viernes, 18 de abril de 2014

Ahora no caigo


Cuando la punta del campeonato más estaba en jaque, Rampla Juniors se puso bravo y logró un vital triunfo 1-0 sobre Villa Teresa que le permite asegurar la primera posición de la tabla, independientemente de lo que pase en los otros partidos de la fecha. Muchos esperaron que nos cayéramos y cuando lo hicimos, no lo supieron aprovechar. Ahora no les dimos el gusto y nos levantamos a tiempo. La punta sigue siendo solo nuestra.

Cortar la mala racha era fundamental. Después de perder 3 encuentros seguidos y de haber sumado apenas 4 de los últimos 18 puntos disputados, la victoria era impostergable. No importaba cómo, pero había que ganar. Y si algo tiene este plantel, es que se hace fuerte en las difíciles. Como cuando perdió el invicto ante Canadian y después fue a Rocha y le arrebató la punta al celeste. El tema es no esperar a estar contra las cuerdas para jugar con esa actitud.



Claro que más allá de la entrega, hubo cambios en el equipo que ayudaron. El DT Codevila puso a Bruno Barreto y Jorge Anchén de entrada, y Rampla tuvo más presencia en el mediocampo, el gran déficit que al menos nosotros entendemos tenía el equipo, porque ahí ni teníamos contención ni generábamos juego. Lo de Anchén fue de lo mejor en Rampla, marcando y jugando, y Bruno si bien se nota que le falta rodaje, también fue importante. Cessio, con estos dos “perros de presa” a los costados, se sintió más protegido.

Volver a la línea de 4 en defensa también fue importante. La pareja central de Ale Rodríguez y Gastón de los Santos sacó un montón de pelotas. El “Coto” Vargas y Salvador Sassón, este último volviendo al equipo titular, se nota que están más cómodos como laterales, dedicándose primero a marcar y luego a salir, que haciéndolo como carrileros, donde están obligados a tener un mayor trajinar.

Y arriba está claro que Richard Núñez es mucho más peligroso si juega cerca del arco contrario. Gularte no tuvo ninguna clara pero luchó y obligó toda la tarde, aunque le cobraron un montón de faltas ofensivas. Aspecto a mejorar en el delantero.



Por último, creemos que Nicolás Núñez demostró que tiene que ser la “manija” de este equipo de Rampla. Aguantó un montón de pelotas (quizás algunas más tiempo de la cuenta), pero generalmente les dio buen destino apoyándose en Barreto y Anchén, clarificando la jugada, y metiendo pases para los delanteros, uno de ellos, el del gol del triunfo.



En definitiva, pese a no ser gran cosa, Rampla se mostró más compacto que en otros partidos. No fue un “ballet”, es cierto, pero metió adentro una de las pocas chances que tuvo y estuvo firme a la hora de aguantar el aluvión del rival en busca del empate. Jugó como debe jugar siempre: ordenado y concentrado, sin cometer errores ni regalar una pelota, y facturando cuando la oportunidad se presente. Así se gana en esta divisional, en la que no hay ningún equipo descollante.

El primer tiempo, con la bajada a favor, el picapiedra comenzó siendo protagonista. Antes de los 10’ Richard Núñez ya había rematado tres veces con relativo peligro al arco rival. La primera fue de zurda, quemándole las manos al golero, que la sacó al córner. La segunda con la derecha, perdiéndose desviado el remate, luego de una buena pivoteada de Gularte dentro del área. Y la tercera una mezcla de centro pasado y tiro al arco que otra vez encontró una buena respuesta del guardameta local.



Después de los 15’  Villa Teresa emparejó y comenzó a tener más la pelota. Tuvieron una buena chance con un desborde y cabezazo por el segundo palo que Bernardo pudo resolver con alguna dificultad, pero en general sus avances se diluían cuando llegaban al área nuestra.

