lunes, 24 de noviembre de 2014

¡Qué pobreza!

Rampla Juniors no pudo superar a Tacuarembó, el último de la tabla, jugando como local en el Estadio Olímpico. Fue un pobre 1 a 1, luego de que empezáramos perdiendo al comienzo del segundo tiempo y empatáramos enseguida. Así los picapiedras volvieron a dejar por el camino puntos vitales contra un rival directo en la lucha por la permanencia.

Este momento se explica por el bajo nivel individual de la mayoría de nuestros futbolistas y por la falta de variantes tácticas y técnicas del cuerpo técnico para tratar de cambiar el rumbo de los partidos. El equipo parece no tener levante después de la derrota clásica, y no muestra signos de recuperación ni en lo anímico ni en lo futbolístico.

Danny Tejera por el suspendido Emiliano García y Diego Galo por Bruno Barreto fueron los cambios que realizó Marcelo Saralegui respecto a los 11 que habían comenzado el partido anterior ante Juventud de Las Piedras. Bernardo Long estuvo en el arco; Fabián Vargas, Pablo Pereira, Danny Tejera y Maximiliano Montero en defensa; Gonzalo Vega, Marcel Román, Diego Galo y Gustavo Aprile en el mediocampo; Paul Dzeruvs y Gonzalo Malán en ofensiva.



El primer tiempo pareció una práctica. Lo de los rojiverdes fue pobrísimo. El rival nos tapó las bandas, sabiendo que por ahí Rampla intenta generar su juego, y nos quedamos sin alternativas. Terminamos recurriendo a centros “al bulto”, en su mayoría fáciles de descolgar por el arquero visitante.

Apenas tuvimos un par bien tirados. Uno desde la izquierda, al segundo palo, que culminó con un débil cabezazo de Malán bien controlado por el guardameta, y otro servido por Paul también al segundo poste pero desde la derecha, que Aprile conectó de volea, yéndose la pelota por arriba del palo.

La única oportunidad más o menos clara fue un tiro libre de Malán desde el borde del área, tras una falta que le hicieron a él mismo. El goleador le pegó fue fuerte y abajo, pero encontró una buena respuesta del arquero.



El primer tiempo se fue sin pena ni gloria. Para la segunda parte ingresó Diego Barboza por Aprile, quien terminó sentido, aunque tampoco había hecho méritos para seguir jugando. Vega pasó a la banda izquierda. Pero más allá del cambio de nombres, esperábamos un cambio de actitud de Rampla. No fue así.

Para peor, a los 3 minutos Tacuarembó encontró la apertura. Paul corrió hasta la punta para seguir a un rival pero éste se le escapó contra la línea final. Vino el pase al medio y un remate fuerte, a modo de “buscapié”, fue desviado por un futbolista visitante y dejó sin asunto a Long.

Parecía que se venía la noche pero por suerte empatamos enseguida. Román tomó un despeje rival y le cedió la pelota a Malán, quien la aguantó y la puso al medio. Dzeruvs parecía que no llegaba pero la pudo parar, descolocando a su marcador, y con toque corto definió ante la salida del arquero.



El empate entonó a Rampla para seguir de largo, pero el impulso duró muy poco. A los 11’ Saralegui puso a Richard Núñez, sacando a Gonzalo Vega. Sería interesante verlos juntos alguna vez, ya que son los que mejor manejan la pelota en este plantel. Pero el cuerpo técnico no arriesgó, cambió nombre por nombre, y sin audacia es muy difícil ganar, sobre todo cuando el rival es inferior.

Richard se volcó a la izquierda y no gravitó mucho. Tuvo un par de tiros libres ideales para su pierna zurda, pero ambas veces la guinda se desvió en la barrera. Lo de Rampla siguió siendo muy liviano en ofensiva, salvo por la voluntad de Dzeruvs de correr, presionar y tratar de hacerse un espacio para patear al arco.



En la defensa hay que destacar una soberbia tarea de Maximiliano Montero, que salvó varias veces a nuestro equipo cuando quedábamos muy mal parados para el contragolpe de Tacuarembó. Y dentro del desorden general, la pareja central de Pereira y Tejera estuvo bastante firme.

El mayor problema estuvo del medio hacia arriba. Los volantes nuestros no llegaban al área rival y seguíamos insistiendo con centros, en su mayoría mal servidos. Faltando 8 minutos entró Bruno Barreto por Galo. Otro cambio de nombres pero no de sistema. Desde nuestro punto de vista, el entrenador debió realizar algún cambio ofensivo para lanzarse a ganar el partido.

Llegó el pitazo final y terminó el martirio. Fue realmente pobre el desempeño de Rampla. En ningún momento pudo meter a su oponente contra el área, ni convertir al arquero rival en figura, nada. Y estamos hablando de que enfrentábamos al último de la tabla de posiciones.



Sigue siendo preocupante la situación y a esta altura parece que lo mejor que nos puede pasar es que termine el torneo. Hemos obtenido una cosecha de puntos aceptable, que por lo menos nos pone a tiro de los equipos de puntaje simple, pero claramente tenemos mucho que mejorar de cara al Clausura.

