lunes, 29 de octubre de 2018

Dormimos tranquilos

En la calurosa tarde de San José, el árbitro Christian Ferreyra acaba de dar por finalizado el encuentro entre Torque y Rampla Juniors, con empate 0 a 0. La tribuna picapiedra se divide entre quienes dicen “ya está, Atenas no le puede ganar a Nacional” y los más cautos que sostienen “es fútbol, todo puede pasar, todavía no estamos salvados”.

Es que el del fin de semana fue un partido de 180 minutos. En los 90 primeros, Rampla hizo lo suyo. Obtuvo lo que fue a buscar a San José. No podía perder con Torque y se aferró a eso, lo cual no quitaba que se pudiera presentar alguna chance para ganarlo. Y esa oportunidad estuvo, primero en el notable cabezazo de Servetti tras centro de Cándido, y luego en el rebote cuando Delis Vargas define desviado, solo de cara al arco.

Esta vez el resumen televisivo es bastante certero. No pasó mucho más que lo que se puede ver acá.



Este empate con Torque no solo dejaba abierta la posibilidad de quedar salvados una fecha antes, sino que en caso de ocurrir un triunfo de Atenas sobre Nacional bastaba con igualar el clásico para mantener la categoría. Claro que ningún hincha de Rampla quería llegar a esa instancia. Como se dieron los hechos, los vecinos no podrán ni siquiera especular con la posibilidad de mandarnos al descenso. Atenas no pudo ganarle a Nacional y el picapiedra llega salvado a la última fecha.

A eso vino Julio César Antúnez. Para eso se lo contrató. Y gustará o no su forma de jugar, alguna de sus declaraciones no caerá simpática, pero el hombre planificó, trabajó y alcanzó el objetivo una fecha antes. ¿Qué más queremos?

Si, eso queremos, ganar el clásico. Y que la hinchada de Rampla se quede tranquila, el “Tola” sabe perfectamente la importancia que tiene este partido. Lo que declare para las cámaras es otra cosa. No caigamos en esa. Lo que se necesita esta semana es apoyo y más apoyo. Hacerles sentir que estamos todos juntos y que este partido es la final del mundo.



(foto: AUF OFICIAL)

Lo primero era mantener la categoría y se logró. Ahora todas las baterías puestas en darle una gran alegría a nuestra parcialidad. Jugar a ganar sin la presión de la tabla, sin tener la oreja en lo que pasa en las otras canchas.

Antes de terminar este artículo, van dos reconocimientos que son menester. A toda la gente que trabaja cada día por el club: dirigentes, funcionarios, allegados, etc. A los que están ahora y a los que estuvieron hasta mitad de año. A los que trabajan en juveniles, a los que venden rifas, a los que organizan actividades culturales en la sede, a todos. Para que Rampla se consolide como institución se necesita el esfuerzo de toda la familia ramplense UNIDA. Sigamos por ese camino.

Y finalmente, un reconocimiento al plantel de futbolistas. Estos verdaderos leones que se han levantado cada vez que les tocó caer. Que lograron sobreponerse a adversidades de todo tipo. Que con aciertos o errores siempre dejaron hasta la última gota de sudor por la camiseta. Y que a pesar que deportivamente no fue un buen año nos han regalado grandes alegrías como el 4-0 de la Copa Sudamericana o el triunfo ante Peñarol. GRACIAS MUCHACHOS.

Les queda un esfuerzo más para darnos la alegría más esperada por todos. Solo les pedimos un plus más. Más fuerza en cada tranque. Más impulso en cada salto. Más concentración en cada pelota quieta (¡en los córners rivales por favor!). Más precisión a la hora de definir frente al arco. Un poquito más de todo lo mucho que ya han dado. Sabemos que pueden y ahí estaremos para apoyarlos. ¡Arriba Rampla!

lunes, 22 de octubre de 2018

Con la planilla EXCEL en la mano


Primero lo primero.

