domingo, 24 de marzo de 2019

Es otro Rampla

Con tan solo 3 semanas de trabajo, el cuerpo técnico encabezado por Rosario Martínez ha logrado un cambio radical en Rampla. No solo a nivel de puntos (que a fin de cuentas es lo que importa) logrando 7 de 9 posibles, sino a nivel de funcionamiento y estilo de juego.

Uno ve al equipo en la cancha y se da cuenta justamente que es eso: un equipo. Que está ordenado, que sabe lo que quiere, y que tiene bien estudiado a su rival. Por segunda fecha consecutiva, los picapiedras lograron neutralizar la ofensiva de un equipo que venía de golear. No es casualidad.

Y a la firmeza defensiva ya mostrada en los dos partidos anteriores, ante Liverpool se le sumó un ataque mucho más preciso con la pelota en los pies. La receta es clara: cuando el rival tiene la guinda, lo esperamos bien replegados, y luego de recuperarla no tardamos en llegar al área contraria, con transiciones rápidas. Pero cuando el rival nos espera, los rojiverdes también tienen variantes para abrir el cerrojo.

Ha sido fundamental que Ignacio Panzariello volviera al nivel que le conocemos y frente a los negriazules fue descollante lo que hizo Camilo Cándido como volante por izquierda (volviendo a ese puesto después de mucho tiempo). Así Rampla pudo ensanchar la cancha y llegar por ambas bandas. A esto se sumó el despliegue de Álvaro “Flaco” Fernández, que dijo presente en cada ataque nuestro, la calidad de Juan Albín y la movilidad de Mathías Saavedra, titular por primera vez con la camiseta rojiverde.

Liverpool presentaba dos extremos veloces, con el perfil hacia adentro para buscar la diagonal. Intentaron llegar por abajo pero pudieron hacerlo una sola vez, tras una sucesión de pases entrando por el medio. Diego Rosa (de gran tarea otra vez en el lateral zurdo) llegó justo para despejar. La guinda rebotó en el atacante negriazul y cayó en las manos de Odriozola.

Del otro lado, Rampla llegaba con relativa facilidad a la línea final negriazul tanto por derecha como por izquierda, pero le faltaba precisión a la hora de tirar los centros. Cuando tuvo esa fineza vino el 1-0. El “Flaco” Fernández se la puso en la cabeza a Mathías Saavedra, que la desvió notable para vencer a Bava. Iban 25 minutos.

De ahí al final del primer tiempo el picapiedra fue arrollador. Esperaba en su campo, pero cuando salía al ataque le pasaba por arriba a su rival. Velocidad, precisión y la dosis necesaria de fuerza para pelear las pelotas divididas. El 2-0 estuvo muy cerca varias veces. Fueron por lejos los mejores 45 minutos de Rampla en lo que va del Apertura.

A los 28' Panzariello metió un centro pasado, Cándido la bajó atrás y Fernández casi dentro del área chica la tocó justo por arriba del palo. En cada ataque el “Flaco” era un delantero más. A los 34' Albín se hizo un espacio y sacó un potente remate que Bava rechazó con los pies. En el rebote Saavedra la tiró afuera. Antes Juan Ángel tuvo un remate cruzado también desde fuera del área que se fue muy cerca.

Y a los 35' la más clara. Saavedra la aguanta contra la punta izquierda, descarga con Albín, este que de caño la mete al medio para Panzariello, que espera y gira para dejarlo justo a Camilo entrando al área. Cándido no se nubló: se hizo el espacio y remató. La guinda se desvió levemente en un rival, pegó en el travesaño y se fue al córner. Era un golazo.

Para el complemento Rosario mandó a Mauricio Felipe por Claudio Servetti, seguramente buscando tener más velocidad en los extremos, donde el rival nos había complicado. Sin embargo, no imaginaba que Liverpool cambiaría totalmente el libreto. Pezzolano puso al paraguayo González (de gran estatura) y su equipo se dedicó pura y exclusivamente a tirar centros.

Nuestra defensa ganó en casi todos los envíos aéreos (puntualmente exhuberante lo de Gonzalo Rizzo), y estuvo atenta cuando los negriazules lograron bajar alguna guinda en el área. El picapiedra se podría decir que puso el partido en el freezer. Esperando tranquilos, bien parados, con el argentino Vega casi como un zaguero más (no tenía mucho sentido deambular por el medio de la cancha) y con los volantes externos listos para salir despedidos al ataque.

Tanto Panzariello como Cándido fueron imparables, asociándose con sus compañeros pero también eludiendo rivales con pelota al pie. Era cuestión de tiempo para que llegara el gol de la tranquilidad. A los 16' debe salir Juan Albín, por una molestia en el muslo (que esperemos no sea de gravedad), ingresando Delis Vargas. Perdimos la calidad innegable de Albín pero ganamos en explosión, por la velocidad que tiene Delis en los últimos metros.

