No es fácil ser hincha de Rampla, nunca lo fue. Sin embargo, es nuestro orgullo y nuestra carta de presentación. Antes de saber incluso nuestro nombre, la gente en muchos lugares (trabajos, centros de estudio, etc) nos identifica como "el hincha de Rampla" o "la hincha de Rampla". Por eso quiźas nos duele tanto poner la cara después de una goleada como la del lluvioso sábado pasado.
Rampla es sinónimo de esfuerzo, de garra, de luchar hasta el final, y nada de eso se ve reflejado en un 0-5. Quienes vieron el partido dirán "fue un resultado mentiroso", pero de poco nos sirve ese consuelo. No saben que, más allá de la desazón puntual, lo que más nos atormenta es lo que se viene.
El partido con Peñarol seguramente lo vieron todos, y sino pueden observar las principales acciones en el resumen, donde queda claro que hasta el 0-2 el picapiedra merecía ampliamente la igualdad. Errores en la definición, las virtudes del arquero rival y un poco de mala fortuna lo impidieron.
Hasta ese momento, la postura del equipo era muy buena. Rampla tapó el juego por las bandas de Peñarol (gran tarea de nuestros laterales y volantes externos), prácticamente anuló a Gargano con la presión del argentino Gaspar Vega, distribuyó con paciencia e inteligencia la pelota (con un Álvaro Fernández muy lúcido) y cada vez que Juan Albín se pudo soltar fue una amenaza ofensiva (pese a que estuvo impreciso en los centros). Solo nos faltaba el gol.
Por todo esto es que nadie entiende (ni nuestros hinchas ni la prensa especializada), por qué el cuerpo técnico decidió desarmar todo eso, sacando a Mauricio Felipe y colocando a Leonardo Melazzi, pasando a jugar con una "suicida" línea de 3 defensores cuando todavía quedaba media hora de juego. Darle espacios a un equipo del calibre de Peñarol nunca es una buena idea.
Y así vino el 0-2, luego la expulsión de Melazzi (en una inentendible decisión del árbitro Ostojich) y la debacle que terminó en goleada. Puede sonar raro lo que voy a señalar pero pese al abultado resultado en contra, considero que los rendimientos individuales de nuestros futbolistas no fueron malos, de hecho algunos fueron muy buenos (Álvaro Fernández, Gaspar Vega, Diego Rosa). Entonces más molesta aún haberse llevado semejante cachetazo.
Ojalá esto sirva de aprendizaje. Nos pasó con el "Ronco" López en su momento. Luego de un campeonato inolvidable donde levantamos resultados hasta con Cazulo de golero, quisimos hacer lo mismo y nos comimos un 1-6 de local contra Defensor en el debut y un 0-7 contra River un par de fechas después.
Entendemos que hay buen plantel, buenos futbolistas, y que el equipo por momentos ha mostrado cosas interesantes en estos dos primeros partidos, pero claramente hay problemas tácticos y de funcionamiento. Los plazos para corregirlos se agotan. Cada fecha que pasa y no sumamos es acercarse al abismo.
Ahora se viene Defensor, nuestra sombra negra, que también llega golpeado por una goleada (0-3 ante Cerro Largo) y con dos derrotas en dos presentaciones. Romper la racha de más de 30 años sin ganarles por campeonatos uruguayos parece ser lo único que nos puede ayudar a iniciar la remontada.
Desde este espacio seguiremos apoyando, porque siempre lo hemos hecho, pero sin ponernos una venda en los ojos. Señalar errores no es atacar a nadie, es el primer paso para corregirlos.
Comentario: Marcelo Baruffaldi
RESUMEN DEL PARTIDO
lunes, 25 de febrero de 2019
lunes, 18 de febrero de 2019
En deuda
Antes del debut de Rampla Juniors en la
temporada 2019 creo que todos podíamos decir que el picapiedra
llegaba con la mejor preparación posible. Con entrenador designado
ya desde el año pasado (más allá de estar de acuerdo o no con el
elegido), una semana de preparación en Argentina enfrentando rivales
de alto nivel, el plantel completo un mes antes del debut (el último
en sumarse fue Walter Ibáñez y se incorporó el 21 de enero) y una
serie de incorporaciones importantes, principalmente las de Juan
Albín y Álvaro “Flaco” Fernández. Hasta el campo de juego del
Estadio Olímpico lucía como nunca. Estaba todo dado para empezar
con buen pie.
Sin embargo, tanta expectativa parecía derrumbarse a los 20 minutos, cuando Rampla ya perdía 0-2 luego de evidenciar enormes desajustes defensivos y una escasa capacidad de generar ocasiones de gol en el arco contrario. El descuento convertido por Pablo Pereira a los 29' (tras una notable acción individual del juvenil Santiago Vega) reavivó la ilusión, pero a los 41' y de pelota quieta el 1-3 caía como un balde de agua fría.
