La letra de nuestro tango está llena
de conceptos maravillosos que nos definen como club. Sin dudas se
trata de una composición musical que define la identidad ramplense a
la perfección. Y aunque en el pasado reciente algunas de esas
características parecían perdidas, en los últimos tiempos nos
hemos reencontrado con ese Rampla al que Donato Racciatti homenajeó,
ese bravo Rampla que nos llena de orgullo.
Y si uno de esos conceptos cuadra
perfecto para definir la victoria picapiedra sobre Boston River es el
de “CORAJUDO”. Luego de un primer tiempo parejo en el que ambos
equipos contaron con chances propicias para convertir (la más clara
de ellos parte de un offside no cobrado, justo es decirlo), la parte
complementaria la verdad que venía muy complicada y Rampla, lejos de
reforzar la retaguardia y apostar a sumar algún punto que para el
futuro podía ser importante, se tiró a ganarlo a partir de los cambios
que hizo el “Ronco” López.
De ahí en adelante Rampla fue la definición de la palabra CORAJE. Animarse a ir al frente a pesar de la adversidad. Asumir riesgos para torcer el rumbo de los acontecimientos. Las ganas de ir a más, de no
conformarse. ¿Por qué pensar en sumar un punto para acercarse a la
Copa Sudamericana si ganando quedás a tiro de entrar en la
Libertadores? Y para perseguir ese sueño, el de estar en el máximo
torneo continental de clubes, la chance era esta. No había otra.
Y así fue que salió el “Corto”
Prieto y entró el “Mago” Olivera. Y entró Mati Rigoleto por Leo
Bahía. Y Adrián Leites sustituyó a Gabriel De León. El “Ronco” puso toda la carne en el asador, al tiempo que siguió administrando
con inteligencia el rendimiento físico de los futbolistas, rotando
parte del equipo titular para que jugar cada tres días no sea algo
insoportable.
De inmediato los cambios le cambiaron
la cara al equipo y las chances de gol comenzaron a llegar, porque
también los jugadores encargados de la faz defensiva redoblaron su
esfuerzo, conscientes de los riesgos que el grupo estaba encarando.
Se hicieron enormes Rizzo y Techera atrás, creció aún más el
tremendo despliegue de Felipe y Cándido, fue todavía mayor el
desdoble del siempre metedor Rocha, y todo sostenido con la seguridad
de Odriozola que como ya es constumbre metió un par de atajadas
tremendas.
A los 24´ avisó Rampla con un
fantástico pase de Olivera para Rigoleto, que definió “de
puntín”, obligando a Berbia a ir abajo contra su palo y evitar el
tanto. Y a los 31´ llegó el gran premio. Camilo se mandó una
subida fabulosa, con velocidad, calidad y técnica. Lo vio a Alex en
el área y se la puso en la cabeza. El grandote bajó la guinda, fiel
a su costumbre de buscar siempre habilitar a un compañero mejor
ubicado, y Panzariello sacó un tremendo remate cruzado imposible
para el arquero.
¡Que golazo! Y muy perecido para el
“Panza” que más temprano en el partido había metido un cabezazo
que dio en el palo y picó en la línea, tras un centro notable de
Prieto. Luego del gol Rampla mostró su mejor cara. Moviendo la
pelota, buscando los espacios, lejos de refugiarse en su área ya
que, aunque lo quisiera, no tenía los jugadores idóneos para
hacerlo.
Hubo varias oportunidades para
convertir otro tanto y liquidar el pleito, pero fallamos en la
definición y tuvimos que sufrir los instantes finales, para no
perder la costumbre. Hasta que llegó el último pitazo de Javier
Bentancor y ahí si, la algarabía completa de hinchas, dirigentes,
cuerpo técnico y jugadores. Rampla acababa de dar un paso ENORME
hacia la clasificación a una copa internacional. Y los muchachos lo lograron
jugando, metiendo, y por ser más corajudos que nunca.
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Cada partido que pasa,se me hace un nudo en la garganta por la emoción. La emoción de poder vivir esto que es hermoso. El recordarme con mi poster del diario de la noche en la calle Grecia ante la caravana más hermosa en el ascenso del 80, con 5 años. O en otros ascensos o en la sede festejando a morir el cumpleaños del club. La entrega de nuestros jugadores, emociona. Ganemos o perdamos, uno ya es feliz viendo como meten y uno se acuerda lo q me decian los veteranos de los viejos Rampla de antaño. Salú muchachada, por lo que viene... El Sentir que Emociona.
ResponderEliminarRampla es el sentir que emociona....son las lágrimas de emoción de mis hijos... Las mismas que las mias. Rampla son los amigos y toda esa gente humilde y de barrio.... El sueño de jugar la Copa.... Qué lindo es ser picapiedra
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