lunes, 4 de mayo de 2015

A mano armada

En el Torneo Apertura 2008, Rampla Juniors recibía a Peñarol en el Estadio Centenario. Tras ponerse en ventaja con un gol de Julián Perujo en el segundo tiempo, el otrora técnico picapiedra Angel Castelnoble agotó los cambios para sostener el resultado. Sin embargo, la línea de 5 defensores con 4 volantes delante no fue suficiente, y los aurinegros dieron vuelta el resultado faltando 10 minutos.

El partido parecía liquidado a favor de los manyas, dirigidos en aquel entonces por Mario Saralegui. El empate de Rampla no se veía por ningún lado, porque además los rojiverdes ya no tenían jugadores para hacer un planteo ofensivo que les permitiera ir a buscar la igualdad. Solo quedaba esperar un nuevo gol aurinegro.

Sin embargo, faltando 3 minutos, el “pájaro” Alonso desbordó, tiró un centro sin muchas pretensiones y Julián Perujo, de cabeza, anticipó a toda la defensa y puso el 2-2. Sorpresa generalizada en el Centenario, que sería aún mayor cuando 1 minuto después Víctor Guadalupe anotaría el 3-2 con el que Rampla se quedaría con la victoria. En este video lo recordamos:


Seguramente, quienes vieron el partido del pasado domingo en el Estadio Centenario entenderán a qué viene todo esto. Rampla Juniors perdía 0-1 contra Peñarol a falta de poco más de 10 minutos para el final. Es cierto, los rojiverdes no parecían poner en riesgo el triunfo aurinegro, pero sabido es que un gol no es diferencia y en fútbol todo puede pasar.

Esta vez, el bochornoso penal cobrado por el juez Pablo Giménez, a instancias de su asistente Carlos Changala, nos privó de cualquier tipo de posibilidad de intentar llevarnos algo del Centenario. Una decisión muy grosera, notoriamente perjudicial para nuestro club, y que es muy difícil de aceptar que pueda ser catalogada como un simple “error”.

Un error de apreciación puede darse por centímetros, no por un metro. Una jugada puede verse mal a la distancia, no cuando uno está muy cerca, de frente a ella y sin ningún obstáculo.



Y más allá de eso, un árbitro asistente no puede sancionar algo tan grave como un penal, sin estar absolutamente convencido de que la falta ocurrió, y que fue dentro del área.  Eso lo puede hacer el árbitro central, pero los que portan la banderita en las líneas de la cancha por algo son “asistentes”.

Si realmente Carlos Changala vio penal y estuvo absolutamente convencido de que fue así, evidentemente tiene notorios problemas de visión y no puede arbitrar más en el ámbito profesional. Es tan simple como eso. No está capacitado para cumplir la función que se le asigna.

Del desarrollo del partido podemos decir que Rampla salió con un esquema 4-4-2 que pareció el más acertado ya que permitía poblar más las bandas laterales, habida cuenta de que el rival de turno se hace fuerte atacando por afuera. Danilo Saen estuvo en el arco; Diego Barboza, Alejandro Rodríguez, Danny Tejera y Maximiliano Montero en la defensa; Gonzalo Vega, Marcel Román, Diego Galo y Emanuel Cuello en el mediocampo; Paul Dzeruvs y Muriel Orlando en ofensiva.



(foto: Florencia Franco - Facebook: Rampla Juniors Fotos)

Los primeros minutos fueron de bastante zozobra para los picapiedras. Ya a los 6 minutos nos salvamos de milagro. El brasileño Diogo le ganó la banda a Barboza y metió un centro bajo que Zalayeta desvió, anticipando a Tejera. Afortunadamente la guinda se fue por arriba del palo.

A los 11’ otra vez nos atacaron por la misma zona, solo que esta vez pudimos cubrir la banda pero descuidamos el centro. Así Pacheco, totalmente libre, metió un pase en profundidad perfecto para Japo Rodríguez y este la dio al medio para Zalayeta, que definió cayéndose dentro del área chica y ante el achique de Saen. La pelota se fue desviada.

Después del sofocón inicial, Rampla se paró mejor en el campo. El problema es que si bien cubríamos correctamente las bandas, frenando a Urretavizcaya y a Japo Rodríguez, le dábamos demasiadas libertades a Pacheco y Zalayeta para retroceder algunos metros y jugar a las espaldas de Galo y Román.

En ataque abusamos del pelotazo a Dzeruvs y Orlando, y lo mejor se vio cuando Gonzalo Vega pudo avanzar con balón dominado.  Como llegadas para destacar tuvimos un tiro libre de Cuello que se fue cerca y un disparo de media distancia de Román que se perdió desviado.

Antes, para señalar, una falta de atrás sobre Maxi Montero cuando avanzaba por la última línea aurinegra que debió ser para tarjeta amarilla. El árbitro Giménez fue muy permisivo en ese aspecto, quizás no quería correr el riesgo de dejar a algún jugador de Peñarol sin jugar el clásico.

