Cuando se sorteo el fixture del
Campeonato Uruguayo 2017, el destino quiso que la última fecha
marcara el encuentro con el tradicional adversario. En aquel momento,
Rampla se encontraba apenas 2 puntos por encima de los puestos de
descenso, siendo uno de los que estaba debajo nada menos que Peñarol.
Muchos pensamos que llegar luchando por
la permanencia al último partido de la temporada, justo contra los
vecinos, sería de un sufrimiento inconmensurable y el objetivo
claramente era evitarlo. La realidad hoy parece mentira: no solo
Rampla ya tiene asegurada su permanencia, sino que también llega a
esta instancia clasificado a una copa internacional de Conmebol, por
segunda vez en su historia.
En el medio pasaron un montón de cosas
que nos guiaron a este maravilloso presente, e incluso antes también,
porque todo nace aquel viernes 23 de octubre de 2015. Esa noche, y
luego de esfuerzos incesantes de dirigentes, hinchas y allegados,
Rampla lograba cubrir en la AUF una abultadísima deuda que amenazaba
con dejarlo un año sin competir (y en el mejor de los casos, volver
para jugar en la ex divisional C).
Primero poner el equipo en cancha y
después ver. Claro que pocos en ese momento eran conscientes del
grupo de leones que iban a defender nuestros colores en la cancha,
bajo la conducción de Gabriel Añón y Hugo Pilo. Con un montón de
dificultades, resignando gran parte del sueldo que les habían
prometido, pero con una entrega y un compromiso con los colores pocas
veces visto, lograron devolver con creces ese esfuerzo de los
hinchas.
Nos regalaron el ascenso, el
campeonato, y varias tardes maravillosas de fútbol, con aquel
inolvidable 5-4 sobre Cerro Largo que nos hizo reventar el pecho de
emoción, pero por encima de todo nos devolvieron la alegría de ver
la esencia ramplense reflejada en el campo de juego. Todo esto ya lo hemos repasado en
muchas ocasiones en este espacio, y el agradecimiento con aquel
equipo será eterno, como también lo será con los que este año hicieron posible este increíble presente.
Con el cuerpo técnico de Fernando
Araújo, Augusto Camejo y Alex Farto, con los jugadores que
estuvieron al principio y luego salieron del club (capítulo aparte
para el gran capitán Emiliano García, factor fundamental en la
campaña picapiedra durante la primera mitad del año) y ni que
hablar el agradecimiento para con el cuerpo técnico y plantel
actual.
(foto: Florencia Franco - Prensa Rampla Juniors)
(foto: Florencia Franco - Prensa Rampla Juniors)
Agradecimiento también a directivos y colaboradores del club, que han logrado cosas que en su momento parecían utópicas, como llevar a un equipo grande al Estadio Olímpico.
Y también un reconocimiento a la
hinchada. Esa que siempre está. Que se bancó las peores canchas, de
mañana, de día y de noche, con lluvia o con sol, entradas caras o
baratas. Esta maravillosa familia que es Rampla y que,
afortunadamente, también comienza a reencontrarse con iniciativas de
índole social como la muestra itinerante que hace poco se inauguró
en nuestra sede.
Todavía no nos termina de caer la
ficha. El 20 de diciembre se realizará el sorteo de las copas
internacionales y alguien sacará un papelito que dirá RAMPLA
JUNIORS (URUGUAY). Nuestro escudo volverá a brillar en todo el
continente. Ya se nos eriza la piel de solo imaginarlo.
Ahora solo queda la frutilla de la
torta: el clásico de la Villa, y nuestros leones intentarán darle
otro cachetazo a la historia, ya que desde 1982 que Rampla no gana
los dos clásicos de un campeonato uruguayo. Más no se les puede
pedir. Sería sin dudas el corolario a una temporada de ensueño,
pero bueno, si alguien puede son ellos, sin duda son ellos.
¡ARRIBA RAMPLA!
Antes de terminar, no dijimos nada del
empate 1-1 con Fénix. En el resumen pueden ver las principales
incidencias de un partido en el que Rampla no jugó bien (¿acaso
importa ahora?).
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