Había que sumar, no quedaba otra.
Luego de perder los cuatro partidos disputados en el 2018 (tres de
ellos por el torneo local), Rampla Juniors jugaba por primera vez en
su Estadio Olímpico y la necesidad de cortar esta seguidilla de
derrotas era imperiosa. Y solo no hablamos de que había que ganar o
ganar por el rival que teníamos enfrente.
Entonces, a sabiendas de que a Defensor
no le ganamos por campeonatos uruguayos desde 1986, y que siempre por
alguna razón u otra se nos escapa la victoria ante ellos, al menos
había que quedarse con un empate.
Sin embargo, más allá de la cosecha
final de puntos, era muy importante que Rampla mostrara una mejoría
en su rendimiento y eso en cierto modo ocurrió, más por la actitud
que puso el equipo que por lo mostrado en cuanto a volumen de juego. Lo cierto es que dejó otra imagen, más esperanzadora.
El cuerpo técnico metió mano en el
equipo y ahora parece estar más cerca de la formación ideal.
Rodrigo Odriozola estuvo en el arco; Gabriel De León, Willy Techera,
Mauro Brasil y Matías Soto en defensa; Ignacio Panzariello, Nicolás
Rocha, Jhony Galli y Cristian Olivera en el mediocampo; Julián
Lalinde y Matías Cóccaro en ofensiva.
Fundamental el regreso de Soto, más
que nada para que vaya agarrando rodaje. Se notó que le falta fútbol
y que está lejos de su mejor rendimiento físico (a tal punto que
comenzó como lateral y promediando la primera mitad ya se ubicó
como central) pero es una pieza clave para comenzar a solucionar los
problemas defensivos que ha mostrado el equipo.
En ofensiva, Lalinde y Cóccaro fueron
un dolor de cabeza para la última línea rival. Luchando en el
cuerpo a cuerpo, ganando en el juego áereo, cubriendo la pelota,
etc. Cóccaro además mostró gran velocidad en espacios reducidos,
fundamental para generarse chances de peligro dentro del área. Falta
que sean más y mejor asistidos, pero demostraron que por sí solos
pueden complicarle la tarde a cualquier defensa.
El partido empezó mal para Rampla. En
el primer ataque de Defensor casi nos convierten. De León salió
lejos a marcar y se le escapó Facundo Castro en velocidad.
Insólitamente, nadie pudo cortar su avance, y terminó mandando un
pase al corazón del área que increíblemente el argentino Rivero
mandó por arriba del travesaño. Pocos minutos después, el propio
Castro (ahora llegando por derecha), tuvo vía libre para sacar un
buen disparo en las puertas del área, bien contenido por Odriozola.
Nos volvimos a salvar.
Cuando iban 13 minutos cayó el 1-0
visitante. Pelota quieta desde la derecha y otra vez perdemos la
marca de un rival (en este caso el “Coto” Correa), que tiene todo
el tiempo del mundo para bajarla y rematar. Nico Rocha no la puede
sacar sobre la raya y termina siendo autogol. Idéntico al 2-0 que
nos hizo UTC en Lima. Evidentemente seguimos teniendo distracciones
graves en la pelota quieta defensiva.
A esa altura parecía que la historia
de los primeros partidos se volvía a repetir. Sin embargo, esta vez
Rampla reaccionó con otra actitud. Redobló esfuerzos, cerró
espacios y comenzó a copar la mitad de la cancha, con un gran
despliegue de Rocha y Galli en la recuperación.
A los 24´ casi llega el empate. Soto
sacó un lateral al corazón del área chica, el arquero Reyes la
perdió y Panzariello anticipó a la defensa para desviar la guinda,
que por milímetros se fue afuera.
Al ratito otra vez Lalinde y Cóccaro
presionaron a la retaguardia violeta y obligaron al arquero a salir
fuera del área. Reyes se llevó la pelota (aparentemente en forma
lícita) y cuando la perdió el juez Riveiro cobró una insólita e
inexistente falta de Lalinde. Quedaba el arco libre con el arquero
lejos. Una jugada muy polémica que no está en el resumen
televisivo.
Sobre los 31´ Cóccaro intentó con un
disparo de media distancia (cuando todos esperaban el centro) que se
fue apenas por encima del horizontal. Rampla tenía viento a favor y
el joven delantero fue el único que intentó aprovecharlo.
