Rampla Juniors
volvió a perder, esta vez 2-0 ante Liverpool en Belvedere, y
nuevamente nuestro equipo cayó en zona de descenso (hoy por hoy
jugaríamos un desempate frente a Racing). La derrota nos lastima más porque nos hace perder
al arquero titular y al capitán en las próximas fechas. Aunque
descontarán un partido de sanción el fin de semana próximo, cuando
Rampla gane los puntos ante El Tanque, pueden recibir más de un juego de suspensión, y en el caso de Edgar Martínez es seguro que será así.
En Belvedere no merecimos perder,
es cierto, pero hicimos todo para perder. Esa es la realidad. Lo provocamos con errores propios: goles
malogrados, una falla defensiva en el primer gol rival y luego
innecesarias expulsiones.
El picapiedra salió al campo con Rodrigo Odriozola en el arco; la defensa conformada por Mauricio Felipe, Edgar Martínez, Gonzalo Rizzo y Camilo Cándido; la mitad de la cancha con Hugo Dorrego y Jhony Galli por el centro, Fabio Burbano por derecha y Cristian Olivera por izquierda; Diego Martiñones y Matías Cóccaro en ofensiva.
Más allá de los
nombres, una formación con más variantes ofensivas, quizás la que
debió jugar en el partido anterior frente a Wanderers. La estrategia
inicial fue acertada: el cuerpo técnico estudió al rival y sabía
que los dirigidos por Pezzolano salían jugando del fondo con balón
al pie. Por eso Rampla aplicó una presión alta en la cancha, y eso
le permitió generar dos chances clarísimas de gol en el primer
cuarto de hora.
La primera fue a los
15 minutos. Dorrego fue el que robó la guinda, Martiñones
rápidamente puso en carrera a Cóccaro que definió por el costado
de Bava, quien logró tapar el tiro con el pie. Parece que al
“canario” lo hubieran mufado con tantas entrevistas después del
4-3 ante River.
Apenas 2 minutos más
tarde fue Galli el que sorprendió con un quite. La pelota la llevó
Olivera, se sacó de encima a su marcador y la puso al medio para
Martiñones, que solo tenía que empujarla ante el arco libre.
Lamentablemente el “rata” le dio muy de abajo y la guinda se fue
por arriba del palo. Increíble.
Al toque ocurrirían
dos incidencias que serían claves para el resto del partido. Primero
la lesión de Galli, que se estaba comiendo la cancha. Entró Nicolás
Rocha, notoriamente falto de fútbol. Y luego el gol de Liverpool, en
la primera y única llegada de los negriazules en todo el primer
tiempo. Fue en un córner donde ni Edgar ni Rizzo pudieron rechazar,
y el remate de Sención venció a Odriozola.
(Foto: La Diaria)
(Foto: La Diaria)
A partir de ahí el
partido fue otro. Los locales, cómodos con el resultado, dejaban
venir a los rojiverdes y esperaban pegar el zarpazo de contragolpe.
La presión alta de los nuestros ya no fue sorpresa, y nos costó
mucho generar ocasiones de peligro sobre el arco de Bava, más allá
de alguna pelota quieta.
Así se fue el
primer tiempo, con un 1-0 a favor de Liverpool que hasta el más
fanático de la línea Puritas entendería como injusto. Lo mostrado
por Rampla tanto frente a River como ante Defensor nos daba
esperanzas de poder revertir la historia, pero todo se empezó a
desmoronar a los 8 minutos.
Tiro libre para
Liverpool, entra solito un zaguero y cabecea desviado. Previo a
ejecutar el saque de arco, Odriozola se enfrasca en una discusión
con el juez de línea, hasta que el árbitro Modernell va y le saca
la tarjeta amarilla. Ahí “chupete” pierde los estribos, y el
árbitro de inmediato le muestra la segunda tarjeta amarilla,
expulsándolo del campo. Imposible saber si hubo algún tipo de
insulto, lo que sí se notó desde la tribuna es que a Rodrigo le
saltó la térmica.
Quizás otro árbitro
con más experiencia hubiera manejado mejor la situación. Lo cierto
es que esta irresponsabilidad de Odriozola nos terminó de condenar.
No nos podemos dar el lujo de regalar una expulsión. NOS ESTAMOS
JUGANDO LA VIDA EN CADA PARTIDO. Esto además dejó a nuestros
jugadores en un estado de nerviosismo total, pese a que detrás de la
línea de cal Julio Fuentes insistía con pedir calma.
Entró Federico
Silvera por el colombiano Burbano. Enseguida el botija se mandó dos
tapadas tremendas para evitar el 2-0, y luego sacó un tiro libre que
tenía destino de gol. Pero no pudo hacer nada ante el toque suave de
Federico Martínez que a los 31’ duplicó diferencias, justo
después del ingreso de Julián Lalinde por Felipe.
De ahí al final los
locales sacaron la pizarra (como se dice en la jerga futbolística) y
Edgar Martínez no se lo tomó muy bien. Pegó un patadón tremendo y
se ganó la roja directa. Un exceso que tendrá graves consecuencia,
ya que tiene antecedentes y no vamos a poder contar con él por
varios partidos.
Esto así no puede
seguir. La Comisión Directiva deberá actuar con firmeza, no solo
con el cuerpo técnico (que en realidad esta vez no fue responsable
la derrota) sino también con el plantel. No puede ser que los dos
capitanes se hagan echar en un mismo partido. Hay que aprovechar
estos 15 días para barajar y dar de nuevo. Buscar soluciones entre
todos. Unidos.
Comentario: Marcelo Baruffaldi.
RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO
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