martes, 4 de septiembre de 2018

¡Por favor Julio!

Llegamos al Estadio Olímpico con la ilusión renovada. El tremendo triunfo 4-3 sobre River, la sólida victoria 2-0 frente a Racing y el empate 2-2 con Defensor mostraban un Rampla que venía en alza y que estaba en condiciones de comenzar a olvidarse definitivamente de la lucha por la permanencia.

Sin embargo, cuando vimos la formación inicial del picapiedra, el semblante ya cambió. No estaban ni Cristian Olivera, ni Adrián Leites, ni el colombiano Fabio Burbano, todos factores clave en esta levantada del nivel de juego del equipo. ¿Lesiones? No. ¿Suspensiones? Tampoco.

Es cierto que en la mayor parte del partido contra los darseneros no se jugó bien, pero en todo caso la referencia no debía ser esa, sino el choque ante Racing. No es lo mismo ir de visitante que jugar en nuestra casa, donde es hasta una OBLIGACIÓN HISTÓRICA salir a llevarse por delante al rival.



Y aquella tarde, vital para nuestro objetivo, vimos seguramente el mejor primer tiempo de Rampla en lo que va del año. ¿Por qué no repetirlo? Juego asociado. Llegadas con peligro por derecha y por izquierda. Todo en la misma cancha y hacia el mismo arco (y hasta diría con el mismo viento a favor).

No. El cuerpo técnico quiso cambiar todo. Puso un mediocampo sin creadores de juego. Con Mauricio Felipe (que rinde mucho como lateral pero lejos está de aquel volante del año que ascendimos), Díaz y Galli en el centro, y Dorrego por la zurda. Tres mediocampistas y medio de marca (solo por considerar las notables condiciones técnicas de Dorrego), de local. Inentendible.



Aún así, Rampla generó un par de jugadas de peligro sobre el arco de Wanderers, todas con remates de corta y media distancia, porque de pisar el área con peligro ni hablamos. Las pueden ver en el resumen televisivo. Y si, también es cierto que ligamos mal.

Todo lo generado fue por la banda izquierda, gracias a las subidas de Cándido y las asociaciones con Dorrego, Galli y Martiñones (que era el punta que bajaba a buscar la guinda). La banda derecha totalmente desaprovechada. Felipe solito (porque Servetti se las arregla como lateral pero claramente es zaguero y rara vez cruza la mitad de la cancha) junto a un impreciso Gastón Díaz que desde la lesión en Colombia no volvió en el mismo nivel.

Básicamente, todos nos quedamos con la sensación de que regalamos el primer tiempo. A ver si nos entendemos: en este momento ESPECULAR NO SIRVE. En este fútbol uruguayo la mayoría de los partidos los gana el equipo que empieza en ventaja (y esa estadística debe ser aún más alta en nuestra cancha). NECESITAMOS SUMAR PUNTOS.

Recién en el segundo tiempo al entrenador se le ocurrió colocar a Leites y a Olivera, ya con viento en contra y el tiempo yéndose como agua entre los dedos. Y en un trámite así, parejo, donde no supiste aprovechar cuando tenías todas las de ganar, resulta previsible que a la larga pierdas.






Wanderers hizo poco y nada por el triunfo. Simplemente aprovechó nuestro error (Camilo no sigue a Riolfo y luego en su intento por rechazar le comete penal). Perdemos un partido que perfectamente se podría haber ganado. Y no hace falta decir que no estamos en condiciones de andar regalando partidos.

No tiene sentido descargarse con el árbitro cuando la responsabilidad de la derrota está en nuestras filas. Ahora nos quedan solo 3 partidos (en principio) en nuestro escenario: Danubio, Peñarol y el clásico. Si sería importante ganarle a un equipo de media tabla como Wanderers.

El próximo domingo iremos a Belvedere para enfrentar a Liverpool. Otro cantar. Solo nos queda esperar que el cuerpo técnico sea lo suficientemente autocrítico para reconocer sus errores y que esta vez no invente cosas raras. Ojalá que los que pasan la pelota redondita y al pie tengan un lugarcito en el equipo, para volver a ilusionarnos con un Rampla victorioso.

Comentario: Marcelo Baruffaldi.
Fotos: Adrián Barreto.

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

2 comentarios:

  1. Critican un cuerpo técnico que sumó más puntos en lo que va en lo de este campeonato, que en los 2 torneos cortos anteriores.
    No hubo juego bonito pero se controló al rival de buena manera. No somos ni el Madrid ni el Barcelona. Juego bonito para otros. Garra y corazón como vienen metiendo los jugadores de rampla es lo nuestro.

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    1. ¡Totalmente! Un poco de autocrítica por parte de los que se dicen ser hinchas, cada fin se semana lo único que se escucha son insultos a los jugadores y ni decir al equipo técnico. Damos vergüenza. Así no se puede lograr nada importante.

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