martes, 2 de mayo de 2017

Más vivos que nunca

Pita el árbitro Ostojich y termina el partido: Nacional 1 – Rampla Juniors 0. Aunque el encuentro estaba virtualmente culminado un par de minutos antes, cuando los tricolores convirtieron el tanto que les daría la victoria. El gran candidato, el que lidera el campeonato local y su zona en la Copa Libertadores, el que tiene el mejor plantel del medio, tuvo que esforzarse 91 minutos para poder doblegar el humilde picapiedra.

“Morimos de pie” dijo el “Ronco” después del partido. Y si bien entendemos el concepto, nos vamos a permitir marcar una diferencia: Rampla no murió, está más vivo que nunca. Jugando así, con esa entrega inclaudicable, plantándose con valentía contra los poderosos, este equipo picapiedra nos va a seguir dando motivos de orgullo.

Por supuesto que siempre hay cosas para corregir, como errores que se repiten en los minutos finales de los partidos, pero como también dijo nuestro entrenador “lo único innegociable es la entrega”. Estos futbolistas lo entienden, lo viven así, y eso es algo que los hinchas de Rampla siempre vamos a valorar, aunque los resultados a veces no acompañen.

Para enfrentar a Nacional, el cuerpo técnico picapiedra tenía las ausencias de Gabriel De León (lesionado) y Nicolás Prieto (que por una cláusula en su contrato no podía jugar contra el equipo que lo cedió a Rampla). Los reemplazantes elegidos fueron Mauricio Felipe y Jhony Galli. El resto de la oncena fue la misma que habia comenzado jugando en la agónica victoria 4-3 ante Wanderers.



(Foto: D.Battiste - www.referi.uy)

El primer tiempo fue intenso para quienes estábamos en el Centenario, pero seguramente letárgico para quienes lo observaron por televisión, fundamentalmente si no eran hinchas de ninguno de los dos equipos. Claro, para Rampla ese trámite era negocio. Los picapiedras fueron implacables en defensa, y Nacional apenas pudo llevar riesgo al arco de Odriozola mediante remates de falta directa. Una sola fue al arco y Rodrigo la resolvió bien.

El gran trabajo defensivo del equipo comenzaba con la presión que ejercían nuestros volantes en la mitad de la cancha, forzando a los rivales a tomar malas decisiones o evitando que llegaran con facilidad a la última línea picapiedra, donde nuestros defensores también realizaban una buena tarea.

El debe sin dudas estuvo en la faceta ofensiva. Rampla no generó ni una sola incidencia de peligro sobre el arco tricolor. Polenta y Rafa García no le dieron respiro a Rigoleto y González, los puntas rojiverdes. Lo mejor estuvo por la banda izquierda, cuando se juntaron Cándido (el más claro con la pelota en los pies) y Adrián Leites. En un par de ocasiones llegamos con pelota dominada a las inmediaciones del área pero no tuvimos claridad para culminar las jugadas.

Una de ellas fue temprano en el partido, a los 6 minutos, cuando Galli robó un balón en el medio de la cancha y comandó el contragolpe, pero dudó entre dársela a Matías o a Santiago, o incluso patear al arco, y al final terminó siendo trabado por un futbolista tricolor. Un débil remate de Nico Rocha de media distancia, a las manos de Conde, fue la única vez que un futbolista de Rampla pateó al arco.

En el segundo tiempo todo cambió, aunque los picapiedras salieron sin variantes a disputarlo. Los primeros 15 minutos fueron todos de Rampla, ante un Nacional que se vio sorprendido por la avanzada picapiedra. Ya al minuto pisamos el área con pretensiones. Galli quitó y salió jugando rápido para González. Santiago corrió, se perfiló, entró al área y su remate rebotó en Rafa García. Al inicio de la jugada eran 2 contra 1, porque Rigoleto entraba solo del otro lado, pero González optó por la maniobra individual.

Pocos minutos después se juntarían los dos puntas. Entrando por el medio, Santiago se la dio a Matías, este se la devolvió y otra vez el disparo de González, ya dentro del área, rebotó en un futbolista rival (en este caso, Otálvaro). Y a los 12’ se produciría la más clara de todas, luego de una buena salida de Galli (que fue de menos a más y terminó siendo de los mejores en Rampla). Jhony la abrió a la derecha para Panzariello, y este le puso el balón al vacío a Santiago González, que picó perfectamente habilitado. Lamentablemente, solo, mano a mano con Conde, Santiago le pegó muy mal y la guinda se fue por arriba del palo. Esa fue LA CHANCE, y no la metimos.