Ya no es con la calculadora, directamente hay que hacer una planilla EXCEL para entender las posibilidades de cada equipo en la lucha por la permanencia. Nos hemos tomado el trabajo de ver con qué coeficiente terminará cada club según la cantidad de puntos que sume de aquí al final, y hemos llegado a las conclusiones que detallamos a continuación.

La próxima fecha juegan (en principio):
Torque – Rampla (sábado 16:30 en San José)
Danubio – Fénix (sábado 16:30 en Jardines)
Atenas – Nacional (domingo 16:30 en Maldonado)

1 – Si Rampla le gana a Torque se queda en Primera División y jugará la última fecha ya salvado, sin importar los resultados de los otros partidos.

2 – Si Rampla empata con Torque y Atenas no le gana a Nacional, el picapiedra asegura su permanencia en primera, sin importar el resultado entre Danubio y Fénix. Los de Capurro y Torque definirán el otro descenso, ya que se enfrentan en la última fecha.

3 – Si Rampla pierde con Torque, necesita que Atenas no le gane a Nacional y que Fénix pierda con Danubio para llegar salvado al clásico. Si carolinos o albivioletas suman de a tres, nos obligarán a ganar en la última fecha para no depender de otros resultados. Si Fénix empata con Danubio, en el peor de los casos jugaríamos un desempate si en la última fecha ellos ganan y nosotros perdemos (con un empate en el clásico nos salvamos).

Dicho esto y si alguien desea seguir leyendo, vamos con una breve crónica del 0-0 entre Rampla y Danubio.

Nadie puede criticarle al “Tola” Antúnez que no puso un equipo ofensivo para enfrentar a los de Maroñas. Delante de la línea de 4 (Felipe, Martínez, Soto y Camilo) y los 2 volantes centrales (Rocha y Díaz) puso un enganche (Leites) y 3 delanteros (Vargas, Lalinde y Rigoleto).



(foto AUF OFICIAL)

En el primer tiempo los picapiedras fueron superiores, quizás más que nada porque los danubianos tuvieron muchos problemas para adaptarse a las dificultades que plantea nuestro campo de juego. Rampla avanzaba con más criterio sobre el campo, aunque le costaba crear peligro en los últimos metros.

De todos modos, el solo hecho de tener mucha gente arriba y presionando a la defensa rival permitía pensar que en algún momento las chances iban a llegar. Y llegaron.

A los 28’ Delis Vargas apuró al arquero Cristóforo, y el despeje del guardameta rebotó y le quedó a nuestro delantero, quien luego quiso eludirlo tocando la pelota por arriba, sin éxito. Era mejor idea intentarlo por abajo, ya que el golero estaba muy encima de nuestro jugador.

En el minuto 30 se produce la más clara. Centro de Camilo, Lalinde que la baja perfecta para Rigoleto, y Matías que controla y define mal, al medio del arco, facilitando la atajada del arquero. Una jugada casi idéntica a la que desaprovechamos en San Carlos. Esta vez, mejor posicionado y con más tiempo, Rigoleto tampoco pudo convertir.

A los 35’ otra vez Lalinde pivotea bien, aguanta la guinda y descarga para Delis Vargas, que se va en velocidad y es derribado por el zaguero Bueno. Jonathan Fuentes le muestra la roja directa (indiscutible) y la franja queda con diez.

Sobre los 39’ nuevamente Rigoleto tuvo el tanto. Saque de costado de Soto hacia el área, Vargas la peina y por atrás Matías remata, muriendo la guinda en las manos del arquero. Así nos fuimos al descanso.

En el complemento uno podía esperar que el hombre de más nos permitiera atacar con más posibilidades pero no fue así. Danubio se replegó completamente, dejando solo a sus dos delanteros en ataque. Todo el resto del equipo parado al borde de su área.

Rampla careció de ideas. No tuvimos desborde (salvo alguna incursión puntual de Cándido), los centros fueron más al bulto que otra cosa, y tampoco encontramos espacios para rematar de media distancia.

