedras” es una exageración) y de ninguna manera lo vamos a justificar, ni por el pésimo arbitraje que nos perjudicó, ni por la provocación del futbolista Matías Castro en el festejo del segundo gol de su equipo. Lo que pasó al final del partido no debe ocurrir en ningún campo de juego. QUE QUEDE CLARO.

Dicho todo esto, agradeceríamos que cuando hablen de “los hinchas de Rampla”, si van a generalizar, háganlo al revés. Refiéranse a lo que somos la casi la totalidad de los que entramos en esa categoría “hinchas de Rampla”, en vez de definirnos por el accionar de un minúsculo grupo. Consideramos que es lo más justo.

Por último, vale decir que los hinchas de Rampla somos, seguramente, los más perjudicados por esta situación. Entendemos que existe un reglamento aprobado por las instituciones que implica sanciones y hay organismos competentes facultados para aplicarlo, pero nos han quitado lo más preciado que tenemos: el derecho de ir a ver Rampla. Una tristeza solo comparable a aquel año en que nuestro querido picapiedra no pudo competir por deudas. Al año siguiente, ascendimos a Primera. Quizás este difícil momento marque el inicio del resurgimiento del bravo Rampla.

¡ARRIBA RAMPLA! ¡SIEMPRE ADELANTE!

Equipo de El Bravo Rampla:
Mr. Baru (@crearoreventar)
Emilio Fernández (@durosconceptos)
Adrián Barreto (@adribarreto90)

domingo, 15 de marzo de 2015

Perdimos más que un partido

Jugando en casa ante Danubio, Rampla Juniors no solo perdió la oportunidad de sumar puntos en un partido que se le había presentado favorable, sino que además se quedó sin 3  futbolistas para el próximo encuentro, frente a Atenas de San Carlos. Si a esto le sumamos la eventualidad de que nuestra institución sea sancionada por los hechos acontecidos al final del cotejo, el saldo es aún más negativo. Y para peor, el domingo todos nuestros rivales directos ganaron.

En ventaja casi desde el inicio, los picapiedras no supieron mantener la diferencia y aprovechar la fragilidad que mostraba la última línea danubiana para liquidar el pleito. Ahí estaba la clave del partido, ya que nuestra defensa tampoco daba mucha seguridad.

En ese tiempo en que fuimos ganando, ni siquiera pudimos retener el balón. Abusamos del pelotazo largo, buscando que Paul Dzeruvs hiciera algo contra toda la defensa rival. Entonces la pelota la tenían siempre ellos, y nosotros lo único que hacíamos era aguantar los permanentes ataques hacia nuestro arco. Long nos salvó en varias incidencias, pero no podría hacerlo en todas.

Luego de que llegara la igualdad visitante, el “Chifle” Barrios agotó las variantes para buscar el triunfo, pero ahí el partido ya era otro. Los cambios debieron llegar antes, cuando se veía venir el empate danubiano. A partir de ese momento el juego se hizo de ida y vuelta, y estaba para cualquiera, hasta que llegó la injusta expulsión de Cuello, el segundo tanto de Danubio y el bochorno del final.

Rampla comenzó jugando con un equipo que tuvo dos variantes respecto a los que habían sido titulares ante River. Ambos cambios fueron obligados. Ingresaron Diego Barboza por Fabián Vargas (suspendido) y Emanuel Cuello por Maximiliano Montero (lesionado).



Los picapiedras salieron con mucha actitud desde el primer minuto. Dispuestos a llevarse por delante a su rival. Fue bueno lo de Jim Varela, quitando y distribuyendo. También hubo interesantes subidas de Cuello, juntándose con Galo, e interesantes movimientos de Dzeruvs.

La primera llegada fue justamente desde los pies de Paul. Recibió el balón por la punta izquierda, enganchó al medio y sacó un sorpresivo remate al primer palo, cuando todos esperaban el centro. La guinda se metía abajo contra el poste, pero el arquero danubiano llegó para quedarse con ella.

A los 12 minutos llegaría la apertura en el marcador, toda obra de Richard Núñez. Tomó la pelota en el medio del ataque, se sacó a un par de rivales encima y generó la falta en una zona ideal para su pegada. Luego ejecutó de forma magistral el tiro libre y puso al rojiverde 1-0 arriba.

Como tantas veces nos ha pasado, y aunque parezca mentira, el gol fue peor para Rampla. Nos retrasamos muchísimo en el campo, con nuestra línea final casi contra el área y los volantes también replegados, ya no presionando al rival en el medio campo como en los primeros minutos. Desde el banco de suplentes se veían los gestos del técnico para que sus jugadores salieran, cosa que no ocurría.