Sin embargo, tanta expectativa parecía derrumbarse a los 20 minutos, cuando Rampla ya perdía 0-2 luego de evidenciar enormes desajustes defensivos y una escasa capacidad de generar ocasiones de gol en el arco contrario. El descuento convertido por Pablo Pereira a los 29' (tras una notable acción individual del juvenil Santiago Vega) reavivó la ilusión, pero a los 41' y de pelota quieta el 1-3 caía como un balde de agua fría.
Los 15 minutos del entretiempo nos
dejaron a todos los ramplenses con la mirada perdida, buscando
explicaciones. Desde nuestro punto de vista, entendíamos que Rampla
tenía argumentos ofensivos para remontar el resultado, pero claro,
primero había que corregir las enormes falencias atrás.
Los mismos 11 que iniciaron el partido
saldrían a jugar el complemento: Rodrigo Odriozola, Mauricio Felipe,
Gonzalo Rizzo, Walter Ibañez, Lucas Rodríguez, Ignacio Panzariello,
Jhony Galli, Álvaro Fernández, Juan Albín, Santiago Vega y Pablo
Pereira. Vega fue el mejor de los nuestros, encarador y veloz, en un
equipo lento y anunciado, sin sorpresa.
Las dificultades en defensa se dieron principalmente por el sector izquierdo, donde Lucas Rodríguez (juvenil cedido por Defensor que debutaba en Primera) no podía con Rosso y el “Colo” Ibáñez tampoco estaba firme para cerrar (una falla suya propicia el primer gol de los “gauchos”). También hay que decir que faltó ayuda de los volantes, donde Galli era el único neto de marca.
Las dificultades en defensa se dieron principalmente por el sector izquierdo, donde Lucas Rodríguez (juvenil cedido por Defensor que debutaba en Primera) no podía con Rosso y el “Colo” Ibáñez tampoco estaba firme para cerrar (una falla suya propicia el primer gol de los “gauchos”). También hay que decir que faltó ayuda de los volantes, donde Galli era el único neto de marca.
En el plano ofensivo no se veía una
idea de juego clara. Albín por momentos era un punta más pero como
no le llegaba la pelota terminaba bajando casi hasta campo propio.
Pablo Pereira pivoteando pero muy distante del área, Panzariello
lejos del nivel mostrado en su anterior pasaje por Rampla y “Flaco”
Fernández jugando también muy atrás.
Progreso lógicamente se refugió en su
campo y realizó una buena tarea cerrando espacios, pero también es
cierto que Rampla mostraba poca movilidad, a punto tal que en varios
pasajes del primer tiempo Albín iba de un lado al otro y levantaba
sus brazos pidiéndole a sus compañeros que se mostraran para
recibir.
El único distinto era Vega. Recibía y
avanzaba como si la llevara atada al pie. Varias veces lo cortaron
con falta, hasta que medio a los ponchazos pudo meterse al área
luego de quitarse un par de rivales de encima y Pereira (que había
iniciado la jugada) aprovechó para definir contra el palo y poner el
descuento.
Para el segundo tiempo se vieron algunas mejoras. Lucas Rodríguez mucho más firme en el sector izquierdo, Galli acrecentó aún más su figura, quitando balones y entregando bien, y Albín pareció encontrar un lugar más cómodo: recostado contra la derecha.
Para el segundo tiempo se vieron algunas mejoras. Lucas Rodríguez mucho más firme en el sector izquierdo, Galli acrecentó aún más su figura, quitando balones y entregando bien, y Albín pareció encontrar un lugar más cómodo: recostado contra la derecha.
Ya a los 2 minutos casi llega el 2-3.
Vega desbordó por izquierda y se filtró hasta la línea final, a
pura velocidad y habilidad. Entrando al área chica la dio al medio
donde Albín parecía que solo tenía que empujarla, pero no le dio
bien y el arquero evitó el tanto. Una lástima que no la verán en
el resumen televisivo.
A los 9' otra vez Vega complicando a la
defensa rival, esta vez derribado con falta muy cerca del área,
sobre la derecha del ataque. Sector ideal para la zurda de Albín. El
tiro libre fue fuerte y arriba, aunque un poco centrado, y el arquero
Nicola Pérez la sacó por arriba del palo. En ese córner se generó
la jugada del penal por mano dentro del área que nosotros a lo lejos
realmente no vimos. Albín se sacó la mufa y con un remate perfecto,
fuerte y abajo, puso el 2-3. Quedaban todavía 35 minutos para buscar
el empate y por qué no el triunfo.
