Rampla asumió el protagonismo del partido, jugó
prácticamente la totalidad del mismo en campo rival, pero nuevamente tuvo
enormes problemas para llegar con peligro al arco rival y las pocas veces que
pudo hacerlo, falló en la definición. El triunfo se termina concretando gracias
a una jugada individual de Nicolás Mezquida, el más picante de la ofensiva
rojiverde, que provoca la sanción del penal que luego Maximiliano Brito
transformaría en gol.
Lo primero que llamó la atención, cuando llegamos al Parque
Palermo, fue un cartel en la tribuna rojiverde, pidiendo por la vuelta de Juan
Carlos Borteiro. No sabemos quién lo hizo, sí sabemos que Borteiro estaba en la
tribuna, lo cual no es de extrañar sabiendo su condición de ramplense.
Personalmente, me parece una falta de respeto que, habiendo un profesional
trabajando en el club (en este caso el “Ronco” López), alguien ponga un cartel
pidiendo por otro técnico. No importa si es Borteiro o Pep Guardiola. Desde mi
punto de vista me parece una total falta de ética.
Dicho esto, Rampla salió al campo con Bernardo Long en el
arco; César Vargas, Rodrigo Canossa, Alvaro Márquez y Salvador Sassón; Fernando
Arismendi, Joaquín Noy, Diego Galo y Matías de los Santos; Nicolás Mezquida y
Maxi Brito.
Los primeros 20 minutos fueron parejos. Huracán se arrimó un
par de veces con cierta peligrosidad, encontrando buenas respuestas de Long. De
ahí en adelante los picapiedras se adueñaron del trámite, intentando llegar por
el medio, a diferencia de otros partidos donde se buscaba insistentemente las
bandas. Así se lograron un par de faltas cerca de la medialuna, pero los tiros
libres no fueron bien ejecutados. Hubo uno de Brito que se fue por arriba del
palo y uno de Mezquida que pegó en la barrera.
El propio Nico buscó también varias veces pateando de media
distancia, algunas desviadas otras bien controladas por el arquero. La única
buena jugada colectiva que hizo Rampla en esa primera mitad fue sobre la media
hora de juego. Noy habilitó a De los Santos, éste la abrió para Sassón y el
zurdo metió un centro fuerte y directo a la cabeza de Brito, pero el ariete no pudo
desviar la pelota hacia el arco.
Sin cambios para el segundo tiempo, el rojiverde tuvo una
buena con un remate de media distancia de Brito que el arquero voló para sacar
al córner. Esto fue a los 10 minutos. A los 20´ Rampla tuvo la más clara del
partido. Mezquida desbordó por derecha, metió el buscapié al medio, la pelota
le pasó increíblemente entre las piernas a Brito y le quedó a De Los Santos,
que le pegó mordido con la de palo (la derecha) y el balón pegó en la mano de
un defensa rival. El juez marcó que la mano existió pero fue sin intención,
despertando las protestas nuestros jugadores y parcialidad.
Sobre la media hora, se produjo el hecho bizarro de la
tarde. Mientras en Rampla entraba el jugador más joven de la cancha, Matías
Rigoletto en lugar de Diego Galo, en Huracán ingresaba el más veterano, nada
menos que nuestro célebre Marcelo Marujo Otero, con sus 42 años y algunos kilos
de más a cuestas. “Lo único que nos falta es que nos clave Marujo” dijo alguien
por ahí y si, es lo único que nos falta padecer.
Quienes tuvimos la suerte de verlo jugar con la camiseta de
Rampla, especialmente en aquella notable campaña de 1992 que nos devolvió a
Primera División, preferimos quedarnos con aquella imagen, de un jovencito que
corría como loco y definía con calidad frente al arco. No queremos quedarnos
con esta triste versión, fuera de forma y jugando contra nuestro club. Por eso,
no publicamos una foto suya del partido de esta tarde. Por otra parte, más
triste aún nos parecieron los “reproches” que alguna parte de nuestra hinchada
le gritó a Marujo. Seguramente para él también debe haber sido especial jugar
contra Rampla.
En fin, pocos minutos después de este hecho anecdótico se
produce la jugada que define el partido. Mezquida recibió la pelota contra la
punta izquierda, al lado del banco picapiedra. Se sacó un rival de encima y se
mandó hacia el medio del área, buscando espacio para rematar de derecha. Ahí da
la sensación de que un rival lo toca, Nico cae y el juez Pablo Giménez,
seguramente condicionado por aquel penal anterior que no cobró, sancionó esta
vez la pena máxima.
Maxi Brito le pegó fuerte y arriba, dejando sin asunto al
arquero y desatando el festejo de jugadores, cuerpo técnico y parcialidad,
todos liberando la frustración de llevar más de 400 minutos sin gritar un gol
de Rampla. Enseguida el “Ronco” recompuso el mediocampo, dando ingreso a Gastón
de los Santos por Mezquida, provocando un aplauso generalizado. Aplausos para
el capitán, que estaba debutando en este regreso al picapiedra, y para Nico, la
figura que tuvo el rojiverde esta tarde.
Los últimos 10 minutos Rampla se replegó decidido a aguantar
el resultado. Rigoletto tuvo la chance de ampliar la ventaja, definiendo mano a
mano con el arquero luego de un perfecto pase de Brito, pero definió suave y el
guardameta la sacó al córner. Tuvimos que sufrir hasta el pitazo final (para
variar), por más que Huracán apenas tuvo un cabezazo que se fue bastante
desviado.
Este triunfo, como decíamos al principio, era impostergable para cortar la racha negativa. De todos modos, aunque el resultado nos permite mantenernos en puestos de playoff (hoy por hoy nuestro rival sería Rentistas, que acaba de quedar sin técnico tras la renuncia de Adolfo Barán) sin dudas estamos muy lejos de un rendimiento que nos permita ilusionarnos con el ascenso. Ojalá este triunfo nos permita calmar los ánimos y recuperar la confianza, pero futbolísticamente tenemos que mejorar y mucho.
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