Así Danubio se empezó a acercar cada vez más al arco de Long, aunque no lo haría con peligro hasta los últimos minutos de la parte inicial. Rampla por su parte tuvo una buena chance de aumentar a los 27’, tras un quite y perfecto pase de Román para Dzeruvs, quien bajó la pelota sobre el segundo palo y quiso picarla por encima del arquero, sin éxito.

Bernardo nos salvó dos veces en los últimos 5 minutos. Primero tapando un remate abajo, desde muy cerca, cuando un futbolista franjeado le ganó la posición a Santucho y pudo rematar de media vuelta. Luego quedándose con un cabezazo sorpresivo, tras una volea mitad centro mitad tiro al arco de un rival. Ambas incidencias fueron un aviso de lo que pasaría en el complemento.

Ya desde los primeros minutos del Segundo Tiempo, Danubio llegaba hasta nuestra área con mucha facilidad. Nos veníamos salvando porque la pelota siempre rebotaba en alguien, o se iba afuera, o moría en las manos de Long. Hasta que a los 13’, tras un rebote, la mandaron a guardar. Debimos hacer algún tipo de variante para evitar esa igualdad que se veía venir.

Después si, llegaron los cambios. Entraron Leonardo Fagúndez por Núñez, Mauro Vila por Galo y Muriel Orlando por Machado. Rampla ganó en dinámica y en velocidad. El partido se hizo de ida y vuelta. Ellos tuvieron una clara a los 26’, cuando un delantero recibió dentro del área y pudo girar, ante la marca de Barboza. Afortunadamente Long estuvo rápido en la acción y tapó el remate.

Hasta que a los 36’ se nos empezó a caer la estantería. El árbitro Federico Arman, que venía sacando tarjetas amarillas a rolete para los futbolistas de Rampla, expulsó a Emanuel Cuello por doble amonestación. La primera tarjeta fue una falta propia del juego, que bien pudo solucionarse con una advertencia verbal, y la segunda fue por una pierna en alto donde Cuello toca la pelota, sin poner en riesgo la integridad física del rival. La expulsión fue un castigo totalmente excesivo.

Y dos minutos después, sobre el sector izquierdo, el que quedó descubierto por la ausencia de Emanuel, llegaría la jugada del segundo gol danubiano. Vila perdió la pelota en la salida, intentó recuperarla sin éxito, llegó un pase al segundo palo, un futbolista rival entró totalmente solo, tocó la pelota al medio ante la salida de Long y el argentino Matías Castro definió de cabeza ante el arco libre.

Este muchacho Matías Castro, tuvo la brillante idea de ir a gritar el gol frente a la hinchada de Rampla, señalándose la oreja, haciendo gestos y pateando el banderín que lleva nuestros colores. ¿Qué hizo el juez Federico Arman? NADA. Tuvo que acercarse el cuarto árbitro a pedirle que amonestara al futbolista danubiano, seguramente por las protestas desde nuestro banco de suplentes.

Eso fue lo que encendió la mecha. El nerviosismo de nuestros futbolistas y de nuestra hinchada fue total. Luego vino la expulsión de Diego Barboza, también por doble amonestación, y en la última jugada del partido la tarjeta roja para Marcel Román. Fue en una incidencia donde Long se mandó a buscar la heroica, Marcel quedó como último hombre y según el juez cometió falta en su intento por evitar que un jugador danubiano definiera con el arco libre.

El árbitro pitó el final del partido y la cancha era un hervidero. En una decisión insólita, los jueces se fueron para el vestuario antes de que se retiraran los equipos. Insólita y anti-reglamentaria. Un puñado de hinchas de Rampla se arrimaron a la boca del túnel y les tiraron alguna cosa.

Los jugadores de Danubio, mientras tanto, se quedaron en el medio de la cancha. Tenían miedo de salir. Esperaron a que la policía volviera de escoltar a los árbitros para salir debajo de sus escudos. Fue más teatro que otra cosa. Hoy los medios publican la foto como si los jugadores de Danubio fueran refugiados de Gaza. El tema es que nuestra institución quedó expuesta a la manija de los medios y a posibles sanciones económicas y deportivas.