A los 36´ llegaría la jugada del
penal. Pelotazo largo de Odriozola, Lalinde va a buscarla y si bien
no llega evita que Correa tampoco lo haga, la pelota pica y cae sobre
el área, donde Cóccaro va a buscarla contra dos zagueros y Maulela
se lo lleva puesto, con brazo extendido y todo. A nuestro juicio,
penal claro. Si la falta era en el medio de la cancha nadie la
hubiera protestado.
Pisando el minuto 38 (la protesta de
los jugadores de Defensor fue airosa y eso le costó la amarilla a un
par de ellos) el “mago” Cristian Olivera definió con jerarquía
para marcar el 1-1 que era justo para el ímpetu que había mostrado
el picapiedra por llegar a la igualdad. De ahí al final del primer
tiempo pasó poca cosa.
Para el complemento ingresó Alejandro
Furia (debutando con la rojiverde) en lugar de Mauro Brasil, que si
bien tuvo un correcto desempeño estaba amonestado y ya había hecho
un par de faltas que podrían haberle costado la segunda amarilla.
Furia anduvo muy bien. Controló su sector y fue muy prolijo al
momento de salir jugando.
En el complemento ambos equipos se
dedicaron a meter más que a jugar. El arbitraje de Riveiro en cierto
modo provocó eso, porque caldeó los ánimos de ambos bandos. A los
14´ expulsó correctamente a Rabuñal por segunda amarilla (tras un
gran corte de Rocha y buena subida de Soto) y luego, al reanudarse el
juego, le muestra la roja directa a Jhony Galli por una falta que
quizás no era ni para amarilla. Nunca la “ley de la compensación”
se aplicó tan rápido y de forma tan grosera.
La única chance real de riesgo en el
complemento fue un remate cruzado abajo de Mathías Suárez que
Odriozola tapó en forma notable. La otra fue a los 30´ cuando Soto
intentó cubrir una guinda para que se fuera afuera y el cuerpo no le
dio más. La tocaron al medio y Odriozola salvó el tanto. Soto
enseguida salió (acalambrado, pero sin ninguna consecuencia física),
ingresando Claudio Servetti en la zaga.
A los 35´ se realizó el último
cambio: Matías Rigoleto sustituyó a Julián Lalinde. A esa altura
Rampla jugaba con un 4-4-1, con Olivera de doble cinco junto a Rocha
y Cóccaro dando una mano por el andarivel izquierdo. A los 41´
llegó la correcta expulsión de Cougo, por puñetazo a De León, que
el juez de línea advirtió y comunicó al juez. No hubo tiempo para
mucho más. Los minutos no alcanzaron para que los picapiedras
pudieran hacer valer la superioridad numérica.
Luego pasó lo que ya vieron en todos
lados: el gesto de Eduardo Acevedo a la parcialidad ramplense,
notablemente captado por el lente de Adrián Barreto (¡no nos faltes
nunca Adrián!), lo cual sumado a lo que hizo su sobrino Cabrera
antes de levantar un córner (sacar, pisar y patear el banderín de
Rampla) son claros ejemplos de provocación e incitación a la
violencia que deben ser denunciados. Nosotros, como hinchas, no
debemos entrar en esa. Ya nos ha pasado contra Danubio y lo pagamos
caro. Los protagonistas del espectáculo deben dar el ejemplo. Es su trabajo.
Ahora el fixture marca que visitemos a
Racing en el Parque Roberto. Un rival que tampoco ha ganado y que
este fin de semana pasado sumó su primera unidad (2-2 ante Torque).
Es un equipo necesitado y que además, como viene dándose la cosa,
es un rival directo en la lucha por la permanencia porque, aunque no
nos guste reconocerlo, la buena campaña que están realizando
Progreso y Atenas hace que el picapiedra quede entreverado entre los
que van a dirimir los dos descensos que faltan.
Hay que jugarlo con todo. Por más que
pocos días después nos jugamos mucho más que un partido contra
UTC. Tendremos días para descansar y aparte esta vez no hay un viaje
por medio. No podemos regalar nada. Al Parque Roberto hay que ir con
lo mejor y hay que ir a ganar. Es la oportunidad de consolidar una
remontada. ¡Arriba Rampla!
Comentario: Marcelo Baruffaldi (@crearoreventar)
Nuestro Julio Alonso que nos contará
la otra cara de Perú en próximas columnas:
Emilio Fernández (@DurosConceptos)
La estrella de los medios que captó la
foto que ganaría un Pulitzer (o un Iris, algo):
Adrián Barreto (@adribarreto90)
RESUMEN TELEVISIVO DEL PARTIDO