El regreso de Rampla Juniors a la Segunda División Profesional comenzó
con la ilusión de volver rápidamente al círculo de privilegio, para festejar en
el lugar que nos corresponde el centenario de nuestro club, y terminó de la
peor manera: con una catastrófica eliminación de los playoff en primera ronda.
Un final que no fue consecuencia de este último partido, sino de la mala
gestión deportiva de quienes conducen los destinos de nuestro club.
En tiempos electorales, la actual Comisión Directiva se comprometió a
formar un equipo para volver a Primera, además de asegurar la continuidad del
Grupo Inversor en Rampla. Daba la sensación, a comienzo de temporada, que las
cosas se habían hecho bastante bien. Vino Edgardo Arias como DT, con 3 ascensos
en su historial y el reconocido deseo por dirigir a nuestro club. Se trajeron
jugadores de trayectoria, principalmente Maureen Franco y Darío Flores, y
volvieron otros de exitoso pasaje por los picapiedras, como Martín Barlocco y
Federico Velázquez. El tema es que también se incorporaron futbolistas que
perfectamente pudieron ser suplidos con jugadores de nuestra cantera, ya que su
nivel, incluso en lo previo, dejaba bastante que desear. Estas contrataciones,
además, engordaron el presupuesto de nuestro club, por no decir que agrandaron
la deuda con el Grupo Inversor.
Los resultados fueron pésimos ya de entrada, y Rampla cosechó 3 empates
y 2 derrotas en sus primeros 5 partidos, provocando la destitución (aunque por
mutuo acuerdo) del entrenador. Vino Luis "Ronco" López y parecía ser
la mejor opción. Por su conocimiento del club, su propuesta bastante más
ofensiva que la de Arias y también por su rol de motivador, fundamental para un
plantel que estaba de capa caída. En los partidos que le tocó dirigir, el
"Ronco" hizo lo que pudo con el poco tiempo de trabajo que le
dejaron, y probó a casi todo el plantel, incluso a jugadores que Arias trajo y
nunca puso, como Sebastián Cessio.
Terminó la temporada y hubo "limpieza". Según dicen por ahí, el
grupo se sacó de encima a algunos jugadores que eran perjudiciales en la
convivencia. El tema es que perdimos varios futbolistas experimentados y
trajimos solo botijas, y la "B" no es una divisional para pelearla
con juveniles, es una categoría donde se necesita una mixtura entre jóvenes y
mayores. ¿Por qué? Porque se necesita regularidad, y los rendimientos de los
más jóvenes tienen altibajos. Porque se juega duro y con todas las
"mañas" que los experientes disponen y los jóvenes están aprendiendo.
Porque los nervios propios de la inexperiencia pueden llevarte a perder una
pelota que termine en gol rival, o a errar un gol que luego terminás pagando
carísimo.
Sin embargo, la misma Comisión Directiva que prometió armar un equipo
para subir, presentó en la segunda parte de la temporada, un plantel con un
promedio de edad de 20 años, donde de los habituales titulares, el más grande
tenía 24. La misma Comisión Directiva que contrató a Gustavo Dalto como Gerente
Deportivo, un ex futbolista de Danubio para nada identificado con lo que es
Rampla. La misma Directiva que trajo a Ramón Valencio, y 20 días después se dió
cuenta que no estaba habilitado para jugar en Rampla. Esa Directiva que cedió a
préstamo a Paul Dzeruvs en la semana previa al debut, después de que entrenara
como titular durante toda la preparación.
Pese a ello, el equipo logró una muy buena segunda parte del torneo,
saliendo del último lugar y clasificando al playoff con 1 fecha de
anticipación. Sin embargo, todos sabíamos que el ese mini-torneo era otra
historia. Eran partidos a matar o morir, sin margen de error. Rampla obtuvo un
resultado excelente en la ida ante Tacuarembó, pero todo se vino abajo en la
revancha, donde jugamos 80 minutos con un hombre de más y no solo no pudimos
hacer un gol, sino que recibimos 3, quedando eliminados en forma escandalosa.
