“Nobleza
para ganar y frente altiva por saber perder”
El
martes 3 de junio de 1969, a iniciativa de los jugadores Luis Ubiña,
Juan Martín Mugica y Juan Carlos Paz, Rampla Juniors y Cerro se
unieron para jugar en el Parque “Federico Saroldi” un partido
amistoso, cuya recaudación fue destinada a los obreros de la
Industria Frigorífica, quienes desde hacía varias semanas estaban
en conflicto y habían iniciado una huelga general en defensa de sus
conquistas económicas y sociales.
En
esa ocasión, dos combinados con jugadores albicelestes y rojiverdes,
se enfrentaron a dos formaciones de la selección uruguaya que el
domingo siguiente, en encuentro amistoso, jugaría contra Inglaterra
–Campeón del Mundo–
en el Estadio Centenario.
En
el preliminar el combinado de la Villa del Cerro estuvo integrado por
la defensa de Cerro y el ataque de Rampla. El partido finalizó
empatado 2 a 2, con goles a los 8’ de Luis Cossú (RJ), 37’ Ruben
Bareño (U), 46’ Waldemar Cáceres (U) y 75’ A. Romero (C). El
juez fue Oclides Leitón, secundado por R. Guerrero y J. Rossi.
Combinado
de la Villa del Cerro:
Ever
Almeida (C), W. Barone (C), M. Suárez (C), Burgos (C), Manuel Sierra
(C) y Luis A. Gómez Lugo (C); Roberto Alvarez (RJ), Luis Cossú
(RJ), Oscar Tomás López (RJ), Julio César Curbelo (RJ) y Heber
Silveira (RJ). Cambio: A. Romero (C) por Luis A. Gómez Lugo (C).
Selección
de Uruguay:
Luis
Dogliotti (Nacional), Baudilio Jauregui (Defensor), Juan Carlos Paz
(Rampla Juniors), Pablo Forlán (Peñarol), Dagoberto Fontes
(Defensor) y Alberto Martínez (Rampla Juniors); R. Martínez
(Cerro), R. Pérez (Bella Vista), Waldemar Cáceres (Rampla Juniors),
Ruben Techera (Nacional) y Ruben Bareño (Cerro).
La
solidaridad con los trabajadores en
huelga
venció al tiempo inestable y al
terreno
de juego en mal estado por las
intensas
lluvias. En un fangal, Nicolás
Mastoros
y Héctor «Lito» Silva disputan
el
balón, ante la mirada expectante de
Antranik
Cherlián y, más alejado, Juan
Ángel
Betteato. De espaldas, con el número 5, Ramón Mármol.
En
el partido de fondo el combinado de la Villa estuvo conformado por la
defensa de Rampla y el avance de Cerro. La Selección de Uruguay ganó
3 a 1 y el encuentro fue dirigido por Armando Peña Rocha y los
líneas A. Pakutka y H. P. Rodríguez. Los goles seleccionados fueron
convertidos por Pedro V. Rocha a los 9’, Julio César Morales a los
59’ y Héctor Silva a los 72’ minutos. Por el combinado de la
Villa convirtió a los 66’ Antonio Davezac (RJ).
Pedro
Virgilio Rocha convierte el primer gol para la selección de Uruguay,
pese a la marca de Juan Ángel Betteato. Más lejos, observan la
acción, Julio Montero Castillo y Julio César Cortés, ante una
tribuna colmada de público.
Selección
de Uruguay:
Roberto
Sosa (River Plate), Atilio Ancheta (Nacional), Roberto Matosas
(Peñarol), Luis Ubiña (Nacional), Julio Montero Castillo (Nacional)
y Juan Martín Mugica (Nacional); Luis Alberto Cubilla (Nacional),
Pedro V. Rocha (Peñarol), Héctor Silva (Peñarol), Julio César
Cortés (Cerro) y Julio César Morales (Nacional).