A los 33’ llegó la apertura del marcador para los aurinegros. Avanzaron por la derecha, y otra vez nosotros dejamos libre el centro del campo. Por ahí ingresó al área Luis Aguiar con pelota dominada, y tras un quite providencial de Ale Rodríguez, Zalayeta recogió el balón y de media vuelta fusiló a Saen.

El gol obligó a los picapiedras a adelantarse en el campo y poco a poco comenzamos a llegar sobre el área rival, ante una defensa carbonera que no se veía muy firme. La chance más clara para empatar la tuvimos a los 39 minutos. Córner desde la derecha de Dzeruvs que cae abierto y pasado, cabezazo al medio de Ale Rodríguez, toque de Orlando para descolocar a Migliore y Antonio Pacheco, sobre la línea de gol, evita el tanto.



(foto: Florencia Franco - Facebook: Rampla Juniors Fotos)

Al minuto tuvimos otro tiro de esquina peligroso que terminó con una chilena de Diego Barboza que se fue apenas desviada. Y a los 42 minutos otra de las polémicas de la noche. Gonzalo Vega recogió un rebote y quiso entrar al área eludiendo rivales, cuando fue claramente derribado por el aurinegro Píriz.

Para nosotros, penal inobjetable. El futbolista de Peñarol primero pone la pierna para evitar el paso del jugador de Rampla, y luego cuando ve que no puede hacerlo vuelve a extender su pie aún más allá, derribando a Vega. El picapiedra ya se veía perjudicado por la terna arbitral.

Así llegamos al final del Primer Tiempo, con la sensación de que si Rampla se animaba y llegaba con más gente al ataque, podía complicar a su rival y soñar con la posibilidad del empate. En el descanso, Chifle Barrios mandó al campo a Richard Núñez, saliendo Gonzalo Vega. A nuestro criterio, Vega no debió salir, ya que era el futbolista rojiverde que más complicaba a los rivales.

Nuestro equipo pasó a jugar con un 4-2-3-1 y ese cambio de esquema no dio resultado, principalmente porque Orlando quedó muy solo arriba al bajar Paul a volantear. Tuvimos solamente un tiro de media distancia de Richard Núñez a los 3 minutos y nada más. Barrios luego puso a D’Albenas por Orlando pero Francis tuvo el mismo problema que el punta argentino: estaba demasiado solo contra toda la defensa aurinegra.

(foto: Florencia Franco - Facebook: Rampla Juniors Fotos)

El partido cayó en un pozo. Rampla seguía ordenado atrás y Peñarol casi ni inquietó a Saen, salvo por un avance por derecha que el propio Danilo anuló saliendo bien a tapar la llegada de Urretavizcaya. Antes tuvieron una llegada de Japo Rodríguez donde los aurinegros pidieron penal, por más que en la toma televisiva da la sensación de que Alejandro Rodríguez no lo toca.

También contaron con un par de cabezazos, uno de Aguiar a las manos de Saen y otro de Píriz, cuando Danilo salía y se quedaba con las manos vacías, que se fue por arriba del palo. Pero en definitiva, no estamos hablando de un Peñarol arrollador ni mucho menos, el tema es que lo de Rampla en ataque era muy pobre.

A los 27’ Chifle Barrios realizó la última variante, colocando a Mauro Vila por Cuello, y pocos minutos después se originaría la jugada del penal inventado por Changala que Antonio Pacheco transformaría en gol. A nuestros jugadores ya no les quedaría resto anímico luego del despojo sufrido a manos de los árbitros.

Así llegamos al final del juego y todos nos quedamos con la bronca de no saber qué hubiera pasado si la terna arbitral no se hubiera encargado de quitarnos la chance de buscar la igualdad. Al igual que contra Nacional, un penal mal sancionado nos perjudicó notoriamente, independientemente de que en ambos partidos jugamos mal e hicimos muy poco por el resultado.

Ahora se viene el partido más importante del año, que además es definitorio para nuestras aspiraciones de seguir en Primera División. Hay que ganar si o si, pero eso no quiere decir salir a buscar el resultado desesperadamente. Hay muchas formas de ganar un partido y este en particular hay que prepararlo con mucha inteligencia. El rival está en una situación aún más comprometida que la nuestra. Ellos son los que tienen que desesperarse. Debemos aprovechar su ansiedad y nerviosismo.

De todos modos, sea como sea, ojalá se nos pueda dar esa victoria clásica que tanto se merece nuestra parcialidad. ¡ARRIBA RAMPLA!

Comentario: Mr. Baru (@crearoreventar)
Sufrió otro 0-2 de un equipo suyo en la vecina orilla: Emilio Fernández (@DurosConceptos)
Nos mantuvo al tanto de los conceptos de Romano y Scelza: Adrián Barreto (@adribarreto90)

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