(foto AUF OFICIAL)

A los 16’ entró Diego Martiñones (que no estaba físicamente para 90 minutos) y salió Vargas. Sobre los 24’ se produce la incidencia donde termina de desdibujarse todo. Lalinde desborda, Camargo le pone la mano en la cara y el juez (a instancias del línea) cobra la falta. Ahí se genera un tumulto, que claramente no nos convenía a nosotros.

Menos cuando una vez terminado el asunto Fuentes expulsa a Lalinde y a un jugador de la franja. Desde la tribuna, más que algún leve empujón, no se vio nada. Pasamos a jugar 10 contra 9 (manteníamos el hombre de más) pero perdimos al delantero más claro que teníamos en la tarde. Y 5 minutos más tarde, Mauricio Felipe va fuerte contra Federico Rodríguez, viendo la segunda tarjeta amarilla. Estaba visto que ante la mínima posibilidad el juez iba a emparejar la cosa.

Quedaban 15 minutos más los descuentos por jugar y lo cierto es que el partido estaba más para Danubio que para nosotros. Es por eso que Antúnez decidió cerrarlo. Puso a Claudio Servetti (para rearmar la defensa) por Leites y al colombiano Herrera (para tener piernas frescas en el mediocampo) por Rigoleto.

De ahí al final pasó poco y nada. Fue empate 0-0 pero con la sensación de que de haber aprovechado esas chances que tuvimos en la primera mitad perfectamente podría haber sido triunfo. Hay que seguir luchando, no queda otra. Ojalá encontremos la salvación la semana que viene en San José. ¡Arriba Rampla!

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

lunes, 15 de octubre de 2018

Con el corazón *


Así se juegan estos partidos y así lo jugaron los futbolistas de Rampla: dejando todo en cada pelota, con aciertos y errores pero siempre con total y absoluta entrega. Eso es lo primero que hay que decir de este 2-2 del picapiedra en San Carlos.

Después, el análisis de la importancia del resultado es hasta obvio: decir que se empató después de estar 0-2 abajo y con un hombre menos durante medio partido alcanza. Pasando raya por los resultados de la fecha (algunos sirvieron y otros no), Rampla sigue bien posicionado para poder mantener la categoría.

No tuvo muchas alternativas el “Tola” Antúnez a la hora de conformar el equipo. Fueron bajas Mauro Brasil, Mauricio Felipe, Jhony Galli, Cristian Olivera, Matías Cóccaro y Diego Martiñones, todos por cuestiones sanitarias.

La opción lógica era mantener la base que derrotó 1-0 a Peñarol (sin Galli y Cóccaro). Se metió Gastón Díaz en la oncena titular (que más allá de la ausencia de Galli ya merecía tener un lugar por méritos propios) y Julián Lalinde ocupó la vacante dejada por el autor del gol ante los aurinegros.


(El merecido homenaje a Nicolás Sánchez, que se nos fue trágicamente en la anterior visita de Rampla Juniors a San Carlos)

Lalinde fue muy importante bajando balones y generando faltas. A los 4 minutos recibió un centro de Cándido y la descargó perfecta para Rigoleto, cuyo remate fue bien controlado por el arquero. Pocos minutos después Atenas pisó nuestra área con peligro, tras un fallido despeje de Soto y un resbalón de Rizzo. El remate del delantero carolino fue débil y a las manos de Odriozola.

El resto del primer tiempo se caracterizó por la cantidad de faltas y la pierna fuerte. Al picapiedra le costó mucho llegar porque Matías tuvo una buena tarde (no supo aprovechar muchos de los balones que le descargó Lalinde) y Dorrego tampoco se encontró con la precisión que lo caracteriza. Camilo por su lado tampoco pudo pasar mucho al ataque.

El primer tiempo se iba con un 0-0 inamovible, pero sobre el final se produce la expulsión de Rizzo, que terminaría inclinando las acciones a favor del local en el segundo tiempo. La jugada se inicia con un pase fallido de Servetti, y en dos toques los carolinos logran poner a Barboza en carrera hacia el arco. Rizzo se tira para quitarle la bola pero llega tarde y comete la falta, siendo correctamente expulsado por Ostojich.

