viernes, 9 de marzo de 2018

No lo soñé

Suena la alarma. El celular no tengo idea donde está. Lo encuentro, desactivo la alarma, y en esos segundos en que uno recién despierta y no sabe ni cómo se llama siento una alegría, una plenitud, una satisfacción maravillosa. Ahí están, en mi celular, los mensajes de un montón de amigos y una enorme cantidad de notificaciones del Twitter de El bravo Rampla, las pruebas irrefutables y tranquilizadoras que mi resaqueado y engripado cerebro necesitaba: lo de la noche anterior no lo soñé, fue de verdad.

Y con la misma emoción que me provoca (y seguro a ustedes también) ver a la madre de Nico Sánchez pedirle a los jugadores que ganen “por el flaco que está en el cielo”, es que hoy más que nunca era menester usar esta frase emblemática de sus redonditos de ricota para titular la crónica que encabeza las líneas más lindas que me ha tocado escribir hasta ahora. Les dejo el video que hicimos con la invalorable colaboración de varias hinchas de Rampla, previo a esta revancha con los peruanos.



El 4-0 de Rampla sobre UTC fue eso: un sueño hecho realidad. Perfecto de principio a fin. Desde la confianza y la buena onda que se respiraba en el hotel, la impresionante cobertura de los amigos de “Mundo Rampla” que estuvieron allí desde temprano en la tarde, la llegada de la gente al Franzini y la salida de los jugadores a la cancha, hasta el pitazo final y esa especie de vuelta olímpica que los muchachos hicieron para fundirse en un abrazo con cada hincha picapiedra.

Los 90 y pico de minutos fueron un verdadero deleite. Los picapiedras salieron de entrada a llevarse por delante al rival, pero no solo con garra, orden y concentración sino también con sobrados argumentos futbolísticos. Antes del minuto 5 ya habían generado 2 o 3 llegadas de peligro y los peruanos ya le pegaban para cualquier lado. La gente enseguida vio que nuestro once estaba totalmente enchufado, y empujó con su aliento cada pase, cada quite y cada metro avanzado.

Cuando todavía había hinchas de Rampla ingresando al Franzini vino el gol de Julián Lalinde, tras gran pase a la punta de Olivera y centro preciso (en el momento y en el lugar justo) de Cóccaro. La hinchada explotó de alegría y desahogo, porque la bronca de aquella injusta derrota 0-2 en Lima comenzaba a esfumarse.

En los minutos siguientes, cuando el conjunto peruano intentó avanzar (recordamos una corrida por la punta izquierda que terminó con un toque al medio que Mauro Brasil despejó) ya se vio que la defensa de Rampla “no se comía ninguna” (disculpen la terminología). Solidez, concentración y temple para imponerse en cada pelota dividida.

Al ratito llegó la notable conducción de Panzariello, el toque al medio y esa maravilla de Cristian Olivera, que si la hubiera hecho Messi en ESPN la pasarían las 24 horas, para poner el 2-0. Control de balón para sacarse de encima al zaguero y toque sutil para que la guinda (que parecía no entrar más) besara la red. Explotó la tribuna en un grito desaforado, pero ya no tanto de desahogo sino de alegría, porque creo que todos en ese momento sentimos que la clasificación estaba muy cerca.

Sabedores de que la llave estaba igualada pero que un gol de UTC nos volvía a poner cuesta arriba la serie, Rampla bajó un poco la intensidad. Quedaba mucho partido por delante y solo había que hacer un gol para evitar los penales. Este equipo, además de meter y jugar bien, fue inteligente: supo administrar sus energías y manejar los tiempos del partido.

Así nos fuimos al descanso: con el deber cumplido. Ya sin Matías Cóccaro (que salió sentido por un golpe en el hombro) y con Diego Martiñones en cancha, era tal la concentración y la unión del grupo que cualquiera podía entrar por cualquiera y habría plena confianza que iba a estar a la altura de las circunstancias (de hecho, esto se confirmó más adelante).

En el segundo tiempo Rampla volvió a su faceta arrolladora. Con laterales que ya eran casi delanteros y la magnífica conducción de Olivera, Panzariello y el brasileño Igor Paim (gran acierto del cuerpo técnico el hecho de ponerlos a los tres juntos). Lo tuvo Lalinde, mano a mano con el arquero, tras perfecto pase de Gabriel De León, pero la guinda se fue desviada.

