martes, 28 de noviembre de 2017

Por un clásico en paz

Nobleza para ganar y frente altiva por saber perder”

El martes 3 de junio de 1969, a iniciativa de los jugadores Luis Ubiña, Juan Martín Mugica y Juan Carlos Paz, Rampla Juniors y Cerro se unieron para jugar en el Parque “Federico Saroldi” un partido amistoso, cuya recaudación fue destinada a los obreros de la Industria Frigorífica, quienes desde hacía varias semanas estaban en conflicto y habían iniciado una huelga general en defensa de sus conquistas económicas y sociales.



En esa ocasión, dos combinados con jugadores albicelestes y rojiverdes, se enfrentaron a dos formaciones de la selección uruguaya que el domingo siguiente, en encuentro amistoso, jugaría contra Inglaterra –Campeón del Mundo– en el Estadio Centenario.

En el preliminar el combinado de la Villa del Cerro estuvo integrado por la defensa de Cerro y el ataque de Rampla. El partido finalizó empatado 2 a 2, con goles a los 8’ de Luis Cossú (RJ), 37’ Ruben Bareño (U), 46’ Waldemar Cáceres (U) y 75’ A. Romero (C). El juez fue Oclides Leitón, secundado por R. Guerrero y J. Rossi.

Combinado de la Villa del Cerro:
Ever Almeida (C), W. Barone (C), M. Suárez (C), Burgos (C), Manuel Sierra (C) y Luis A. Gómez Lugo (C); Roberto Alvarez (RJ), Luis Cossú (RJ), Oscar Tomás López (RJ), Julio César Curbelo (RJ) y Heber Silveira (RJ). Cambio: A. Romero (C) por Luis A. Gómez Lugo (C).


Selección de Uruguay:
Luis Dogliotti (Nacional), Baudilio Jauregui (Defensor), Juan Carlos Paz (Rampla Juniors), Pablo Forlán (Peñarol), Dagoberto Fontes (Defensor) y Alberto Martínez (Rampla Juniors); R. Martínez (Cerro), R. Pérez (Bella Vista), Waldemar Cáceres (Rampla Juniors), Ruben Techera (Nacional) y Ruben Bareño (Cerro).


La solidaridad con los trabajadores en
huelga venció al tiempo inestable y al
terreno de juego en mal estado por las
intensas lluvias. En un fangal, Nicolás
Mastoros y Héctor «Lito» Silva disputan
el balón, ante la mirada expectante de
Antranik Cherlián y, más alejado, Juan
Ángel Betteato. De espaldas, con el número 5, Ramón Mármol.














En el partido de fondo el combinado de la Villa estuvo conformado por la defensa de Rampla y el avance de Cerro. La Selección de Uruguay ganó 3 a 1 y el encuentro fue dirigido por Armando Peña Rocha y los líneas A. Pakutka y H. P. Rodríguez. Los goles seleccionados fueron convertidos por Pedro V. Rocha a los 9’, Julio César Morales a los 59’ y Héctor Silva a los 72’ minutos. Por el combinado de la Villa convirtió a los 66’ Antonio Davezac (RJ).



Pedro Virgilio Rocha convierte el primer gol para la selección de Uruguay, pese a la marca de Juan Ángel Betteato. Más lejos, observan la acción, Julio Montero Castillo y Julio César Cortés, ante una tribuna colmada de público.









Selección de Uruguay:
Roberto Sosa (River Plate), Atilio Ancheta (Nacional), Roberto Matosas (Peñarol), Luis Ubiña (Nacional), Julio Montero Castillo (Nacional) y Juan Martín Mugica (Nacional); Luis Alberto Cubilla (Nacional), Pedro V. Rocha (Peñarol), Héctor Silva (Peñarol), Julio César Cortés (Cerro) y Julio César Morales (Nacional).

Combinado de la Villa del Cerro:
Luis Acosta (RJ), Juan Angel. Betteato (RJ), Antranik Cherlián (RJ), Ramón Mármol (RJ), Eduardo Rivera (RJ) y Nicolás Mastoros (RJ); J. J. Mattera (C), R. Tessa (C), Luis Del Río (C), Antonio Davezac (RJ) y N. Salaverry (C). Cambio: O. Mendieta (RJ) por Eduardo Rivera (RJ).

Con este espectáculo de apoyo a los trabajadores de los frigoríficos en huelga, el pueblo uruguayo demostró que el espíritu fraternal y solidario siempre deberá prevalecer sobre la rivalidad surgida en el plano deportivo. Eso lo demostraron con grandeza los profesionales celestes, albicelestes y rojiverdes. Un ejemplo a seguir.



1999. Clásico Nocturno. Lo ganó Rampla 4 a 2 con tres goles de Oscar Vallejo y uno de Javier Casanova. De izquierda a derecha: Jorge Seré, Enzo Azambuja, Marcelo Segales, Edgar Martínez, Flavio Piñero, Carlos Macchi y Walter Cawen; agachados: Oscar Vallejo, Pablo Kryzanowski, Javier Casanova y Fernando Rosa. DT: Miguel Del Río.


UNA RICA HISTORIA

Esta singular historia se inició hace noventa años. El primer clásico se jugó el 24 de abril de 1927 en el “Parque Santa Rosa”, reducto de Cerro como local. Venció Rampla 2 a 0, con goles de Antonio Rígoli y Conrado Bidegain. El más reciente, tuvo lugar el domingo 14 de mayo de 2017 en el Estadio “Luis Tróccoli” y finalizó con victoria de Rampla 2 a 1. El “Mago” Cristian Olivera y Matías Rigoleto, convirtieron los goles “picapiedras”; Maureen Franco descontó para los albicelestes.

Radicadas en la Villa del Cerro están dos de las instituciones de mayor tradición en el fútbol uruguayo: Rampla Juniors y Cerro. Los rojiverdes surgidos el 7 de enero de 1914 y los albicelestes el 1º de diciembre de 1922. La presencia de los futbolistas de las dos enseñas clásicas en las más importantes hazañas de la gloriosa celeste de la selección uruguaya, demuestra la trascendencia histórica de ambas instituciones que, con sus trayectorias dentro y fuera de fronteras, jerarquizan el valioso itinerario del fútbol uruguayo.

Sus enfrentamientos representan uno de los principales atractivos en el marco de la competencia del deporte más popular en Uruguay. Desde sus inicios, los clásicos protagonizados por albicelestes y rojiverdes continúan siendo los de mayor convocatoria, superada únicamente por el superclásico de Nacional y Peñarol, instituciones que cuentan con una adhesión abrumadoramente mayoritaria entre la población.

El clásico del próximo domingo en el Estadio Olímpico, es el encuentro más esperado por ambas parcialidades. Donde los jugadores entregan lo mejor de sí. Con fervor, con lealtad y con vehemencia. A veces, sin embargo, se sacan chispas en el cruce de caminos. En la cancha y en las tribunas, la pasión y el sentimiento fungen en risas, cantos, desazón y lágrimas. En el alma y en el corazón de los hinchas, en las familias que conviven diariamente en la populosa barriada y quienes las integran, muchas veces, son socios y simpatizantes de uno u otro equipo.

Villa del Cerro. Pueblo de inmigrantes, de gente humilde y trabajadores de overol. Desde la década del veinte del siglo pasado, dos instituciones renuevan con pasión un clásico multicolor. Único e intransferible. Contra la bahía y ganando la cuesta.

¡Tiene que ser una fiesta multicolor!
Adentro y afuera del campo de juego.

Miguel Aguirre Bayley

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