En este Apertura dimos mucha ventaja en la preparación, y si tenemos en cuenta este factor, la campaña no es mala. Nos queda el sabor amargo de habernos quedado en la recta final, cuando enfrentamos a los rivales directos, donde ganando un par de partidos hubiéramos terminado muy bien colocados como para tener una segunda parte de temporada más tranquila. Y ni que hablar que no haber ganado el clásico es la gran deuda de este plantel.

Ahora queda un partido, contra nuestra “sombra negra”: Defensor Sporting. Ojalá el equipo recupere su nivel y podamos cerrar el Torneo Apertura con una victoria que mejore nuestras expectativas de cara al año próximo. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Fotos: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Notas y afines: Emilio Fernández (@durosconceptos)

lunes, 17 de noviembre de 2014

Clemencia para los vencidos

Rampla Juniors volvió a perder y otra vez frente a un rival directo. Caímos frente a Juventud de las Piedras 2-0 en el Parque Artigas, un resultado que le permite a los pedrenses alejarse 3 puntos de nuestro equipo en la tabla del descenso. Pero más allá del score, lo más preocupante fue el bajo rendimiento individual y colectivo mostrado por los rojiverdes. Tuvieron enormes problemas en la marca, carecieron de juego asociado y fueron inoperantes en ofensiva. El resultado fue totalmente justo y pudo ser mayor.

Da la sensación que la derrota clásica pegó duro en el ánimo del equipo. A varios futbolistas se los vio inseguros y como perdidos en la cancha. Los jugadores rivales aparecían solos por todos lados y no los podíamos parar. Y con el correr de los minutos los nuestros se vieron cada vez más molestos y frustrados, especialmente después del 0-2. Los reproches casi permanentes de parte de nuestra parcialidad tampoco ayudaron.



También se notó la diferencia de preparación física. El rival corrió más, fue más dinámico y aguantó mucho mejor el trajín del juego. Es de esperar que cuando la pretemporada no es la adecuada se sufre mucho al comienzo y al final de los torneos. Al principio porque falta rodaje y al final porque el físico siente el desgaste de los partidos. Parecería que el pico de rendimiento de nuestro equipo ya quedó atrás y ahora viene en bajada. Al menos en el plano físico. Ojalá nos equivoquemos.

Para enfrentar a Juventud, Rampla salió al campo con Bernardo Long en el arco; Fabián Vargas, Emiliano García, Pablo Pereira y Maximiliano Montero en defensa; Gonzalo Vega, Bruno Barreto, Marcel Román y Gustavo Aprile en el mediocampo; Gonzalo Malán y Paul Dzeruvs. Seguramente si hacemos una encuesta entre nuestra parcialidad, muchos responderían que esta era la mejor formación que podía presentar Marcelo Saralegui para este partido.

Los primeros minutos de Rampla fueron decididamente malos. No podíamos cruzar la mitad de la cancha y Juventud nos llegaba con mucha facilidad al área, especialmente por la zona izquierda de nuestra defensa, donde Maxi Montero siempre quedaba en inferioridad numérica.



Gastón Puerari recibía solo y con todo el tiempo del mundo para comandar el ataque. Iban 13 minutos cuando nos salvamos de milagro por dos veces. Primero fue un remate desde la medialuna del volante Cristian Latorre que pegó en el vertical y salió. Casi enseguida, una tijera del delantero Hugo Quatrín que pegó en el travesaño. En ambas ocasiones Long estaba vencido y solo pudo mirar. Nos salvamos de milagro.

Ahí pareció despertar nuestro equipo. Ajustamos las marcas atrás y en base a pases largos de Vega para Dzeruvs comenzamos a arrimarnos al arco rival. Tuvimos la primera llegada real de peligro a los 30´, tras un desborde de Paul y una tijera de Malán que se fue apenas por arriba del palo.



Los desbordes de Paul eran la única carta ofensiva que teníamos. Algunas veces pudo meter el centro, en otras perdió la guinda y en otras pudo al menos ganar un córner. A los 36´ contamos con un tiro de esquina de Vega que peinó Barreto en el primer palo y el balón se fue apenas afuera cuando Carini solo atinaba a mirar.

Y justo en el momento en que Rampla había emparejado las acciones llegó el gol de Juventud. La pelota la teníamos nosotros hasta que el “Coto” Vargas resbaló. Se la llevó Puerari para el banderín, le metió al medio para Matías Porcari, quien dentro del área chica giró y quedó de cara a Long. La metió al medio y Quatrín le empujó hacia el arco. Montero la sacó pero según el línea la pelota había atravesado la línea de gol. La incidencia fue muy dudosa.

Sobre los 44´ Bernardo salvó un mano a mano de Porcari, que había dejado varios hombres nuestros por el camino y así llegamos al final de un primer tiempo que se hizo parejo después de aquel comienzo netamente favorable a Juventud, pero que nos encontraba abajo en el marcador justamente cuando habíamos emparejado las acciones.



Sin cambios para el complemento, los rojiverdes salieron dispuestos a llevarse por delante a su rival. Antes de los 3 minutos ya habíamos tenido dos chances claras para empatar, ambas en los pies de Dzeruvs. Una llegó tras una peinada de Malán y la otra tras un buen pase de Vega. En las dos Paul intentó eludir al arquero pero no pudo quedar en buena posición para patear.