¿El juez nos perjudicó? Si. Como quien dice, “flechó” la cancha en contra nuestra. Hasta algunos periodistas que fueron al partido lo reconocen. ¿Los jugadores de Danubio provocaron? Si. También reconocido por los medios presentes. El tema es que nuestra gente no puede dejarse llevar por eso ¿Qué pasa si nos llegan a sancionar obligándonos a jugar sin público? Todos los hinchas de Rampla nos quedamos sin ver a nuestro club solo porque a un par de inadaptados se les soltó la cadena.

Debemos darnos cuenta que cualquier acto individual puede perjudicarnos a todos. Y que como nos estamos jugando cosas importantes, nada menos que la permanencia en la categoría, hay muchos equipos esperando cualquier oportunidad para sacar ventaja.  Cosas como las de este partido, no pueden pasar más. Los hinchas de verdad no harían nada que pudiera perjudicar a su equipo.

El tiempo dirá qué consecuencias tendrá todo esto que pasó. Ahora hay que pensar en el próximo juego, ante el sorpresivo Atenas de San Carlos, que en algún momento era un rival directo y ahora parece ya salvado. Ellos llegan muy bien y nosotros mal, con dos derrotas a cuestas y varias ausencias. Ojalá que nuestro equipo se haga fuerte en la adversidad. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Mr. Baru (@crearoreventar)
Está tan solicitado que se fue a sacar fotos en otro campeonato: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Se quedó estudiando una fórmula para que nos salvemos: Emilio Fernández (@durosconceptos)

lunes, 9 de marzo de 2015

30 minutos y nada más

En tan solo media hora de juego, River Plate apabulló a Rampla Juniors y logró una ventaja de 4-0 que luego sería indescontable para los rojiverdes. En esos primeros 30 minutos, una notoria diferencia de dinámica y velocidad permitió a los darseneros llegar con gran facilidad hasta el arco picapiedra, y concretar las chances en la red con una altísima efectividad.

Luego Rampla intentó reponerse, pero ya era tarde, la ventaja era indescontable. El equipo mejoró y tuvo alguna chance para descontar, casi siempre en los pies de Paul Dzeruvs, pero se encontró con una actuación muy segura del arquero rival. También es justo decir que River bajó el ritmo cuando se supo ganador ante tan amplia diferencia.

Los dirigidos por Jorge Barrios salieron al campo con el regreso de Bernardo Long en el arco; Fabián Vargas, Alejandro Rodríguez, Carlos Santucho y Maximiliano Montero; Marcel Román, Jim Morrison Varela y Diego Galo en el medio; Richard Núñez de enganche; Paul Dzeruvs y Luis Machado en ofensiva.



De movida se vió la diferencia de dinámica y velocidad entre uno y otro equipo. A nuestros futbolistas los pasaban como postes. Ni el mediocampo ni la defensa hacía pie. A los 2 minutos ya nos salvamos, con un remate desde dentro del área que pegó en el travesaño, cayó sobre la línea y salió. Dos vueltas de reloj después no tendríamos tanta suerte.

Los rojiverdes atacaban, buscando fundamentalmente a Dzeruvs en largo, y Paul se las arreglaba para complicar a sus marcadores, obligando algún córner e incluso sacando remates que encontraron una buena respuesta del arquero.

El problema es que en cada tiro de esquina, con nuestros zagueros yendo a buscar el cabezazo, el arquero de River descolgaba con facilidad, sacaba rápidamente y los jugadores darseneros salían disparados hacia nuestro arco, tomándonos en inferioridad numérica porque los nuestros volvían mucho más lento.



Y así nace el primer gol. Fue los 4’, tras un pase a la punta derecha, desborde y toque al medio, donde un futbolista local recibe totalmente solo, con todo el tiempo del mundo para parar la pelota, para rematar cruzado y dejar sin asunto a Long. Si bien nuestros marcadores ya habían regresado a la defensa, estaban todos desordenados y mal parados.

A los 11’ llegó el 2-0, esta vez triangulando en la puerta del área, haciendo una pared y fusilando a Bernardo, que la tocó pero no pudo sacarla. El mediocampo nuestro no podía frenar a los rivales, y éstos llegando con pelota dominada en las puertas del área eran letales. A esa altura los darseneros habían atacado tres veces y marcado dos goles.

Sobre los 18’ tuvimos una chance para descontar. Nos avivamos que el arquero rival descolgaba todos los tiros de esquina y lo lanzamos al segundo palo, bien pasado. Machado ganó y la cruzó al otro lado. Santucho cabeceó casi sobre la línea, pero rápidamente el guardameta darsenero volvió al sector y se quedó con la pelota.