Combinado
de la Villa del Cerro:
Luis
Acosta (RJ), Juan Angel. Betteato (RJ), Antranik Cherlián (RJ),
Ramón Mármol (RJ), Eduardo Rivera (RJ) y Nicolás Mastoros (RJ); J.
J. Mattera (C), R. Tessa (C), Luis Del Río (C), Antonio Davezac (RJ)
y N. Salaverry (C). Cambio: O. Mendieta (RJ) por Eduardo Rivera (RJ).
Con
este espectáculo de apoyo a los trabajadores de los frigoríficos en
huelga, el pueblo uruguayo demostró que el espíritu fraternal y
solidario siempre deberá prevalecer sobre la rivalidad surgida en el
plano deportivo. Eso lo demostraron con grandeza los profesionales
celestes, albicelestes y rojiverdes. Un ejemplo a seguir.
1999.
Clásico Nocturno.
Lo ganó Rampla 4 a 2 con tres goles de Oscar Vallejo y uno de Javier
Casanova. De izquierda a derecha: Jorge Seré, Enzo Azambuja, Marcelo
Segales, Edgar Martínez, Flavio Piñero, Carlos Macchi y Walter
Cawen; agachados: Oscar Vallejo, Pablo Kryzanowski, Javier Casanova y
Fernando Rosa. DT: Miguel Del Río.
Esta
singular historia se inició hace noventa años. El primer clásico
se jugó el 24 de abril de 1927 en el “Parque Santa Rosa”,
reducto de Cerro como local. Venció Rampla 2 a 0, con goles de
Antonio Rígoli y Conrado Bidegain. El más reciente, tuvo lugar el
domingo 14 de mayo de 2017 en el Estadio “Luis Tróccoli” y
finalizó con victoria de Rampla 2 a 1. El “Mago” Cristian
Olivera y Matías Rigoleto, convirtieron los goles “picapiedras”;
Maureen Franco descontó para los albicelestes.
Radicadas
en la Villa del Cerro están dos de las instituciones de mayor
tradición en el fútbol uruguayo: Rampla Juniors
y Cerro. Los rojiverdes
surgidos el 7 de enero de 1914 y los albicelestes el 1º de diciembre
de 1922. La presencia de los futbolistas de las dos enseñas clásicas
en las más importantes hazañas de la gloriosa celeste de la
selección uruguaya,
demuestra la trascendencia histórica de ambas instituciones que, con
sus trayectorias dentro y fuera de fronteras, jerarquizan el valioso
itinerario del fútbol uruguayo.
Sus
enfrentamientos representan uno de los principales atractivos en el
marco de la competencia del deporte más popular en Uruguay. Desde
sus inicios, los clásicos protagonizados por albicelestes y
rojiverdes continúan
siendo los de mayor convocatoria,
superada únicamente por
el superclásico de Nacional y Peñarol, instituciones que cuentan
con una adhesión abrumadoramente mayoritaria entre la población.
El
clásico del próximo domingo en el Estadio Olímpico, es el
encuentro más esperado por ambas parcialidades. Donde los jugadores
entregan lo mejor de sí. Con fervor, con lealtad y con vehemencia. A
veces, sin embargo, se sacan chispas en el cruce de caminos. En la
cancha y en las tribunas, la pasión y el sentimiento fungen en
risas, cantos, desazón y lágrimas. En el alma y en el corazón de
los hinchas, en las familias que conviven diariamente en la populosa
barriada y quienes las integran, muchas veces, son socios y
simpatizantes de uno u otro equipo.
Villa
del Cerro. Pueblo de inmigrantes, de gente humilde y trabajadores de
overol. Desde la década del veinte del siglo pasado, dos
instituciones renuevan con pasión un clásico multicolor. Único e
intransferible. Contra la bahía y ganando la cuesta.
¡Tiene
que ser una fiesta multicolor!
Adentro
y afuera del campo de juego.
Miguel Aguirre
Bayley