La rápida salida del arquero suplente de Juventud, que entró en el entretiempo suplantando a Carini, complicó a nuestro delantero. En la primera Paul lo quiso eludir pero nunca encontró el espacio para patear. Al final la pasó al medio para Malán, que fue trabado cuando intentó rematar.

En la segunda Dzeruvs se abrió nuevamente para la derecha, quedó encerrado y volvió hacia el medio, esta vez dejando por el camino al guardameta. El problema fue que a esa altura ya había varios defensas locales en el área. Paul pateó algo mordido con pierna zurda y un rival pudo rechazar la pelota cuando esta iba rumbo al arco.



Y en ese momento, el mejor de Rampla, Saralegui optó por hacer un cambio: poner a Richard Núñez. No parecía el momento adecuado para tocar el equipo y menos para sacar a Vega, que era el que estaba metiendo buenos pases en profundidad. A nuestro entender, el entrenador se equivocó, pero claro, atrás tenía a varios parciales que incesantemente le pedían que pusiera a Richard, quien hace tiempo viene siendo reclamado por un sector de la hinchada.

Así pasamos a jugar con un 4-3-1-2, con Núñez de enganche, pero perdimos presencia en el sector derecho, donde Vega daba una mano. Y esto fue fatal. El “Coto” Vargas, que no estaba en una buena tarde, quedó muy expuesto y la defensa empezó a hacer agua por ese sector. Por ahí llegó el segundo gol de Juventud. Prácticamente nos entraron caminando. Puerari remató, Long tapó, pero en el rebote Pereira no pudo llegar al cierre y apareció Hugo Quatrín para empujarla a la red.

El resto del partido mostró a un Rampla inoperante, completamente desordenado, y al borde del nocaut. A los 22´ entraron Maxi Arias por Barreto y D´Albenas por Dzeruvs. Nombre por nombre, no hubo variante táctica. Para peor “Godzilla” se sintió y tuvo que seguir jugando en una pierna.



Y para completar la mala tarde, Emiliano García vio la segunda amarilla y se fue expulsado cuando iban 34 minutos. Con la primera amarilla ya quedaba suspendido para el próximo partido, pero ahora no solo no jugará, sino que seguirá acumulando 4 amonestaciones. 
 
Llegó el pitazo final de Darío Ubríaco y si la diferencia no fue mayor fue porque Bernardo salvó varias veces su arco y los rivales definieron mal varios de sus avances. Con bajos rendimientos individuales, flojo desempeño colectivo y malas decisiones del entrenador, es imposible ganar. Ya no somos el equipo concentrado y aplicado tácticamente que vimos jugar hasta el partido con Peñarol, pero podemos volver a serlo. Para eso, el plantel necesita recuperarse anímica y futbolísticamente.

Ahora quedan dos fechas para sumar la mayor cantidad de puntos posibles. Culminar el Torneo Apertura con 20 unidades (ahora tenemos 16) sería una buena cosecha teniendo en cuenta los problemas que tuvimos al inicio y durante el torneo. Con una puntuación similar en el Clausura casi seguro nos salvamos. No perdamos de vista que ese es el objetivo.

SE PUEDE, pero no hay que aflojar ni un minuto. Y los hinchas tenemos que apoyar. No ayudamos en nada insultando o dándole para atrás a nuestros jugadores. Hay que reconocer que dadas las condiciones de trabajo que tuvieron que afrontar, bastante buena ha sido la campaña. Como decía el prócer que le da nombre el escenario donde jugamos el otro día, tengamos clemencia con los vencidos. No podemos defenestrarlos porque perdieron un partido o dos. Mientras sigamos en carrera, la única opción es alentar. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Sacó fotos tras una odisea para llegar a la cancha: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Es la pesadilla de los marcadores de punta del equipo rival: Emilio Fernández (@durosconceptos)

sábado, 15 de noviembre de 2014

Agenda Picapiedra

PRIMERA DIVISIÓN

Tras la dolorosa derrota en el clásico de la Villa, Rampla Juniors afrontará otro partido fundamental en su lucha por permanecer en Primera División: visitará a Juventud de Las Piedras, el equipo al que tiene más cerca en la tabla del descenso. Un triunfo es vital además para recomponer el estado anímico del plantel.

Todo indica que Marcelo Saralegui realizará dos cambios en la oncena titular: el ingreso de Pablo Pereira por Danny Tejera y de Bruno Barreto por Diego Galo. Pereira había recibido 3 fechas de suspensión por ver la roja ante Fénix, pero se solicitó la amnistía tras cumplir más de la mitad de la sanción y la misma fue otorgada.



Bernardo Long estará en el arco; Fabián Vargas, Emiliano García, Pablo Pereira y Maximiliano Montero en la defensa; Gonzalo Vega, Bruno Barreto, Marcel Román y Gustavo Aprile en el mediocampo; Paul Dzeruvs y Gonzalo Malán en ofensiva.

El partido se disputará este domingo a las 17:30 horas en el Parque Artigas de Las Piedras, donde Rampla Juniors jugará por primera vez en el profesionalismo. Los jueces serán Darío Ubríaco, Nicolás Tarán y Sebastián Silvera. La entrada para la parcialidad picapiedra cuesta la friolera de $250 (PESOS DOSCIENTOS CINCUENTA).

