lunes, 6 de octubre de 2014

Con la frente en alto

La 8va. Fecha del Torneo Apertura “100 años de Rampla Juniors” marcó el regreso del picapiedra al Estadio Centenario para enfrentar a uno de los denominados “equipos grandes”. Eso que antes era costumbre y que esta vez se valoraba de otra forma, tras 2 años de recorrer las más inhóspitas canchas de la Segunda División Profesional.

El rival era Nacional, que tenía la chance de tomar la punta del certamen si derrotaba a nuestro equipo, cosa que finalmente pudo lograr pese a que Rampla le opuso más resistencia de la que muchos esperaban. El 2-0 definitivo no refleja lo parejo que fue el trámite del partido. Los picapiedras, con entrega y orden táctico, minimizaron las virtudes del rival. Muchos dicen que Nacional jugó mal, pero en realidad podrían señalar que fue Rampla el que le hizo las cosas difíciles a los tricolores. Los picapiedras se fueron del estadio con la frente en alto.

Al igual que contra Racing, los rojiverdes jugaron un partido inteligente, conscientes de sus limitaciones y de sus virtudes, y pese a que durante casi la totalidad del juego tuvieron a mal traer a sus rivales, otra vez se quedaron con las manos vacías. Ese es el punto negativo de estas dos fechas: no haber sumado ninguna unidad.

Lo positivo fue la imagen que dejó Rampla, demostrando que pese a venir del fútbol de ascenso y de haber tenido mucho menos tiempo de trabajo que el resto de los equipos, puede competir contra cualquier rival, incluso contra aquellos que pelean las primeras posiciones del torneo. Salvo en el partido ante Danubio, en cualquiera de los otros pudimos ganar, empatar o perder. Y eso demuestra que estamos al nivel de la divisional.

El rendimiento de los picapiedras ha venido creciendo. Creemos que se jugó mejor contra Nacional que ante Racing o Wanderers. La diferencia fue que para vencer a los bohemios alcanzó con menos y ante los otros dos rivales lo realizado no fue suficiente. De todos modos, en este momento lo imperioso es capitalizar el rendimiento en puntos, porque sino de nada servirá la buena imagen mostrada por Rampla. Ahora tenemos la oportunidad de sumar ante dos equipos que no vienen en su mejor momento: Rentistas y Fénix.

Para enfrentar a Nacional, los dirigidos por Marcelo Saralegui salieron al campo con el habitual esquema 4-4-2 y dos cambios respecto a la oncena que había comenzado jugando ante Racing: Diego Galo por Maximiliano Arias (lesionado) y Maximiliano Montero por Emanuel Cuello (variante táctica). Tanto Galo como Montero tuvieron una buena actuación, en un equipo de rendimiento parejo, en el que nadie desentonó. Long; Vargas, García, Pereira, Montero, Anchén, Román, Galo, Aprile, Dzeruvs y Malán salieron como titulares.

Al principio parecía que los tricolores nos pasaban por arriba. Antes de los 10 minutos, Montero sacó una pelota desde la línea de gol, luego de que nos ganaran en el juego aéreo tras un córner. Y también en ese primer tramo del partido Pablo Pereira manoteó a Iván Alonso entrando al área. No quedó claro si la falta fue fuera o dentro del área, lo cierto es que infracción era y el debutante árbitro Adrián Sánchez no la sancionó.

Rampla replegaba sus dos líneas de 4 y trataba de salir rápido de contragolpe con pelotazos para Paul y Malán. Así tuvimos nuestra primera llegada clara a los 11’. Marcel Román quitó y salió jugando, tirando una pared con Anchén. Luego metió un perfecto pase largo para Dzeruvs, que desbordó y la cedió al medio a Malán. El goleador la punteó hacia el arco, anticipando a su marcador, y Munúa tapó el intento con su mano derecha.

Enseguida tuvimos un tiro de media distancia de Galo que se fue apenas afuera y ya promediando la primera mitad una buena contra, encabezada por Aprile tras fuerte quite de Montero (con una pierna peligrosamente levantada, justo es decirlo), que terminó con un buen centro del rasta para Malán que le pegó de bolea pero mal, pifiado, perdiéndose la guinda afuera.

El problema que teníamos era cuando Recoba y Pereiro, los armadores de juego de Nacional, jugaban a espaldas de nuestros volantes, y encontraban espacios para rematar o habilitar a sus compañeros. Así fue que un par de veces se nos paró el corazón con tiros que pasaron cerca. Y fundamentalmente a los 30’, cuando Recoba con un toque sutil dejó a Alonso de cara a Long, aunque algo abierto contra la izquierda. El goleador remató cruzado y Bernardo la sacó al córner con notable intervención.

El partido luego entró en un pozo, y no hubo acciones de peligro hasta los minutos finales del primer tiempo. Rampla se arrimó con un buen centro de Anchén a los 41’ que Galo peinó hacia el segundo palo, pero sin la potencia suficiente para vencer a Munúa, que se quedó con el balón. Los tricolores lo tuvieron a los 44’,  cuando Pereiro remató desde la medialuna y Long se mandó flor de atajada, sacando la guinda al córner.

