lunes, 6 de agosto de 2018

No progresamos

Rampla Juniors cayó 1-2 ante Progreso en el Estadio Olímpico y volvió a dejar muchas dudas de cara al devenir de este temporada 2018. Si bien el equipo dio dura lucha ante dos rivales importantes como Nacional e Independiente Santa Fe, dejando una buena imagen pese a las derrotas, lo mostrado ante los gauchos tiene otro tenor.

De local, ante un rival de mitad de tabla, es inadminisble dejar puntos. Y este Rampla volvió a mostrar muchas falencias a la hora de asumir el protagonismo de los partidos. Falencias que se vienen arrastrando desde comienzos de año.

Un equipo que no se sabe qué pretende, cuál es su idea futbolística, que rara vez crea opciones claras de gol, que no tiene juego asociado, y que cuando se adelanta en la cancha da muchas ventajas en defensa. Todo esto también influenciado por la decisión de los entrenadores de turno de poner jugadores en puestos que no son los naturales.

Foto: Adrián Barreto.

En este partido con Progreso, Mauricio Felipe jugó como lateral derecho y Claudio Servetti en la izquierda. En el primer partido de la Sudamericana se ubicaron al revés. Siempre recordando que el puesto natural de Servetti es de zaguero central.

Matías Rigoleto como volante por derecha en todos los partidos, donde más allá de la velocidad y las ganas que pone no gravita, porque no tiene desborde y no logra habilitar bien a los delanteros. Esta vez en la otra banda se ubicó Alejandro Furia, y otra vez volvemos a lo mismo: un lateral derecho como volante zurdo. Como intentó, hasta el hartazgo, el entrenador anterior con Gabriel De León.

Mientras tanto, Adrián Leites en el banco, Cristian Olivera también (aunque en su caso por el desgaste físico que hizo en los dos partidos anteriores, sumado al viaje), Matías Cóccaro otra vez inexplicablemente sin minutos (siempre que entró fue peligroso y generó varios penales por acciones individuales), y el colombiano Jonathan Herrera, lateral/volante zurdo, mirando desde el banco como juegan en sus posiciones un central y un lateral derecho. Matías Soto, otro de origen lateral zurdo, también como suplente.

Entonces con ese panorama, ya era difícil esperar un rendimiento auspicioso del equipo. Para que ustedes puedan armar el puzzle, el equipo ante Progreso formó con Odriozola; Felipe, Brasil, Rizzo y Servetti; Rigoleto, Rocha, Dorrego y Furia; Lalinde y Martiñones. Recordemos las ausencias de Edgar Martínez, Camilo Cándido y Jhony Galli por suspensión, más la de Gastón Díaz por lesión.

El primer tiempo fue malo, pero dentro de todo Rampla fue el más peligroso, obligando a una serie de buenas intervenciones del arquero visitante. Primero intentó Martiñones con un remate de zurda a los 7', luego de controlar un pase complicado de Furia en la entrada del área. El arquero fue abajo contra el palo y la sacó al córner.

A los 29' Rigoleto aprovechó un mal despeje del guardameta de Progreso e intentó sorprenderlo desde la mitad de la cancha, obligando al golero a extremarse para sacar la guinda al córner. También debió exigirse a los 33' tras un centro de Dorrego que picó y casi se le mete por arriba.

Los picapiedras contaron con una buena cantidad de tiros de esquina, que siempre fueron peligrosos gracias a la buena pegada de Dorrego. Incluso en un par de ocasiones nuestros jugadores reclamaron penal, sea por mano o por falta (una de ellas pareció ser infracción sobre Mauro Brasil), pero el juez Jonathan Fuentes nada vio.

A los 44' Dorrego metió un buen centro casi desde la mitad de la cancha y Rizzo sorprendió entrando por el segundo palo con un cabezazo “de emboquillada” que el arquero pudo sacar al tiro de esquina. En resumen, Rampla sin ser claro en su juego estuvo varias veces cerca de la apertura, casi siempre mediante jugadas a balón parado.

Foto: Adrián Barreto.

Pero en el segundo tiempo todo cambió. Mauro Brasil cometió una dura falta contra el banderín y fue amonestado, y al minuto 4' del complemento vería la segunda tarjeta amarilla, por cortar el avance de un futbolista gaucho que se iba solo para quedar mano a mano con Odriozola. Esa incidencia se generó producto al adelanto de las líneas picapiedras, bien explotado por los lanzadores de Progreso y la velocidad de sus atacantes.