Rampla y Juventud se enfrentaron solo 4 veces en Primera División, registrándose 1 victoria picapiedra, 1 empate y 2 triunfos de nuestro rival de turno. Rampla ganó 2 a 1 en el Torneo Apertura 2007, aquel de la gran campaña con el “Ronco” López. Fue un domingo por la mañana donde Álvaro Méndez y Martín Peula marcaron los goles picapiedras.



TERCERA DIVISIÓN

Dos resonantes victorias obtuvo nuestra reserva por el Torneo Apertura. Primero, el domingo por la mañana, ganaron 2-1 el clásico de la Villa. Coímbra y Auza marcaron los goles. La nota lamentable es que nuestros jugadores fueron agredidos por una patota de hinchas y allegados del equipo rival. Incluso el técnico de la 5ta. División de Rampla fue agredido cuando intentaba separar.

Siempre ocurre lo mismo. Cuando ellos ganan, se los respeta y se los deja festejar. Cuando ganamos nosotros, ellos agreden. POR ESO SOMOS TAN DISTINTOS. Lo que tenemos que aprender es a nunca bajar la guardia, porque con esta gente nunca se sabe. Hay que cuidar a nuestros botijas y esto también es responsabilidad de nuestra directiva.

Pasando al día miércoles, fue el turno de enfrentar a Peñarol. Los dirigidos por Antonio Díaz formaron con Saen; Perez, García, Rodríguez, Cuello; Dos Santos, Auza, Ferraro, Choca; Rigoleto y Coímbra. Al igual que la primera división, nuestra reserva ganó 3 a 2, con doblete de Mathías Rigoleto y el restante tanto convertido por Camilo Cándido, ascendido de 4ta. División que ingresó en el transcurso del partido.

Ahora enfrentarán a Juventud de Las Piedras. Es una lástima que nunca podamos verlos como encuentro preliminar. El choque ante los pedrenses será el miércoles a las 10:30 de la mañana en el Parque Artigas. Aún tienen pendiente el partido de la 6ta. Fecha frente a Wanderers.

JUVENILES

Casualmente, también tendrán como rival a Juventud. Estos son los detalles:

Sábado en Complejo Picapiedra
Sub 19 - 10 hs.
Sub 17 - 12 hs.
Sub 16 - 14 hs.

Domingo en Complejo Departamental (frente al Cementerio de Las Piedras)
Sub 15 - 9 hs.
Sub 14 - 11 hs.

¡Arriba Rampla! ¡En todas las categorías!

domingo, 9 de noviembre de 2014

Nos decepcionaron

Pocas veces llegamos a un clásico con tan buenas expectativas. Tres victorias consecutivas, buenas actuaciones y principalmente, viendo a un equipo meter como la historia de Rampla indica. Estábamos muy confiados en que sería nuestra tarde. Para mejor, a los 2 minutos ya íbamos ganando.

Sin embargo, esa sensación triunfalista se fue diluyendo y terminamos perdiendo en la hora ante un rival mediocre, cuya única virtud fue aprovechar nuestros errores, tras un segundo tiempo en el cual la mayoría de nuestros jugadores estuvieron desconocidos.

Seguramente quienes están leyendo esta crónica fueron al partido o lo vieron por televisión, así que no vamos a entrar mucho en detalles. En el primer tiempo rápidamente nos pusimos en ventaja con un gol de Gonzalo Malán que aprovechó un mal despeje de la zaga rival.



Ya se veía que ellos eran flojos en defensa, pero en vez de seguirlos atacando nos metimos atrás, demasiado contra nuestra área, un problema que hemos tenido durante todo el campeonato. Es como que hacemos un gol y de inmediato nos replegamos contra nuestro arco. En otros partidos hemos aprovechado eso para salir velozmente de contragolpe, pero en este partido no fue así, y salvo algún traslado de Gonzalo Vega, casi nunca avanzamos con pelota dominada.

El rival constantemente intentó por vía del juego aéreo, poniendo la guinda en nuestra área tras cada falta cometida del medio de la cancha hacia delante, aparte de contar con buena cantidad de tiros de esquina. Estaba visto que su juego era eso y nada más.

Así y todo, con el rival dominando campo y pelota, tuvimos un par de chances clarísimas para liquidarlo. Una fue con un desborde por derecha de Paul Dzeruvs y centro al medio, que ellos terminan sacando en la raya cuando Vega intentaba empujarla al fondo de la red con el arquero ya vencido.



La otra fue insólita. Quedaron cuatro jugadores de Rampla corriendo desde el medio de la cancha contra un solo defensa rival. Movieron la pelota de derecha a izquierda, le quedó a Aprile que no la pudo parar bien y terminó definiendo Malán, suave y abajo, tapando el arquero. Si la volvía a pasar a la derecha, tenía a Dzeruvs y Vega para tocar con el arco libre.

Así llegamos al final del primer tiempo con un 1-0 a favor de Rampla que pudo y debió ser mayor, ya que el rival no contó con ninguna ocasión medianamente clara para igualar. En el complemento la historia sería totalmente diferente. Los picapiedras salieron dormidos, desconcentrados. Enseguida casi nos empatan pero Long salvó el tanto ante un tiro de Regueiro, quien tuvo todo el tiempo del mundo para recibir, girar y patear dentro de nuestra área.

