Aunque cueste creerlo, fue la única
emoción de la tarde en la que Rampla y Danubio empataron 0 a 0. El
partido fue realmente muy pobre, más que nada en el segundo tiempo.
Los picapiedras no supieron aprovechar el hombre de más que tuvieron
durante 45 minutos, en gran medida por los bajos rendimientos
ofensivos y también, justo es decirlo, por la falta de audacia en el
planteo táctico.
Rampla inició el juego con Rodrigo
Odriozola en el arco; Claudio Servetti, Gonzalo Rizzo, Edgar Martínez
y Lucas Rodríguez en defensa; Leonardo Melazzi, Gaspar Vega, Álvaro
Fernández y Diego Rosa en el mediocampo; Delis Vargas y Pablo
Pereira en ofensiva.
A las bajas ya esperadas de Saavedra y
Albín (ambos lesionados) se sumó la de Camilo Cándido, que no hizo
fútbol en la práctica del jueves (afectado por una tendinitis que
arrastra desde hace varios partidos) y por eso el cuerpo técnico
decidió no contar con él para este choque. El jugador, según nos
comentaron, se sentía en condiciones de jugar.
El primer tiempo no fue gran cosa pero
al menos tuvo dinámica, velocidad, e insinuaciones de peligro sobre
los arcos. En filas picapiedras el más incisivo era Leonardo
Melazzi, a quien por momentos solo podían parar con faltas. Por el
lado de Danubio el hombre a marcar era Chacón, el botija de la sub
20.
A los nuestros les faltó tirar algún
centro preciso, porque hasta el fondo de la cancha tanto Melazzi como
Rosa pudieron llegar. También hubo una buena apilada de Delis que se
diluyó entrando al área. En definitiva lo que se veía no era muy
diferente a los últimos partidos de Rampla en el Olímpico, en los
cuales ganamos, y eso al menos nos generaba ciertas expectativas de
triunfo para el complemento. Más cuando a los 35' de la mitad
inicial Danubio queda con 10 por expulsión de su puntero derecho
tras una dura plancha sobre Rodríguez.
Sin embargo, el segundo tiempo fue una
total decepción. El que salió con todo a buscar el gol fue el
equipo visitante, y esa actitud pareció sorprender a los nuestros.
Si bien Rampla mantuvo la solidez defensiva ya acostumbrada, al
equipo le costó mucho más soltarse para salir a la ofensiva e
hilvanar contragolpes. Siempre alguien fallaba en algún pase, o sino
los centros al área iban todos mal tirados.
No sería justo decir que nuestro
equipo “jugó mal” porque en sí la labor defensiva fue
impecable. Desde Odriozola, pasando por la línea de 4 y hasta el
doble 5, ya que tanto Vega como Fernández jugaron muy bien. El gran
debe estuvo en la generación de juego, y en eso las ausencias de
Albín y de Cándido se notaron bastante.
Panzariello entró por Melazzi y no le
salió una. Luego ingresó Gorrostorazo solo para meter piernas
frescas en el medio y al final, recién faltando 5 minutos, los
ayudantes de Rosario Martínez le dieron una chance a Santiago Vega.
El entrenador, a quien la gente le exigía cambios, estaba en una de
las cabinas y completamente desconectado de su cuerpo técnico, ya
que estaba suspendido.
Faltando 10 minutos fue expulsado Diego
Rosa, que ya tenía amarilla y llegó tarde para patear al guinda,
golpeando al rival. Si con un hombre de más Rampla hizo poco por el
triunfo, imaginen estando 10 contra 10. Danubio tampoco fue capaz de
romper el cerrojo defensivo picapiedra y el partido terminó con un
pálido 0 a 0 que no le sirvió a ninguno de los dos.
Se nos cortó la racha de triunfos consecutivos como locales, y esto nos obliga (aún más que antes) a lograr alguna victoria jugando como visitante. La próxima parada es en Colonia, contra Plaza, ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Y después, el clásico de la villa en nuestra casa. Grandes oportunidades para pegar el salto y demostrar que este plantel merece estar en una posición mucho mejor. Arriba Rampla!