Como un triunfo

Era la tarde ideal para romper la racha. Rampla ganaba merecidamente por 1-0 tras un golazo de Adrián Leites, que le puso el broche perfecto a una preciosa jugada colectiva. Muy parecido al último tanto de los picapiedras en el Intermedio: jugada por derecha a puro toque, con Panzariello asociándose con Felipe, Prieto cortando por el medio y cediendo la pelota, en aquella ocasión para el “Panza” y en esta para Leites, que entró casi que caminando por el corazón del área y fusiló al arquero.

Los picapiedras eran muy prolijos con el balón, y hasta regalaban algún lujo. Jugaban tranquilos, confiados, seguros de lo que estaban desplegando en el campo. El rival apenas había inquietado sobre el final de la primera mitad, con un desborde y pase al medio que terminó con un toque corto de Carneiro y una buena atajada de Odriozola. Salvo por esa incidencia, todo controlado.



(foto: AUF OFICIAL)

El complemento se presentaba alentador, porque quedarían espacios para el contragolpe y para explotar la velocidad de Santiago González y Matías Rigoleto. Defensor se veía obligado a cortar muchas veces con falta pero el juez Falce no amonestaba a los violetas, como sí lo había hecho con Gonzalo Rizzo, por apenas poner el brazo para cubrir un balón. Ni siquiera cuando derribaron desde atrás a Mauricio Felipe, cerca de la medialuna, el juez osó sacarle tarjeta amarilla a un jugador violeta.

Mientras tanto, el línea del sector del agua se aburría de levantar el banderín para señalar los offsides de nuestros delanteros. Esa regla de cobrar recién cuando el jugador toca la pelota les da el handicap de “orejear” la jugada y ver si les conviene levantar el banderín o no, claro, según el color de la camiseta del futbolista en posición favorable.

Falce marcó 1 minuto de adición. Cuando ya habíamos pasado los 46’, la guinda se fue al córner. El reglamento dice que la única falta que se debe ejecutar pasado el tiempo reglamentario es el penal. Sin embargo, era a favor de Defensor, y el juez obviamente lo permitió.

Vino el centro, la pelota derivó en el segundo palo, ellos la metieron al medio y ahí se produce el BOCHORNO: Rizzo cubre, Odriozola sale y Carneiro lo embiste, cayendo los dos players al suelo. Insólitamente, Fernando Falce entiende que hay falta de nuestro arquero y cobra penal. Vean el video que publicamos al final de esta crónica, las imágenes son elocuentes, sobran las palabras.

Enseguida todos los futbolistas de Rampla se abalanzan sobre el árbitro y tanto Odriozola como Panzariello terminan siendo amonestados en la protesta. Protesta que nunca debió existir, de no ser por el VERGONZOSO penal que el juez acababa de inventar. Carneiro lo ejecutó correctamente y puso el 1-1, casi sobre el minuto 49.

Aquella tarde ideal ya se había puesto fea, muy fea. En el complemento Rampla no fue el mismo, el impacto anímico, producto de la impotencia y la bronca, se sintió. Y para peor a los 10 minutos Carneiro le ganó por arriba a Odriozola y de cabeza marcó el 2-1. Un gol curioso, ya que por varios segundos nadie sabía si Falce había cobrado gol o falta sobre el arquero picapiedra, porque con estos fantoches vestidos de referí todo es posible.

Y si la cosa ahí se había puesto fea, qué decir cuando 2 minutos después el árbitro expulsa a Ignacio Panzariello por doble amarilla. El “Panza” (recordemos amonestado por protestar el “penal” del primer tiempo) apenas tocó de atrás a un futbolista violeta, casi sin querer, y Falce fue implacable. Le costaba la expulsión una falta de las que Defensor en el primer tiempo hizo varias y nunca recibieron tarjeta.

Seguramente, Fernando Falce en ese momento entendió que su tarea estaba cumplida. Que no iba a tener que ensuciarse más las manos para garantizar la victoria violeta en el Estadio Olímpico. Ya había inventado un penal, Defensor ya había dado vuelta el resultado, y ya había dejado a Rampla con 10 hombres. MÁS NO PODÍA HACER.