Rampla respondió a los 21’ con un buen desborde de Sassón por izquierda, quien metió un centro rastrero que Gularte anticipó, controló y luego remató fuerte y cruzado, aunque con poco ángulo de tiro. La pelota se fue por el segundo palo.

A los 23 minutos se produjo la polémica de la tarde. Richard recibió un buen pase de Barreto, ingresó al área por la izquierda, y cuando enganchó al medio cayó ante la barrida de Canosa que se tiró con las dos piernas. Desde nuestro lugar es imposible saber si lo tocó o no. De todos modos, era un penal muy cobrable, y si hubiera sido al revés, da la sensación que ya nos estaban poniendo la pelota en la pena máxima.




El resto del primer tiempo se hizo más trabado en la mitad de la cancha. Sufrimos con un remate del centrodelantero rival desde la medialuna que se fue desviado, tras una desinteligencia entre Gastón y Alejandro, la única que tuvieron en toda la tarde. El juez Oscar Rojas marcó el final y nos fuimos a las duchas con el 0-0.

El segundo tiempo pintaba complicado para Rampla, más que nada por tener la bajada en contra. Villa Teresa adelantó más sus líneas, buscando un triunfo que los igualara en la cima con nosotros. Y ahí fue que aparecieron los espacios para que los Núñez pudieran poner el 1-0. La claridad de Nicolás para meter un pase profundo perfecto y dejar mano a mano con el arquero a Richard, y la calidad que caracteriza al número 10 para ponerla suave contra el palo.






De ahí en más quedarían 41 minutos más descuentos de sufrimiento. Los picapiedras se atrincheraron en su área y muy pocas veces pudieron salir con la pelota limpia como para generar un contragolpe peligroso, aunque intentaron aguantar la guinda lo más posible.

Lamentablemente Richard sufrió un tirón y debió dejar la cancha a los 18’, ingresando en su lugar Matías Rigoletto. El botija cayó en posición adelantada en reiteradas ocasiones y eso impidió que varias veces pudiera irse solo hacia el arco.



Del lado nuestro, se vio la acostumbrada seguridad de Long bajo los tres palos, y un trabajo a destajo de la pareja central, sacando y sacando pelotas. También fue bueno lo del “Coto” Vargas, que prácticamente clausuró su sector. Más complicada la tenia el “Cone” Sassón del otro lado, ya que le llegaban siempre en superioridad numérica.

Asumiendo el hecho de “poner la bañadera”, Codevila a los 32’  sacó a Gularte y puso a Diego Barboza, que apareció como volante por derecha, pasando a jugar con un 4-4-1-1. Faltaba mucho, quizás el entrenador debió esperar unos minutos más para tomar esa decisión, pero bueno, el equipo ya estaba jugado a aguantar el 1-0. Villa Teresa nos tiró un sinfín de centros, pero salvo dos ocasiones en que sus atacantes le erraron a la pelota, nunca crearon peligro. Era más que nada una “sensación térmica” lo que nos hacía sufrir a todos.

A los 42’ entró Diego Galo por Cessio y en los útimos minutos solo hubo un tiro desde el borde del área de un volante rival que Bernardo controló sin dar rebote y una gran chance para liquidar el pleito que se perdió el pibe Rigoletto. Corrió casi desde la media cancha solito y quiso eludir al arquero en vez de definir. El veterano Coco Rodríguez lo esperó y se quedó con la pelota. Por suerte esta vez no lo necesitamos, pero ojalá la próxima vez el botija aprenda la lección.

Llegó el pitazo final de Óscar Rojas, de mediocre arbitraje, cobrando constantemente faltas en contra de Rampla que, cabe decirlo, nos metieron todavía más contra nuestro arco, y la parcialidad picapiedra que acompañó en buen número explotó de júbilo. Un triunfo impostergable y tranquilizador. Ahora a descansar, ver cómo se dan los otros resultados, y el martes contra Cerrito de nuevo defender la punta con todo. Arriba Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Fotos: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Depto. de Cábalas y Afines: Emilio Fernández (@durosconceptos)

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