Así se juegan estos
partidos y así lo jugaron los futbolistas de Rampla: dejando todo en
cada pelota, con aciertos y errores pero siempre con total y absoluta
entrega. Eso es lo primero que hay que decir de este 2-2 del
picapiedra en San Carlos.
Después, el
análisis de la importancia del resultado es hasta obvio: decir que
se empató después de estar 0-2 abajo y con un hombre menos durante
medio partido alcanza. Pasando raya por los resultados de la fecha
(algunos sirvieron y otros no), Rampla sigue bien posicionado para
poder mantener la categoría.
No tuvo muchas
alternativas el “Tola” Antúnez a la hora de conformar el equipo.
Fueron bajas Mauro Brasil, Mauricio Felipe, Jhony Galli, Cristian
Olivera, Matías Cóccaro y Diego Martiñones, todos por cuestiones
sanitarias.
La opción lógica
era mantener la base que derrotó 1-0 a Peñarol (sin Galli y
Cóccaro). Se metió Gastón Díaz en la oncena titular (que más
allá de la ausencia de Galli ya merecía tener un lugar por méritos
propios) y Julián Lalinde ocupó la vacante dejada por el autor del
gol ante los aurinegros.
(El merecido homenaje a Nicolás Sánchez, que se nos fue trágicamente en la anterior visita de Rampla Juniors a San Carlos)
Lalinde fue muy importante bajando balones y generando faltas. A los 4 minutos recibió un centro de Cándido y la descargó perfecta para Rigoleto, cuyo remate fue bien controlado por el arquero. Pocos minutos después Atenas pisó nuestra área con peligro, tras un fallido despeje de Soto y un resbalón de Rizzo. El remate del delantero carolino fue débil y a las manos de Odriozola.
Lalinde fue muy importante bajando balones y generando faltas. A los 4 minutos recibió un centro de Cándido y la descargó perfecta para Rigoleto, cuyo remate fue bien controlado por el arquero. Pocos minutos después Atenas pisó nuestra área con peligro, tras un fallido despeje de Soto y un resbalón de Rizzo. El remate del delantero carolino fue débil y a las manos de Odriozola.
El resto del primer
tiempo se caracterizó por la cantidad de faltas y la pierna fuerte.
Al picapiedra le costó mucho llegar porque Matías tuvo una buena
tarde (no supo aprovechar muchos de los balones que le descargó
Lalinde) y Dorrego tampoco se encontró con la precisión que lo
caracteriza. Camilo por su lado tampoco pudo pasar mucho al ataque.
El primer tiempo se
iba con un 0-0 inamovible, pero sobre el final se produce la
expulsión de Rizzo, que terminaría inclinando las acciones a favor
del local en el segundo tiempo. La jugada se inicia con un pase
fallido de Servetti, y en dos toques los carolinos logran poner a
Barboza en carrera hacia el arco. Rizzo se tira para quitarle la bola
pero llega tarde y comete la falta, siendo correctamente expulsado
por Ostojich.
Pocos minutos
después se produce otra incidencia polémica. Carlos Keosseian, el
buen volante central de Atenas, intenta convertir con la mano tras un
centro al área picapiedra. Como tenía amarilla debería haber
recibido la segunda e irse a las duchas pero Ostojich no se la
mostró, provocando la protesta de todos nuestros jugadores. Como era
previsible, el que terminó amonestado fue Odriozola, por los gestos
que hizo en el reclamo.
Para la segunda
parte Antúnez mantiene a Soto en la zaga y Cándido en el lateral
zurdo. Rocha, Díaz y Dorrego se reparten el mediocampo, y Rigoleto
baja a dar una mano. Ya a los 4 minutos nos convierten el 1-0 y
parece que se viene la noche.
Algo que ya nos pasó
un par de veces contra Peñarol es que nos saquen corto un córner y
nos hagan el 2-1. Bueno, esta vez fue un 2-0: nadie nuestro se avivó
en ir a marcar. Tiraron el centro, Lalinde despejó a medias y la
bola le quedó a un volante carolino que remató de frente y venció
a Odriozola. Un error que nos costó caro.
