Rampla Juniors comenzó con un triunfo el Campeonato Uruguayo
de la Segunda División Profesional, y aparte de que empezar ganando es
fundamental para tomar confianza, el equipo mostró varias características que
dan para ilusionarse.
Si, es cierto, falta muchísimo y recién se jugó apenas un
partido, pero ya pudimos ver un picapiedra metedor, luchador, con personalidad
y concentrado en todos los sectores de la cancha. Esas cosas que si o si tiene
que tener un equipo de Rampla. Eso que es propio de la “mística” del viejo
rojiverde.
Además, vimos a un conjunto veloz en defensa, movedizo en
ataque y criterioso en el mediocampo, aunque con imprecisiones, también
condicionadas por el irregular campo de juego y el intenso viento reinante en
el Olímpico. Todo esto sumado a la seguridad y confianza que transmite Bernardo
Long desde el arco, que ya vimos mantiene el excelente nivel del año pasado. Y
lo que falta, que es profundidad en ataque, bien puede lograrse con las
variantes que el plantel tiene en ofensiva, especialmente cuando el “gato”
Nicolás Mezquida esté a la orden.
Un gol de Rodrigo Canosa fue la diferencia en un partido
parejo, donde Central quizás llegó más veces al arco pero Rampla tuvo las
chances de gol más claras, entre ellas un penal malogrado en el primer tiempo.
Así es la vieja “B”. No hay equipos descollantes, reina la paridad, y dentro de
esa paridad hay que aprovechar las oportunidades para sacar la diferencia a
favor y luego cuidarla sin cometer errores. Eso hizo Rampla y eso es lo que hay
que hacer con regularidad para subir a Primera.
El equipo dirigido por Héctor Codevila, Fernando Barboza y
Modesto Turrén salió a la cancha con Bernardo Long en el arco; Fabián Vargas,
Pablo Pereira, Rodrigo Canosa y Salvador Sassón en defensa; un rombo en el
mediocampo con Julio Gutiérrez por derecha, Sebastián Cessio en el centro,
Ignacio De León en la izquierda y Nicolás Nuñez más adelantado; Andrés Márquez
y Luis Martínez en ofensiva.
Tras el susto padecido a los 2 minutos de juego, cuando tras
una serie de rebotes en nuestra área el remate cruzado de un futbolista
palermitano se fue apenas afuera, el trámite del partido fue entrecortado, muy
luchado en la mitad de la cancha y lejos de los arcos.
Así fue hasta el minuto 16, cuando Cessio trancó fuerte en
el medio sector, Niki Nuñez habilitó rápidamente a Luis Martínez y el delantero
ex Danubio que parecía perder la posición, logró escabullirse hacia al área y
fue claramente derribado por un zaguero rival, cuando quedaba mano a mano con
el arquero. Ubríaco pitó penal y Rampla tenía la chance de empezar de la mejor
manera el campeonato.
Niki Núñez, el jovencito llegado de Plaza Colonia, fue el
encargado de ejecutar la pena máxima, ya que como luego veríamos es el dueño de
casi todas las pelotas quietas en el equipo. En esta ocasión, su remate fue a
media altura contra la izquierda, y el arquero pudo taparlo. Quizás los penales
debería patearlos alguien con más experiencia, que en el plantel hay varios y
con buena pegada.
En la tribuna nos quedamos masticando la bronca de que
siempre tenemos que remarla más de la cuenta, de que nunca las cosas pueden
salirnos bien de una. En la cancha, Rampla sintió el impacto anímico y Central
se adueñó del trámite. Enseguida del penal desperdiciado, los palermitanos casi
marcan la apertura. Tras un centro pasado, Pablo Pereira cabeceó por error
hacia el medio, un rival desvió la pelota hacia el arco y Long pudo manotearla
con su mano, pese a que venía totalmente a contrapié. La soberbia salvada de
nuestro arquero fue complementada por una rápida reacción de Pereira, que
despejó el balón que había quedado “boyando” en la línea.
Bernardo volvió a aparecer a los 28’, sacando un tiro de
media distancia que iba al ángulo del arco del astillero. De ahí en más Rampla
volvió a recuperar su juego, en base a fuerza en la marca y buenas intenciones
para manejar la pelota. Sobre los 32’ Julio Gutiérrez le puso un perfecto
centro al “pájaro” Márquez, quien no pudo mover su cabeza correctamente para
cabecear hacia el arco. Y a los 35’ apareció Canosa “disfrazándose” de delantero,
ensayando una notable chilena tras un córner que el arquero sacó por arriba del
palo.
Así nos fuimos al descanso. Fue un primer tiempo parejo, muy
luchado en la mitad de la cancha, con imprecisiones de ambos lados al momento
de generar juego, y con un par de chances claras para cada uno, aunque la más
propicia fue obviamente el penal que Rampla no pudo transformar en gol.
La etapa complementaria parecía presentar el mismo trámite,
hasta que los picapiedras convertirían el gol que sería definitorio. Corrían 7
minutos cuando “Nacho” De León ganó un córner, de esos que son pelotas casi
perdidas contra la raya y la picardía del delantero le permite hacerle rebotar
la guinda al rival. El propio Ignacio lo ejecutó de forma notable y el “flaco”
Canosa atropelló la pelota tras zafar de su marcador, y la guinda se metió
abajo contra el palo. Un gol muy festejado por la parcialidad y por jugadores y
cuerpo técnico en el campo, demostrando la unidad y el compromiso que hay para
con estos colores.
Era claro que de ahí en más la visita se iba a venir contra
el arco de Long, sin embargo, Codevila no tiró el equipo atrás, no hizo cambios
defensivos. A los 12’ puso a Paul Dzeruvs por Martínez y sobre los 27’ a Jorge
Anchén por De León. Cambios puesto por puesto. Sin cambiar el esquema, Rampla
siguió jugando concentrado, apretado en todas las líneas y metiendo en cada
pelota como si fuera la última.
Bernardo se quedó con un intento de Jorge Artigas de
derecha, dentro del área y luego solo se limitó a descolgar algún centro o
atajar algún tiro de media distancia, porque lo cierto es que el dominio
palermitano fue más que nada territorial, pero no trasladado en ocasiones de
gol. Por el contrario, quien tuvo las mejores chances de anotar fue el
rojiverde.
A los 32’ Anchén
pateó un tiro libre que pegó en la barrera y Gutiérrez, de muy buen partido en
su debut con la camiseta de Rampla, sacó rápidamente un tiro de puntín que pegó
en el vertical izquierda, luego de que el arquero visitante la tocara con la
punta de sus dedos. Y sobre los 42’ el
propio Gutiérrez le metió un buen pase a Dzeruvs, quien intentó definir por
encima del arquero pero éste se estiró y pudo quedarse con la guinda en sus
manos. Ahí ya había entrado Diego Galo por Cessio, que salió lesionado, y en
los descuentos el juvenil picapiedra sería protagonista de la expulsión de un
futbolista palermitano que le puso la suela del zapato en la cara.
Cuando se reanudó el juego llegó el pitazo final de Darío Ubríaco y se desató la algarabía de cuerpo técnico, jugadores y parcialidad. El primer objetivo estaba cumplido: Rampla había comenzado el campeonato con una victoria, y nada menos que ante un rival que en los papeles es candidato a pelear el ascenso. Por el resultado y por algunas cosas vistas en el juego, parece que esta temporada pinta bien para el viejo rojiverde.
BUEN INFORME!!! AGUANTE RAMPLA CARAJO!!!
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