Así llegamos al final del primer tiempo con un empate 0 a 0 justo a nuestro criterio, porque si bien Nacional tuvo más la pelota y jugó en campo ramplense, lo cierto es que cualquiera de los dos equipos tuvo chances para ponerse en ventaja y ninguno lo logró.

El complemento arrancó con una tónica similar pero poco a poco se fue tornando más favorable a los rojiverdes. La diferencia fue que Rampla corrigió ese espacio que quedaba a espaldas de nuestros volantes y los creativos tricolores ya no contaron con tantas facilidades para generar juego. Y los picapiedras cada vez se soltaron más en ofensiva, pero fallando en el último toque.

Así tuvimos un buen cambio de frente de Montero y posterior pase al medio de Anchén que Paul no pudo empujar hacia el arco entrando por el medio cuando iban 12 minutos, un centro de Vargas que Malán cabeceó desviado a los 14’ y quizás la más clara, a los 17’, tras un centro desde la derecha que Aprile recogió luego de un mal despeje de un zaguero rival y entró solito por izquierda para rematar. Lo hizo algo mordido, y la pelota se fue afuera, tras rozar en un defensor tricolor, sin que el árbitro lo advirtiera, cobrando saque de arco cuando en realidad era córner.

Al repasar esa primera media hora del segundo tiempo no crea usted que estoy omitiendo incidencias de peligro de Nacional, es que no las hubo. Solo un tiro de Pereiro que se fue desviado. Rampla tenía el partido controlado e incluso estaba más cerca de la apertura. A los 29’ casi la logramos tras un tiro de esquina que Malán punteó hacia el arco y el defensa tricolor Espino sacó en la raya cuando parecía que Munúa no llegaba.

Viendo este panorama, el entrenador tricolor no dudó en realizar sus tres variantes, colocando todos delanteros: primero Juan Cruz Mascia y Carlos de Pena, luego Sebastián Taborda. Saralegui por su parte no quería tocar mucho el equipo, ya que estábamos jugando bien. Solo puso a Francis D’Albenas a los 32’ en lugar de Dzeruvs.

El problema es que tanta presencia ofensiva de futbolistas albos complicó a nuestra retaguardia, que defendía con los mismos hombres. Y así fue que a los 36 minutos, en un centro largo, nos ganaron por arriba y Arismendi quedó de cara a Long. El volante convocado para la selección definió bien pero Diego Galo apareció justo para salvar el tanto en la raya. La jugada siguió y le quedó a Santiago Romero, cuyo remate fue desviado por Aprile cuando tenía destino de gol.

Desde ese tiro de esquina surge el 1-0 para Nacional. Centro al primer palo, Galo que pierde la marca de Pereiro y cabezazo del juvenil que se mete contra el palo, pese al intento por rechazar de Maxi Montero, quien custodiaba ese poste. El gol fue un gran desahogo para los tricolores, que lograban destrabar un partido que se les había hecho muy cuesta arriba.

Rampla sintió el impacto y no tuvo reacción. Saralegui puso a Diego Barboza por Anchén y a Nicolás Vigneri por Aprile, pero nada cambió. Quedaba la chance de ir por la heroica en los descuentos, pero cuando faltaba un minuto Pablo Pereira tomó a Iván Alonso en el área y el juez Márquez sancionó la pena máxima que el propio Alonso transformó en gol batiendo a Long.

Así se fue el partido, y los hinchas picapiedras nos quedamos con un sabor agridulce. Satisfechos por un lado porque el equipo dio más de lo que se esperaba y dejó una buena imagen en el Centenario, pero masticando la bronca de no habernos llevado nada de un partido donde incluso podíamos haber ganado.

Lamentablemente no pudimos concretar las chances que tuvimos y al final el tricolor nos doblegó en una jugada de pelota parada. Si hubiéramos terminado bien alguna de nuestras incursiones en el área rival la historia hubiera sido distinta. Ahora no queda otra que dar vuelta la página y encarar los próximos partidos ante Rentistas y Fénix, donde sumar puntos es imperioso. Ambos equipos perdieron con Atenas, o sea que no son invencibles ni mucho menos. Jugando como ante los líderes, y quizás afinando un poco la puntería, tenemos con qué ganar estos dos partidos. A seguir apoyando! Arriba Rampla!

Comentario: Mr.Baru (@crearoreventar)
Faltó con aviso (por eso no hay fotos(: Adrián Barreto (@adribarreto90)
Único representante de El Bravo Rampla en el field: Emilio Fernández (@durosconceptos)

2 comentarios:

  1. Excelente como siempre la exacta redacción de los hechos! Yel mismo sabor agridulce del deber Bien Cumplido, pero sin obtener resultados. El jugador " Suerte" esta lesionado, esperemos q se ponga rápidamente a la orden para los partidos q nos esperan!

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  2. Excelente la crónica! Esperemos ganar los 2 que se vienen y seguir sumando. Qué pasa con Richard! Está lesionado?

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