Los rojiverdes no hacían pie, mientras que los rivales jugaban con total libertad en el medio del campo. Poco después llegó el empate. Tiro de esquina, una serie de rebotes y ante la lenta reacción de nuestros futbolistas, un rival remató por bajo y venció a Long. Este tanto se veía venir y creemos que nuestro técnico debió intentar algo antes para evitarlo. El rival ya en el entretiempo había colocado dos hombres frescos en el medio.



El empate entonó a los visitantes y siguieron dominando el juego. Rampla salió un poco del asedio, pero el bajo nivel individual y colectivo hacía que fuera muy difícil llegar al arco rival. Saralegui sacó a Dzeruvs y puso a Vigneri (quien sigue sin justificar su inclusión en los partidos) y la cosa no cambió. Malán estaba muy solo y tenía que bajar muchos metros para buscar la pelota. Vega ya no gravitaba como en el primer tiempo y Aprile por izquierda no encontraba su juego.

Los minutos pasaron y el cansancio se empezó a sentir en ambos equipos. En filas picapiedras entraron Diego Barboza por Vega y Maximiliano Arias por Galo. Ambos cayeron en el desorden colectivo. Tuvimos alguna chance por arriba en pelota quieta y un par de remates de larga distancia: uno de Malán de tiro libre que el arquero sacó con dificultad y uno de Román con pelota en movimiento que se fue por arriba del palo.



Ellos también tuvieron sus aproximaciones al área nuestra, pero todo parecía indicar que el partido de moría en empate, salvo que uno de los dos pudiera embocarla en uno de los tantos centros que se enviaban o que alguno cometiera un error y este fuera capitalizado por su rival.

Rampla tuvo el triunfo tras una pelotazo cruzado que bajamos de cabeza, quedando Maxi Arias frente al arquero. El volante lo fusiló y la pelota rebotó en el rostro del guardameta, que luego estuvo varios minutos tendido por el impacto. Esa fue la única chance clara en todo el segundo tiempo y no la pudimos meter.

Después, ya en los descuentos, nos equivocamos nosotros y ellos embocaron la suya. Pelota quieta, centro al área, Malán que pifia y la guinda le queda a un futbolista rival, que remata arriba, la pelota pega en el travesaño y apenas cruza la línea de gol. Así nos ganan un partido insólito, solo jugando al “ollazo” y aprovechando dos errores nuestros.



Lo que más duele es que tuvimos todo para ganar. De haber convertido algún otro gol en el primer tiempo, la historia hubiera sido distinta. Pero en el complemento la gran mayoría de nuestros jugadores bajaron muchísimo su rendimiento. Se mostraron imprecisos, nerviosos, desconcentrados. La verdad nos decepcionaron. Es lo que sentimos como hinchas. Sabemos que pueden dar mucho más y seguro ellos lo saben.

Ahora ya está. Esto sigue. El objetivo es mantener a Rampla Juniors en Primera División y rápidamente debemos reponernos, enfrentando a otro rival directo en esta lucha: Juventud de Las Piedras. Es otra final por la permanencia. Hay que dejar atrás esta derrota y pensar en lo que viene. El fútbol da revancha y la oportunidad de redimirse con la hinchada la tendrán en la fecha 12 del Clausura. A pesar de este duro revés, seguimos creyendo en este plantel. Arriba Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Fotos: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Jura que cumple con el blog metiendo una entrevista por semana: Emilio Fernández (@durosconceptos)

viernes, 7 de noviembre de 2014

Previa del clásico de la Villa

Llegó el partido más esperado, en el que todos pensamos ni bien entró el penal de Diego Barboza contra Villa Teresa: el clásico de la Villa. No hace falta describir con palabras lo que significa este evento para los hinchas de Rampla. Lo bueno es que, al menos esta vez, parece que ese sentimiento ha calado hondo en nuestros jugadores y cuerpo técnico.

Más allá de que nuestro equipo llega muy bien, con tres triunfos consecutivos y luego de una resonante victoria ante Peñarol, vemos que todos los que hoy defienden los colores de nuestro club están mentalizados en lo importante que es este partido. La gente así se los ha hecho sentir casi desde que llegaron a Rampla. “Hay que ganar el clásico” fue la frase más repetida.

Y esta semana fue aún más intenso ese sentir. El hecho de que el primer equipo estuviera entrenando mientras en las instalaciones de nuestro Estadio Olímpico dirigentes e hinchas trabajaban intensamente por ponerlo a punto, en una sincera demostración de amor por el club, seguramente debe haber tocado la fibra íntima de los que saldrán a la cancha a procurar esa victoria que tanto merecemos. “Todo Rampla está jugando este partido” declaró Marcelo Saralegui, y vaya si será así!

Más allá de la ansiedad previa, estamos tranquilos. No creemos en favoritismos, pero confiamos plenamente en nuestros muchachos. Han dejado la vida en cada partido y sabemos que el clásico no va a ser la excepción. Nosotros, desde la tribuna, tenemos que gritar y alentar más fuerte que nunca. Este partido también lo jugamos los hinchas. Hay que ganarlo como sea.