(Foto: D.Battiste - www.referi.uy)

A partir de ahí Nacional reacciona, sale del asedio de Rampla, y comienza a inquietar seriamente a Odriozola, que antes solo había tenido que atajar un par de débiles cabezazos. La primera clara la tienen a los 25’ minutos, cuando a partir de un ataque nuestro salen rápido de contragolpe y dejan mano a mano a Silveira con nuestro arquero. Cándido lo corrió, hizo lo posible por desestabilizarlo (no podía tocarlo porque era penal y roja, ya que aparte Camilo tenía amarilla), y el remate del ariete tricolor impactó contra la humanidad de Odriozola, que salió muy bien a achicar el ángulo de tiro.

Apenas tres minutos después nos salvamos de milagro. Viudez recibió solo por la derecha, metió el centro atrás y Liguera (que ya estaba en cancha) metió un cabezazo cruzado que pegó en el palo y salió. Fue un anuncio de lo que se venía. Nacional abría la cancha y llegaba con mucha gente por el medio. Rampla no encontraba la pelota y el cansancio ya se había empezado a notar.

A los 28’ el “Ronco” puso a Cristian Olivera por Adrián Leites, seguramente con la intención de que el “mago” pudiera retener un poco la pelota y bajarle revoluciones al juego. El tema es que para aguantar la guinda primero había que agarrarla, y en ese momento nos estaba costando muchísimo, en gran medida por la diferencia de despliegue físico y atlético: los de Nacional corrían como si recién hubiera comenzado el juego.

Prueba de ello fue que Panzariello debió salir, exhausto y acalambrado, dejando su lugar a Santiago Correa, quien se ubicó como volante por derecha. Mientras tanto los tricolores seguían buscando el gol por todos lados, fundamentalmente mediante desbordes y centros. Faltando 9 minutos el “Ronco” puso a Damián Cabrera, para refrescar la ofensiva, saliendo Matías Rigoleto. Y un minuto después Lasarte hizo su último cambio y como dice el dicho “quemó las naves”: puso un delantero (Sebastián Fernández) y sacó al lateral derecho (Otálvaro).



(Foto: D.Battiste - www.referi.uy)

En los últimos 8 minutos más los descuentos, Nacional jugaría con 5 atacantes (Silveira, Lozano, Ramírez, Seba Fernández y Liguera, que si bien es volante estaba ubicado siempre al borde del área). Esto sin contar a los volantes que llegaban al área nuestra. Por su parte Rampla mantendría el 4-4-2 del inicio del partido. En cierto modo, el técnico picapiedra quiso dejar abierta la posibilidad de ganar el partido, aunque en ese momento lo más lógico era que si un equipo ganaba ese fuera el tricolor.

Y los bolsos tiraron tantos centros, tanta gente acumularon en nuestra área, que en los descuentos tuvieron su premio. Teníamos la guinda controlada, en un lateral, pero la jugamos mal y la perdimos. En la contra nos tomaron mal parados y García pudo apagar el incendio, sacando la pelota al córner. Un detalle: en esa incidencia hasta Polenta pisaba el área nuestra, muestra de que ellos tiraron todo el equipo arriba. En ese tiro de esquina ganó Arismendi, uno de los tantos futbolistas de gran estatura de los tricolores, y apoyándose en Nico Rocha puso un golpe de cabeza que venció a Odriozola.

Hay un offside muy fino en la jugada que origina el córner, donde Sebastián Fernández pica por detrás del “gallego” García, quien termina restando la pelota. Y luego, a nuestro entender, hay una falta de Arismendi sobre Rocha. Pero claro, es imposible que un grande le anulen un gol así, menos en los descuentos, menos si es el gol de la victoria, y mucho menos si puede ser el gol que defina el campeonato.

Tanto Peñarol y Nacional juegan con esa ventaja, son conscientes de ella y lo aprovechan. Es parte del injusto y tendencioso fútbol uruguayo que tenemos, donde si un árbitro se equivoca y perjudica a un grande no lo dirige más (perdiéndose al menos la mitad de los partidos importantes de la temporada), mientras que cuando los referí cometen un error contra un equipo menor a las pocas semanas están dirigiendo de nuevo, como pasó con el juez y los líneas de nuestro partido con Peñarol.

Ahora enfrentaremos a Fénix, un rival directo en la lucha por la permanencia, el sábado en el Estadio Olímpico. Y una semana después llegará el partido más esperado: el clásico de la Villa, contra el equipo bancado por la empresa dueña del fútbol uruguayo. Con nuestros muchachos jugando así, les tenemos mucha fe para ambas batallas. Como siempre, contra todo y contra todos, ¡ARRIBA RAMPLA!

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Sus gritos espantaron rivales y mosquitos: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
De noche no lo movés de su casa: Adrián Barreto (@adribarreto90)

RESUMEN DEL PARTIDO

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