sábado, 12 de octubre de 2013

Pinta bien

Rampla Juniors comenzó con un triunfo el Campeonato Uruguayo de la Segunda División Profesional, y aparte de que empezar ganando es fundamental para tomar confianza, el equipo mostró varias características que dan para ilusionarse.
Si, es cierto, falta muchísimo y recién se jugó apenas un partido, pero ya pudimos ver un picapiedra metedor, luchador, con personalidad y concentrado en todos los sectores de la cancha. Esas cosas que si o si tiene que tener un equipo de Rampla. Eso que es propio de la “mística” del viejo rojiverde.

Además, vimos a un conjunto veloz en defensa, movedizo en ataque y criterioso en el mediocampo, aunque con imprecisiones, también condicionadas por el irregular campo de juego y el intenso viento reinante en el Olímpico. Todo esto sumado a la seguridad y confianza que transmite Bernardo Long desde el arco, que ya vimos mantiene el excelente nivel del año pasado. Y lo que falta, que es profundidad en ataque, bien puede lograrse con las variantes que el plantel tiene en ofensiva, especialmente cuando el “gato” Nicolás Mezquida esté a la orden.
Un gol de Rodrigo Canosa fue la diferencia en un partido parejo, donde Central quizás llegó más veces al arco pero Rampla tuvo las chances de gol más claras, entre ellas un penal malogrado en el primer tiempo. Así es la vieja “B”. No hay equipos descollantes, reina la paridad, y dentro de esa paridad hay que aprovechar las oportunidades para sacar la diferencia a favor y luego cuidarla sin cometer errores. Eso hizo Rampla y eso es lo que hay que hacer con regularidad para subir a Primera.


El equipo dirigido por Héctor Codevila, Fernando Barboza y Modesto Turrén salió a la cancha con Bernardo Long en el arco; Fabián Vargas, Pablo Pereira, Rodrigo Canosa y Salvador Sassón en defensa; un rombo en el mediocampo con Julio Gutiérrez por derecha, Sebastián Cessio en el centro, Ignacio De León en la izquierda y Nicolás Nuñez más adelantado; Andrés Márquez y Luis Martínez en ofensiva.

Tras el susto padecido a los 2 minutos de juego, cuando tras una serie de rebotes en nuestra área el remate cruzado de un futbolista palermitano se fue apenas afuera, el trámite del partido fue entrecortado, muy luchado en la mitad de la cancha y lejos de los arcos.

Así fue hasta el minuto 16, cuando Cessio trancó fuerte en el medio sector, Niki Nuñez habilitó rápidamente a Luis Martínez y el delantero ex Danubio que parecía perder la posición, logró escabullirse hacia al área y fue claramente derribado por un zaguero rival, cuando quedaba mano a mano con el arquero. Ubríaco pitó penal y Rampla tenía la chance de empezar de la mejor manera el campeonato.

Niki Núñez, el jovencito llegado de Plaza Colonia, fue el encargado de ejecutar la pena máxima, ya que como luego veríamos es el dueño de casi todas las pelotas quietas en el equipo. En esta ocasión, su remate fue a media altura contra la izquierda, y el arquero pudo taparlo. Quizás los penales debería patearlos alguien con más experiencia, que en el plantel hay varios y con buena pegada.

En la tribuna nos quedamos masticando la bronca de que siempre tenemos que remarla más de la cuenta, de que nunca las cosas pueden salirnos bien de una. En la cancha, Rampla sintió el impacto anímico y Central se adueñó del trámite. Enseguida del penal desperdiciado, los palermitanos casi marcan la apertura. Tras un centro pasado, Pablo Pereira cabeceó por error hacia el medio, un rival desvió la pelota hacia el arco y Long pudo manotearla con su mano, pese a que venía totalmente a contrapié. La soberbia salvada de nuestro arquero fue complementada por una rápida reacción de Pereira, que despejó el balón que había quedado “boyando” en la línea.

Bernardo volvió a aparecer a los 28’, sacando un tiro de media distancia que iba al ángulo del arco del astillero. De ahí en más Rampla volvió a recuperar su juego, en base a fuerza en la marca y buenas intenciones para manejar la pelota. Sobre los 32’ Julio Gutiérrez le puso un perfecto centro al “pájaro” Márquez, quien no pudo mover su cabeza correctamente para cabecear hacia el arco. Y a los 35’ apareció Canosa “disfrazándose” de delantero, ensayando una notable chilena tras un córner que el arquero sacó por arriba del palo.

Así nos fuimos al descanso. Fue un primer tiempo parejo, muy luchado en la mitad de la cancha, con imprecisiones de ambos lados al momento de generar juego, y con un par de chances claras para cada uno, aunque la más propicia fue obviamente el penal que Rampla no pudo transformar en gol.

La etapa complementaria parecía presentar el mismo trámite, hasta que los picapiedras convertirían el gol que sería definitorio. Corrían 7 minutos cuando “Nacho” De León ganó un córner, de esos que son pelotas casi perdidas contra la raya y la picardía del delantero le permite hacerle rebotar la guinda al rival. El propio Ignacio lo ejecutó de forma notable y el “flaco” Canosa atropelló la pelota tras zafar de su marcador, y la guinda se metió abajo contra el palo. Un gol muy festejado por la parcialidad y por jugadores y cuerpo técnico en el campo, demostrando la unidad y el compromiso que hay para con estos colores.

Era claro que de ahí en más la visita se iba a venir contra el arco de Long, sin embargo, Codevila no tiró el equipo atrás, no hizo cambios defensivos. A los 12’ puso a Paul Dzeruvs por Martínez y sobre los 27’ a Jorge Anchén por De León. Cambios puesto por puesto. Sin cambiar el esquema, Rampla siguió jugando concentrado, apretado en todas las líneas y metiendo en cada pelota como si fuera la última.

Bernardo se quedó con un intento de Jorge Artigas de derecha, dentro del área y luego solo se limitó a descolgar algún centro o atajar algún tiro de media distancia, porque lo cierto es que el dominio palermitano fue más que nada territorial, pero no trasladado en ocasiones de gol. Por el contrario, quien tuvo las mejores chances de anotar fue el rojiverde.

A los 32’ Anchén pateó un tiro libre que pegó en la barrera y Gutiérrez, de muy buen partido en su debut con la camiseta de Rampla, sacó rápidamente un tiro de puntín que pegó en el vertical izquierda, luego de que el arquero visitante la tocara con la punta de sus dedos. Y sobre los 42’ el propio Gutiérrez le metió un buen pase a Dzeruvs, quien intentó definir por encima del arquero pero éste se estiró y pudo quedarse con la guinda en sus manos. Ahí ya había entrado Diego Galo por Cessio, que salió lesionado, y en los descuentos el juvenil picapiedra sería protagonista de la expulsión de un futbolista palermitano que le puso la suela del zapato en la cara.

Cuando se reanudó el juego llegó el pitazo final de Darío Ubríaco y se desató la algarabía de cuerpo técnico, jugadores y parcialidad. El primer objetivo estaba cumplido: Rampla había comenzado el campeonato con una victoria, y nada menos que ante un rival que en los papeles es candidato a pelear el ascenso. Por el resultado y por algunas cosas vistas en el juego, parece que esta temporada pinta bien para el viejo rojiverde.

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