lunes, 10 de septiembre de 2018

De nuevo en el pozo

Rampla Juniors volvió a perder, esta vez 2-0 ante Liverpool en Belvedere, y nuevamente nuestro equipo cayó en zona de descenso (hoy por hoy jugaríamos un desempate frente a Racing). La derrota nos lastima más porque nos hace perder al arquero titular y al capitán en las próximas fechas. Aunque descontarán un partido de sanción el fin de semana próximo, cuando Rampla gane los puntos ante El Tanque, pueden recibir más de un juego de suspensión, y en el caso de Edgar Martínez es seguro que será así.

En Belvedere no merecimos perder, es cierto, pero hicimos todo para perder. Esa es la realidad. Lo provocamos con errores propios: goles malogrados, una falla defensiva en el primer gol rival y luego innecesarias expulsiones.

El picapiedra salió al campo con Rodrigo Odriozola en el arco; la defensa conformada por Mauricio Felipe, Edgar Martínez, Gonzalo Rizzo y Camilo Cándido; la mitad de la cancha con Hugo Dorrego y Jhony Galli por el centro, Fabio Burbano por derecha y Cristian Olivera por izquierda; Diego Martiñones y Matías Cóccaro en ofensiva.

Más allá de los nombres, una formación con más variantes ofensivas, quizás la que debió jugar en el partido anterior frente a Wanderers. La estrategia inicial fue acertada: el cuerpo técnico estudió al rival y sabía que los dirigidos por Pezzolano salían jugando del fondo con balón al pie. Por eso Rampla aplicó una presión alta en la cancha, y eso le permitió generar dos chances clarísimas de gol en el primer cuarto de hora.

La primera fue a los 15 minutos. Dorrego fue el que robó la guinda, Martiñones rápidamente puso en carrera a Cóccaro que definió por el costado de Bava, quien logró tapar el tiro con el pie. Parece que al “canario” lo hubieran mufado con tantas entrevistas después del 4-3 ante River.

Apenas 2 minutos más tarde fue Galli el que sorprendió con un quite. La pelota la llevó Olivera, se sacó de encima a su marcador y la puso al medio para Martiñones, que solo tenía que empujarla ante el arco libre. Lamentablemente el “rata” le dio muy de abajo y la guinda se fue por arriba del palo. Increíble.

Al toque ocurrirían dos incidencias que serían claves para el resto del partido. Primero la lesión de Galli, que se estaba comiendo la cancha. Entró Nicolás Rocha, notoriamente falto de fútbol. Y luego el gol de Liverpool, en la primera y única llegada de los negriazules en todo el primer tiempo. Fue en un córner donde ni Edgar ni Rizzo pudieron rechazar, y el remate de Sención venció a Odriozola.

(Foto: La Diaria)

A partir de ahí el partido fue otro. Los locales, cómodos con el resultado, dejaban venir a los rojiverdes y esperaban pegar el zarpazo de contragolpe. La presión alta de los nuestros ya no fue sorpresa, y nos costó mucho generar ocasiones de peligro sobre el arco de Bava, más allá de alguna pelota quieta.

Así se fue el primer tiempo, con un 1-0 a favor de Liverpool que hasta el más fanático de la línea Puritas entendería como injusto. Lo mostrado por Rampla tanto frente a River como ante Defensor nos daba esperanzas de poder revertir la historia, pero todo se empezó a desmoronar a los 8 minutos.

Tiro libre para Liverpool, entra solito un zaguero y cabecea desviado. Previo a ejecutar el saque de arco, Odriozola se enfrasca en una discusión con el juez de línea, hasta que el árbitro Modernell va y le saca la tarjeta amarilla. Ahí “chupete” pierde los estribos, y el árbitro de inmediato le muestra la segunda tarjeta amarilla, expulsándolo del campo. Imposible saber si hubo algún tipo de insulto, lo que sí se notó desde la tribuna es que a Rodrigo le saltó la térmica.

Quizás otro árbitro con más experiencia hubiera manejado mejor la situación. Lo cierto es que esta irresponsabilidad de Odriozola nos terminó de condenar. No nos podemos dar el lujo de regalar una expulsión. NOS ESTAMOS JUGANDO LA VIDA EN CADA PARTIDO. Esto además dejó a nuestros jugadores en un estado de nerviosismo total, pese a que detrás de la línea de cal Julio Fuentes insistía con pedir calma.

Entró Federico Silvera por el colombiano Burbano. Enseguida el botija se mandó dos tapadas tremendas para evitar el 2-0, y luego sacó un tiro libre que tenía destino de gol. Pero no pudo hacer nada ante el toque suave de Federico Martínez que a los 31’ duplicó diferencias, justo después del ingreso de Julián Lalinde por Felipe.

De ahí al final los locales sacaron la pizarra (como se dice en la jerga futbolística) y Edgar Martínez no se lo tomó muy bien. Pegó un patadón tremendo y se ganó la roja directa. Un exceso que tendrá graves consecuencia, ya que tiene antecedentes y no vamos a poder contar con él por varios partidos.

Esto así no puede seguir. La Comisión Directiva deberá actuar con firmeza, no solo con el cuerpo técnico (que en realidad esta vez no fue responsable la derrota) sino también con el plantel. No puede ser que los dos capitanes se hagan echar en un mismo partido. Hay que aprovechar estos 15 días para barajar y dar de nuevo. Buscar soluciones entre todos. Unidos.

Comentario: Marcelo Baruffaldi.

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Expresate!