sábado, 16 de marzo de 2013

Nos sigue faltando mucho

Rampla Juniors empató 0 a 0 con Miramar Misiones, en el partido que abrió la última fecha de la primera rueda del Campeonato Nacional de la Segunda División. Los picapiedras no pudieron superar a un rival que se dedicó a defender y apostar a alguna pelota quieta, y que además terminó acorralado contra su arco y haciendo tiempo, aferrándose al puntito.
Esto no es excusa, Rampla necesita ganar porque está lejos de los puestos de avanzada producto de sus propias deficiencias, pero también es cierto que lo mostrado por los cebritas fue realmente muy pobre y eso que estamos hablando de un equipo que pelea los puestos de arriba. Eso denota el mediocre nivel de este campeonato, y como muestra más clara podemos invocar la victoria 3-0 de Huracán, que venía el último de las posiciones, sobre Rentistas, el actual puntero.
Está claro que cualquiera le gana a cualquiera y las diferencias que hay en la tabla no se ven en la cancha. El gran problema es que nosotros estamos abajo, afuera de los puestos de playoff, y los demás están arriba, entonces todos van a jugar con nuestra necesidad.

Se ha notado una mejoría en el equipo picapiedra en este 2013. Hay otra entrega, otra actitud, pero nos sigue faltando funcionamiento. Seguimos estando lejos del “equipo para subir” que prometió esta comisión directiva en el período electoral. Se trajo al “Ronco” López, con buen tino y casi a pedido de la hinchada, pero no se le armó un equipo “para subir”. Se le trajeron futbolistas con buenas condiciones, pero no del tipo de jugadores que marcan la diferencia en la divisional.
Entonces, en ese panorama, lo único que puede salvarnos es el juego en equipo, el funcionamiento colectivo, y en eso mejoramos sustancialmente pero sigue nos faltando mucho. Se ve una intención de cuidar la pelota, de presionar al rival, de jugar por las bandas, de no pegar pelotazos, pero nos falta resolución en los metros finales de la cancha y eso es fundamental para ganar partidos como este, donde el rival se dedica a defender.

Para enfrentar a Miramar los picapiedras salieron al campo con Bernardo Long; César Vargas, Alvaro Marquez, Rodrigo Canossa y Salvador Sassón; Fernando Arismendi, Diego Galo, Joaquín Noy y Matías de los Santos; Maximiliano Brito y Luis Martínez. Marquez por Velásquez (suspendido) y De los Santos por Choca (lesionado) fueron las únicas variantes, respecto a los que jugaron contra Rentistas.
En el primer tiempo, los más activos fueron Arismendi y Martínez. En los primeros minutos, el cedido por Danubio recibió un pase sobre la derecha y remató cruzado, con poca convicción, perdiéndose la pelota afuera. Minutos después se produjo otra buena jugada entre ambos, que terminó con Martínez ganando la posición sobre la línea final y entrando al área, para luego caer derribado ante un aparente agarrón de un defensa cebrita. Dio toda la sensación de ser penal, pero qué se puede esperar de Fernando Cabrera, un juez que tiene un largo historial de penales no sancionados a favor de Rampla.

Arismendi y De los Santos cambiaban permanentemente de banda. Así fue que el primero llegó por izquierda, enganchó al medio y sacó un remate que encontró bien parado a Góngora, el veterano arquero de los monitos.
Nuevamente en la derecha, una buena triangulación de Vargas y Brito dejó a Arismendi picando solo hacia el área, con la mala suerte de adelantar demasiado la pelota y propiciar el cierre del último defensa visitante, cuando Martínez llegaba solito por el medio. Esa incidencia es la clara muestra de lo que decíamos: nos falta ese toque final para culminar las jugadas que generan peligro. Tras el tiro de esquina, Marquez ganó sobre el punto penal y su cabezazo se fue un metro desviado.
Así llegamos al final del Primer Tiempo, con empate 0 a 0 y sin ningún ataque de Miramar para destacar, ya que, como decíamos al principio, los amarretes visitantes apenas llegaron con pelotas paradas.



En el complemento las actitudes de los equipos se consolidaron: Rampla era el que proponía y Miramar el que esperaba. Los picapiedras fieles a su libreto de tocar la pelota, buscar las subidas por las bandas, con un interesante trabajo de Brito pivoteando (aunque a veces reteniendo demasiado tiempo el balón) y Martínez buscando espacios a espaldas de los defensores.
El primer intento fue de Joaquín Noy con un remate de media distancia que se fue desviado. No fue una buena tarde del botija cedido por Wanderers, que había sido figura destacada en los primeros dos partidos de este año. Luego probó Luis Martínez de tiro libre, obligando a una buena respuesta de Góngora.

Ingresó Nicolás Mezquida por César Vargas y ese cambio (mediapunta por defensor) dejaba claro que el “Ronco” López estaba dispuesto a arriesgar para ganar el partido. Mezquida entró bien, picante y dribbleador, además de mostrar una buena ejecución de las pelotas paradas. En una de ellas, cuando todos esperaban el centro, buscó sorprender con un tiro al arco y el balón se fue apenas por encima del palo.
Antes otra vez fue Luis Martínez el que casi marca el tan ansiado gol, con una volea de pierna zurda en las puertas del área que se fue apenas afuera. Martínez, a nuestro criterio, era el jugador más peligroso que tenía Rampla. Sin embargo, el “Ronco” López decidió sacarlo para darle ingreso a Leonardo Medina para los 15 minutos finales.

La última chance de Rampla la tuvo Mezquida, que luego de la salida de Martínez pasó a jugar más adelantado. Le ganó la posición a un zaguero rival, dentro del área, y definió de media vuelta, perdiéndose la pelota apenas afuera. La última incidencia destacada del partido fue una chilena del centrodelantero cebrita Martín Crossa, que propició una buena atajada de Long, en la única intervención exigente que tuvo nuestro arquero en toda la mañana.
Fernando Cabrera pitó el final y los hinchas de Rampla nos quedamos nuevamente mascando bronca. Esa bronca que deriva de la impotencia de no poder ganar partidos que claramente son ganables. De todos modos, no queda otra que seguir trabajando. Todavía falta una rueda entera, y los picapiedras deben luchar por un lugar en los playoff para poder seguir soñando con el ascenso. Después se verá. Está claro que cualquiera le puede ganar a cualquiera en esta divisional, y aún entrando al playoff “por la ventana” uno puede salir ascendido, pero para eso hay que mejorar y mucho, porque el formato de la eliminatoria es a "matar o morir" y no hay margen para el error.

¿Qué pasa con las banderas?

Cada vez que jugaba Rampla, en las buenas y en las malas, nuestro gran orgullo era el colorido y el aliento de nuestra parcialidad. Banderas, globos, papel picado, humo de colores, etc. Hoy la tribuna de Rampla es gris. Apenas dos o tres banderas le aportan color a nuestro alambrado. Está claro que la situación deportiva no está para la “fiesta”, pero por lo menos tenemos que seguir exhibiendo nuestras banderas, mostrando con orgullo nuestros colores. Evidentemente algo pasó y se nota. Se nos dijo que estaban todas en un mismo lugar y que no había dinero para el flete. Entendemos eso como justificativo para las banderas de grandes proporciones, pero con las más pequeñas, si cada uno se hace cargo de llevarla ya está. Desde aquí hacemos un llamado para recuperar nuestra identidad. Quizás alguien lea ésto y se ofrezca para brindar una solución. Desde el Bravo Rampla nos ponemos a la orden para todo tipo de difusión necesaria para tratar de solucionar este tema. Arriba el rojiverde! Arriba Rampla!

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