Pocos minutos después se produce otra incidencia polémica. Carlos Keosseian, el buen volante central de Atenas, intenta convertir con la mano tras un centro al área picapiedra. Como tenía amarilla debería haber recibido la segunda e irse a las duchas pero Ostojich no se la mostró, provocando la protesta de todos nuestros jugadores. Como era previsible, el que terminó amonestado fue Odriozola, por los gestos que hizo en el reclamo.

Para la segunda parte Antúnez mantiene a Soto en la zaga y Cándido en el lateral zurdo. Rocha, Díaz y Dorrego se reparten el mediocampo, y Rigoleto baja a dar una mano. Ya a los 4 minutos nos convierten el 1-0 y parece que se viene la noche.

Algo que ya nos pasó un par de veces contra Peñarol es que nos saquen corto un córner y nos hagan el 2-1. Bueno, esta vez fue un 2-0: nadie nuestro se avivó en ir a marcar. Tiraron el centro, Lalinde despejó a medias y la bola le quedó a un volante carolino que remató de frente y venció a Odriozola. Un error que nos costó caro.

En la tribuna picapiedra ya había gente pidiéndole a Antúnez que hiciera un cambio. El técnico decidió hacer los tres de una. Aparte de asegurarse que no le comieran la oreja todo el resto del partido, era importante provocar un cimbronazo en el equipo, además de poner toda gente fresca para intentar disimular la inferioridad numérica. Así se renovó todo el frente de ataque. Entraron Delis Vargas, Fabio Burbano y Adrián Leites por Rigoleto, Lalinde y Dorrego. Iban 11 minutos.

A los 14’ cae el segundo gol de Atenas, y si con el primero se venía la noche con el segundo ya parecía que había que bajar la persiana. Córner al primer palo, nadie la saca y entra el colombiano Mosquera para convertir con toque corto.

Rampla queda 0-2 abajo y con un jugador menos, y ahí es cuando nuevamente (como tantas veces este año) nuestros jugadores, que parece que ya están dejando todo, sacan un plus. En el esfuerzo general, merece un capítulo aparte Gastón Díaz. Quitó, distribuyó, corrió por toda la cancha y ganó incesantemente por arriba (cuando salió Lalinde, los saques de arco nuestros iban todos hacia él).

Es Díaz quien a los 32’ inicia la jugada que termina con el primer penal. La abre para Cándido y se manda al área como centrodelantero. Camilo tira una pared con Burbano, mete el centro y por detrás de Delis Vargas un defensa de Atenas mete la mano. Penal evidente y ¿quien se pone la guinda bajo el brazo? Sí, Gastón Díaz. Nadie se lo podía sacar.

Díaz le pegó abajo, cruzado, el arquero la tocó pero seguro que la convicción de Gastón hizo que la guinda terminara entrando. Rampla se ponía 1-2 y quedaban 10 minutos más descuentos. En esa decena de minutios se jugó poco. Atenas hizo tiempo a morir y claro, al tener un hombre más se le facilitaba el mover la pelota de un lado a otro, pero cuando la guinda la tenían los nuestros renacía la esperanza.

Al minuto 43’ se empieza a concretar la remontada. Un gran pase largo de Servetti (decirle “pelotazo” sería una injusticia), Vargas gana la posición entre los zagueros y cuando toca la pelota de cabeza el arquero se lo lleva puesto. Penalazo y segunda amarilla para el guardameta carolino, cuya primera amonestación había sido por hacer tiempo.

Luego de un par de minutos entre que el golero local se levantó y entró su suplente, Adrián Leites con su clase característica se hizo cargo del penal y ya a los 45’ marcó el 2-2. En los descuentos no llegó a pasar nada. Los picapiedras se aferraron a una igualdad casi milagrosa.

Tras el pitazo final, la parcialidad (que se acercó en buen número pese a la distancia y los 350 PESOS DE ENTRADA) reconoció con aplausos el enorme esfuerzo de nuestros futbolistas.