Luego otra vez Julián casi marca el 3-0, punteando la guinda hacia el arco tras un tiro de esquina, pero un defensa de UTC la sacó en la línea. Estaba al caer el gol de la clasificación y así fue. Sacamos rápido una falta en el medio del campo, Panzariello metió un centro divino y el brasileño Paim, con su corta estatura, cabeceó en forma notable entre los zagueros peruanos para cruzar la guinda y vencer al arquero Carvallo. LOCURA TOTAL.

Faltaba media hora y el objetivo ya estaba cumplido, pero claro, esto es Rampla y seguro todos nos vimos sufriendo y pidiendo la hora hasta el final. Pero no, en la noche soñada todo iba a ser perfecto. El equipo manejó con gran categoría el trámite del partido. Hizo tiempo cuando hubo que hacerlo, pizarreó (en el buen sentido) cuando la jugada lo ameritaba, y jamás se desordenó.

En el fondo, Soto y Rizzo sacaron todo, y Nico Rocha fue un león, recuperando balones y ganando todas las divididas. Bajo los tres palos un segurísimo Odriozola ni siquiera dio rebote en los pocos tiros complicados que llegaron a su arco. En las bandas De León y Brasil no dejaban pasar a nadie.

Si bien el partido estaba controlado, no había que correr riesgos innecesarios y el cuerpo técnico acertó con los cambios: entró Galli por Olivera y Rigoleto por Lalinde, el primero para ganar marca en el mediocampo (donde Panzariello ya estaba parado como doble cinco junto a Rocha) y el segundo para darle velocidad al ataque, esperando algún contragolpe.

El conjunto peruano, fiel a su idiosincracia, no hizo lo que hubiera hecho cualquier equipo uruguayo: mandar a los grandotes al área rival y jugarse al “ollazo” del milagro. Ellos solo conciben avanzar tocando corto y era lo peor que podían hacer contra unos rojiverdes que eran como perros de caza insaciables. Galli entró notable, recuperando balones a rolete y desplegándose al ataque.

Faltando 10 minutos, la clase de Igor Paim obligó al volante central cajamarquino a cometerle una dura falta y ganarse la segunda amarilla y por ende la tarjeta roja.

La expulsión terminó de desmoronar al conjunto peruano y fue lo que le dio a los picapiedras el empujoncito de confianza necesario para ir decididamente a buscar el gol de la tranquilidad.

Y para que el sueño fuera perfecto lo tenía que hacer el niño mimado. Ese botija que se hizo bien de abajo, que las pasó todas, y que parece que está destinado a inscribir su nombre en los partidos más importantes: Matías Rigoleto.

Esperó solito en el segundo palo, vio como Brasil la bajó de cabeza y con un toque corto marcó el 4-0 que sentenció la llave y aseguró la clasificación de Rampla Juniors a la siguiente fase de Copa Sudamericana.

En este sueño (hecho realidad) ni siquiera íbamos a tener que pedir la hora. Y todavía Martiñones casi mete el 5-0, tras una gran apilada de Galli.

Terminó el partido y se concretó la hazaña: RAMPLA JUNIORS 4 - UNIV. TÉCNICA DE CAJAMARCA 0. La emoción a flor de piel y el pecho inflado de orgullo, los abrazos con la gente que está siempre y con los amigos y familiares que acompañaron en esta instancia especial, el recuerdo de quienes viven en nuestros corazones, y un sinfín de sensaciones que solo siendo hincha de Rampla se pueden sentir.

Solo resta decir GRACIAS. SIMPLEMENTE GRACIAS JUGADORES Y CUERPO TÉCNICO.

Esto es el fruto del trabajo de mucha gente, pero todo hubiera sido en vano si los protagonistas no lograban la hazaña. Quienes siguen estas crónicas saben que siempre confiamos y apoyamos, porque es nuestra esencia y sumar es el fin de este espacio, y tenemos la inmensa fortuna de que estos muchachos nunca defraudan.

Nos regalaron la enorme satisfacción de ver al picapiedra en una copa internacional y luego esta épica clasificación, que puso el nombre de Rampla en los medios deportivos de toda América. Y lo más lindo de todo es que EL SUEÑO SIGUE, y con estos titanes defendiendo nuestros colores todo es posible.

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)

Se dio el gusto de coronar la clasificación con la expulsión del 5 de UTC que allá se aburrió de pegar:
Emilio Fernández (@DurosConceptos)

Tuvo su noche soñada sacando fotos y hasta abrazándose con algún jugador en los festejos:
Adrián Barreto (@adribarreto90)

RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO

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