Ya sobre los 32 minutos llegaría el 2-0 definitivo. Nace en otro despeje aéreo de Rizzo. Panzariello la tomó y trasladó hasta la mitad de la cancha. Este Rampla no lateraliza el juego, siempre va hacia adelante. Nacho la abrió para Delis, que parecía que la adelantaba mucho pero con un caño se sacó de encima a su rival y luego la tocó al medio para que Saavedra solo tuviera que empujarla con el arco libre. Partido liquidado. Solo restaba esperar el pitazo final.

En los descuentos ingresó Walter “Colo” Ibáñez, más para hacer pasar los minutos que otra cosa. Llegó el pitazo final de Fernando Falce y la tribuna ramplense celebró un nuevo triunfo, pero esta vez no hubo desahogo, sino más bien satisfacción. Tranquilidad de que se ganó bien, con solidez, y confianza de que vamos por buen camino.

El próximo domingo enfrentaremos a Wanderers en Belvedere (alquilaron el Viera para un acto político). Será otro gran desafío ante una de las revelaciones del torneo, que además derrotó a Nacional y Peñarol con total autoridad. Veremos cómo se las arreglan contra el Rampla de Rosario.

Comentario: Marcelo Baruffaldi
Fotos: Adrián Barreto

lunes, 11 de marzo de 2019

Con la receta de Rosario

En los primeros 15 minutos del partido entre Rampla y Cerro Largo el comentario general era “que bien que juegan ellos”. El ataque generado desde un doble 5 muy dinámico y con buen pie, paredes y desmarques por las bandas, maniobras individuales y hasta algún que otro lujo le permitieron a los arachanes llegar varias veces hasta el área picapiedra. Claro, hasta ahí.

A su frente un Rampla muy solidario y combativo, donde todos corrían y metían, intentando frenar ese “aluvión” visitante. El partido ya estaba 1 a 1. Los picapiedras comenzaron ganando a los 5’ con un gol de penal de Pablo Pereira.

La jugada la inició Juan Albín, escapando entre varios hombres rivales. Le hicieron falta y aunque el juez la iba a cobrar, decidió seguir. La pasó a la izquierda para Diego Rosa, que parecía que la perdía (se le fue larga la guinda) pero con pie firme ganó el tranque y siguió. Remató fuerte y la pelota dio en la mano de un defensa. Lo iba a patear Albín, pero el “huevo” se lo pidió y facturó.

Luego vino el primer penal para ellos, por un supuesto de agarrón de Rizzo en un córner. El goleador del campeonato Sosa le pegó para afuera. Y al poco tiempo (casi enseguida) otro penal, este muy claro de Camilo Cándido derribando a un rival en el área. Cambiaron de ejecutante y esta vez fue gol. Así llegamos al minuto 15 con el partido 1-1.

La tónica del inicio se mantuvo: Cerro Largo jugando en campo nuestro, manejando la pelota, y Rampla corriendo y luchando cada balón, esperando el momento de pegar el zarpazo. Y así, en esa dicotomía que siempre plantea Rosario Martínez respecto a que tocar la pelota un millón de veces no significa jugar bien, los picapiedras llevaron el partido a su juego.



(foto: Adrián Barreto)

Nos agarraron mal parados una vez y Odriozola le tapó el mano a mano a Sosa, pero después salvo alguna jugada a balón parado no nos llegaron más. La mencionada jugada que generó un entredicho entre Edgar y Camilo, producto del fragor con el que ambos defienden nuestra camiseta (obviamente aclarado ya en el entretiempo y luego del partido).

Los rojiverdes tuvieron una buena maniobra de Albín, que no importa donde reciba el balón siempre enfila para el arco, la cedió a Pereira que enganchó al medio para quedar solo con el arquero pero se la pellizcaron justo. Por el centro entraba Álvaro Fernández (quien había iniciado la jugada) solito, pero Albín no lo vio.

Los minutos pasaban y Rampla se sentía cada vez más cómodo con el trámite. Rosa era un avión por la izquierda y Servetti empujaba desde el lateral derecho. Los dos pibes de la casa tuvieron una gran actuación.

A los 39’ estuvimos a punto de lograr el 2-1. Rosa generó una falta y Albín sirvió notable el centro al primer palo, Fernández cabeceó solo y el arquero la sacó de forma increíble por encima del palo. Sin embargo, la revancha estaba a la vuelta de la esquina. Vino el córner (otra vez bien tirado por Juan Ángel), Servetti ganó notable por arriba y el “Flaco” la empujó desde dentro del área chica. Con ese 2 a 1 nos fuimos al descanso.



(foto: Adrián Barreto)

En el complemento se vio una férrea defensa picapiedra, pero no solo desde la línea final sino en todos los sectores del campo. Albín (por poner el ejemplo de nuestro futbolista más talentoso) los corrió a todos, se tiró a los pies, realizó un despliegue tremendo. Todos estaban contagiados con dejar la vida en cada pelota. Realmente emocionaba ver como estos muchachos le hacían honor a la identidad de la camiseta que tienen puesta.