Lo que Fernandito no tuvo en cuenta, son los HUEVOS que tienen estos jugadores de Rampla. El corazón, el alma y vida que ponen en cada pelota. Y lo bien que juegan al fútbol. Y que tenemos un DT que se la iba a jugar el todo por el todo. Y así fue que entraron Alex Silva por Rigoleto, Cristian Olivera por Felipe y Leo Bahía por Santiago González.



(foto: AUF OFICIAL)

Rampla terminó jugando con línea de 3 en el fondo, aguantando con titánicos rendimientos de Rizzo, Soto y Cándido. Rocha se comió el medio sector, Prieto fue y vino por la banda derecha, el Mago y Leites la llevaron atada y buscaron los espacios por todos lados, Alex bajó todas las pelotas bien (y hasta tuvo un buen cabezazo que pudo ser el 2-2 pero el arquero contuvo) y el brasileño Leo Bahía se mostraba ligero y “picante”.

Casi llega la igualdad a los 37’ tras un desborde de Olivera, que la pasó al medio pero la guinda rebotó y le quedó servida a Prieto, que venía de frente. El remate del incansable volante se fue por arriba del palo. Fue la chance más propicia para empatar que tuvo Rampla, pero no sería la última, porque estos muchachos jamás bajan los brazos. La intención de jugar bien, por abajo y por las bandas, nunca fue abandonado, ni siquiera 10 contra 11.

Y así fue que sobre los 42’ Leo Bahía escapó por la banda izquierda, metió la guinda al medio, un defensa violeta despejó corto y el propio brasilero la fue a buscar de nuevo, llegando un segundo antes que su marcador para poner el pie y forzar el contacto. Lo tocan y Falce cobra penal, simplemente porque no podía no cobrarlo. NO LE QUEDABA OTRA.

Alex Silva se puso la guinda bajo el brazo y tomó la decisión de patearlo, por más que el encargado en la previa era Adrián Leites. Se tuvo fe y no defraudó: le pegó bien, abajo y cruzado, para marcar el 2-2 y desatar la locura de la parcialidad ramplense.

Como siempre, hubo tiempo para sufrir. De ahí al final se jugó en campo de Rampla, con los futbolistas visitantes tirándose ante la mínima posibilidad de contacto y Falce obviamente cobrando todo. Incluso se dio otro hecho insólito: los pateadores de Defensor corrían la pelota para atrás, agrandando la distancia con la barrera, y el árbitro lo permitía. Llegaron a ejecutar un tiro libre con una barrera que estaba notoriamente más lejos que lo que marca el reglamento.

Odriozola tuvo que volar contra el palo y evitar el gol, y en el rebote tras un despeje arriesgado de Rizzo la guinda quedó suelta y el panameño Waterman le pegó de media vuelta, casi desde el área chica, obligando otra vez al arquero nuestro a salvar sobre la línea. Rodrigo, pese a estar un poco remiso en el 1-2, ya había sido importante evitando el 1-3 en alguna ocasión anterior y aquí terminaba siendo clave para aguantar el empate.

Llegó el pitazo final de Fernando Falce, lo poco bien que hizo en la tarde, y Rampla empató 2-2 con Defensor. Si partimos de la base de que cada partido que Rampla enfrenta a Defensor nuestras chances de ganar son escuetas (lo marca la estadística), un empate no parece un mal resultado. Mucho menos si tenemos en cuenta las circunstancias en las que se logró, que nos hacen percibirlo como un triunfo.

De todas formas, más allá del resultado, lo más importante fue comprobar que el equipo mantiene el buen nivel que había mostrado antes del receso. Los muchachos siguen jugando bien al fútbol, siendo vistosos y efectivos, metiendo todos como leones, y demostrando que están para grandes cosas. Las chances están intactas y la ilusión es cada vez más grande. ¡Arriba Rampla!

Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Recordó a Cardaccio cuando paseaba por Milan y lo ficharon: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
Especialista en importaciones y comercio exterior: Adrián Barreto (@adribarreto90)

RESUMEN DEL PARTIDO