domingo, 29 de junio de 2014

No se vio nada

En la primera final por el tercer ascenso a Primera División, Rampla Juniors y Villa Teresa empataron 0 a 0. El partido comenzó con 1 hora de retraso debido a la intensa niebla que impedía ver correctamente el campo de juego. Cuando este fenómeno climático se disipó, lo que no se vio fue buen fútbol. El resultado terminó siendo lo más justo por la inoperancia ofensiva que mostraron ambos equipos.

Sin Sebastián Gularte, que venía haciendo 1 gol o más por partido, sin Gonzalo Vargas durante la mayor parte del cotejo y con Richard Núñez sin estar al 100% por el golpe recibido en el encuentro anterior ante Plaza, fue muy difícil para Rampla desplegar el poderío ofensivo mostrado hasta el momento en el playoff. Recordemos que los picapiedras venían anotando 3 goles por partido.

El equipo también extrañó a Jorge Anchén, que venía siendo pilar fundamental en la mitad de la cancha. Tras el lamentable fallecimiento de su padre a comienzos de la semana, Anchén sufrió un tirón muscular en la última práctica y quedó al margen para esta primera final. Se duda que pueda llegar para la segunda.

Los dirigidos por Marcelo Saralegui salieron al campo con Bernardo Long en el arco; Fabián Vargas, Pablo Pereira, Danny Tejera y Emanuel Cuello en defensa; Diego Galo, Bruno Barreto, Ignacio Deleón y Richard Núñez en el mediocampo; Paul Dzeruvs y Gonzalo Vargas en ofensiva.



Los primeros minutos del partido mostraron a un Villa Teresa más ambicioso y a un equipo rojiverde muy nervioso, cometiendo errores en todas sus líneas. Nos llegaban mucho por la derecha de nuestra defensa y afortunadamente el trabajo de la zaga central, sumado a la mala puntería de los delanteros rivales, evitaron que Rampla cayera en desventaja.

De esa forma se dio a los 8’ una incidencia polémica. Un jugador albirrojo se escapó por la punta luego de un mal cierre del “Coto”, metió la guinda al medio y Danny Tejera apareció justo para trancar a un delantero rival que entraba totalmente solo. No se vio bien si Danny tocó pelota o jugador (o ambas cosas), lo cierto es que el juez Pablo Giménez estaba cerca y no sancionó penal.

Las aproximaciones de Rampla hacia el arco rival se dieron más que nada en jugadas de pelota parada, cuando se generaba un córner o una falta que permitiera a nuestros zagueros ir a buscar el cabezazo. Justamente una de esas incidencias propició un contragolpe de Villa Teresa que se transformó en la única chance clara del primer tiempo (y a la larga del partido).

Iban 31 minutos cuando ellos despejaron desde su área y Diego Galo, que estaba haciendo el relevo, le pegó sin querer hacia atrás. La pelota le quedó a un delantero albirrojo que se iba solo hacia al arco, pero Bernardo Long salió rápidamente desde su arco y se jugó la vida, tirándose a los pies y quedándose con la guinda. Ésta derivó en otro jugador rival, que le pegó desde lejos aprovechando que estaba el arco libre, pero Long, otra vez vistiéndose de héroe, se tiró con todo el cuerpo y logró interrumpir la trayectoria de la pelota sin tocarla con la mano. Soberbio.



Esa incidencia fue un gran llamado de atención, puesto que a partir de ese momento Rampla se tranquilizó, se concentró más, y no volvió a cometer ningún error de esa magnitud. A los 38’ salió sentido Gonzalo Vargas, que estaba siendo el más claro del ataque rojiverde, ingresando en su lugar Matías Rigoletto. Así llegamos al final del Primer Tiempo con un 0-0 en el cual, si alguno mereció irse en ventaja, no éramos justamente nosotros.

La parte complementaria tuvo otra imagen. Ahora sí, Rampla asumió el protagonismo del juego, manejando mejor el balón, aunque careciendo de profundidad ante la indisimulable ausencia de Gularte, que además de sus goles le genera muchísimos problemas a los defensas rivales. De todos modos, ya el hecho de tener la pelota y llevar el partido al campo contrario fue un alivio para nuestra línea final, que de todos modos, cuando fue exigida, se mostró mucho más firme que en la primera mitad.

Tuvimos una chance a los 13’, tras un córner donde la pelota quedó suelta en el área y Paul remató cruzado, perdiéndose la guinda afuera. Y la mejor oportunidad que tuvimos fue a los 15’, un centro de Deleón donde el arquero de Villa Teresa salió mal y Galo cabeceó como pudo, yéndose el balón afuera. Si iba al arco, era gol.



El resto del complemento mostró a Rampla teniendo la pelota y a nuestro rival esperando sacar algún contragolpe. Pudimos notar que ellos sufrieron bastante más en el aspecto físico y esto puede ser muy importante para inclinar la balanza a nuestro favor en la recta final del próximo partido y ni que hablar si llegamos a jugar un alargue.

Sobre los 24’ Saralegui puso a Diego Barboza por Richard Núñez. Diego se ubicó como volante por derecha, pasando Galo a la izquierda y Deleón de enganche, el rol que parece sentarle mejor al mediocampista de origen argentino. De todos modos, Nacho estaba muy cansado y a los 35’ dejó su lugar a Nicolás Núñez, muy pedido por la hinchada pero que no entró bien, denotando la falta de fútbol luego de la lesión sufrida en el primer partido del playoff contra Rocha.

Llegó el pitazo final del juez Pablo Giménez y se consumó una igualdad que dio la sensación de ser bien recibida por ambos equipos. Ahora todo se definirá el próximo sábado, a la misma hora y en el mismo lugar. Habrá que ver si luego del insuceso de la niebla no se fija una hora más tarde. Sería lo más coherente, pero sabemos que la coherencia no abunda en el fútbol uruguayo.

Por lo visto en esta primera final, da la sensación que Rampla con la vuelta de Gularte y manteniendo el orden defensivo mostrado en el segundo tiempo, debería superar a su rival. También parece mejor preparado físicamente. Esos son argumentos racionales y objetivos para creer. Y también que por historia, es Rampla quien debería imponerse, pero esto es fútbol y todo puede pasar. Ahora no hay margen de error. Esperemos que se haga justicia con lo que nuestro glorioso club merece: volver a Primera División. Tenemos con qué hacerlo. Arriba Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Fotos: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Opera desde las sombras: Emilio Fernández (@durosconceptos)

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