Así fue que Panzariello robó una guinda que parecía perdida contra el banderín, se metió en el área y no pudo definir ante la salida del arquero, quien le cerró bien el ángulo. Fue la chance más clara del complemento, y no la tuvo el equipo que dominó la posesión del esférico. Ellos, es cierto, convirtieron un gol en una jugada de pelota quieta que fue anulado por posición adelantada (dudosa, la verán en el resumen), pero no encontraron los caminos para vulnerar nuestra retaguardia.

La cosa se complicó un poco más cuando a los 23’ del complemento Jhony Galli vio la tarjeta roja. Fue una dura entrada, es verdad, pero de esas en que los dos van fuerte y un segundo hace la diferencia entre provocar una falta y terminar en las duchas. Para nosotros fue exagerada la decisión del árbitro Daniel Rodríguez.

Rosario no dudó y enseguida recompuso el mediocampo. Mandó a Gastón Gorrostorazo y sacó a Diego Rosa, pasando Albín a jugar como volante por izquierda. Menos de 10 minutos después otro problema: sale sentido Álvaro Fernández (quizás la figura de la tarde, por lo que corrió, quitó y jugó) y entra Matías Saavedra. Si, un centrodelantero entrando a jugar de volante central, y sin embargo no se notó.

Los minutos pasaron y si bien sufrimos como sabemos hacerlo, daba la sensación de que este triunfo no se nos iba a escapar. Ya en los descuentos entró Walter Ibañez para formar una línea de 5, teniendo en cuenta que hasta los zagueros de ellos se habían ido a buscar la heroica. El pitazo final desató la algarabía en la tribuna ramplense, y también el júbilo de nuestros jugadores, que se abrazaron como quien acaba de ganar una verdadera final.



(foto: Sofía Torres)

Volviendo al inicio de esta crónica, este triunfo se logra con la combinación perfecta entre lo que pretende y siempre ha pregonado Rosario Martínez, y lo que es la identidad de los equipos de Rampla. Es, de alguna forma, un regreso a nuestras raíces. Este es el tipo de equipo que queremos ver fecha tras fecha, y estamos convencidos que es la única forma para salir en la posición en la que estamos. Se podrá ganar o se podrá perder, pero siendo fieles a la historia del viejo Rampla.

martes, 5 de marzo de 2019

"Con voluntad y mucha rebeldía se puede sacar esto adelante”

Tras la derrota 0-2 ante Defensor Sporting el domingo (la tercera en tres partidos) y luego de una presentación realmente pobre de nuestro equipo, la dirigencia ramplense decidió poner el pie en el acelerador y concretar la llegada de un nuevo cuerpo técnico, de modo que Gastón de los Santos volviera a hacerce cargo del plantel de Tercera División.
El elegido fue Rosario Martínez, un hombre que no necesita presentación. Declarado admirador de la historia de nuestro club, muchas veces se lo vio en el Estadio Olímpico y además su forma de concebir el juego se alinea perfectamente con la identidad ramplense: el fútbol duro y corajudo, de defensas fuertes y ataques veloces. En definitiva, la propia esencia del fútbol uruguayo.

Esta tarde habló en el programa "Último al arco" de Sport 890 y estas fueron algunas de sus declaraciones.

“Habia estado 2 veces muy cerca de asumir y al final no se pudo dar. Los dirigentes vinieron con ganas de arreglar, y yo también estaba con ganas de agarrar, así que la negociación fue fácil".

“Encontré un equipo golpeado. Ellos tenían expectativas grandes respecto al inicio del campeonato y pelear arriba, y se encuentran que perdieron los tres partidos, recibieron 11 goles.. no es fácil, pero yo creo que con voluntad y mucha rebeldía se puede sacar esto adelante.”

“Soy un convencido que en el jugador de fútbol, y en el fútbol uruguayo principalmente, todo pasa por la cabeza. Si estamos bien de la cabeza y convencidos de lo que queremos vamos a conseguir cosas.”

“Primero tengo que conocer bien al plantel para hacer los cambios necesarios sobre algo firme. Voy a tratar de encontrar el mejor equipo pensando en el fin de semana y después a partir de ahí, ya con más días de trabajo, ir apuntando al estilo de equipo que yo quiero”.

“No quiero manejar nombres y nunca me gustó hacerlo, pero es claro que son jugadores talentosos (consultado por Albín y el "Flaco" Fernández), que varios entrenadores quisieran tenerlos en su plantel y yo tengo la suerte de tenerlos”.

“Hay resultados que no parecen del fútbol uruguayo: 5 a 3, 4 a 3, 4 a 4… el fútbol bien jugado es bien defendido y bien atacado. Necesitamos convertir para ganar y mantener el cero para no perder.”

“Tenemos que sumar (contra Cerro Largo). Por supuesto que lo ideal sería ganar, pero es fundamental no perder, aunque sea de local. En el momento en que está el equipo, un punto puede servir”.

Desde este espacio le brindamos una calurosa bienvenida, y ojalá pueda honrar la gran historia del viejo Rampla Juniors, y por qué no agregarle algunas páginas de glorias y triunfos. ¡Arriba Rampla!