El gran tema de la semana fue la fijación de nuestro Estadio Olímpico. Era evidente que nuestro rival no quería jugar allí, y que hicieron sentir su influencia en la Comisión de Seguridad de la AUF y el Ministerio del Interior, pero la Comisión Directiva de Rampla cumplió con lo solicitado, gracias al esfuerzo económico realizado y al trabajo incansable de hinchas y allegados. No había razones para privarnos de la localía.

Finalmente, un día antes del esperado choque y contrariamente a lo que anunciaban la mayoría de los medios de prensa, el Ministerio del Interior habilitó el Estadio Olímpico para el clásico de la Villa. Se hizo justicia. Los estadios no matan gente, matan los delincuentes, como los que fueron a nuestro festejo de 100 años a provocar y lastimar gente. Hay que controlarlos y punto. Y si no entienden que el fútbol es una fiesta, que no entren más a una cancha, pero no pueden tener de verdugos al resto de los hinchas y gente de bien.

Por suerte esta novela de la fijación tuvo final feliz. Rampla Juniors será local en su Estadio Olímpico.



El entrenador Marcelo Saralegui pondrá a los mismos 11 titulares que comenzaron jugando en la gran victoria ante Peñarol. Bernardo Long estará en el arco; Fabián Vargas, Emiliano García, Danny Tejera y Maximiliano Montero en defensa; Gonzalo Vega, Marcel Román, Diego Galo y Gustavo Aprile en el mediocampo; Paul Dzervus y Gonzalo Malán en ofensiva.

Los jueces serán Andrés Cunha, Mauricio Espinoza y Andrés Polero. Las entradas para la parcialidad de Rampla valen $150 para no-socios y $50 para socios. Menores hasta 6 años ingresan gratis. No habrá preliminar de Tercera División.

Los antecedentes en los últimos años no han sido buenos. Llevamos 8 clásicos sin victorias, de los cuales 5 han terminado en empate, varios de ellos en los que claramente merecimos ganar. Hay que remontarse al Apertura 2008 para encontrar el último triunfo clásico de Rampla. Fue 1-0 como visitante, con gol de Oscar Dastés, tras gran jugada de Gastón Puerari. Lo revivimos.



Sin embargo ,difícilmente se vuelva a repetir un clásico tan importante como el del Torneo Clausura de 1996. Se jugaba la última fecha y ambos equipos llegábamos jugándonos la vida por la permanencia. Un complejo sistema de promedios nos ubicaba por debajo de nuestro tradicional rival por menos de 1 punto. Esto provocaba que con el empate ellos de salvaran del descenso y nosotros tuviéramos que esperar otros resultados.

Empezamos perdiendo 0-1, luego de un dudoso penal sancionado por Julio Matto, que luego sería entrenador de nuestros vecinos. Empatamos en el primer tiempo gracias a un gol de Enrique Saravia, en una pelota quieta enviada nada menos que por Juan Ramón Carrasco.

El segundo tiempo fue un calvario. Rampla, dirigido por Tomás Sartorio, no le encontraba la vuelta al partido y sufría en cada contragolpe rival. Llegamos al tiempo cumplido, y el juez Matto dio 3 de adición. En la tribuna de ellos ya festejaban el empate como un triunfo. Hasta que vino un centro de Alexis Noble, Alejandro Cortazzo la peinó y el Quique Saravia la mandó al fondo de la red.



Dicen que los clásicos son finales, y ni que hablar cuando el partido en sí es una final. Difícilmente las circunstancias vuelvan a repetirse. Aquella vez el clásico era la vida y lo ganó Rampla, de atrás y en la hora. Goleadas hubo muchas en la historia, a favor y en contra, pero clásicos como aquel del 96´ no hubo ninguno.

Ojalá este sábado los hinchas de Rampla podamos volver a festejar. Nos merecemos esta alegría. Los dirigentes lo saben, los jugadores lo saben y el cuerpo técnico lo sabe. Si dejan todo por la camiseta como hasta ahora, hay razones para creer que es posible. Arriba Rampla!

jueves, 6 de noviembre de 2014

"La gente de Rampla es algo espectacular"

Se aproxima el clásico y el staff periodístico de El bravo RAMPLA no descansa. En nuestra vuelta a primera división, hemos contado con varios rendimientos destacables. Uno de ellos, sin lugar a dudas, es Gustavo Aprile. El pelilargo volante por izquierda debutó en la segunda fecha ante El Tanque y no salió más. Con él conversamos de todo y aquí compartimos sus conceptos.

Para comenzar, Gustavo nos dejó sus sensaciones sobre el balance de lo que va del torneo. Esto nos dijo: “...tuvimos un comienzo que no fue de lo mejor, pero teniendo en cuenta el poco tiempo de preparación y los recursos disponibles no se podía esperar mucho más. Por otro lado, gracias al buen manejo del plantel en todo su conjunto con el correr de las semanas, pudimos trabajar lo necesario para mejorar en los errores que veníamos teniendo domingo a domingo. Por suerte los resultados y rendimientos nos han acompañado en las últimas fechas.”.



A continuación, consultado sobre cómo lo ha recibido la gente, el club y el barrio en general, nuestro jugador expresó: “La gente de Rampla es algo espectacular. Me tocó la suerte de llegar a un club muy importante, con mucha gente, más de lo que la mayoría del Uruguay piensa, acompañado por un barrio que estoy aprendiendo a conocer y querer.”.