En la tribuna
picapiedra ya había gente pidiéndole a Antúnez que hiciera un
cambio. El técnico decidió hacer los tres de una. Aparte de
asegurarse que no le comieran la oreja todo el resto del partido, era
importante provocar un cimbronazo en el equipo, además de poner toda
gente fresca para intentar disimular la inferioridad numérica. Así
se renovó todo el frente de ataque. Entraron Delis Vargas, Fabio
Burbano y Adrián Leites por Rigoleto, Lalinde y Dorrego. Iban 11
minutos.
A los 14’ cae el
segundo gol de Atenas, y si con el primero se venía la noche con el
segundo ya parecía que había que bajar la persiana. Córner al
primer palo, nadie la saca y entra el colombiano Mosquera para
convertir con toque corto.
Rampla queda 0-2
abajo y con un jugador menos, y ahí es cuando nuevamente (como
tantas veces este año) nuestros jugadores, que parece que ya están
dejando todo, sacan un plus. En el esfuerzo general, merece un
capítulo aparte Gastón Díaz. Quitó, distribuyó, corrió por toda
la cancha y ganó incesantemente por arriba (cuando salió Lalinde,
los saques de arco nuestros iban todos hacia él).
Es Díaz quien a los
32’ inicia la jugada que termina con el primer penal. La abre para
Cándido y se manda al área como centrodelantero. Camilo tira una
pared con Burbano, mete el centro y por detrás de Delis Vargas un
defensa de Atenas mete la mano. Penal evidente y ¿quien se pone la
guinda bajo el brazo? Sí, Gastón Díaz. Nadie se lo podía sacar.
Díaz le pegó abajo,
cruzado, el arquero la tocó pero seguro que la convicción de Gastón
hizo que la guinda terminara entrando. Rampla se ponía 1-2 y
quedaban 10 minutos más descuentos. En esa decena de minutios se
jugó poco. Atenas hizo tiempo a morir y claro, al tener un hombre
más se le facilitaba el mover la pelota de un lado a otro, pero
cuando la guinda la tenían los nuestros renacía la esperanza.
Al minuto 43’ se
empieza a concretar la remontada. Un gran pase largo de Servetti
(decirle “pelotazo” sería una injusticia), Vargas gana la
posición entre los zagueros y cuando toca la pelota de cabeza el
arquero se lo lleva puesto. Penalazo y segunda amarilla para el
guardameta carolino, cuya primera amonestación había sido por hacer
tiempo.
Luego de un par de
minutos entre que el golero local se levantó y entró su suplente,
Adrián Leites con su clase característica se hizo cargo del penal y
ya a los 45’ marcó el 2-2. En los descuentos no llegó a pasar
nada. Los picapiedras se aferraron a una igualdad casi milagrosa.
Tras el pitazo
final, la parcialidad (que se acercó en buen número pese a la
distancia y los 350 PESOS DE ENTRADA) reconoció con aplausos el
enorme esfuerzo de nuestros futbolistas.
Ahora nos
enfrentaremos a Danubio el próximo domingo en el Estadio Olímpico.
Un rival difícil pero al que siempre le ha costado sacar puntos en
nuestro reducto. Un triunfo nos dejaría casi con la permanencia
asegurada, aunque no hay combinación de resultados que nos permita
estar salvados matemáticamente ya en la próxima fecha.
Esperemos que se
recuperen varios de los futbolistas que están en sanidad (el que
parece más lejano en su retorno es Cristian Olivera) y que con el
trabajo de la semana se puedan seguir corrigiendo algunas cuestiones.
La actitud está y eso ya es una tranquilidad. ¡Arriba Rampla!
Comentario: Marcelo Baruffaldi
Fotos: AUF OFICIAL
* Las referencias al tango de Rampla ya las usamos muchas veces, pero seguramente cualquier estrofa que usted elija servirá para ilustrar esta crónica.
Resumen televisivo del partido
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Expresate!