¿Hasta cuándo?

Van 5 partidos y todavía no sabemos lo que es ganar. Estamos últimos en la B, tras obtener apenas 3 de los 15 puntos en disputa. Hemos cambiado de nombres y de sistema, pero seguimos sin encontrar el funcionamiento, sin jugar bien y sin encontrar la forma de superar a rivales que son inferiores por historia y presente. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?

¿Cuántas oportunidades se le van a dar a Edgardo Arias? El entrenador hizo la pretemporada, eligió los jugadores, realizó partidos amistosos, tuvo todas las facilidades para preparar al equipo, y sin embargo, lo que se ve en la cancha es un rejuntado de futbolistas que no saben a qué juegan y hacen lo que pueden. Más allá de cierta mala liga, los resultados son el reflejo de lo que Rampla ha mostrado hasta ahora.

Contra Tacuarembó, por primera vez se vio una alineación titular rojiverde con mínimas intenciones ofensivas. El mismo sistema 4-4-2 utilizado ante Plaza Colonia, se veía potenciado por la presencia de Paul Dzeruvs como volante abierto por la derecha y Enzo Ventoso haciendo lo mismo pero por izquierda. Otra variante respecto al choque ante los “patas blancas” fue el ingreso de Santiago Ochoteco en el mediocampo por Óscar Russo, que a nuestro criterio no merecía salir del equipo. Por último, hizo su presentación Emanuel Cuello, juvenil picapiedra, ocupando el lateral izquierdo tras la lesión de Danny Tejera.

ALINEACIÓN DE RAMPLA JUNIORS

Martín Barlocco.

César Vargas, Alejandro Marquez, Federico Velásquez y Emanuel Cuello.

Paul Dzeruvs, Santiago Ochoteco, Darío Flores y Enzo Ventoso.

Nicolás Guevara y Maureen Franco.

Los primeros 30 minutos de Rampla fueron muy malos, pese a tener viento a favor. No se llegó con peligro al área rival y se tuvieron serios problemas defensivos que el rival no pudo capitalizar. Barlocco salvó un mano a mano con un delantero contrario y luego sufrió por arriba 2 cabezazos del calvo centrodelantero visitante, uno que se fue apenas por encima del horizontal y el otro que besó el travesaño y salió. El doble cinco de Flores y Ochoteco no le daba salida clara al balón, y todo dependía de lo que pudieran hacer Paul y Enzo, cada uno por su lado.

El equipo se despertó faltando 15 minutos y de ahí al final tuvo varias chances para convertir. Primero un desborde y centro de Dzeruvs que Guevara cabeceó en palomita, apenas afuera. Luego una escapada del propio Nico contra la línea final, y el toque de Franco entrando por el medio que salió mordido, muriendo en las manos del arquero. La más clara la tuvo Guevara, tras pase de Franco y buscapié de Ventoso. El argentino agarró la pelota de sobrepique y la mandó por arriba del palo con el arco libre. No era su tarde, sin embargo, participó activamente en las mejores jugadas ofensivas, ya que la última también lo tuvo como protagonista, cediendo el balón para la entrada de Dzeruvs por derecha, quien remató arriba pero sin mucha fuerza, obligando al arquero a sacarla al córner. Así llegó el cierre del Primer Tiempo.

Ese cuarto de hora final por lo menos nos permitía ilusionarnos con un Rampla dominador y que en el segundo tiempo podría vulnerar el arco rival en cualquier momento. No fue así. Seguimos siendo un equipo desprolijo, impreciso, que aparte ahora tenía el viento en contra y enormes problemas para avanzar en el campo. El único que mantuvo su nivel fue Paul Dzeruvs, que siguió desbordando y buscando el centro. En uno de sus servicios, Nico Guevara se tiró de palomita pero le erró al balón. Repito, no era su tarde, pero estaba ahí, como siempre. También fue partícipe de un borbollón en el área chica que terminaba en gol de Rampla, pero fue anulado por off-side.

Decíamos que Paul era lo más peligroso que mostraba en ataque, bueno, fue el segundo jugador en ser sustituido por Arias. Primero salió Ochoteco, dejando su lugar al colombiano Arce. Así pasó Ventoso como doble cinco con Flores y el cafetero ocupó la banda izquierda. Rampla jugó gran parte del complemento con esa formación y la cosa no cambió. Por otra parte, en nuestro arco, sufríamos con los envíos aéreos y las malas salidas de Barlocco, una salvada en la raya por Velázquez y otra anulada por el juez Cabrera, que terminaba en gol.

Arias esperó a que faltaran menos de 10 minutos para hacer las últimas 2 variantes. Sacó a Paul y puso a Da Cunha, y metió a Leonardo Medina por Franco. Algunos especulaban que el entrenador no tenía variantes apropiadas en el banco. En todo caso, eso sería responsabilidad suya, ya que fue Arias el que conformó el plantel. En fin, increíblemente fue Da Cunha quien tuvo la victoria en su cabeza, entrando sin marca por el segundo palo, pero en vez de cabecear hacia abajo, la mandó por arriba del travesaño.

Fernando Cabrera marcó el final y esta vez no hubo escaramuzas, ni reclamos a la Directiva, ni nada. La gente estaba entregada. Ya ni para quejarse hay ánimo. A este punto hemos llegado, al extremo de la resignación. La responsabilidad de intentar cambiar esto es de la Comisión Directiva. No se puede perder más tiempo. El lunes de mañana tiene que estar el nuevo entrenador en el Olímpico. Basta de darle más oportunidades a Arias. ¿Acaso no alcanza con lo que hemos visto? ¿No alcanza con sumar 3 puntos de 15? ¿Con estar últimos en la B? ¡Por favor señores! ¡Ejerzan el poder que se les ha entregado por la masa social y hagan algo!

Capítulo aparte para el técnico, para “el último caudillo”. Si usted tanto quiere a Rampla y desea que a nuestro club le vaya bien, deje su cargo a disposición. Usted, que hasta llegó a quejarse públicamente cuando Rampla no lo contrató y trajo nuevamente a Del Capellán, siga su ejemplo y dé un paso al costado. Del Capellán, que ya tenía antecedentes muy positivos con el club, tuvo la hidalguía de saber que se tenía que ir. Si usted, Edgardo Arias, no renuncia, vino acá por la plata y no por querer dirigir a Rampla. Entonces, más que caudillo, usted es un oportunista.