Con 10 hombres Rampla se terminó de desdibujar. Servetti pasó a la zaga y Furia al lateral izquierdo, pero en el mediocampo quedó un vacío importante. El visitante se sintió mucho más suelto y comenzó a llegar con peligro sobre el arco de Odriozola, algo que en el primer tiempo prácticamente no ocurrió.

Avisó Gastón Colman con un notable zurdazo que pegó en el palo a los 17' pero a los 22' no falló. La jugada la hicieron por derecha, aprovechando las espaldas de Furia y que Dorrego no pudo seguirle la carrera a su marca. La metieron al medio y Colman convirtió el 1-0.

Poco antes había ingresado Cristian Olivera por Julián Lalinde, un cambio que nosotros no compartimos. Primero porque Lalinde fue el más peligroso del ataque ramplense, bajando pelotas, generando faltas, incluso con algún desmarque interesante dentro del área. Y segundo porque 10 contra 11 no era el mejor escenario para poner al “mago”.

Perdido por perdido, el cuerpo técnico picapiedra realizó dos variantes ofensivas más: primero entró Delis Vargas por Dorrego y luego Adrián Leites por Furia. La salida de Dorrego tampoco la entendimos, ya que pese a haber llegado tarde en la jugada del gol (hay que entender también que hizo un gran desgaste en los tres partidos de la semana) era el que convertía cada pelota quieta en una chance de peligro.

La acumulación de hombres en ataque tampoco le dio resultado a Rampla. Esas variantes solo lograron que estuviéramos aún más descuidados atrás. Así fue que a los 40' un atacante de Progreso quedó completamente solo para definir con tranquilidad ante la salida de Odriozola y poner el 2-0 que a esa altura parecía lapidario.

De todos modos, los rojiverdes sacaron de la galera el tanto del descuento. Se juntaron Olivera y Leites al borde del área, el “mago” intentó una chilena algo fallida y finalmente la guinda le quedó a Martiñones que definió en forma notable, dejando sin asunto al arquero. Rampla se ponía 1-2 a los 42 minutos del complemento.

Foto: Adrián Barreto.

Solo quedó tiempo para algún “ollazo”, puntualmente uno en que Leites bajó la guinda notable por la izquierda pero en vez de tirarla al medio remató al arco en forma desviada. Después los visitantes hicieron tiempo de lo lindo y hasta el juez Fuentes demoró la cosa lo más que pudo.

Rampla vuelve a dejar puntos en su casa y ante rivales de media tabla. Otra vez se pierde un partido que era perfectamente ganable. Sigue sin convencer el funcionamiento del equipo. Nuevamente se apuesta por futbolistas en puestos que no son donde mejor rinden.

Otra vez son dejados de lado jugadores que merecen más chances: el colombiano Herrera por ejemplo, que tuvo una buena actuación en el amistoso contra River argentino en Maldonado, y ni que hablar de Matías Cóccaro que ha sido junto a Martiñones el jugador más gravitante en ofensiva a lo largo de toda la temporada.

Sinceramente esperábamos otra cosa para este Clausura, luego de un Apertura nefasto y un Intermedio bastante malo. Nos ilusionamos con un triunfo ante Fénix que fueron 3 puntos y nada más, porque en lo futbolístico dejó mucho que desear. Y ahora otra vez las dudas y una permanencia que peligra este año y que, en caso de salvarnos, nos compromete seriamente para la temporada que viene.

Hay plantel y hay jugadores para revertir esta situación, pero el cuerpo técnico debe dejar los caprichos de lado, probar con variantes de esquema o de futbolistas, sacarle el mayor provecho a los jugadores en vez de mandarlos a la guerra en posiciones donde juegan incómodos, darle la chance a aquellos que han demostrado ganas y condiciones para rendir, etc.

De lo contrario Rampla seguirá estancado, sin progresar, sin subir en la tabla, y dependiendo de los resultados de sus rivales directos para permanecer en primera, al menos un año más.

Comentario: Marcelo Baruffaldi.

2 comentarios:

  1. La verdad no entiendo nada... Coccaro con el ronco jugaba andaba volando vino Fuentes lo colgó nunca más jugo... No entiendo nada.. Nada contra nadie no tenemos un delantero como Matías Coccaro

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  2. Si no nos unimos para alentar en las buenas o en las malas, pese a que muchas veces nos cueste mucho esfuerzo hacerlo, va a ser todo más difícil. Vamos a empujar juntos ..... si No, no tenemos chante de salvarnos.

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