Ahora nos enfrentaremos a Danubio el próximo domingo en el Estadio Olímpico. Un rival difícil pero al que siempre le ha costado sacar puntos en nuestro reducto. Un triunfo nos dejaría casi con la permanencia asegurada, aunque no hay combinación de resultados que nos permita estar salvados matemáticamente ya en la próxima fecha.

Esperemos que se recuperen varios de los futbolistas que están en sanidad (el que parece más lejano en su retorno es Cristian Olivera) y que con el trabajo de la semana se puedan seguir corrigiendo algunas cuestiones. La actitud está y eso ya es una tranquilidad. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Marcelo Baruffaldi
Fotos: AUF OFICIAL

* Las referencias al tango de Rampla ya las usamos muchas veces, pero seguramente cualquier estrofa que usted elija servirá para ilustrar esta crónica. 

Resumen televisivo del partido


lunes, 8 de octubre de 2018

La fiesta del Parque Batlle

“El otro día en la práctica le dije a varios de los jugadores: confío a muerte en ustedes. Vamos a arruinarles la fiesta. La plata ya la aseguramos. Ahora vayamos por la gloria”. Eran las palabras del presidente picapiedra Ignacio Durán hacia el plantel cuando se fijó el Estadio Centenario para el partido entre Rampla y Peñarol.

No fue una decisión fácil de tomar y recibió muchas críticas. Algunas desde nuestra parcialidad, pero la mayoría de parte de los hinchas de Nacional. Obviamente no nos importa, acá se busca lo mejor para Rampla económica y deportivamente, pero molesta.

Al final el negocio fue redondo: se obtuvo una suma de dinero importante para afrontar el presupuesto del club, se ganaron 3 puntos de oro para la lucha por la permanencia y además, por si faltaba algo, se ganó también en el preliminar de Tercera División. Pero más allá de todo, se le dio una lección a los irrespetuosos, a los “llorones”, a los cracks de las redes que creen que se la saben toda, a los que dudan de la honestidad y el honor de los futbolistas uruguayos.


Realmente fue emocionante la garra y la entrega de los jugadores de Rampla. Y el temple para aguantar, con serenidad e inteligencia, el paso de los minutos. Nadie se guardó nada, todos rindieron al máximo de sus capacidades. En el segundo tiempo si pasaba la pelota no pasaba el jugador. No importaba si había que tirarse de cabeza. Esa es la actitud que queremos ver siempre.

Estos partidos se ganan así. Imposible imponerse jugando de igual a igual contra un rival más poderoso en todo sentido. Estos partidos se ganan siendo realistas, defendiendo con mucha gente, con un arquero que ataje hasta el viento, esperando que el rival carezca de puntería y metiendo el gol cuando la chance se presenta.

“¿Qué es ser un técnico bicho? Yo soy astuto. Estoy en los detalles”, decía Julio “Tola” Antúnez en una nota radial. No dejó que regaran la cancha ni cortaran el césped, porque los locales éramos nosotros. Antes de poner a Burbano se acercó a Cóccaro a darle alguna indicación. El “canario” se fue para la otra punta de la cancha y unos instantes después cayó desplomado. El árbitro se acercó, llamó al carrito y recién ahí se lo llevaron. El cambio era por él y la indicación quedó evidente. Detalles.

Dirán que tuvimos suerte. Dirán que jugando así se gana 1 partido en 100. Dirán lo que quieran, pero los tres puntos están en casa. Si este mismo partido lo gana Peñarol de visitante en Brasil o en La Bombonera o en el Monumental de Nuñez hablan 2 meses de mística copera.

Solo queda felicitar al cuerpo técnico y al plantel por el enorme esfuerzo que hicieron, por agrandarse ante la adversidad. Y también el reconocimiento para los botijas de la Tercera División, dirigidos por Gastón De Los Santos, que ganaron 3-1 y están peleando el Torneo Clausura de su categoría.

(foto: Guzmán Chiappara)

La fiesta fue completa y el Estadio Centenario fue testigo de una nueva hazaña del viejo Rampla Juniors, un patrimonio del fútbol uruguayo.

Aquí el resumen televisivo del partido: