martes, 22 de diciembre de 2015

Rampla Eros Fútbol Club

Hay un instinto inherente al ser humano (y a todos los seres vivos) que es el instinto de supervivencia, que a su vez va de la mano con el miedo a la Muerte. Ésta última, al reconocerse como inevitable, es lo que lleva al ser humano a considerar su vida como algo preciado, alimentando ese instinto de supervivencia para así prolongar su estadía terrenal.

Así es como entra en juego lo que los psicoanalistas llaman el Eros o “pulsión de vida”, que lucha contra el Tánatos o “pulsión de muerte”, términos acuñados por Sigmund Freud y que hasta el día de hoy mantienen incuestionable vigencia. Además Eros (Cupido en la mitología griega) viene también a representar el amor irracional y la satisfacción de esos deseos amorosos.

El amor por la vida, por vivir, estar y sentirse vivo es una de las manifestaciones más grandes (quizás la más grande) que conocemos sobre eso que damos en llamar Amor. El Rampla Juniors Fútbol Club es lo más cercano a la representación del Eros que yo conozco.

Siendo un equipo de fútbol que en los últimos 60 años tuvo más dificultades y tristezas que facilidades y alegrías, Rampla logró lo que nadie pudo: aprendió a vencer a la Muerte. Ya tiene la fórmula, sabe cómo ganarle. No sabemos si algún día en efecto morirá, y ese es su gran triunfo. La muerte quizás un día encuentre la fórmula para vencer a Rampla y llevárselo como nos llevará a todos, pero será ella que deberá buscar el sistema táctico para ganarle el partido a Rampla, no al revés. Ya no al revés.



Rampla ha jugado muchos años en Segunda División y muchos más años en Primera, con más bajos que altos, sufriendo y penando, tuvo años que no compitió, pero siempre estuvo vivo. Rampla estuvo en coma, estuvo vegetal, tuvo que aprender a comer de nuevo, a caminar de nuevo, a hablar de nuevo, pero nunca se murió. Aunque por momentos la vida no era vida, su mera existencia era vida en sí misma. Y mientras hay vida, hay esperanza.

Nunca, nadie, en ningún lugar, le ha ganado tanto a la muerte como Rampla. Nunca, nadie, en ningún lugar tuvo, tiene o tendrá de hijo a la muerte como lo tiene Rampla. Ese amor irracional y pulsión de vida que representa el Eros freudiano y griego, lo representa Rampla en el mundo del fútbol. Siempre que el médico se lanza a desconectar el monitor que marca una línea plana hace mucho rato, Rampla da una señal de pulso y el médico echa para atrás. No lo comprende, no le entra en su cabeza médica. Aunque no es la primera vez que le pasa, sigue sin entenderlo.



Si alguien en algún momento piensa en quitarse la vida, Rampla debería ser el ejemplo para que no lo haga. ¿Conocen alguna persona o institución que haya burlado a la muerte como Rampla? ¿Que tenga las ganas de vivir que tiene Rampla? ¿Esas ganas de estar vivo, de ser lo que se es, cualquiera sea la circunstancia o condición?

Rampla mostró que representa las ganas de vivir. Esas que vienen con lo bueno y lo malo, lo dulce y lo amargo, los triunfos y las derrotas. Con sus miles de carencias y enfermedades, Rampla está ahí, peleando su derecho a ser todos los días. Rampla está vivo, y tiene a la Muerte buscando el sistema, los jugadores, la fórmula para ganarle al menos una final.



El día que la Muerte gane, esa final será la última. Pero la semilla de la incertidumbre ya se sembró… y nos iremos con más copas que vos.

Hija nuestra toda la vida. Hija nuestra toda la muerte.

Mauricio García (bisnieto del Indio).

3 comentarios:

  1. Genial Mauri! "Muerte" la tenés adentro

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  2. Genial Mauri! "Muerte" la tenés adentro

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  3. excelente... un comentario a la altura del épico partido... felicitaciones!!!

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