lunes, 16 de diciembre de 2013

Brindaremos por el querido líder

A Rampla Juniors no le quedó grande el traje de puntero y confirmó esa posición con una agónica victoria 2 – 1 ante Atenas de San Carlos, que luego del empate de Rocha con Huracán le permitió a los rojiverdes ampliar la ventaja en la cima de la tabla. Pase lo que pase en la última fecha, el picapiedra querido terminará el año en la primera posición de la tabla, y recibiremos nuestro centenario como líderes del Campeonato Nacional de Ascenso. Si bien todos sabemos que Rampla Juniors siempre tendría que estar en Primera División, por lo menos vamos a cumplir los 100 años con la ilusión de que volver a la máxima categoría del fútbol uruguayo es posible.

Estando a punto de terminar la primera mitad del torneo y habiendo enfrentado a casi todos los rivales, podemos afirmar que este Rampla es el mejor equipo de la divisional. Ha tenido partidos buenos y malos, pero lo cierto es que ningún equipo demostró ser mejor que el picapiedra. Ninguno lo superó futbolísticamente y solo uno lo derrotó (Canadian), pero en esa ocasión los rojiverdes cayeron sin merecerlo y en inferioridad numérica. Cuando el equipo de Codevila se enchufó y desplegó su potencial, fue claramente el mejor de todos.

Ahora resta cerrar de buena forma el año con un triunfo ante Deportivo Maldonado que nos permita mantener o ampliar la ventaja, para encarar el año próximo con confianza y tranquilidad para trabajar en busca del objetivo. Y será fundamental mantener la conformación de este plantel, ya que todos han demostrado ser pilares en este grupo que nos enorgullece a todos por su entrega y compromiso con la causa.




Para enfrentar a Atenas de San Carlos, Héctor Codevila repitió el equipo que triunfó en Rocha: Bernardo Long, Diego Barboza, Alejandro Rodríguez, Rodrigo Canosa, Salvador Sassón, Diego Galo, Sebastián Cessio, Ignacio de León, Nicolás Núñez, Andrés Márquez y Nicolás Mezquida.

El partido comenzó de la mejor manera para Rampla. Una gran jugada colectiva a los 5 minutos les permitió a los picapiedras ponerse en ventaja. Barboza avanzó por su lateral, se la dio a Márquez que de cabeza puso en carrera a Galo, quien se metió solito al área por derecha. Cuando todos esperábamos que Diego pateara, el morocho tuvo la tranquilidad necesaria para frenarse, esperar, y cederle la guinda a Mezquida, que entrando por el medio sacó un fuerte remate que se metió en el ángulo del segundo palo. Un golazo.





A partir de ahí, el rojiverde se quedó. Le cedió la cancha a Atenas, que abriendo las bandas y llegando con mucha gente nos arrinconó contra el arco de Long, que como es habitual respondió con absoluta seguridad, si bien ninguna chance de los visitantes fue clara. Recién a los 40´ Rampla pudo liquidarlo con una buena contra entre Mezquida y Márquez, que terminó con un remate del “pájaro” que casi se mete contra el palo, obligando una buena intervención del arquero rival.

Para la segunda parte, estaba claro que para poner a resguardo el resultado Rampla necesitaba otro gol, porque Atenas iba con mucha gente a buscar el empate, nos complicaba llegando por los costados y quedaba bastante expuesto para el contragolpe rojiverde. Casi lo liquidamos a los 13´, con un centro de Barboza que Márquez bajó sobre el segundo palo, luego la cedió atrás a Mezquida, que no fue egoísta y se la sirvió a Núñez que entraba solito por el medio. Niki sacó un furibundo remate que el arquero sacó al córner.

De lado nuestro seguíamos sufriendo, porque los visitantes nos tenían acorralados y si bien la pareja central y fundamentalmente Long estuvieron impecables, era demasiado riesgoso dejar que los carolinos llegaran con pelota dominada hasta tan cerca de nuestro arco. Muestra clara de ello fue a los 22´,  cuando Galo por error cabeceó contra la propia meta y la guinda besó el travesaño. Como sucede desde que el fútbol es fútbol: todos sabemos que un gol no es diferencia.

Tuvimos para liquidarlo otra vez a los 29´, gracias a una avivada de Mezquida, que intuyó que un zaguero rival se la iba a pasar a su golero con la cabeza, interceptó la pelota y la tocó rápidamente por encima del guardameta, perdiéndose la guinda apenas por arriba del palo. Después Codevila intentó refrescar el equipo, dando ingreso a Anchén y Dzeruvs por Núñez y Mezquida, pero el trámite no cambió.

Y cuando todo pintaba para que termináramos sufriendo y pidiendo la hora, como se podría decir estamos acostumbrados los parciales rojiverdes, llegó el empate de Atenas. Iban 40 minutos cuando vino un centro desde la punta de Sassón y un delantero cabeceó totalmente desmarcado, colocando la guinda contra un palo y dejando sin asunto a Long. Rampla pagaba el precio de haberse tirado demasiado atrás y no haber estado fino en la definición para meter otro gol.

Ante ese panorama, los últimos minutos se volvieron muy emocionantes y la victoria podía ser para cualquiera. Entonados por la igualdad, los de Maldonado siguieron yendo al frente y casi lo dan vuelta tras una pelota que vino de izquierda a derecha y encontró a un futbolista carolino entrando solo por el segundo palo, que le pegó fuerte y al medio pero Long otra vez desactivó el peligro. Y en la recarga llegaría la jugada que derivaría en el córner donde Rampla convertiría el tanto de la victoria.

Paul Dzeruvs se fue solo contra el mundo y ante un par de rivales que lo acechaban se hizo un espacio para rematar de zurda, obligando al arquero a sacarla por arriba del palo. En ese córner vino el centro que Ale Rodríguez peinó en el primer poste y dejó solo a Márquez, con la mala suerte para el “pájaro” que la pelota le quedó algo atrás y no le pudo pegar bien. Sin embargo, para sorpresa de todos, la guinda tomó vuelo y con un efecto extraño confundió al arquero de Atenas, que cuando quiso reaccionar ya la vio en el fondo de la red.



Un gol rarísimo, pero sumamente festejado por jugadores, cuerpo técnico y parcialidad. Todos explotamos en un desahogo merecido, más allá de lo mostrado en este partido en particular, por la soberbia campaña que están realizando nuestros jugadores. Ellos, más que nadie, se merecían mantener la punta del campeonato.

Grandes grupos consiguen grandes cosas. Cuando la interna está "podrida", en la cancha las pelotas que deberían entrar no entran, y al revés, cuando puertas adentro el grupo está fuerte y unido, esa convicción muchas veces logra torcer el destino de un partido. Es lo que tiene este Rampla. Siempre intenta jugar bien, de la mano de un cuerpo técnico que pregona eso, pero cuando no se puede o el buen juego no alcanza, aparece esa entrega "extra" que hay que tener cuando se lleva la camiseta de Rampla puesta.


Ojalá para el año que viene se pueda mantener este plantel. Sabemos que a más de uno lo vendrán a buscar y que como profesionales que son tienen todo su derecho a querer progresar, pero esperemos que se aguanten unos meses más y puedan concretar esta gran campaña, dejando a nuestro querido Rampla en Primera División. Si eso ocurre, entrarán en la historia de nuestro prestigioso club, lo cual no es poco, porque la gloria no se puede comprar. Arriba el bravo Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Fotos: Adrián Barreto (@adribarreto90)

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