La charla continuó haciendo referencia al sistema de juego empleado actualmente por nuestro primer equipo (4-4-2). El “rasta” fue categórico en ese sentido: “Creo que los resultados han marcado el sistema que más favorece al equipo, por mi parte me siento muy cómodo con el 4-4-2.”.

Gustavo, como tantos otros jugadores de nuestro Fútbol Uruguayo, reparte su tiempo libre con otras actividades. El volante es estudiante de Arquitectura en la UdelaR. Enterados de ello le consultamos sobre si es posible combinar fútbol y estudio. Su respuesta fue clarísima: “se puede, lo hago desde siempre, a veces con sus complicaciones debido a tiempos (viajes, concentraciones, etcétera) (...) se demora un poco más en avanzar ya que el fútbol no es un trabajo que tenga un horario fijo todos los días (...) es muy flexible y hay que estar disponible siempre. Pero así como hay futbolistas que tienen que trabajar porque el sueldo no les alcanza para mantener a su familia y tienen que encontrar ese tiempo, yo lo utilizo para estudiar (...) es algo que me gusta y lo voy haciendo a medida que puedo.”.

Luego de abordar temas personales del jugador pasamos a lo estrictamente deportivo. La pregunta fue la misma que la planteada a Long y Vargas. El plantel parece estar mentalizado de sus objetivos ya que todos coinciden en los mismos conceptos. “Los objetivos del equipo son claros, por supuesto que a medida que pasan las fechas el equipo y la gente se va entusiasmado y se aspira a más (...) pero la cosa es clara, hay que permanecer en primera y de ahí para adelante. Nos quedan cuatro fechas importantísimas, tres contra rivales directos, para poder hacer un buen cierre de este primer semestre.” sentenció.



El partido clásico, ya se palpita a todo nivel en el club. Interrogado sobre el particular nuestro entrevistado expresó: “Se siente la importancia de este partido desde hace ya dos o tres semanas. La gente del barrio, hinchas, mismo en el club. Esta semana con todo el tema de la habilitación del Olímpico se ha acercado mucha gente a dar una mano para que el partido de local sea posible.”. Ante la pregunta de dónde prefería jugar, su respuesta fue la siguiente: “sería ideal jugarlo en el Olímpico siempre y cuando las condiciones necesarias del campo y el estadio se cumplan. De no ser así, no sé si el Centenario es la mejor opción, pero también es un lugar espectacular para un clásico.”.

Nuestro número 14 debió enfrentarse a un situación muy particular en el pasado encuentro frente a Peñarol. Contaba con cuatro tarjetas amarillas y de recibir una quinta se perdería el encuentro clásico. Nos contó lo siguiente: “Tuve en cuenta en todo momento el tener cuatro amarillas, la importancia del clásico para Rampla es mayor que un partido contra Peñarol. Pero creo que valió la pena, ya que fue un partido muy emocionante y la gente se hizo sentir pese a clima”.

Para cerrar, como ya es costumbre, le pedimos a Gustavo que nos deje un mensaje para la parcialidad rojiverde. Aquí su mensaje: “Es de agradecimiento y aprecio por el apoyo constante, partido a partido (...) desde la primera fecha han estado ahí y se han hecho sentir de verdad. ¡Muchas Gracias!”.

¡Muchas gracias por tu testimonio Gustavo! ¡Fuerza Rampla!

Nota: Emilio Fernández (@Durosconceptos)
Edición y puesta al aire (?): Mr.Baru (@crearoreventar)
Todo lo referente a fotografía, eventos, etcétera: Adrián Barreto (@adribarreto90)

lunes, 3 de noviembre de 2014

Con el molde

Parapetados en la Tribuna América, los hinchas picapiedras nos bancamos el frío, la lluvia de frente y el viento permanente, pero nos fuimos locos de la vida porque Rampla Juniors le ganó de atrás a Peñarol y se llevó del Centenario puntos importantísimos en la lucha por la permanencia. Al igual que en los últimos dos triunfos obtenidos frente a los aurinegros, el resultado fue 3 a 2. Parece ser el molde para ganarle al manya.

Tras jugar mal y caer en desventaja en el primer tiempo, los picapiedras reaccionaron y tuvieron un desempeño excelente en el complemento que les permitió dar vuelta el resultado. Un apronte inmejorable para el clásico, ya que además ninguno de los futbolistas que acumulaban 4 amarillas recibieron la quinta, por lo que estarán habilitados.

Esa fue la gran polémica de la semana: reservar a los que estaban “en capilla” o poner el máximo poderío para enfrentar a Peñarol. Al final, la apuesta del cuerpo técnico salió redonda: Rampla ganó y los tres futbolistas que corrían riesgo de perderse el clásico (Fabián Vargas, Emiliano García y Gustavo Aprile) jugaron impecable y ninguno estuvo ni siquiera cerca de ver la tarjeta amarilla.

Los rojiverdes, vestidos de blanco para este partido, salieron con Bernardo Long en el arco; Vargas, García, Danny Tejera y Maximiliano Montero; Gonzalo Vega, Diego Galo, Marcel Román y Aprile; Paul Dzeruvs y Gonzalo Malán. En el banco estuvo por primera vez el juvenil Nicolás Olivera, cedido por Nacional.



