La unión hizo la fuerza

Seguramente la que pasó fue la semana más movida de los últimos años para Rampla Juniors, pero lo más importante es que tuvo final feliz, porque el picapiedra podrá competir en el Campeonato Uruguayo de la Segunda División Profesional.

El martes a la noche, cuando ya era EVIDENTE que los supuestos inversores que se anunciaba vendrían a gerenciar a Rampla no iban a comparecer, un grupo de socios acordó con el entonces presidente Ing. Lucas Blasina su salida del club, ya que la misma facilitaría las gestiones para conseguir que los rojiverdes pudieran cubrir la deuda de casi 200.000 dólares que era imprescindible para que Rampla compitiera y evitara descender de oficio a la ex divisional C.

Como era de esperarse, la salida de Blasina revitalizó a la parcialidad ramplense: muchos que se habían alejado por notorias diferencias con la conducción del club decidieron volver y ponerse a trabajar por Rampla. Esto era esencial para que la familia picapiedra se uniera y todos juntos pudiéramos sacar a la institución adelante.

El miércoles a la noche, en una muy concurrida reunión en la barbacoa del club, el Dr. Ignacio Durán (quien encabezó el mencionado movimiento de socios) fue clarísimo en lo que serían los pasos a seguir en los próximos días para alcanzar el objetivo de poner a Rampla Juniors en competencia: exhortar a hinchas y socios a apoyar monetariamente a la institución y negociar con los acreedores (ex técnicos y jugadores) una refinanciación de los montos adeudados.

A partir de ese momento, de inmediato comenzaron a llegar aportes económicos de todas partes para cubrir la abultada suma de dinero que se debía, al tiempo que empezaron a ofrecerse manos solidarias que ayudaran a poner el Estadio Olímpico en condiciones.

Llegó el viernes y pese a que la incertidumbre se mantuvo hasta último momento, se logró el objetivo y Rampla aseguró su participación en el campeonato. Parciales ramplenses de todo el país y hasta del exterior contribuyeron para recaudar gran parte de la suma necesaria. También fue clave llegar a acuerdos con ex futbolistas y ex entrenadores para refinanciar sus deudas, algo que hubiera sido muy difícil si Blasina seguía al mando, ya que había perdido toda la credibilidad con los acreedores.

Finalmente, Rampla jugará este sábado ante Villa Española en el Estadio Olímpico a partir de las 16:30 horas. Será el primer partido de la Serie B, donde el picapiedra luego enfrentará a Deportivo Maldonado, Central Español, Tacuarembó, Miramar Misiones y Huracán. Los primeros de cada serie jugarán una final y el ganador se asegurará un lugar en la definición por uno de los ascensos.

Paralelamente a que se buscaban las soluciones que permitieran competir al rojiverde, se realizaban las gestiones para renegociar los acuerdos con el cuerpo técnico y el plantel de futbolistas, ya que a todos el “grupo inversor” les había prometido sueldos muy por encima del promedio de la divisional y que de ninguna manera Rampla Juniors aceptaría pagar.

La intención fue mantener a Gabriel Añón como entrenador, al igual que a sus colaboradores, en gran medida porque fueron quienes trabajaron con los futbolistas durante estos últimos dos meses y ya no había tiempo para traer otro profesional y comenzar una nueva etapa. El cuerpo técnico aceptó las nuevas condiciones salariales planteadas por el club. Lo mismo pasó con los futbolistas, pero no con todos, sino con aquellos que los entrenadores entendieron indispensables para afrontar la actividad futura. De ese modo también se logró reducir el plantel y por tanto, achicar gastos a futuro.

Seguramente en este debut nos encontraremos con muchas caras nuevas y con algunos viejos conocidos dentro de la cancha. De todos modos, lo más importante es que serán 11 hombres defendiendo los colores del bravo Rampla, que fue duro y corajudo también fuera de la cancha, para sortear uno de los momentos más difíciles de su historia. Sin dudas que lo mejor está por venir. ¡Arriba Rampla!