lunes, 4 de septiembre de 2017

Adiós juventud

Era una fría tarde en el Estadio Olímpico. De esas otoñales que si te agarra mal parado te lleva directo a la gripe. El partido estaba 0 a 0 hasta que Gastón de los Santos tranca fuerte y saca la guinda rápido hacia adelante. Nicolás Mezquida la puntea para que un juvenil de apenas 17 años que recién había ingresado, explotara su velocidad.

El botija enganchó al medio y dejó tirado en el piso a su marcador (el clásico “traé cigarros”). Quedó de frente al arquero y le dio a la pelota con un toque suave, al segundo palo. La guinda besó el poste izquierdo y se metió en el arco del astillero. Era su primer gol en el fútbol mayor y en el festejo se emocionó hasta las lágrimas. Ese botija era Matías Rigoleto.

Aquel Rampla dirigido por el “Ronco” no llegaría muy lejos en el torneo de la Segunda División. Al año siguiente se obtuvo en ascenso, y goleadores como Andrés “Pájaro” Márquez y Sebastián Gularte eclipsaron la figura de aquella joven promesa ramplense. En Primera División nuevamente fue relegado, esta vez por futbolistas que no hicieron mucho mérito por quedarse con su puesto.

Con el picapiedra otra vez en la vieja divisional B, recibiría la confianza del cuerpo técnico encabezado por Añón, y asistido por notables figuras como Gonzalo Sena, Marcel Román, Maxi Freitas y el propio Adrián Leites, se convertiría en el goleador de aquel Rampla campéon.

Arrancó el Uruguayo Especial, ya con el argentino Corengia al mando, y otra vez le tocó esperar su oportunidad. Lo mismo cuando Fernando Araújo tomó las riendas del equipo. Muchas veces fuera de puesto, o entrando en partidos que estaban bravísimos, Matías no pudo mostrar su mejor versión.

Hasta que el mismo entrenador que lo había hecho debutar en aquel lejano 2013 volvió a ponerse la campera de DT. En su primer partido, el “Ronco” lo colocó de titular y Matías respondió con 2 goles, en el triunfo 4-3 ante Wanderers. Y de ahí en adelante no salió más, apoyado también por el resto del cuerpo técnico (en especial por Omar Pérez), y obviamente por sus compañeros.

Es claro que tiene mucho por mejorar y seguro él lo sabe mejor que nadie. Y que a veces la desconcentración le juega una mala pasada (¡Los offside Mati! ¡Mirá siempre la línea de la defensa!), pero que tiene tremendo potencial nadie lo puede dudar.

Y el pasado sábado, irónicamente contra Juventud, Matías Rigoleto se recibió de adulto (de ahí el titular de esta crónica, no piense que nos estamos burlando del rival de turno), pese a que Matías ya había tocado el cielo con las manos con el inolvidable golazo en el clásico del barrio.

Dejó de ser aquel juvenil, aquella promesa, para convertirse en una figura con todas las letras. Sería injusto decir que ganó el partido él solo, porque hubo un equipo que metió como siempre, que jugó como pudo (el rival nos complicó bastante la tarea) y que cuidó el resultado con uñas y dientes, desde Odriozola y sus grandes atajadas hasta Alex Silva que aguantó la guinda y generó varias faltas que nos permitieron tomar aire.

Pero uno ve los goles y no puede dejar de pensar que este triunfo fue obra y gracia de Matías Rigoleto. Solo, contra dos rivales, con sus compañeros lejos, se mandó dos golazos que terminaron por noquear a un rival durísimo. Y además de la gran factura técnica de los goles, fueron en momentos claves del partido, cuando nuestro equipo peor la pasaba.

Las principales incidencias del match pueden observarse en el resumen televisivo que dejamos al final de esta crónica, que esta vez, justo es decirlo, es bastante fiel a lo que se vio en la cancha. Incluso mostrando la grosera falta del nº3 de Juventud que debió costarle la segunda tarjeta amarilla y que el árbitro Daniel Rodríguez ni siquiera sancionó. Falta que era sobre, cuándo no, Matías Rigoleto.

Este triunfo no podía llegar en un momento más oportuno. Primero para tomar una diferencia de 17 puntos sobre el rival de turno, que prácticamente le permite a Rampla decirle adiós a la lucha por la permanencia (Plaza y Sud América, que también perdieron esta fecha, quedaron todavía más lejos).

Y segundo para ganar posiciones en la tabla anual, alcanzando a Boston River en el quinto puesto, superando a nuestro clásico rival y manteniendo la diferencia sobre Danubio, nuestro más inmediato perseguidor, a quien enfrentaremos el próximo sábado allá en Jardines del Hipódromo.

Pero además, llega en un momento oportuno para el propio Rigoleto, que ya comenzaba a tener cierta resistencia en parte de la parcialidad, también teniendo en cuenta el buen nivel que han mostrado los otros delanteros con los que cuenta el cuerpo técnico. Por ejemplo, lo importante que ha sido Alex Silva, aprovechando la oportunidad que se generó por la lesión de Santiago González.

Ojalá sea el despegue definitivo de Matías, y que se vengan muchas tardes como la del sábado pasado, porque si él mantiene ese nivel, más el equipazo que tiene detrás, Rampla está para grandes cosas.

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Fotos del partido y corresponsal en boliches: Juan Andrés Areosa.
A la orden para cuando vuelva el campeonato de truco: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
Maneja el VAR desde la casa: Adrián Barreto (@adribarreto90)


RESUMEN DEL PARTIDO

3 comentarios:

  1. muy buena cronica....el relato bien real...asi fueron los acontecimientos
    Ahora con la confianza y jugando siempre debe mejorar mucho.
    queda la otra parte...Rampla tambien tiene q estar atento alguien vendra y querra llevaro...HAY QUE VENDERLO BIEN...es de RAMPLA y seguro volvera...despues

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  2. muy buena cronica....el relato bien real...asi fueron los acontecimientos
    Ahora con la confianza y jugando siempre debe mejorar mucho.
    queda la otra parte...Rampla tambien tiene q estar atento alguien vendra y querra llevaro...HAY QUE VENDERLO BIEN...es de RAMPLA y seguro volvera...despues

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  3. A copar jardines el sabado no puede faltar nadies! Vamos x mas!.@rriba rampla y su gente!

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