(foto: tenfield.com)

En líneas generales, el primer tiempo de los picapiedras fue malo. El equipo estuvo muy impreciso con la pelota y fue prácticamente inofensivo. Además cometió el grave error de dejar solo a Antonio Pacheco, quien a los 17’ tuvo todo el tiempo del mundo para rematar de media distancia y vencer a Long.

Recién a los 37’ de esa mitad inicial Rampla llegó con peligro. Centro bien enviado por Aprile y cabezazo de Malán que se pierde apenas desviado, cuando el juvenil arquero mirasol Aguerre nada podía hacer. En los instantes finales nos salvamos tras una contra aurinegra en la que Jonathan Rodríguez definió mano a mano con Long y el balón pegó en el travesaño y salió.

En el segundo tiempo se vio otro Rampla. Más prolijo con la pelota, abriendo la cancha y tratando de recurrir menos al pelotazo largo. Avanzar con balón dominado sobre campo aurinegro rápidamente dio sus frutos. A los 6’ sacamos rápido un lateral, Aprile le puso un centro perfecto a Malán, y el goleador inteligentemente se ubicó bien para no quedar en offside y luego de “palomita” puso el 1-1 en el marcador.

Esta paridad descolocó a los jugadores de Peñarol, que se veían nerviosos en el campo. Todo lo contrario eran los de Rampla, que manejaban la pelota con pausa y tranquilidad. En ese panorama comenzó a agrandarse la figura de Gonzalo Vega, moviendo los hilos del ataque, sumado a la prolijidad de Román y Galo en el centro del campo, y a las subidas criteriosas por los laterales de Montero y Vargas.

Sobre los 18’ llegaría el segundo. Un impresionante tiro libre de Gonzalo Malán desde 35 metros que se metió en el ángulo del arco aurinegro. Premio al gran trabajo del goleador, que siempre se mostró como opción de pase y fue al choque con los zagueros rivales.



(foto: tenfield.com)

Enseguida Fosatti movió el banco, colocando a Estoyanoff y Hernán Novick, pero el golpe de efecto de las variantes prácticamente ni se sintió. Montero se lo “comió” al “Lolo” y el hermano de Marcel gravitó poco. Rampla además fue inteligente “enfriando” el partido. Saralegui puso a Nicolás Vigneri y sacó a Paul Dzeruvs, que no repitió actuaciones anteriores.

Y enseguida llegó el 3-1. Buena jugada por derecha entre Vega, Vigneri y Vargas, el “Coto” llegó al fondo y metió el centro. La guinda rebotó en un defensa y se elevó. La fueron a buscar Vigneri, el arquero Aguerre y Bizera. Finalmente, el zaguero carbonero cabeceó hacia atrás y convirtió el gol en su propia meta.

A partir de ahí Rampla tuvo todo para golear. Fosatti arriesgó poniendo a Carlos Núñez por Alejandro Silva, y Saralegui mandó a Diego Barboza por Aprile, que estaba cansado y aparte tenía aquel tema de la acumulación de amarillas. Entre Barboza y Vega armaron un contragolpe perfecto, y Diego dejó de cara al gol a Vigneri. El delantero eludió al arquero y remató, pero Macaluso llegó justo para sacar la pelota de la raya. Era el 4-1 y sentenciar el partido.

Pero esto es Rampla y parecería que siempre hay que sufrir. Así fue que a los 37’ nos metieron un centro al segundo palo y Carlos Núñez de cabeza marcó el 2-3 para ponerle emoción al cierre del partido. Enseguida entró Maximiliano Arias por Vega, para tener más marca en el mediocampo. Sufrimos con un tiro libre de Jonathan Rodríguez que pegó en la parte exterior de la red y sobre el final nuevamente tendríamos chance de liquidarlo.

A los 43’ Malán recibió un largo pase y picó solito, sorpresivamente habilitado. Mérito otra vez del goleador para no caer en posición adelantada. Corrió hacia el arco, eludió al arquero y fue derribado en la medialuna. El juez Falce marcó la falta y expulsó correctamente al guardameta por último recurso. Tuvo que entrar Macaluso de golero, porque a Peñarol no le quedaban más cambios.



(foto: tenfield.com)

El tiro libre lo pateó Malán, fuerte y contra el palo, provocando una notable atajada del improvisado portero. El rebote le quedó a Vigneri, que la puso al medio y Maxi Arias la desvió, perdiéndose la guinda apenas afuera.

Terminó el partido y se consumó una nueva e importantísima victoria de Rampla, la tercera consecutiva. El equipo mostró actitud, carácter, entrega, inteligencia y contundencia para superar a un rival que si bien no venía en un buen momento, tiene excelentes jugadores y uno de los mejores planteles del medio.


Nuestro equipo sigue demostrando que está a la altura de cualquier rival. Que con este sacrificio, estas ganas y este trabajo en conjunto, puede ganarle a cualquiera. Llegamos muy bien al partido más importante del año. Ojalá estos muchachos le puedan dar una gran alegría a nuestra parcialidad. Ya han dado muestras suficientes de que tienen con qué hacerlo. Arriba Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Información desde estudios centrales: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Detectó que usan fotos nuestras en la pantalla del Estadio: Emilio Fernández (@durosconceptos)