viernes, 8 de diciembre de 2017

Despertar al gigante (V)

Las finales que quedan por jugar

Tal vez todo haya empezado con la colecta que nos permitió evitar el abismo hace tan poco tiempo. Lo cierto es que hemos vivido dos años inolvidables. De modo que lo primero es decir gracias a todos, los jugadores que pusieron lo que hace a Rampla único, lo que nos saca de todos los pronósticos. Al cuerpo técnico que permitió que aflorara esa fibra que va de lo más profundo de la historia a lo que muestran los pibes del club, desde el zapatazo de Rigoleto en el clásico o las corridas electrizantes de Cándido. 

Gracias a los dirigentes, a los que ayudan, a los que pasaron de hinchas a utileros, a los que pusieron horas de esfuerzo para que nuestra cancha esté cada vez más linda y pueda recibir a los rivales más encumbrados. Gracias a nuestra gran presidenta, que continúe así. Gracias al gran Ronco, gestor de hazañas, como técnico o gerente, por muchos años en la institución.

Hicimos historia por clasificar a la Sudamericana por segunda vez, pero en estos tiempos mucho más relevante que en la vez anterior que pocos vimos.

Hicimos historia por ser el primer club con una presidente mujer, y seremos el primer equipo en una Sudamericana en esa condición. Ganamos en el estadio rival, mostramos que nuestra hinchada es tan fervorosa como educada, sufrimos atentados a nuestra sede, a nuestro técnico, fue herido un funcionario del club y fuimos tan firmes como diferentes a quienes nos atacaron.

En suma, no solo fue un gran año para nosotros, sino que fuimos ejemplo para todo el fútbol uruguayo. Hay que seguir, debemos sostener y potenciar lo que hemos logrado.

No quiero cerrar el año sin recordar a los juveniles del club y sus entrenadores, nuestro futuro. Que no quede fuera de las metas del 2018 que los juveniles tengan lo necesario para jugar en la serie de arriba. Van varios años que estamos cerca de lograrlo, hay mucha gente que pone mucho esfuerzo, solo falta un empujón más, vamos por ello que es lo que nos garantizará en el largo plazo que lo que estamos viviendo persista, se consolide y nos lleve a cumbres aún mayores.

Y esas son finales que quedan por jugar, en estos días, contra Boston River. Sería un cierre de año maravilloso, hay que estar en esas finales y en lo posible todos los días apoyando a gente de quienes no sabemos del todo sus nombres y no sabemos los silenciosos sacrificios que hacen por el futuro del club. Quedan finales por jugar, quedan ascensos por lograr. 

Los mejores deseos para este 2018 copero que nos espera y que celebremos con los gurises el ascenso de los juveniles.

Por Cincoacuatro
Columnista invitado

DETALLE DE LOS PARTIDOS POR EL ASCENSO EN JUVENILES

 

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