sábado, 4 de mayo de 2013

Cortamos la mala racha

Antes que nada, las cosas como son. Le ganamos 1 a 0, sufriendo y con un gol de penal, a un rival limitadísimo, de los más flojos de la divisional y firme candidato a luchar hasta las últimas instancias por no bajar a la Liga Metropolitana Amateur. Más allá de eso, la realidad es que necesitábamos imperiosamente la victoria para cortar la mala racha y la logramos, aunque la forma en que se obtuvo no da para ilusionarse mucho.

Rampla asumió el protagonismo del partido, jugó prácticamente la totalidad del mismo en campo rival, pero nuevamente tuvo enormes problemas para llegar con peligro al arco rival y las pocas veces que pudo hacerlo, falló en la definición. El triunfo se termina concretando gracias a una jugada individual de Nicolás Mezquida, el más picante de la ofensiva rojiverde, que provoca la sanción del penal que luego Maximiliano Brito transformaría en gol.

Lo primero que llamó la atención, cuando llegamos al Parque Palermo, fue un cartel en la tribuna rojiverde, pidiendo por la vuelta de Juan Carlos Borteiro. No sabemos quién lo hizo, sí sabemos que Borteiro estaba en la tribuna, lo cual no es de extrañar sabiendo su condición de ramplense. Personalmente, me parece una falta de respeto que, habiendo un profesional trabajando en el club (en este caso el “Ronco” López), alguien ponga un cartel pidiendo por otro técnico. No importa si es Borteiro o Pep Guardiola. Desde mi punto de vista me parece una total falta de ética.



Dicho esto, Rampla salió al campo con Bernardo Long en el arco; César Vargas, Rodrigo Canossa, Alvaro Márquez y Salvador Sassón; Fernando Arismendi, Joaquín Noy, Diego Galo y Matías de los Santos; Nicolás Mezquida y Maxi Brito.

Los primeros 20 minutos fueron parejos. Huracán se arrimó un par de veces con cierta peligrosidad, encontrando buenas respuestas de Long. De ahí en adelante los picapiedras se adueñaron del trámite, intentando llegar por el medio, a diferencia de otros partidos donde se buscaba insistentemente las bandas. Así se lograron un par de faltas cerca de la medialuna, pero los tiros libres no fueron bien ejecutados. Hubo uno de Brito que se fue por arriba del palo y uno de Mezquida que pegó en la barrera.

El propio Nico buscó también varias veces pateando de media distancia, algunas desviadas otras bien controladas por el arquero. La única buena jugada colectiva que hizo Rampla en esa primera mitad fue sobre la media hora de juego. Noy habilitó a De los Santos, éste la abrió para Sassón y el zurdo metió un centro fuerte y directo a la cabeza de Brito, pero el ariete no pudo desviar la pelota hacia el arco.

Sin cambios para el segundo tiempo, el rojiverde tuvo una buena con un remate de media distancia de Brito que el arquero voló para sacar al córner. Esto fue a los 10 minutos. A los 20´ Rampla tuvo la más clara del partido. Mezquida desbordó por derecha, metió el buscapié al medio, la pelota le pasó increíblemente entre las piernas a Brito y le quedó a De Los Santos, que le pegó mordido con la de palo (la derecha) y el balón pegó en la mano de un defensa rival. El juez marcó que la mano existió pero fue sin intención, despertando las protestas nuestros jugadores y parcialidad.



Sobre la media hora, se produjo el hecho bizarro de la tarde. Mientras en Rampla entraba el jugador más joven de la cancha, Matías Rigoletto en lugar de Diego Galo, en Huracán ingresaba el más veterano, nada menos que nuestro célebre Marcelo Marujo Otero, con sus 42 años y algunos kilos de más a cuestas. “Lo único que nos falta es que nos clave Marujo” dijo alguien por ahí y si, es lo único que nos falta padecer.

Quienes tuvimos la suerte de verlo jugar con la camiseta de Rampla, especialmente en aquella notable campaña de 1992 que nos devolvió a Primera División, preferimos quedarnos con aquella imagen, de un jovencito que corría como loco y definía con calidad frente al arco. No queremos quedarnos con esta triste versión, fuera de forma y jugando contra nuestro club. Por eso, no publicamos una foto suya del partido de esta tarde. Por otra parte, más triste aún nos parecieron los “reproches” que alguna parte de nuestra hinchada le gritó a Marujo. Seguramente para él también debe haber sido especial jugar contra Rampla.

En fin, pocos minutos después de este hecho anecdótico se produce la jugada que define el partido. Mezquida recibió la pelota contra la punta izquierda, al lado del banco picapiedra. Se sacó un rival de encima y se mandó hacia el medio del área, buscando espacio para rematar de derecha. Ahí da la sensación de que un rival lo toca, Nico cae y el juez Pablo Giménez, seguramente condicionado por aquel penal anterior que no cobró, sancionó esta vez la pena máxima.



Maxi Brito le pegó fuerte y arriba, dejando sin asunto al arquero y desatando el festejo de jugadores, cuerpo técnico y parcialidad, todos liberando la frustración de llevar más de 400 minutos sin gritar un gol de Rampla. Enseguida el “Ronco” recompuso el mediocampo, dando ingreso a Gastón de los Santos por Mezquida, provocando un aplauso generalizado. Aplausos para el capitán, que estaba debutando en este regreso al picapiedra, y para Nico, la figura que tuvo el rojiverde esta tarde.

Los últimos 10 minutos Rampla se replegó decidido a aguantar el resultado. Rigoletto tuvo la chance de ampliar la ventaja, definiendo mano a mano con el arquero luego de un perfecto pase de Brito, pero definió suave y el guardameta la sacó al córner. Tuvimos que sufrir hasta el pitazo final (para variar), por más que Huracán apenas tuvo un cabezazo que se fue bastante desviado.

Terminó el partido y se consumó una victoria muy festejada, incluso fuera del escenario, donde un picapiedra decidió ver el partido sin pagar la entrada. Un capo.



Este triunfo, como decíamos al principio, era impostergable para cortar la racha negativa. De todos modos, aunque el resultado nos permite mantenernos en puestos de playoff (hoy por hoy nuestro rival sería Rentistas, que acaba de quedar sin técnico tras la renuncia de Adolfo Barán) sin dudas estamos muy lejos de un rendimiento que nos permita ilusionarnos con el ascenso. Ojalá este triunfo nos permita calmar los ánimos y recuperar la confianza, pero futbolísticamente tenemos que mejorar y mucho.

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