Las finales que quedan por jugar
Tal vez todo haya empezado con la
colecta que nos permitió evitar el abismo hace tan poco tiempo. Lo
cierto es que hemos vivido dos años inolvidables. De modo que lo
primero es decir gracias a todos, los jugadores que pusieron lo que
hace a Rampla único, lo que nos saca de todos los pronósticos. Al
cuerpo técnico que permitió que aflorara esa fibra que va de lo más
profundo de la historia a lo que muestran los pibes del club, desde
el zapatazo de Rigoleto en el clásico o las corridas electrizantes
de Cándido.
Gracias a los dirigentes, a los que
ayudan, a los que pasaron de hinchas a utileros, a los que pusieron
horas de esfuerzo para que nuestra cancha esté cada vez más linda y
pueda recibir a los rivales más encumbrados. Gracias a nuestra gran
presidenta, que continúe así. Gracias al gran Ronco, gestor de
hazañas, como técnico o gerente, por muchos años en la
institución.
Hicimos historia por clasificar a la
Sudamericana por segunda vez, pero en estos tiempos mucho más
relevante que en la vez anterior que pocos vimos.
Hicimos historia por ser el primer club
con una presidente mujer, y seremos el primer equipo en una
Sudamericana en esa condición. Ganamos en el estadio rival,
mostramos que nuestra hinchada es tan fervorosa como educada,
sufrimos atentados a nuestra sede, a nuestro técnico, fue herido un
funcionario del club y fuimos tan firmes como diferentes a quienes
nos atacaron.
En suma, no solo fue un gran año para
nosotros, sino que fuimos ejemplo para todo el fútbol uruguayo. Hay que seguir,
debemos sostener y potenciar lo que hemos logrado.
No quiero cerrar
el año sin recordar a los juveniles del club y sus entrenadores,
nuestro futuro. Que no quede fuera de las metas del 2018 que los
juveniles tengan lo necesario para jugar en la serie de arriba. Van
varios años que estamos cerca de lograrlo, hay mucha gente que pone
mucho esfuerzo, solo falta un empujón más, vamos por ello que es lo
que nos garantizará en el largo plazo que lo que estamos viviendo
persista, se consolide y nos lleve a cumbres aún mayores.
Y esas son
finales que quedan por jugar, en estos días, contra Boston River.
Sería un cierre de año maravilloso, hay que estar en esas finales y
en lo posible todos los días apoyando a gente de quienes no sabemos
del todo sus nombres y no sabemos los silenciosos sacrificios que
hacen por el futuro del club. Quedan finales por jugar, quedan
ascensos por lograr.
Los mejores deseos para este 2018
copero que nos espera y que celebremos con los gurises el ascenso de
los juveniles.
Por Cincoacuatro
Columnista invitado
DETALLE DE LOS PARTIDOS POR EL ASCENSO EN JUVENILES
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Expresate!