Y a los 21’ nos embocaron otra vez, ahora a partir de un saque de costado. Un jugador de River recibió en el área, giró y tiró, pero esta vez Bernardo pudo tapar. La jugada siguió, lo desbordaron al Coto Vargas, vino el centro, Long llegó a manotear la guinda pero un futbolista darsenero que estaba totalmente desmarcado, aprovechó el rebote y la mandó al fondo del arco. Cuatro llegadas a fondo de River, tres goles. Virtud del rival por su efectividad pero también aprovechando la pasividad de nuestra retaguardia.



Agazapado, el equipo local dejaba que Rampla se le viniera, porque sabía que cuanto más avanzáramos, más espacios dejaríamos para el contragolpe. Llegamos con un remate de media distancia de Machado a los 26’ que el arquero sacó al córner. Nos aproximábamos al arco contrario pero nos faltaba claridad en el último pase, y moríamos en impulsos individuales.

Hasta ahí, podía haber una luz de esperanza si descontábamos rápido, pero un par de minutos después se liquidaría la historia. De un despeje de punta y para arriba de River, quedaron 2 contra 2 Ale Rodríguez y Santucho. El primero saltó pero cayó sin rechazar la pelota, y luego el segundo quiso bajarla en vez de ventarla para la tribuna, la perdió y la dupla atacante darsenera definió con facilidad ante la salida de Long. Partido liquidado.

En los últimos minutos tuvimos un par de llegadas a través de Richard Núñez y Paul Dzeruvs. El número 10 quiso entrar eludiendo al área y perdió la guinda en el último enganche. Paul por su parte exigió dos veces al portero rival, tras pases en profundidad de Galo y “Coto” Vargas. Así llegamos al final del primer tiempo.

Para el complemento, “Chifle” Barrios dispuso el ingreso de Emanuel Cuello por Jim Varela y el debut del argentino Muriel Orlando, quien reemplazó a Luis Machado. Galo pasó como volante central y Emanuel se paró como volante zurdo. Así Rampla ganó un poco en velocidad y dinámica.



Orlando tuvo un par de chances en el área. Un cabezazo cruzado que controló bien el arquero y un remate de media vuelta que se desvió en un rival y se fue apenas afuera. Demostró que tiene habilidad y potencia, y puede dar una buena mano para lo que viene.

Otro que tuvo pincelazos interesantes fue su compatriota Leonardo Fagúndez, que ingresó a los 20’ por Richard Núñez. Con él Rampla mejoró en el manejo de la pelota y en la dinámica. Incluso tuvo un buen tiro libre que el arquero sacó por arriba del palo.

De todos modos, dio la sensación de que la mejoría picapiedra en el segundo tiempo también fue posible porque el rival notoriamente sacó el pie del acelerador. El partido ya se había definido en el primer tiempo, y lo que quedó para el complemento fue como una práctica de fútbol.

Llegó el pitazo final del árbitro Oscar Rojas y terminó el martirio. Queda por destacar el gran marco de público que acompañó a Rampla en este partido, pero claro, todos esperaban una actuación completamente diferente.



Hubo algunos reproches a nuestros jugadores, cosa que desde este espacio siempre repudiamos. El que quiera decirle algo a un futbolista, que vaya a la práctica o lo espere a la salida del partido, pero mientras la pelota gire hay que apoyar porque de otra forma lo único que se logra es perjudicar al equipo y por ende, perjudicarnos a todos. Desde este espacio, repudiamos ese tipo de actitud.

Este resultado obviamente es un llamado de atención, más por el rendimiento que por la diferencia en sí. Hay que corregir funcionamiento y actitud. No podemos volver a salir dormidos como ante River. Y también debemos ser conscientes de que no todos los partidos son iguales, ni los rivales son iguales. A veces hay que priorizar adaptarse al juego del oponente para contrarrestarlo, aunque eso implique cambiar de figura táctica o de futbolistas.

Todavía queda mucho camino por recorrer. Se perdió un partido, de los que a priori puede catalogarse como “perdible”. Ahora tenemos otro duro rival, como Danubio, pero en nuestra casa, donde tenemos que hacernos fuertes. Hay que dar vuelta la página y buscar un triunfo para recomponer el ánimo y seguir descontando posiciones en la tabla. Se puede, el objetivo sigue estando a nuestro alcance. ARRIBA RAMPLA!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Fotos del partido y de eventos organizados por otros equipos (!): Adrián Barreto (@adribarreto90)
Volvió a las canchas en este 2015: Emilio Fernández (@durosconceptos)