Es indiscutible la entrega, el sacrificio y el compromiso de este
plantel y este cuerpo técnico por devolvernos a Primera Divisón. Cualquier
persona que haya seguido la campaña sabe que esto fue así. Pero no alcanzó para
conseguir el objetivo y analizándolo fríamente, es lógico que no alcanzara,
porque no se contaba con los jugadores necesarios para hacerlo. Para colmo de
males, los experientes que pudimos traer sobre la marcha los perdimos. Nos quedamos
sin Gastón de los Santos (a quien, por cierto, la Directiva contrató tarde) y
sin Fabricio Cetraro, a quien trajeron para el playoff y ni siquiera pudo
llegar a debutar.
El balance, en definitiva, es muy malo. Primero, una funesta temporada
2010-2011, donde despilfarramos un enorme colchón de puntos soportando a Jorge
Giordano como entrenador y comprometiendo seriamente nuestra permanencia. Luego
un Uruguayo 2011-2012 donde no funcionó la apuesta por Del Capellán y se
"quemó" a Fernando Araújo, poniéndolo al frente de un equipo al borde
del descenso y sacándolo de las Divisiones Juveniles, donde venía realizando un
excelente trabajo. Obvio que Fernando, un hombre de la casa, se tenía fe, pero un cuerpo técnico joven no era lo que precisaba Rampla en ese momento. Luego la Directiva lo quiso solucionar trayendo a Eduardo Favaro, para variar tarde, y nos fuimos al descenso. TODO ESTO CON UN PRESUPUESTO DE LOS MÁS ALTOS EN LA HISTORIA RECIENTE DE RAMPLA.
Y esta temporada, para rematar, un pésimo año en la Segunda
División, y la intriga de no saber si el Grupo Inversor se queda o se va,
porque se rumorea que se va y nadie sale a desmentirlo. Nadie sale a hacerse
cargo de nada. La Comisión Directiva en tiempos electorales basó su campaña en
que Rampla iba a hacer un equipo para subir y en que sin ellos en el poder, los
inversores se iban. Hoy, seguimos en la B, vamos a cumplir los 100 años en esta
divisional, y parece que los inversores se van. Y NADIE SE HACE CARGO DE NADA.
Los socios, los hinchas, la parcialidad de Rampla, queremos POR LO
MENOS, que la Comisión Directiva asuma la responsabilidad de esta calamitosa
situación y salga a brindar explicaciones. Desde ya cuentan con la total disposición
de nuestro humilde espacio para expresarse. La única forma de salir delante comienza
por asumir los errores cometidos, para no volver a repetirlos.
Y así como pedimos eso, también desde este espacio condenamos toda
manifestación violenta. Se supone que en el acierto o en el error, todos queremos
es el bien del bravo Rampla, y la violencia solo trae más violencia. Divididos
y peleados entre todos nos vamos a hundir. Tenemos que buscar soluciones
pacíficas y para eso está nuestro estatuto. Si alguien quiere que esta Directiva
de un paso al costado, que lea el ESTATUTO Y REGLAMENTO GENERAL DE RAMPLA
JUNIORS F.C., en vez de realizar amenazas a través de las redes sociales o en
forma telefónica.
El ESTATUTO es bien claro:
Artículo 81 - La Asamblea de socios podrá en todo momento juzgar la
actuación de la Comisión Directiva, así como la de cualesquiera de sus
miembros, censurando su gestión o cualesquiera de sus actos de administración.
Artículo 82 - La petición de convocatoria de Asamblea para considerar
censuras deberá ser hecha por escrito, fundamentando el pedido de censura y ser
firmada por más del 20% de los socios habilitados.
Y para terminar, pese a todo, SIEMPRE RAMPLA JUNIORS ADELANTE! En las
malas mucho más.