Con el equipo entonado por el descuento, al técnico Julio César Toresani no se le ocurrió mejor idea que sacar a Vega, despertando el abucheo generalizado de la parcialidad ramplense. Insólita decisión del entrenador argentino. En su lugar entró Leonardo Melazzi, quien seguramente tenía que entrar pero nunca al precio de sacar a Vega.
Con el equipo entonado por el descuento, al técnico Julio César Toresani no se le ocurrió mejor idea que sacar a Vega, despertando el abucheo generalizado de la parcialidad ramplense. Insólita decisión del entrenador argentino. En su lugar entró Leonardo Melazzi, quien seguramente tenía que entrar pero nunca al precio de sacar a Vega.
Sin embargo, a los 19' el devenir de
los acontecimientos pareció darle la razón al entrenador. Melazzi
puso un centro perfecto al segundo palo y Pablo Pereira con toque
corto marcó el 3-3. A partir de ese momento Rampla contó con un par
de chances para seguir de largo.
Primero lo tuvo Pereira, entrando al
área por izquierda luego de un centro de Felipe y posterior
“peinada” del “Flaco” Fernández, pero el “huevo” no le
dio bien de zurda y el arquero la sacó al córner. Después una gran
combinación al borde del área entre Albín y Fernández en la que
al “Flaco” le sacan justo la pelota cuando quedaba mano a mano
con el arquero.
A medida que fuimos llegando al final los rojiverdes comenzaron a sentir el desgaste físico (Rampla dominó campo y balón durante todo el partido) y el rival, que casi que “hizo la plancha” desde el minuto 3, se propuso atacar con otra frescura.
A medida que fuimos llegando al final los rojiverdes comenzaron a sentir el desgaste físico (Rampla dominó campo y balón durante todo el partido) y el rival, que casi que “hizo la plancha” desde el minuto 3, se propuso atacar con otra frescura.
A los 34' salió Rodríguez lesionado y
Toresani puso a Édgar Martínez de lateral izquierdo, lo cual
evidencia una desacertada conformación del banco de suplentes, si
bien es cierto que las dos variantes naturales en ese sector no
estaban a la orden: Gastón Rosello lesionado y Camilo Cándido
suspendido. Servetti por derecha y Felipe por izquierda podía ser
una buena opción pero el “Popi” no estaba entre los suplentes.
Incluso bajar al juvenil Diego Rosa, que había ingresado como
volante por zurda, era mejor que mandar a Edgar aquel sector.
Sobre el minuto 39 Progreso
aprovecharía el desorden ramplense para marcar el cuarto gol. El
volante Rodrigo Viega, que estuvo solo toda la jugada, recibió la
guinda cerca de la medialuna y se disfrazó de Luca Modric para
vencer a Odriozola. Rampla ya no tuvo ideas para intentar otra vez el
empate, además de que el golpe anímico fue muy fuerte.
Lo peor en el final fue la segunda
amarilla recibida por Jhony Galli (excesiva a nuestro gusto, si bien
estaba amonestado no era una falta para expulsión) y de esa forma el
volante se perderá el próximo partido ante Peñarol.
Este debut ha dejado varias dudas. Lo más preocupante es que no se aprecia que Toresani haya encontrado el equipo y el funcionamiento deseado, a pesar de la extensa preparación que tuvo el plantel. Deberá seguir probando sistemas y jugadores. Es claro que al equipo le faltó orden defensivo, más marca en el medio de la cancha, y movilidad y variantes en ofensiva.
Este debut ha dejado varias dudas. Lo más preocupante es que no se aprecia que Toresani haya encontrado el equipo y el funcionamiento deseado, a pesar de la extensa preparación que tuvo el plantel. Deberá seguir probando sistemas y jugadores. Es claro que al equipo le faltó orden defensivo, más marca en el medio de la cancha, y movilidad y variantes en ofensiva.
Lo positivo es que hay plantel y
futbolistas para jugar mucho mejor. Albín claramente es flor de
jugador y se lo vio con muchas ganas, poniéndose el equipo al
hombro. Fernández mostró un gran despliegue, terminando casi
exhausto. Vega una gratísima revelación que merece más minutos en
cancha. Melazzi un jugador desnivelante que sea como titular o
saliendo del banco puede aportar cosas diferentes. Y Pablo Pereira en
lo suyo: dos goles en tres llegadas al área.
El año es largo y no hay que ser
tremendistas. Si Rampla pasaba 4-3 (cosa que perfectamente pudo
ocurrir) todos íbamos a sentir que ya estábamos en una copa.
Perdimos y duele, es una gran decepción teniendo en cuenta la
expectativa generada. Se viene Peñarol y después Defensor. El
equipo está en deuda, y tiene dos oportunidades preciosas para
demostrar que es mucho más que lo mostrado en el debut.
Comentario: Marcelo Baruffaldi
Fotos: Adrián Barreto
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